VIAJANDO A CIUDAD ÁNESTER
Jane
Han pasado ya
tres semanas desde que llegamos al observatorio, Claire se volvió muy buena
amiga mía, además de ser mi compañera de entrenamiento desde que descubrió como
usar sus poderes, ella y Desmond tienen algo que se empieza a volver cada vez
más evidente, Desmond por otra parte entrena sólo y muy duro, despejó el
terreno detrás del observatorio, y lo construyó a su gusto, es un buen campo de
entrenamiento para los bajos recursos con los que lo construyó, Alan no entrena
mucho, es muy confiado, pero despertó 6 meses antes que nosotros, ya debió
haber entrenado lo suficiente, en cuanto a Matt... no es un hombre de
combate... o al menos eso parece, se dedica a investigar portadores malignos,
sus ubicaciones y crímenes, al localizarnos suele quedarse mientras nosotros
vamos intentando salvar las ciudades a las que no llegó la explosión, y a
demostrar al mundo que no todos los portadores somos mutantes malvados. Además
de eso se dedica a sus máquinas y vehículos, trama algo grande con eso, lo
presiento... y claro... últimamente está despertando en él un... nuevo interés.
- Buenos días
Jane - me saluda Matt... sonriente como rara vez - ¿estás ocupada más tarde?
- Tengo... que
entrenar con Claire. - respondo rápidamente.
- Oh, ya veo...
si tienes un tiempo libre ven a buscarme, me gustaría convivir un poco más
contigo.
- Claro... Lo
tomaré en cuenta.
Camino rumbo al
campo de entrenamiento esperando que no me siga... no me siento cómoda cuando
me habla, debe ser que no me agradan quienes huyen de los combates ¿por qué no
pude gustarle a Alan o a Desmond? Ellos son valientes en combate.
- ¿Temprano para
entrenar? - pregunta Desmond burlescamente, está sudando y no lleva puesta su
playera ¡demonios Claire! Tú novio entrena demasiado.
- ¿Alguna vez
dejas de entrenar? - pregunto intentando no mirarlo.
- A veces me doy
un tiempo libre.
- Muy pocas
veces.
- ¿Y bien?
¿Crees estar lista para entrenar conmigo?
- No quisiera
volarte los sesos de un escopetazo, los campos de fuerza de Claire detienen mis
balas, lo cual no creo que tu cabeza pueda hacer.
- ¿Te parece
divertido practicar tiro al blanco con mi chica?
- ¡Relájate!
¡Puede volar muy rápido mientras mantiene el campo de fuerza! Es la compañera
de entrenamiento perfecta.
- Creo que no ha
despertado, ¿qué haces aquí si no vienes a entrenar?
- Digamos que
estoy huyendo de un indeseable.
- ¿Es Matt de
nuevo? - pregunta en tono burlesco - ¿Por qué no le das una oportunidad? Es un
buen sujeto.
- No me agrada,
se refugia en el observatorio mientras hacemos el trabajo sucio.
- Sus funciones
son distintas... dudo que tenga poderes físicos, es un tipo brillante, pero el
combate no es lo suyo.
- Cierto.
- Desmond, Jane
- se acerca Alan - Matt quiere que nos reunamos en la sala, al parecer es algo
grande.
Nos dirigimos a
la sala y ahí están Matt y Claire.
- Tomen asiento
chicos - espera a que nos sentemos y comienza a hablar - tenemos ante nosotros
algo grande, al parecer es un grupo de villanos que iban de ciudad en ciudad
causando crímenes pequeños, parecían simples sobrevivientes, pero ahora que se
establecieron en la ciudad de Ánester, están desatando el caos, construyeron en
minutos una especie de guarida, los estoy investigando y son siete portadores y
un humano al mando, al parecer un millonario que los contrató para su
protección. Desconozco las identidades de los portadores y sus poderes, sólo sé
que son dos mujeres y cinco hombres, creo que será la misión más peligrosa que
haya surgido. Y está vez iremos todos.
Aquella ciudad
no estaba lejos, nos preparamos para el viaje y sobre todo para el combate. No
sabíamos la clase de enemigo que nos esperaba allá, pero no teníamos miedo.
¡Estamos
preparados!
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Alan Razor
Llegamos a
Ánester en menos de una hora, por suerte Matt había estado trabajando en un
vehículo en el cual pudimos viajar los cinco, Claire se veía nerviosa, no
soltaba la mano de Desmond, quien parecía demasiado tranquilo, Jane iba de mal
tercio en la ventana contraria a Desmond, por alguna extraña razón, se negó a
sentarse en el asiento de copiloto, quizás porque Matt era quien manejaba, de
seguro la incomodó de algún modo. Llegamos y Matt decidió que dejáramos el auto
lejos de la guarida enemiga, de esa forma si el combate se ponía intenso
tenemos el vehículo lejos del peligro, la verdad no quisiera regresar a pie.
Caminamos por
las calles de Ánester, estaba destruida, era cuestión de tiempo para que
terminara como lo que solía ser nuestra ciudad... debíamos detenerlos. No
tardamos en localizar la guarida, lucía como una fortaleza medieval, era
cuadrada y enorme, no tenía mucha altura, pero abarcaba demasiado terreno, a lo
lejos se veían, campanas en plataformas techadas, tenían un patrón que indicaba
que estaban para dividir terrenos, quizás. No me imagino la cantidad de gente
que murió o que perdió sus hogares mientras levantaban está estructura en
segundos.
- Y... ¿Cuál es
el plan? - pregunta Matt algo nervioso.
- Creí que tú
estabas organizando este ataque. - respondo.
- Yo tengo un
plan - responde Desmond - entramos, los hacemos pedazos y nos marchamos.
- No es tan
fácil Desmond, no sabemos a lo que nos enfrentamos, debemos ir con cuidado.
- Ya veremos.
- Tengamos
cuidado ¿sí? - añade Claire temerosa.
Está bien... -
responde Desmond decepcionado, al parecer planeaba usar fuerza bruta - entonces
entremos sin hacer mucho escándalo.
La puerta es
enorme, parece abrirse con algún mecanismo desde dentro.
- Seguro puedo
destruirla de un golpe... - dice Desmond agresivo - pero... eso llamaría la
atención...
- Allí... -
señala Jane a la pared - ¿Un timbre?
- No creo que
seamos invitados a pasar - comenta Desmond desconfiado.
Antes de decir
algo más aparece un letrero de madera en la pared.
-
"Presionen el botón para ser recibidos, los atenderemos de manera
cortés"
- No confío en
esto - dice Matt aún más nervioso - pero creo que debemos hacerlo para entrar.
Matt presiona el
botón y la enorme puerta se abre hacia arriba.
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Henry Mattews
Al entrar vemos
un enorme terreno cuadrado, como si fuese una habitación de gran tamaño... pero
no estaba vacía, parecía como si hubiese habido techo y pilares en esa
habitación. Como si hubiesen sido destruidos y distribuidos de forma
estratégica... pero... ¿para qué? Alan se acerca y Desmond no se queda atrás,
sin soltar a Claire, siempre protegiéndola, entonces aparece un hombre vestido
con traje negro, tiene cabello rubio, ligeramente largo con un peinado hacia
atrás, su voz grave y presumida lo hace parecer despreciable.
- ¡Bienvenidos
viajeros! - exclama el hombre - Mi nombre es Axel McGilinstor. Por haber
entrado aquí, puedo intuir que no son de esta ciudad, ya que de serlo sabrían
que acaban de entrar en la boca del lobo - sonríe de forma malvada - pero no se
preocupen, les doy la oportunidad de regresar si no buscan problemas, pero esta
es una ciudad problemática ahora.
- ¡Hemos venido
a detener los problemas que causas! - exclama Jane de forma directa.
- Vaya modales,
ni siquiera te presentas y ya estás amenazando mis planes - suspira y da media
vuelta - bueno - gira la cabeza para decir algo más - si lo que quieren es que
me detenga, tendrán que vencer a mis guardianes. Cada habitación tiene un
guardián, cada guardián tiene la orden de pelear sólo contra un oponente, son
siete habitaciones, siete guardianes y al final, en la octava habitación estaré
yo. Al ser ustedes cinco, tendrán avance rápido, pero les advierto, si lo
logran... puede que no regresen los cinco. Buena suerte. Ya conocerán a todos
los guardianes, todos tienen la orden de elegir un rival y dejar pasar al
resto. De momento les presento a Killer Shot.
Se abre la
puerta hacia la segunda habitación y una enorme neblina se asoma, es como si
todo aquél terreno estuviese encerrado y lleno de esa niebla, se ve una silueta
de un hombre con sombrero acercándose lentamente y se detiene, mientras a su
lado en dirección contraria se marcha Axel, al cerrarse la puerta tras él, la niebla
se disipa y deja al descubierto a Killer Shot, es un hombre alto de complexión
delgada, tiene cabello largo, color negro parece, lleva puesto un sombrero de
vaquero, está vestido al estilo del viejo oeste, pantalón y botas de vaquero,
va sin playera usando tirantes cruzados y una bandana cubriendo su rostro
exceptuando sus ojos, todo el vestuario de color negro, lo curioso es que no
porta arma alguna, se acerca lenta y tranquilamente.
- Entonces -
dice con voz grave y relajada - que se quede quien pueda ofrecerme un buen
tiroteo.
Nos miramos unos
a otros y entonces Claire comenta:
- Mis campos de
fuerza reflectarán sus balas, he estado entrenando para esto.
- No - responde
Jane - este combate es mío - se miran a los ojos un momento y Claire acepta sin
más. Los demás sabemos que ella es la mejor para este combate.
- Ten cuidado
Jane - le dice Desmond poniendo su mano en el hombro de ella. Claire la abraza
y se despide.
- Asegúrate de
alcanzarnos... Tú puedes - le dice Alan.
- Sé prudente al
atacar - le digo para concluir.
Caminamos hacia
la puerta dejando a Jane atrás, Killer Shot nos deja pasar sin más. La puerta
se abre y vuelve la niebla, entramos y la puerta se cierra tras nosotros. El
silencio de la habitación pasada nos deja mucho a pensar, pero nuestro
pensamiento cambia al ver al mutante que se encuentra en esta habitación. Un...
¿hombre? Es de estatura baja, tiene la piel de un tono verde amarillezco, es
calvo y de orejas puntiagudas, su cuerpo tiene algunas bocas con colmillos,
tiene dos en el brazo izquierdo, tres en el derecho, no lleva playera para
tener al descubierto una enorme boca que abarca toda su área pectoral, y en la
garganta tiene una boca más, viste unos jeans cortos raídos y está descalzo,
sus pies y sus manos son gruesas y de aspecto repugnante. Nos observa un
momento y me señala.
- Tú - dice con
voz repulsiva e irritante - tú serás mi rival.
Lo miro
decidido, doy cuatro pasos adelante, doy media vuelta para ver a mis compañeros
y asiento con la cabeza, ellos avanzan hacia la siguiente habitación y yo me
quedo aquí, es mi momento de luchar.
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Elizabeth Claire
Mientras más
avanzamos, menos somos... Desmond, Alan y yo. Me preocupa Jane, espero que esté
bien, y Matt... ni siquiera sé si tiene poderes para enfrentarse a esa... cosa.
La siguiente habitación es como... una especie de parroquia a techo abierto,
los muros de esta habitación son más altos que las anteriores, la puerta doble
es de madera, encima hay una ventana de iglesia, hay adornos de boda por todas
partes, es hermoso, en el piso superior, puedo contemplar enormes campanas en
las esquinas, cada una rodeada de una plataforma techada, a pesar de la bella
estética de la parroquia, parece tener un espacio considerado para pelear.
Con el aspecto
del lugar esperaba que apareciera una especie de persona demente, obsesionada
con las bodas o con la iglesia, pero en cambio, una mujer joven espera sentada
en el suelo con las piernas cruzadas, se levanta y nos mira pensativa, es de
estatura media, complexión delgada y atlética, tiene el cabello castaño claro,
es largo y lo tiene suelto con el fleco corto, tiene ojos color verde claro,
viste con jeans negros, una blusa color pistache y un chaleco azul claro, calza
unos tenis de botín blanco y negro, me llaman la atención sus ojeras, parece
como si algo le impidiera dormir.
- No hace mucha
falta pensar en mi rival. - dice con voz seria, pero dulce a la vez - Tú. -
señala a Desmond - Presiento que tú eres el indicado.
- Bien - se
acerca un poco antes de ser interrumpido.
- ¡Alto! - se
sienta de nuevo con las piernas cruzadas - Por favor, siéntate. - dirige su
mirada hacia nosotros - Ustedes dos, pasen por la puerta.
- ¿Por qué
debería aceptar tu petición? - pregunta Desmond.
- Porque no me
moveré hasta que tus compañeros crucen esta puerta.
- Hazlo Desmond.
- le dice Alan - Cuando crucemos la puerta podrás pelear.
- Claro.
Avanzamos hacia
la puerta pasando a lado de la mujer, es paciente y no se mueve, la puerta
doble se abre y cruzamos a la siguiente habitación. El terreno no parece
destacar, está vacío, totalvacío, sólo se encuentra una mujer, es vieja, de
estatura baja, un bastón en mano, viste con un vestido rosa pálido y una
capucha blanca, su rostro es apenas visible y su voz concuerda con su
apariencia.
- Tan joven. -
dice la mujer a lo lejos - Tan bella... Tú - señala a Alan - vete de aquí, esto
no te incumbe.
Alan me mira y
me abraza... no es normal. - Ten mucho cuidado Claire, eres quien más deseo que
sobreviva.
No sé qué pensar
sobre lo que acabo de escucharle decir, pareciera como si no le importara nadie
más. ¡Que egoísta!
- Sólo vete ya.
- respondo con desagrado.
Alan me mira
confundido y sin decir más, se marcha, cruza la puerta y me encuentro frente a
esta anciana que me mira de forma incómoda.
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