EL ÚLTIMO GUARDIAN
Henry Mattews
Entramos en la
séptima habitación, estamos tan cerca, el lugar es asombroso, básicamente es
una selva, ¿cómo han metido todo esto aquí? Árboles por casi todas partes,
avanzamos y encontramos una plataforma de combate, en ella se encuentra un...
¿leopardo con cuerpo de hombre?
- Mi nombre es
Kon, seré su oponente. - dice con voz fuerte y gruesa - Las reglas son
distintas aquí, tomarán turnos, no cruzarán la habitación hasta que yo sea
derrotado, pelearán uno por uno contra mí, elijan quien va primero.
- ¡Yo primero! -
digo con decisión - necesito un combate mejor que el que tuve con esa bestia
deforme.
- ¿Te crees
mejor que él porque estuviste lejos de la explosión? No sabes lo que se siente
perder tu cuerpo físico y mutar de forma extraña.
- Hay cosas
peores que eso, ¿puedes recordar algo antes de la explosión?
- ¿Alguien lo
recuerda?
- Todo. -
respondo seriamente - Es duro luchar contra los recuerdos... contra lo que he
visto.
- Por lo menos
eres consciente de tu misión y tu camino a seguir.
- Y para ello
debemos acabar con este caos.
- Tendrás que
derrotarme primero.
- ¡Adelante
entonces - exclamo y subo a la plataforma - Cuando estés listo monstruo.
Se lanza al
ataque y me pongo la armadura, es rápido, demasiado, esquivo solo un par de
golpes antes de que un puñetazo me alcance en el estómago rompiendo la
armadura, me quedo sin aire e intento incorporarme, golpeo con la izquierda y
después la derecha, sigo así golpeando su rostro y su costado y entonces golpeo
su rostro con un gancho. Pierde el equilibrio y aprovecha el giro para darme un
golpe de revés que rompe el casco y me deja inconsciente, despierto amarrado en
un árbol, las ramas cubren todo mi cuerpo y no puedo moverme ni un poco, Jane
está en la plataforma, en el suelo, y Kon la amarra en el árbol que está a lado
mío.
- ¿Sólo quedas
tú? - pregunta dirigiéndose a Alan.
- ¡Conmigo
basta, imbécil! - responde agresivo.
- Curiosas
palabras de quien se quedó hasta el final.
- Ya verás lo
que soy capaz de hacer.
Alan sube a la
plataforma y se prepara para pelear, parece nervioso, espero que pueda con él.
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Elizabeth Claire
Tan pronto como
mis compañeros se fueron me lancé al ataque contra Stex, lanzando un rayo
mágico poderoso, recibe el golpe y cae pasmado al piso.
- Eso... no me
lo esperaba... - murmura adolorido tras el ataque y se levanta - Es mi turno.
Entonces
desaparece... no logro encontrarlo, ¿se habrá ido? No, la puerta sigue cerrada.
Entonces del piso sale una mano y me agarra del tobillo, la pateo y la mano se
hunde en el piso de nuevo.
- ¡No dejaré que
destruyas este lugar! - exclama sin mostrarse.
Sale del suelo
de un salto a lo lejos y dispara una esfera de energía color verde, disparo un
hechizó mágico y colisionan los ataques, la explosión es fuerte, el lugar queda
hecho pedazos y mi escudo logró protegerme, pero a él nada lo protegió.
- ¡Mira lo que
has hecho! - exclama iracundo - ¡Tendré que volver a empezar!
Levanta sus
brazos lentamente mientras, en sintonía de sus brazos, una réplica del lugar
que acabamos de destruir asciende desde la tierra, él debe ser el que creó esta
guarida. Entonces se mueve a toda velocidad alrededor de la habitación y
dispara una ráfaga sucesiva, mi escudo resiste sólo pocos ataques y me veo
obligada a volar a toda velocidad en el mismo sentido que él, entonces empieza
el verdadero combate.
Intercambiamos
ráfagas, el primero en quedar agotado o ser alcanzado perderá, intento concentrarme
como Jane siempre decía, pero era difícil moviéndome y con el enemigo
moviéndose tan rápido, así que aumento la velocidad. Al ver que me muevo tan
rápido, él decide hacer lo mismo, pero no imaginaba lo que vendría encima,
empiezo a volar cerca de las paredes, y a la vez a destruirlas, pierde el vuelo
al ser golpeado por una parte superior del muro y entonces me detengo para
verlo aplastado. Sufriendo, pero no por mucho.
Y la puerta se
abre sin más, un incidente afortunado. Sin duda esto terminó, rápido...
demasiado rápido. Entro en la siguiente habitación y era como una selva, busco
a mis amigos, y encuentro a Matt y a Jane atados en árboles y a Alan peleando
contra un hombre leopardo.
Me acerco con
mis amigos mientras Alan rodea de lava al oponente, me ponen al corriente de la
situación y me dicen que no podré liberarlos hasta que alguien derrote a Kon,
es muy fuerte a lo que veo, Alan lo golpea con rapidez, pero no logra hacerle
nada, incluso con sus puños cubiertos de magma. Es muy resistente, entonces lo
toma del cráneo y lo golpea fuertemente en el estómago, Alan queda sin aire en
el suelo y Kon empieza a pisotear su pecho, dificultándole la respiración.
- Di que te
rindes. - le dice Kon en posición de ventaja
- Jamás. -
responde Alan con voz cortada y enorme esfuerzo para inhalar.
- ¡Alan! - le
grito desde los árboles - Ríndete, yo me encargo, no quiero que nadie muera. -
lo piensa un momento y entonces...
- Me rindo.
Kon quita el pie
de su pecho y lo levanta con una mano sin problema, se acerca al árbol a lado
de Jane y lo amarra firmemente.
- ¿Tú sigues?
- Te haré pagar.
- le respondo amenazante.
- Nada personal,
solo trabajo... sube.
Subo a la
plataforma para enfrentarme a él, su modo de combate y el mío son distintos, si
tomo distancia podré con él.
Corre hacia mí
para atacar con sus garras y retrocedo en vuelo, disparo una ráfaga mágica y
asesto de lleno, lo debilito claramente, se incorpora y salta hacia la rama de
un árbol ágilmente, salta de nuevo y por poco me golpea, el techo de la
habitación es bajo, los árboles le ayudan contra enemigos voladores, la
plataforma de combate queda atrás y usamos toda la habitación como campo de
batalla, tomo distancia, esquivo y disparo, un solo golpe podría causar un daño
grave. Empiezo a disparar a los árboles intentando derribar algunos, pero él
estaba un paso adelante, lanzaba los troncos hacia mí, logré esquivar tres de
ellos, pero fue tan solo un señuelo, salta y acierta una patada en mi estómago
que me manda volando hasta el muro. Lo último que recuerdo antes de quedar
inconsciente, fue caer sin freno tras golpear la pared.
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Desmond
Geiserfield
Desde el balcón
de la habitación, la guardiana estaba furiosa, emanaba un aura color rojo
oscuro, se veía más poderosa ahora, usa todo su poder en una ráfaga asombrosa
un espectáculo de disparos azul claro, oscuro, verde, amarillo y rojo oscuro,
me cuesta esquivarlos durante menos de diez segundos, pero acierta uno rojo y
me quedo inmóvil al recibirlo, entonces el resto de la ráfaga asesta sin parar.
Estoy hecho
pedazos, sentado en el suelo y recargado en la pared, a lo lejos puedo verla
agotada, y como no tras usar tanto poder, pero para su sorpresa, aún puedo
levantarme. He entrenado duro para soportar todo lo que me ataque... y ahora es
cuando veo los resultados de mi entrenamiento.
Corro
rápidamente y salto hacia el balcón, ella apenas reacciona y retrocede subiendo
la guardia.
- ¿No vas a
disparar? - pregunto burlescamente.
- Mi poder no
parece afectarte como yo creí.
- Entonces
ríndete y déjame pasar.
- ¡Jamás!
Corre hacia mí y
me golpea en el rostro, sin efecto, ni siquiera me muevo, entonces golpeo su
pecho con la palma de mi mano y el golpe la envía bruscamente hacia la campana
de la izquierda, la cual se tambalea y suena fuertemente al recibir el impacto.
Avanzo rápidamente hacia la estructura que rodea la campana, justo donde se
encuentra ella.
- ¿Crees que
puedes derrotarme con eso? - se levanta apoyándose en la pared - Si hubiera
escogido a la chica ya estaría muerta.
Enfurezco de tan
sólo escucharla y la tomo del cuello.
- ¡NO MENCIONES
A CLAIRE!
La golpeo con
fuerza en el rostro y esta vez azota la pared, su máscara queda agrietada, a
ella no parecen quedarle fuerzas, pero entonces dispara un rayo de energía al
techo de la estructura y se derrumba detrás de mí, dispara a un pilar y este
cae con la punta afilada detrás de mí y me empuja con lo que le queda de fuerza
y la punta del pilar atraviesa mi abdomen como si fuese una lanza.
- Aquí
morirás... y aquí moriré. - me dice casi sin habla.
- ¡No te dejaré
ganar!
Al escuchar esas
palabras provenientes de mí, queda paralizada, como si estuviese recordando
algo. Aprovecho su descuido para liberarme del pilar que atravesaba mi abdomen
desde la espalda, la tomo del cuello, y después la llevo de espaldas hacia la
punta del pilar. La estructura está por derrumbarse sobre nosotros, su pecho
está perforado y ella recobra la conciencia, se quita lentamente la máscara y
veo su rostro que, aún con heridas, es hermoso. Me quedo paralizado al ver sus
hipnotizantes ojos verdes y su mirada de asesina que la hacen ver tan
atractiva. No puedo creer que ataqué de forma tan brutal a tan bella mujer... y
sus palabras me paralizan aún más.
- Está bien,
Desmond... tú ganas esta vez.
Entonces esa
sensación me invade de nuevo, pierdo la conciencia por un segundo que parece
una eternidad. Un montón de recuerdos vienen a mi cabeza, tantos lugares
recorridos, tantas citas, tantos regalos dados y recibidos. Tantos abrazos, un
amor insuperable, una noche de bodas, una niña de seis años, tan parecida a su
madre, Amelia... ¿Dónde estás?...
- ¡Stephanie! -
al oírme decir su nombre muestra una leve sonrisa.
- Me recordaste Desmond...
- Stephanie... amor... ¿por qué? ¿dónde está Amelia? -
tartamudeo sintiéndome aterrado después de ver lo que acabo de hacer.
- Amelia se fue,
Desmond... ella murió - mis ojos sueltan lágrimas involuntarias... mi pequeña
había muerto - Estábamos... destinados a estar juntos... en nuestra vida
anterior... pero en esta...vida... no.
- ¡NO! - grito
despechado y desesperado mientras la campana y la estructura se derrumbaban
sobre nosotros y nos aplastaba.
Tras varios
minutos...
Aparto los
escombros de mí, abro el camino para sacar el cadáver de Stephanie, la recuesto
en el suelo y limpio su bello rostro para verlo una vez más. Rompo el silencio
con un grito de desesperación y dolor, el llanto me invade y lloro colocando mi
rostro entre su hombro izquierdo y la herida en su pecho. Me duele tanto lo que
acabo de hacer.
- ¿Por qué?... -
le pregunto mientras continuó llorando, como si me fuera a responder - ¿¡Por
qué no te detuviste!? - el grito resuena por toda la habitación - ¿Por qué no
lo recordé antes? - las lágrimas son incontenibles, no recuerdo si alguna vez
en la vida me había sentido de esta manera.
Levanto el
rostro al ver un colgante del cual no me había percatado. Es un portarretratos
dorado un tanto compacto, es redondo y tiene un botón de un lado. Al presionar
el botón, se abre para mostrar una fotografía de Stephanie, Amelia y yo.
- Es horrible
darme cuenta que... no recordaba lo mucho que las echaba de menos... lo mucho
que las amaba... y ahora... llegaste sólo para darme cuenta que se fueron para
siempre.
Recuerdo que mis
amigos estaban adelante, me decido a alcanzarlos, dejando atrás a mi difunta
esposa que murió en mis brazos... yo la asesiné. Cruzo la puerta con ira en mi
rostro, tristeza y decepción a la vez.
La cuarta
habitación está vacía, avanzo a la quinta para encontrar lo mismo, en la sexta
había un tipo levantándose del suelo, parecía estar recuperando la consciencia.
- Tú... ¿eres...
amigo de esa estúpida... la hechicera rubia?
Al oírlo
enfurezco aún más, lo levanto del cuello y golpeo tan fuerte su pecho que lo
atravieso sin más. Ni siquiera le dirigí la palabra, lo lancé al piso y caminé
a la siguiente habitación.
Esta sí que es
diferente, una especie de selva con un camino recto, me acerco para encontrar
una plataforma cuadrada rodeada por árboles y cuatro de esos árboles tenían a
mis amigos amarrados y Claire estaba inconsciente. En la plataforma esperaba de
pie una especie de leopardo gigante con cuerpo de hombre. Lo ignoro y me dirijo
hacia los árboles.
- ¡Alto! - dice
la bestia mientras me detengo a lado de un árbol - Pelea conmigo, luego liberas
a tus amigos si me vences.
- No perderé
tiempo contigo. - le digo seriamente.
- ¡Sube y pelea
contra mí! - dice poniéndose en posición de combate.
- ¿Por qué no
bajas tú y peleas?
- ¡Así será!
Salta de la
plataforma y salta hacia mí para atacarme con sus garras, me muevo hacia atrás
y atraviesa el árbol quedando con ambos brazos atascados.
- ¿Eso es todo
lo que tienes? - le pregunto a sus espaldas mientras forcejea para sacar los
brazos del árbol - ¡Mírame cuando te estoy hablando! - exclamo mientras tomo su
cabeza y la volteo de forma que ahora me miran sus ojos vacíos, lo miro un
segundo, pero sin sentirme satisfecho - ¡Bestia inútil! - dirijo mi mano hacia
su boca y coloco desde mi dedo índice hasta el meñique debajo de su lengua y el
pulgar en su barbilla, aprieto con fuerza y de un tirón le arranco la
mandíbula.
Mis compañeros
se quedan paralizados al verme asesinarlo de forma tan brutal. Procedo a
liberarlos, asustados y Alan me mira enfadado.
- ¿Qué clase de
equipo crees que somos? ¿¡Acaso crees que somos asesinos!? - pregunta gritando
furioso.
- A veces hace
falta matar para seguir adelante y sobrevivir.
- ¡Venimos aquí
a salvar a esta gente y a demostrarles que no todos los portadores somos
asesinos!
- Pero yo no soy
un portador Alan, no para ellos. ¡Para ellos yo soy un mutante y tú también lo
eres!
- ¡Chicos basta!
- dice Claire que recién recupera la conciencia - La siguiente puerta está
abierta, terminemos con esto, por favor.
- De acuerdo. -
respondo con calma - Entre más pronto volvamos mejor.
Cruzamos la
puerta para encontrar una enorme habitación con grandes pantallas por todas
partes, enfocaban a las habitaciones. Frente a estas pantallas había una enorme
escalera que conducía hacia un trono dorado en el centro de la habitación.
Sentado vemos a McGilinstor preocupado, no pensó que derrotaríamos a todos sus
guardianes.
- Entonces,
lograron acabar con cinco de mis mutantes, inmovilizaron a uno de ellos y
dejaron escapar a otro. - Jane y yo miramos a los demás tratando de deducir
quien fue el que dejó escapar a uno de los guardianes y por qué. - Me temo
que... tendré que pagarles ahora a ustedes. ¡Serán mis nuevos guardianes! -
exclama con una enorme sonrisa en su rostro.
Pienso acercarme
a él, decidido a atacarlo, pero antes de avanzar Alan pone una mano frente a mí
y avanza.
- Hemos venido a
detenerte, ¿recuerdas?
- Podemos negociarlo,
¿no es así?
- No lo creo.
- ¿Van a
arrestarme? Puedo sobornar a los policías.
- Entonces
construiré una celda para ti. - responde Matt burlándose.
- ¡No te
atreverías a arrestarme! ¡Quieres quedarte con mi fortuna! - entonces llego a
él tan pronto como puedo.
- Al carajo tu
fortuna. - lo golpeo en la nuca para dejarlo inconsciente.
Lo sacamos de su
guarida y lo metemos en la parte trasera del vehículo, esposado. Matt conduce
el vehículo mientras yo voy de copiloto, Alan se encuentra en la ventana
izquierda, Jane en el centro y Claire a la derecha, está preocupada por mí,
pero más que nada... tiene miedo de lo que soy capaz de hacer. Será difícil,
pero tengo que contarle lo que ocurrió con Stephanie... pero eso será cuando
lleguemos al observatorio.
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