Hola! les dejo el sexto capítulo de mi historia, sigo tardando en sacarlos, pero es por la poca disponibilidad de tiempo, disculpen... Bueno espero que lo disfruten :3
Parte
1
– La segunda llave del
Tártaro: La Sangre de Tarrasque, la ganó Belifas y actualmente está en poder de
Feber, el rey de Thrin Theras. Si la tercera llave cae en manos del propietario
de la primera y este quiere abrir el portal tendrán que volverse a jugar
sesenta cristales negros así que básicamente estamos hablando de algo muy
difícil ya que lejos de ganar la llave faltante podría perder una de las suyas
y el ciclo continuaría.
– Es algo utópico
lógicamente...
– Sin embargo, nadie podría
garantizar que aquel propietario buscara apoderarse de la llave generando una
guerra entre mundos. Pero bueno, ese es otro tema... a lo que iba, la llave que
tiene Feber, si te apoderas de ella tendrías la posibilidad de enfrentarte a
Lian.
– ¡¿C-cómo puedes sugerirme
que haga algo como eso?! – se exaltó Hana haciendo que la pequeña ardilla salte
desde sus piernas hacia Milo nuevamente –, ¿hasta ahora no has entendido que lo
que más detesto son los criminales?, además, para enfrentar a un rey mago
tendría que robarle un tesoro a otro rey mago, esa sugerencia es ilógica...
– Feber guarda la llave
lejos de su palacio, en el extremo norte del reino, al interior de unas
montañas, claro que tiene un muy fuerte resguardo; pero no está directamente
protegido por él.
– ¿Fuerte resguardo?
– Neo Génesis, la élite del
reino y su guardia personal...
¿La
guardia personal del rey?... ¿Acaso está loco?
– Estás diciendo una serie
de cosas que solo a un idiota se le ocurriría... aun así, si realmente sería la
única opción, ese sería un gran problema, pero no el único...
– ¿A qué te refieres?
– Dices que tendríamos que
enfrentar a la élite del reino, pero te has olvidado de Safiot, definitivamente
el peor de nuestros obstáculos.
Y es verdad, la amenaza más
fuerte dentro de Thrin Theras la representaba la organización de asesinos más
grandes de Belifas, y Hana se lo hizo saber a Milo recostándome nuevamente.
– Yo no diría que ellos son
un obstáculo, ellos planean sus movimientos mucho antes de ejecutarlos y
llegando tú recién, no le veo sentido.
Milo dio aquella respuesta
cerrando los ojos mientras la pequeña ardilla dormía sobre su cabeza.
– ¿Cómo sabes eso?
– Es algo sabido en el
reino, tendrías que haber vivido dentro para poder entenderlo.
– Ya veo – Hana cerró los
ojos también –, por cierto... el día que mis amigos fueron asesinados, tuvieron
una misión en la frontera con Delior, había un campamento de asesinos a los que
tenían que matar y la primera información que tuvimos es que se trataban de
miembros de Safiot...
Al parecer este comentario
despertó cierto interés en Milo, quien abrió nuevamente los ojos.
– ¿Hmm?
Hana continuaba contando
recostada sobre la impecable sábana blanca y cubierta hasta la cintura por la
cobija.
– Finalmente desechamos esa
posibilidad, pero te digo una cosa... quizá sí se haya tratado de ellos y
nosotros hayamos sobrepasado el nivel ordinario al grado de poder acabar con
esos asesinos.
– No lo creo, Safiot no
tendría por qué salir de la frontera, además eso de andar en campamentos es
ridículo, según se sabe ellos trabajan individualmente... tú... ¿viste los
cuerpos de esos asesinos?
Esa pregunta le pareció a
la joven algo extraña, haciendo que abriera también los ojos.
– Sí, cuando llegué a ese
lugar los vi a todos
– Hay una manera de poder
distinguir a un miembro de Safiot, cada uno trae una marca negra en alguna
parte del cuerpo con la figura de un halcón, ¿viste aquella marca en ellos?
¿Un
halcón?... no... no recuerdo haber visto aquella marca en nadie.
– Hmm... no, no tenían esa
marca.
– Entonces no eran de
Safiot, es más déjame decirte una cosa, dijiste que los tipos que te atacaron
enantes eran de una de las organizaciones más importantes de Delior... pues si
todos los miembros de las distintas organizaciones de este reino tienen un
poder semejante al de aquellos, un solo miembro de Safiot podría acabar con una
organización entera.
– Eso es ridículo, – dijo
Hana al instante sonriendo – absolutamente; pero es una simple opinión tuya y
la respeto, de ahí a creerte es otra cosa, podré creer lo que me estás diciendo
el día en que vea con mis propios ojos que eso suceda. Por cierto, si dices que
ellos son tan fuertes, Thrin Theras debe ser un caos...
– No es como crees... Neo
Génesis, ¿recuerdas que te hablé de ellos?, pues esa organización nació como
consecuencia de la aparición de Safiot. Antes de ellos había una sola orden en
el reino, Fénix Negro, que se encargaba de la estabilidad de todo el reino.
Pero cuando Safiot apareció, esa organización comenzó a perder gran cantidad de
miembros en sus enfrentamientos con estos, así que Feber decidió crear una
nueva orden con el propósito exclusivo de combatir a Safiot, una orden de puro
magos de altísimo nivel, desplazando de inmediato como sub élite a Fénix Negro,
que comenzó a ocuparse de asuntos menores. Desde entonces Safiot y Neo Génesis
comenzaron una rivalidad eterna, por eso es que Safiot no hace movimientos muy
seguido, de modo que es difícil verlos actuar.
Hana se levantó ligeramente
apoyando los codos sobre la cama con la vista sobre Milo.
– Entonces, si solo han
existido esas dos organizaciones... ¿a cuál perteneciste tú?
La pregunta no tuvo
respuesta inmediata como venía haciéndose durante la conversación, por ello
Hana se sentó.
– Oye, te hice una pregunta
– cuando ella se acercó hacia él pudo notar que este ya estaba durmiendo –
¿Heh?, s-se durmió... tch...
Hana se volvió a recostar,
sin duda ahora tenía más interés en saber si Milo sería ex miembro de Neo
Génesis o de Fénix Negro. Ese sería motivo para continuar la conversación el
día siguiente.
Bueno
fue un día muy agitado, debe estar muy cansado... en fin, mañana se lo
preguntaré.
Solo quedaba dormir
también.
A la mañana siguiente, los
rayos solares apenas lograban entrar a través de la ventana de la habitación de
la cabaña, llegando directamente sobre la bella y suave piel de la joven.
Luego de despertar se sentó
mientras se frotaba los ojos, dando algunos bostezos dirigió su mirada hacia la
parte lateral de la cama, pensando encontrar a Milo, pero este ya no estaba.
Ella no se preocupó por
aquello y quitó la cobija que la cubría, bajó los pies de la cama con mucha
sutileza, se puso de pie y levantó ambos brazos en un movimiento típico de
alguien estirándose luego de una agradable siesta, la única prenda de dormir
que vestía, una ligera blusa que le llegaba hasta poco más debajo de su
entrepierna se levantó dejando ver sus bragas.
El clima estaba muy fresco
en aquel momento, poco después Hana salió de la cabaña ya vestida con su
uniforme habitual.
A unos pocos kilómetros
delante de aquel bosque se encontraba vistosa la cordillera que hacía de
frontera entre Agaia y Thrin Theras.
– Aaa... qué hermoso día
Luego de dar un profundo
respiro y llenar los pulmones de aire puro, por un instante Hana comenzó a
meditar cosas irrelevantes.
Para
poder cambiarme con ropa de dormir y acostarme tuve que echar a Milo de la
cabaña, el que ahora no haya estado me ahorró que lo volviera a echar,
afortunadamente no parece ser un pervertido... o... ¿y si en realidad es un
pervertido y solo se estuvo escondiendo para verme mientras me cambiaba?
Estos pensamientos fueron
acompañados por unas imágenes que se hacía en la cabeza viendo a Milo oculto
con cara de pervertido observando desde alguna rendija el momento en que se
desvestía.
Al instante su cara se
enrojeció y envolvió sus brazos alrededor de su cuerpo mirando en todas las
direcciones raudamente pensando que aún podría estar observándola.
¡¡No!!
¿q-qué estoy pensando? Yo no soy así...
El sol iluminaba de gran
forma el lugar, los cuerpos de los dos sujetos habían desaparecido, pero Hana
ni se dio cuenta ocupada más con sus pensamientos, observando los alrededores.
¿Dónde
se habrá metido?
Mientras Hana se preguntaba
a sí misma aquello, apareció detrás de ella la pequeña ardillita, esta pasó
corriendo por su costado, avanzó unos metros y volteó a verla, haciendo que
Hana se extrañe.
– Tú eres...
La ardilla volteó de nuevo
y se alejó hacia los árboles.
– ¡Oye!
Momentos después Hana logró
distinguir la silueta de Milo, quien venía llegando desde esa misma dirección,
además iba trayendo consigo al pequeño roedor posado sobre su hombro.
– ..................
– ¿Estás lista?, cruzaremos
la frontera – dijo Milo acercándose hacia la joven.
– Desde luego, pero...
Hana apuntó con el dedo a
la ardilla en su hombro.
– ¿Hmm? – Milo se fijó en
el animal –, no lo sé, no deja de seguirme.
– De algún modo le has
caído bien parece.
Hana comenzó a caminar
llegando a pasar por el costado de Milo.
– Vamos
Ambos comenzaron a caminar
mientras se iban alejando de aquella acogedora cabaña, dispuestos a cruzar la
cordillera de Genevias que hacía de límite entre Agaia y Thrin Theras.
–Al final no pudimos
conocer al dueño de la cabaña.
– Es cierto...
De pronto la pequeña
ardilla saltó del hombro de Milo y comenzó a correr.
– ¿...?
El pequeño roedor volteó y
vio fijamente a Hana, era raro que el pequeño animal se comportara de esa
manera, por supuesto esto es algo que sorprendió a la joven.
La ardilla comenzó a hacer
pequeños movimientos que de alguna manera ella sintió que trataban de decir
algo, inmediatamente después de estos movimientos el animal salió corriendo.
– Parece que ya decidió
irse – refirió Milo.
– No, espera... hay algo
extraño en esa ardilla
Hana salió corriendo tras
el pequeño roedor, su intuición en ese momento la llevó a creer que aquel
animal tenía algo que no era normal.
De igual manera, Milo
comenzó a correr detrás de la joven.
Parte
2
Un grupo de magos iba
llegando hacia la mansión de Neo Génesis en la ciudad capital de Thrin Theras,
la majestuosa Aglynthor; a unos metros del patio de las banderas que
representaban el continente, el reino y la orden, venían dos personajes
bastante diferenciados del resto, un varón y una mujer.
Al interior del lugar, en
un gran salón con un parqué tan impecable que uno fácilmente se podría ver
reflejado al bajar la vista, el mago de anteojos y saco rojo se encontraba
sentado en un gran sofá de terciopelo con diseño de media luna y rodeado por
muebles y enseres de lujo y hermosas flores de distintos colores creciendo
sobre floreros elaborados con la mejor cerámica del reino.
El mago tenía una
apariencia tranquila mientras permanecía con los ojos cerrados.
– Señor
Alexei abrió los ojos al
oír estas palabras dichas por uno de los magos de segunda categoría de la
orden, que se encontraba de pie a unos pasos de distancia.
– Los preparativos están
hechos y tenemos el equipo listo para partir.
– Entonces es hora de
ponernos en marcha, quiero terminar de una vez esta última operación para
desvincularme por fin de la facción Jaeger – mientras se levantaba, Alexei hizo
una pregunta –, ¿qué se sabe de los relevos para Eupheos?
– Se tenía previsto la
llegada de dos magos para estas horas, señor.
Con algo de preocupación,
Alexei se aventuró a preguntar una cosa más.
– ¿De quiénes se trata?
Solo
espero que no diga "Jayla"
– Jayla y Feraldus, señor.
Maldita
sea... entonces debo evitar toparme con ella, solo eso.
– De acuerdo, salimos de
inmediato, ¿tienes el lugar?
– Un pequeño pueblo ubicado
al sur de Cassperor, nos indican que un espectro fue avistado en numerosas
ocasiones merodeando el lugar y temen que pueda atacar en cualquier momento.
Alexei se puso de pie y de
inmediato comenzó a caminar con dirección a la salida, seguido por el otro
mago.
Junto a su equipo llegaron
hasta la puerta principal del edificio y salieron. Su equipo estaba formado por
ocho magos de segunda categoría.
Una vez fuera, mientras
bajaban por las gradas del lugar, se encontraron con un grupo que recién iba
llegando; Alexei vio a ambos personajes que venían a la cabeza mientras se
acercaban, y su rostro dejó notar la incomodidad que sentía; sin embargo, trató
de no demostrarlo.
– Veo que ya están de
vuelta.
El varón, de cabellos
plateados y en forma de grandes puntas, que vestía de la misma manera que los
reunidos unos días antes, los grandes sacos blancos con bordados dorados,
comenzó a subir las gradas sin pronunciar palabra alguna hasta llegar a
cruzarse con Alexei.
– Supe que planeas dejar la
facción Jaeger... interesante – comentó parado detrás de Alexei, y luego continuó
su camino hacia el interior de la mansión mientras Alexei lo veía por el
rabillo del ojo.
– ¡¡Onii–chan!!
El segundo personaje era
una bella joven de ojos azules y de cabello rosa claro con coleta de caballo en
un costado; vistiendo el uniforme de la orden, salvo algunas leves diferencias,
y un saco blanco sobre los hombros dejando ver las mangas sueltas. Con esas
palabras se le acercó corriendo a Alexei y lo abrazó.
Genial,
era lo último que quería y es lo primero que ocurre.
Mientras se lamentaba así
mismo, la joven con una expresión de emoción y un brillo en sus ojos comenzó a
preguntarle con una tierna sonrisa.
– ¿Es en serio eso?, ¡me
alegro por ti!, ahora podremos salir a misiones juntos.
– No lo creo Jayla –
respondió Alexei mientras se alejaba de ella –, una de las cosas que menos
espero es trabajar junto a ti, siempre terminas por quitarme toda la diversión
y eso es algo que me fastidia bastante...
Aquella joven llamada
Jayla, era nada menos que la hermana menor de Alexei. Cuando este se alejó
diciendo esas palabras, ella cambió su expresión poniéndose seria.
– Me pregunto cuándo
dejarás de comportarte así A-chan.
– Tengo trabajo que hacer
hermanita, si me disculpas...
Alexei avanzó junto a su
equipo dejando atrás a Jayla y alejándose del castillo, mientras ella se
quedaba viéndolo.
– Ah, lo olvidaba – dijo el
mago de cabello negro, volteando a ver a su hermana.
– ¿Huh?
– Procura no renegar mucho
– refirió con una sonrisa satírica.
Disfruta
tu estadía, hermanita... hehe.
Alexei continuó su camino
alejándose de la mansión.
– ¿Renegar?
La bella joven quedó
haciéndose esa pregunta, ¿qué habría significado aquella recomendación?
Parte
3
La pequeña ardilla no
dejaba de correr, Hana corría detrás de ella sintiendo que esta la llevaría a
algún lugar de importancia, y Milo que iba junto a Hana no parecía sentir ni
una pizca de curiosidad por ello.
Ya al interior de la cadena
de montañas, ingresaron a una zona pedregosa rodeada por grandes rocas.
– ¿Y hasta dónde se supone
que la vamos a seguir? – preguntó Milo.
– No lo sé
–
.............................
– Pero estoy segura que hay
algo detrás de ella.
¿Acaso
esto es a lo que llaman intuición femenina?
Sin responder a esto y con
solo esa pequeña interrogante, Milo continuaba siguiendo a Hana durante unos
pocos minutos, hasta que ambos se detuvieron intempestivamente dejando a la
ardilla continuar su camino.
– ¿Sentiste eso? – preguntó
Hana en voz baja.
Claramente se podían oír
pasos lentos de alguien que venía acercándose en su dirección.
Ambos sin esperar un
segundo corrieron a ocultarse tras unas rocas de tamaño regular.
– Alguien se acerca –
contestó Milo –, pero... ¿qué harían en un lugar como este?
– Ahí viene...
Un sujeto bastante extraño
caminaba frente a ellos pareciendo no darse cuenta de su presencia, su
apariencia hacía entender que no era una persona ordinaria, cubierto con
grandes mantos que ocultaban la forma de su cuerpo, un gran sombrero y una
especie de bufanda que cubría gran parte de su rostro.
– Vamos a seguirlo –
susurró Hana.
Milo solo la vio sin decir
una sola palabra mientras el sujeto continuaba su camino, así que ambos
comenzaron a seguirlo con bastante sigilo, trasladándose de una roca a otra sin
que el sujeto pudiera darse cuenta, unos metros más adelante y mientras
caminaba, el sujeto desapareció frente a ellos mientras seguía su camino.
– ¿Qué? – Hana salió de su
escondite y fue a pararse en el lugar –, desapareció...
Milo salió también
extrañado de lo que había pasado, en aquel momento la pequeña ardilla pasó por
su costado en la misma dirección que la del sujeto, y justo al costado de Hana,
el pequeño roedor desapareció.
– ¿?... de-desapareció
también
Hana estaba sorprendida por
lo que habían presenciado, tanto el extraño sujeto como la curiosa ardilla habían
desaparecido frente a sus ojos.
Sin embargo, Milo parecía
no haber reaccionado de la misma manera, mientras Hana se cruzaba de brazos
para ponerse a pensar en lo que podría haber sucedido, este se agachó y cogió
una pequeña piedra del suelo ante la vista de ella.
– ¿Qué vas a hacer?
– Nada en especial
Luego de responder lanzó la
piedra en la misma dirección en la que ambos seres habían desaparecido y esta
pasó por lo mismo, desapareció ante los ojos de la sorprendida joven.
¡Desapareció!
– Ya veo, es una barrera
mágica.
– ¿Barrera mágica?
Fue en ese momento que Hana
pudo presenciar esa extraña habilidad, Milo posó la palma de su mano en el
suelo, y esa parte cambió su forma a una especie de portal oscuro del cual sacó
un arco y una aljaba con flechas.
¿Qué
es lo que acaba de hacer?
– Oye, ¿qué clase de magia
es esa?
Milo no me respondió y solo
le habló para que se retirara.
– Hazte a un lado, la
romperé
Luego vino esta otra
extraña forma que Hana ya había visto antes, tomando una flecha, su cuerpo
comenzó a liberar una especie de aura de un tono gris, en un poco tiempo tanto
él como su arma se encontraban completamente cubierto por esta.
Milo apuntó hacia ese lado.
Si todo saldría como él lo imaginaba tal vez ambos podrían saber qué estaba sucediendo.
Así que disparó su flecha,
esta salió prendida también en el aura gris el cual pareció darle un plus de
daño mágico.
Tal y como Milo pensó, la
flecha también desapareció en la zona y unos instantes después el aire pareció
agrietarse frente a Hana, hasta que se destruyó mostrando otra escena.
– La barrera... se deshizo
– dijo Hana observando el lugar despejarse; sin embargo, una apariencia yacía
frente a ellos, tras la barrera.
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