Tatsukishi-san: Capítulo 1 - ¡Un examen, una pulga y mangas!

Aquí les dejo con el primer capítulo de esta historia, Tatsukishi-san gracias a Jayden A. Shiba, esperamos que disfruten la lectura :3


Tatsukishi-san
Capítulo 1
¡Un examen, una pulga y mangas!

"La Noche del Zorro Blanco de Dos Colas."

Así había nombrado Masami a la noche que invocó a Tatsukichi-san (un espíritu zorro blanco.)
En uno de los viejos libros de improvisada biblioteca que había en su casa leyó sobre Tatsukichi-san, un espíritu que hacia siglos atrás había caminado por importantes templos y palacios del Japón de su época.
Según la descripción en el libro él cuidaría de quien lo necesitase. Sin leer Masami limpio las lágrimas que recorrían sus mejillas.
Quito de en medio todo lo que le estorbase. Con un pincel y un poco de tinta trazo varios kanji sobre los tablones del piso. Según el libro Tatsukichi-san aparecería ante la persona que lo invocase.
"El cielo azul de un lugar muy lejano.
Las nubes se hacen a un lado, las ardientes estrellas son opacadas por el filo de tus garras y dientes.
Blanco como la nieve.
Rompiendo el cielo en mil pedazos.
Ven aquí."
Fueron las palabras que cito del libro abierto en su mano.
El viento fue cortado a través de los kanji mientras esparcidas un polvo de diamante que se generaba de eso.
Cayendo con delicadeza como la nieve de invierno.
Una luz iluminó la escritura en las páginas del libro. Por primera vez en mucho tiempo la expresión de ella reflejaba asombro.
La luz se transformó en un pequeño resplandor que provoco que Masami entrecerrase sus párpados.
-¡...Huh!
Era una silueta masculina lo comenzaba a aparecer frente a ella.
... Un hombre envuelto en un kimono de color blanco y rojo.
Sus ojos... eran... amarillos.
Inusuales orejas de zorro sobresalían de su cabeza.
Dos largas colas.
Ese era el aspecto de Tatsukichi-san.
-¿Una... humana...?
Su cuello fue rodeado en ese momento por un collar para perros.
Un sello con escritura japonés colgaba del collar citando las siguientes palabras: "Propiedad de Hoshikawa Masami."
<<... ¿ha sido quien me invocó?>>
Alguna vez llegaron a escuchar la frase "¿nunca creas todo lo que leas?"
Pues este era el caso.
La frase "ayudaba a quien lo necesitase" no era del todo cierta.
Desde el momento que lo invocó su vida comenzó a ser hostigada por él.
Día o noche siempre la insultaba...
... Todo fue así hasta el momento en que él vio lo que ella desayunaba, almorzaba y cenaba.
¡Comida chatarra todo el día!
<< ¿Come esto siempre?>>
Esa pregunta cruzo su mente mientras revisa los envoltorios de esas comidas chatarras.
Acompañado por un suspiro cruzo la entrada de la cocina.
-Es hora de hacer algunos cambios...
Desde ese momento Tatsukichi-san se transformó en alguien que realmente cuidaba a Masami, (aunque esa idea ya no era del agrado de ella.)
-... ¡Es el momento de comer sano!
Desde el momento en que entro a la cocina para solucionar el problema de alimentación de Masami la comida chatarra fue prohibida en esa casa. Ahora bien no solo había asumido el mando de la cocina sino también la limpieza del hogar en general e incluso estar al pendiente de sus estudios (cosas que solían hacer sus desaparecidos padres ya hacía mucho tiempo atrás.)
La mirada de Tatsukichi-san se encontraba sobre Masami.
Sabía cuál era el significado de tal mirada.
-¿Puedo entrar o solo te me quedaras viendo como un idiota?
La sonrisa en boca de él dejo ver sus afilados colmillos.
El gesto era representación de la poca paciencia que le quedaba. Sus cejas se arquearon hacia abajo al fruncir el ceño. Una mirada verdaderamente chispeante. Una de las manos de Masami le entrego el examen mientras la otra lo hacía a un lado para poder entrar.
... Esa calificación... hizo que la expresión de Tatsukichi-san se formases de un aspecto muy agresivo.
-¡F!
Era obvio que los vecinos debieron de haber escuchado ese grito tan parecido a un rugido.
-¡¿Cómo te atreves a traerme una calificación tan baja?!
-¿Lo siento, la próxima vez traeré una A, te parece bien?
Hablo con una tierna mueca clavada en su rostro, aunque más que tierna era sarcástica. En otras palabras solo era una burla hacia Tatsukichi-san y eso obviamente no fue muy agradable.
-Veo que ahora haces chistes, eh...
Inclino su cuerpo hacia ella. Con una sonrisa malvada siguió hablando.
-... Si te crees tan graciosa podrías hacer ese tipo de chistes en el infierno. Te podría ir bien, ¿no crees?
-...
-Ahora mueve tu inútil cuerpo y ve a estudiar.
Esta vez le hablo con un tono amable.
Sin reproche alguno Masami se encaminó hacia su habitación.
-No eres mi padre...
Ese susurro salió de la boca de la chica golpeo inmediatamente los oídos del espíritu.
-Deberías...
Su tono era fuerte.
-... de pensar por lo menos en ellos.
-Cuando comprenderás que ya no volverán?... no lo harán, ya no.
Sus piernas siguieron en movimiento.
<< ¿Por qué aún no lo entiende?>>
-Como sea...
En la mano derecha de Tatsukichi-san apareció una sartén.
-...Prepararen la cena así que...
Sus palabras fueron interrumpidas por el sonido que hizo la puerta del cuarto de Masami cuando ella la cerró con fuerza.
Tatsukichi-san se encogió de hombros ante ese gesto.
<<Idiota>>
Dejo de lado los pensamientos que giraban en torno a la actitud de Masami para dedicarse a preparar la cena. Se tomaba muy enserio el tema de cocinar para ella. Era increíble como dominaba el ambiente de la cocina. Incluso la primera vez que cocino para Masami fue una sorpresa el encontrarse con solo comida sana servida sobre la mesa.
¡Sushi! ¡Arroz! ¡Fideos con vegetales!
Esas fueron sus preparaciones para la noche de hoy.
-¡Itadaquimasu!
Agradeció Tatsukichi-san antes de llevarse un trozo de sushi a la boca.
Masami sentada frente a él lo miraba con una expresión neutra.
-¿Acaso no piensas comer?
-...Igual.
-Los fideos están buenos...
Le ofreció el tazón con fideos.
La chica negocio con su cabeza para luego servirse un poco de sushi.
-¿Qué te parece?
- Es aceptable...
Tal vez no lo demostraba, pero está feliz por ella.

Parte 2


La comezón había comenzado en sus colas mientras cenaba, pero ahora se había trasladado hasta su oreja izquierda. Con una gran sacudida que se dio con su pie logro expulsar a la causa de su comezón.
Una pulga.
Una pulga espiritual. 
Cuando el pie de Tatsukichi-san la saco de su cabello recupero su tamaño natural. Se veía como una niña de 12 años. Tenía un largo cabello de color castaño y vestía un kimono rosa con estampados florales. De su cabeza sobre salían dos antenas de insecto.
Tatsukichi-san la había nombrado Igasaki Hikari.
Le resultaba una verdadera molestia a pesar de verla muy poco.
-Kitsune-san!
Su voz también le resultaba molesta.
Hikari había hablado con un tono de alegría.
Lo llamaba Kitsune-san debido a que [Kitsune= Zorro], era una manera de apodarlo con cariño a pesar de que él odiaba los apodos.
-¿Qué quieres?
De inmediato la expresión de Hikari se tornó triste, incluso estaba a punto de caer en el llanto.
-¡Eres un injusto! ¡Nunca te alegras de verme!
Tomo asiento junto a la cama de él. Un bufido salió de la boca de Tatsukichi-san cuando se dejó caer sobre el colchón de la cama.
<< ¿Por qué esto me tiene que pasar a mí?>>
-¿Oye Hikari deja de llorar como estúpida y habla, por qué has venido a verme?
Hikari lo miro aun con lágrimas en sus ojos.
-¿Tienes idea de cuan aburrido es estar en tu cabello? No hay nadie con quien hablar.
-No es mi culpa o problema...
Miro el reloj con forma de gato negro que colgaba de la pared. Ya eran pasadas las once de la noche.
Masami dormía en la otra habitación.
-Quiero entretenimiento.
Pidió Hikari.
-¿Qué quieres decir con entretenimiento?
-Vivir para solo chupar sangre y contar tus cabellos no es nada divertido.
- Si te consigo ese entretenimiento qué pides, ¿cerrarás la boca para que pueda dormir?
Hikari sacudió su cabeza con fuerza para afirmar.
-Muy bien te conseguiré lo que pides.
-¡¿De verdad?!
La mirada de la chica se iluminó al escucharle decir eso.
-...Todo sea porque me dejes dormir.
Acomodo su cuerpo para poder conciliar el sueño.
Hikari se llevó una mano al pecho.
<< Gracias>>


*****

Esa pregunta había sido totalmente inesperada por Masami.
-Anda responde...
Gruño Tatsukichi-san.
-... ¿Tienes o no entretenimiento juvenil?
El jugo que Masami tomaba casi no cruzaba su garganta cuando repitió la pregunta.
-Desde cuando te interesan ese tipo de cosas? El rostro del zorro se riñón de color rojo.
-¡¿De-de qué estás hablando?!
Comenzó a hablar con voz entrecortada mientras agitaba sus brazos como signo de defensa.
-... ¡Solo quiero saber si tienes entretenimiento juvenil!
Dejó caer sus caderas sobre el piso de madera.
Se cruzó de brazos como reproche ante la insinuación de Masami.
-Sí. Sí he de tener.
Ella respondió mientras se calzaba sus zapatillas.
-...Tengo algunos CD de animes, varios mangas y novelas ligeras...
-¡¿Dónde están?!
-En mi habitación.
Cuando Tatsukichi-san intentó correr tras los animes, mangas y novelas ligeras que pertenecían a Masami algo lo detuvo...
*Auch*
...Una de las manos de ella lanzo un fuerte jalón contra el cabello de Tatsukichi-san.
-¿A dónde crees que vas?
Sujeto con más fuerza aun ese cabello.
-...Aarrr. ¡Estúpida! ¡Necesito esas cosas!
Aunque su cuerpo no lo aparentase realmente tenía una gran fuerza. Tan grande que ahora Tatsukichi-san tenía clavada la espalda y el resto de su cuerpo en la pared a espaldas de Masami.
-Si tantos los quieres ve y compra los tuyos..., y antes de salir procura cubrir esas extrañas orejas y colas.
-Es-estúpida.

Parte 3


Aunque odiase esa idea debía aceptar que era su única opción para que Hikari lo dejase en paz por un buen tiempo.
<<Qué desagradable accesorio. >>
Pensó mientras acomodaba un poco la gorra de color rosa que Masami le había prestado para que ocultase sus orejas de zorro. Incluso ocultaba sus colas bajo la tela del kimono que llevaba puesto.
-Creo que ese extraño sombrero se le ve muy bien Kitsune-san.
Le habló Hikari con una sonrisa mientras caminaba a su lado. Ocultaba sus antenas de insecto bajo un sombrero tradicional japonés. Dos seres sobrenaturales caminaban ahora por las calles de Tokyo sin que nadie notase sus presencias.
-¿Cómo se llaman esos animales con ruedas en sus patas?
-Son autos.
-Oh, autos.  ¿Qué, son suyos?
-Los humanos los usan para viajar más rápido. Son unos perezosos para caminar.
-Oh, ¿y a dónde viajan los humanos?
La paciencia de Tatsukichi-san realmente se comenzaba a agotar. Afortunadamente para Hikari ya habían llegado al puesto de revistas donde Masami compraba sus mangas y novelas ligeras. Allí los recibió un hombre con grandes gafas y rasgos japoneses muy acentuados eso sin mencionar su pequeño problema de alopecia.
-Bienvenidos...
-Ya déjense de formalidades y véndale todo lo que pida esta detestable pulga.
Inquirió Tatsukichi-san al empujar a Hikari hacia el puesto que ofrecíais una buena cantidad de mangas.
<<Son muchos. >>
Pensó ella.
-¡Vamos toma el que sea!
-¡Hay muchos!
-Disculpe señorita, pero si quiere puedo elegirle los mangas y novelas ligeras que más podrían gustarle.
Le dijo el vendedor con amabilidad.
-¡¿De verdad?!
El hombre asintió.
-Solo véndaselos y ya.
-No tienes por qué ser grosero... Y ahora que lo pienso, ¿con qué dinero piensas pagar?
Tatsukichi-san sonrió a causa de esa pregunta.
-Simple...
Se acercó un poco más al puesto.
- ...Según tengo entendido Hoshikawa Masami es una de sus mejores clientas, ¿verdad? Por lo tanto mantiene una cuenta de fiador aquí... ponga todo lo que pida Hikari en esa cuenta.
-... ¿Eh?
-Haga lo que le he dicho.
-S-sí.
Sabía que Masami se molestaría por incrementarle la cuenta, pero después de todo se lo merecía por no dejarle tocar sus cosas y hacerlo caminar hasta tan lejos. Si. La sonrisa que ahora estaba clavada en los labios de él era una sonrisa de alegría...
...Se podría decir que era una revancha.



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