La Furia de los Mutantes: Capítulo 6 - El último guardián

Buenas amigos lectores, aquí dejo el capítulo seis, titulado "Impotencia", gracias a Daniel Cura por su aporte, esperamos que disfruten la lectura...


EL ÚLTIMO GUARDIAN

Henry Mattews

Entramos en la séptima habitación, estamos tan cerca, el lugar es asombroso, básicamente es una selva, ¿cómo han metido todo esto aquí? Árboles por casi todas partes, avanzamos y encontramos una plataforma de combate, en ella se encuentra un... ¿leopardo con cuerpo de hombre?

- Mi nombre es Kon, seré su oponente. - dice con voz fuerte y gruesa - Las reglas son distintas aquí, tomarán turnos, no cruzarán la habitación hasta que yo sea derrotado, pelearán uno por uno contra mí, elijan quien va primero.
- ¡Yo primero! - digo con decisión - necesito un combate mejor que el que tuve con esa bestia deforme.
- ¿Te crees mejor que él porque estuviste lejos de la explosión? No sabes lo que se siente perder tu cuerpo físico y mutar de forma extraña.
- Hay cosas peores que eso, ¿puedes recordar algo antes de la explosión?
- ¿Alguien lo recuerda?
- Todo. - respondo seriamente - Es duro luchar contra los recuerdos... contra lo que he visto.
- Por lo menos eres consciente de tu misión y tu camino a seguir.
- Y para ello debemos acabar con este caos.
- Tendrás que derrotarme primero.
- ¡Adelante entonces - exclamo y subo a la plataforma - Cuando estés listo monstruo.

Se lanza al ataque y me pongo la armadura, es rápido, demasiado, esquivo solo un par de golpes antes de que un puñetazo me alcance en el estómago rompiendo la armadura, me quedo sin aire e intento incorporarme, golpeo con la izquierda y después la derecha, sigo así golpeando su rostro y su costado y entonces golpeo su rostro con un gancho. Pierde el equilibrio y aprovecha el giro para darme un golpe de revés que rompe el casco y me deja inconsciente, despierto amarrado en un árbol, las ramas cubren todo mi cuerpo y no puedo moverme ni un poco, Jane está en la plataforma, en el suelo, y Kon la amarra en el árbol que está a lado mío.

- ¿Sólo quedas tú? - pregunta dirigiéndose a Alan.
- ¡Conmigo basta, imbécil! - responde agresivo.
- Curiosas palabras de quien se quedó hasta el final.
- Ya verás lo que soy capaz de hacer.

Alan sube a la plataforma y se prepara para pelear, parece nervioso, espero que pueda con él.
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Elizabeth Claire

Tan pronto como mis compañeros se fueron me lancé al ataque contra Stex, lanzando un rayo mágico poderoso, recibe el golpe y cae pasmado al piso.

- Eso... no me lo esperaba... - murmura adolorido tras el ataque y se levanta - Es mi turno.

Entonces desaparece... no logro encontrarlo, ¿se habrá ido? No, la puerta sigue cerrada. Entonces del piso sale una mano y me agarra del tobillo, la pateo y la mano se hunde en el piso de nuevo.

- ¡No dejaré que destruyas este lugar! - exclama sin mostrarse.

Sale del suelo de un salto a lo lejos y dispara una esfera de energía color verde, disparo un hechizó mágico y colisionan los ataques, la explosión es fuerte, el lugar queda hecho pedazos y mi escudo logró protegerme, pero a él nada lo protegió.

- ¡Mira lo que has hecho! - exclama iracundo - ¡Tendré que volver a empezar!

Levanta sus brazos lentamente mientras, en sintonía de sus brazos, una réplica del lugar que acabamos de destruir asciende desde la tierra, él debe ser el que creó esta guarida. Entonces se mueve a toda velocidad alrededor de la habitación y dispara una ráfaga sucesiva, mi escudo resiste sólo pocos ataques y me veo obligada a volar a toda velocidad en el mismo sentido que él, entonces empieza el verdadero combate.

Intercambiamos ráfagas, el primero en quedar agotado o ser alcanzado perderá, intento concentrarme como Jane siempre decía, pero era difícil moviéndome y con el enemigo moviéndose tan rápido, así que aumento la velocidad. Al ver que me muevo tan rápido, él decide hacer lo mismo, pero no imaginaba lo que vendría encima, empiezo a volar cerca de las paredes, y a la vez a destruirlas, pierde el vuelo al ser golpeado por una parte superior del muro y entonces me detengo para verlo aplastado. Sufriendo, pero no por mucho.

Y la puerta se abre sin más, un incidente afortunado. Sin duda esto terminó, rápido... demasiado rápido. Entro en la siguiente habitación y era como una selva, busco a mis amigos, y encuentro a Matt y a Jane atados en árboles y a Alan peleando contra un hombre leopardo.

Me acerco con mis amigos mientras Alan rodea de lava al oponente, me ponen al corriente de la situación y me dicen que no podré liberarlos hasta que alguien derrote a Kon, es muy fuerte a lo que veo, Alan lo golpea con rapidez, pero no logra hacerle nada, incluso con sus puños cubiertos de magma. Es muy resistente, entonces lo toma del cráneo y lo golpea fuertemente en el estómago, Alan queda sin aire en el suelo y Kon empieza a pisotear su pecho, dificultándole la respiración.

- Di que te rindes. - le dice Kon en posición de ventaja
- Jamás. - responde Alan con voz cortada y enorme esfuerzo para inhalar.
- ¡Alan! - le grito desde los árboles - Ríndete, yo me encargo, no quiero que nadie muera. - lo piensa un momento y entonces...
 - Me rindo.

Kon quita el pie de su pecho y lo levanta con una mano sin problema, se acerca al árbol a lado de Jane y lo amarra firmemente.

- ¿Tú sigues?
- Te haré pagar. - le respondo amenazante.
- Nada personal, solo trabajo... sube.

Subo a la plataforma para enfrentarme a él, su modo de combate y el mío son distintos, si tomo distancia podré con él.

Corre hacia mí para atacar con sus garras y retrocedo en vuelo, disparo una ráfaga mágica y asesto de lleno, lo debilito claramente, se incorpora y salta hacia la rama de un árbol ágilmente, salta de nuevo y por poco me golpea, el techo de la habitación es bajo, los árboles le ayudan contra enemigos voladores, la plataforma de combate queda atrás y usamos toda la habitación como campo de batalla, tomo distancia, esquivo y disparo, un solo golpe podría causar un daño grave. Empiezo a disparar a los árboles intentando derribar algunos, pero él estaba un paso adelante, lanzaba los troncos hacia mí, logré esquivar tres de ellos, pero fue tan solo un señuelo, salta y acierta una patada en mi estómago que me manda volando hasta el muro. Lo último que recuerdo antes de quedar inconsciente, fue caer sin freno tras golpear la pared.
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Desmond Geiserfield

Desde el balcón de la habitación, la guardiana estaba furiosa, emanaba un aura color rojo oscuro, se veía más poderosa ahora, usa todo su poder en una ráfaga asombrosa un espectáculo de disparos azul claro, oscuro, verde, amarillo y rojo oscuro, me cuesta esquivarlos durante menos de diez segundos, pero acierta uno rojo y me quedo inmóvil al recibirlo, entonces el resto de la ráfaga asesta sin parar.

Estoy hecho pedazos, sentado en el suelo y recargado en la pared, a lo lejos puedo verla agotada, y como no tras usar tanto poder, pero para su sorpresa, aún puedo levantarme. He entrenado duro para soportar todo lo que me ataque... y ahora es cuando veo los resultados de mi entrenamiento.

Corro rápidamente y salto hacia el balcón, ella apenas reacciona y retrocede subiendo la guardia.

- ¿No vas a disparar? - pregunto burlescamente.
- Mi poder no parece afectarte como yo creí.
- Entonces ríndete y déjame pasar.
- ¡Jamás!

Corre hacia mí y me golpea en el rostro, sin efecto, ni siquiera me muevo, entonces golpeo su pecho con la palma de mi mano y el golpe la envía bruscamente hacia la campana de la izquierda, la cual se tambalea y suena fuertemente al recibir el impacto. Avanzo rápidamente hacia la estructura que rodea la campana, justo donde se encuentra ella.

- ¿Crees que puedes derrotarme con eso? - se levanta apoyándose en la pared - Si hubiera escogido a la chica ya estaría muerta.

Enfurezco de tan sólo escucharla y la tomo del cuello.

- ¡NO MENCIONES A CLAIRE!

La golpeo con fuerza en el rostro y esta vez azota la pared, su máscara queda agrietada, a ella no parecen quedarle fuerzas, pero entonces dispara un rayo de energía al techo de la estructura y se derrumba detrás de mí, dispara a un pilar y este cae con la punta afilada detrás de mí y me empuja con lo que le queda de fuerza y la punta del pilar atraviesa mi abdomen como si fuese una lanza.

- Aquí morirás... y aquí moriré. - me dice casi sin habla.
- ¡No te dejaré ganar!

Al escuchar esas palabras provenientes de mí, queda paralizada, como si estuviese recordando algo. Aprovecho su descuido para liberarme del pilar que atravesaba mi abdomen desde la espalda, la tomo del cuello, y después la llevo de espaldas hacia la punta del pilar. La estructura está por derrumbarse sobre nosotros, su pecho está perforado y ella recobra la conciencia, se quita lentamente la máscara y veo su rostro que, aún con heridas, es hermoso. Me quedo paralizado al ver sus hipnotizantes ojos verdes y su mirada de asesina que la hacen ver tan atractiva. No puedo creer que ataqué de forma tan brutal a tan bella mujer... y sus palabras me paralizan aún más.

- Está bien, Desmond... tú ganas esta vez.

Entonces esa sensación me invade de nuevo, pierdo la conciencia por un segundo que parece una eternidad. Un montón de recuerdos vienen a mi cabeza, tantos lugares recorridos, tantas citas, tantos regalos dados y recibidos. Tantos abrazos, un amor insuperable, una noche de bodas, una niña de seis años, tan parecida a su madre, Amelia... ¿Dónde estás?...

- ¡Stephanie! - al oírme decir su nombre muestra una leve sonrisa.
- Me recordaste Desmond...
- Stephanie... amor... ¿por qué? ¿dónde está Amelia? - tartamudeo sintiéndome aterrado después de ver lo que acabo de hacer.
- Amelia se fue, Desmond... ella murió - mis ojos sueltan lágrimas involuntarias... mi pequeña había muerto - Estábamos... destinados a estar juntos... en nuestra vida anterior... pero en esta...vida... no.

- ¡NO! - grito despechado y desesperado mientras la campana y la estructura se derrumbaban sobre nosotros y nos aplastaba.

Tras varios minutos...

Aparto los escombros de mí, abro el camino para sacar el cadáver de Stephanie, la recuesto en el suelo y limpio su bello rostro para verlo una vez más. Rompo el silencio con un grito de desesperación y dolor, el llanto me invade y lloro colocando mi rostro entre su hombro izquierdo y la herida en su pecho. Me duele tanto lo que acabo de hacer.

- ¿Por qué?... - le pregunto mientras continuó llorando, como si me fuera a responder - ¿¡Por qué no te detuviste!? - el grito resuena por toda la habitación - ¿Por qué no lo recordé antes? - las lágrimas son incontenibles, no recuerdo si alguna vez en la vida me había sentido de esta manera.

Levanto el rostro al ver un colgante del cual no me había percatado. Es un portarretratos dorado un tanto compacto, es redondo y tiene un botón de un lado. Al presionar el botón, se abre para mostrar una fotografía de Stephanie, Amelia y yo.

- Es horrible darme cuenta que... no recordaba lo mucho que las echaba de menos... lo mucho que las amaba... y ahora... llegaste sólo para darme cuenta que se fueron para siempre.

Recuerdo que mis amigos estaban adelante, me decido a alcanzarlos, dejando atrás a mi difunta esposa que murió en mis brazos... yo la asesiné. Cruzo la puerta con ira en mi rostro, tristeza y decepción a la vez.

La cuarta habitación está vacía, avanzo a la quinta para encontrar lo mismo, en la sexta había un tipo levantándose del suelo, parecía estar recuperando la consciencia.

- Tú... ¿eres... amigo de esa estúpida... la hechicera rubia?

Al oírlo enfurezco aún más, lo levanto del cuello y golpeo tan fuerte su pecho que lo atravieso sin más. Ni siquiera le dirigí la palabra, lo lancé al piso y caminé a la siguiente habitación.

Esta sí que es diferente, una especie de selva con un camino recto, me acerco para encontrar una plataforma cuadrada rodeada por árboles y cuatro de esos árboles tenían a mis amigos amarrados y Claire estaba inconsciente. En la plataforma esperaba de pie una especie de leopardo gigante con cuerpo de hombre. Lo ignoro y me dirijo hacia los árboles.

- ¡Alto! - dice la bestia mientras me detengo a lado de un árbol - Pelea conmigo, luego liberas a tus amigos si me vences.
- No perderé tiempo contigo. - le digo seriamente.
- ¡Sube y pelea contra mí! - dice poniéndose en posición de combate.
- ¿Por qué no bajas tú y peleas?
- ¡Así será!

Salta de la plataforma y salta hacia mí para atacarme con sus garras, me muevo hacia atrás y atraviesa el árbol quedando con ambos brazos atascados.

- ¿Eso es todo lo que tienes? - le pregunto a sus espaldas mientras forcejea para sacar los brazos del árbol - ¡Mírame cuando te estoy hablando! - exclamo mientras tomo su cabeza y la volteo de forma que ahora me miran sus ojos vacíos, lo miro un segundo, pero sin sentirme satisfecho - ¡Bestia inútil! - dirijo mi mano hacia su boca y coloco desde mi dedo índice hasta el meñique debajo de su lengua y el pulgar en su barbilla, aprieto con fuerza y de un tirón le arranco la mandíbula.

Mis compañeros se quedan paralizados al verme asesinarlo de forma tan brutal. Procedo a liberarlos, asustados y Alan me mira enfadado.

- ¿Qué clase de equipo crees que somos? ¿¡Acaso crees que somos asesinos!? - pregunta gritando furioso.
- A veces hace falta matar para seguir adelante y sobrevivir.
- ¡Venimos aquí a salvar a esta gente y a demostrarles que no todos los portadores somos asesinos!
- Pero yo no soy un portador Alan, no para ellos. ¡Para ellos yo soy un mutante y tú también lo eres!
- ¡Chicos basta! - dice Claire que recién recupera la conciencia - La siguiente puerta está abierta, terminemos con esto, por favor.
- De acuerdo. - respondo con calma - Entre más pronto volvamos mejor.

Cruzamos la puerta para encontrar una enorme habitación con grandes pantallas por todas partes, enfocaban a las habitaciones. Frente a estas pantallas había una enorme escalera que conducía hacia un trono dorado en el centro de la habitación. Sentado vemos a McGilinstor preocupado, no pensó que derrotaríamos a todos sus guardianes.

- Entonces, lograron acabar con cinco de mis mutantes, inmovilizaron a uno de ellos y dejaron escapar a otro. - Jane y yo miramos a los demás tratando de deducir quien fue el que dejó escapar a uno de los guardianes y por qué. - Me temo que... tendré que pagarles ahora a ustedes. ¡Serán mis nuevos guardianes! - exclama con una enorme sonrisa en su rostro.

Pienso acercarme a él, decidido a atacarlo, pero antes de avanzar Alan pone una mano frente a mí y avanza.

- Hemos venido a detenerte, ¿recuerdas?
- Podemos negociarlo, ¿no es así?
- No lo creo.
- ¿Van a arrestarme? Puedo sobornar a los policías.
- Entonces construiré una celda para ti. - responde Matt burlándose.
- ¡No te atreverías a arrestarme! ¡Quieres quedarte con mi fortuna! - entonces llego a él tan pronto como puedo.
- Al carajo tu fortuna. - lo golpeo en la nuca para dejarlo inconsciente.


Lo sacamos de su guarida y lo metemos en la parte trasera del vehículo, esposado. Matt conduce el vehículo mientras yo voy de copiloto, Alan se encuentra en la ventana izquierda, Jane en el centro y Claire a la derecha, está preocupada por mí, pero más que nada... tiene miedo de lo que soy capaz de hacer. Será difícil, pero tengo que contarle lo que ocurrió con Stephanie... pero eso será cuando lleguemos al observatorio.






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