Saludos.
CAPÍTULO 11: NAVE
Parte 1
La mujer que lideraba la tripulación de la enorme embarcación no
tenía claro que hacer, su paciencia había llegado a su límite por lo que
comenzó a gritar.
- ¡¡MALDITOS!! ¡¿POR QUÉ DECIDIERON
ATACARNOS?! ¡¡ATSU MALDITO NO TE QUEDES CALLADO!!-
Un poco más atrás había un joven que llamaba la atención por tener
atada una enorme tabla de casi tres metros de alto a su pecho, el chico estaba
claramente asustado por el comportamiento de la iracunda mujer.
- ¡¡ATSU!!-
- ¡¡S-Si!!-
- ¡¡NO VES EL PUTO PROBLEMA EN QUE
ESTAMOS Y SOLO DICES ESO!!-
- ¡¡L-Lo siento!!-
- ¡¡¿QUÉ?!!-
El chico temblaba mientras recibía los gritos de la hermosa pero
furiosa mujer, la ira de ella aumentaba mientras el chico seguía titubeando, él
se llenó de valor mientras pensaba algo que satisficiese el humor de la mujer.
- Pero, tú habías dicho...- Luego de
callar un segundo reanudó su palabreo. - Habías dicho que con nosotros bastaba,
por eso te llevaste pocos hombres-
La mujer estaba furiosa, ella pensó que aquel tipo al que le había
pagado lograría acabar con Kokuryu para que luego ella obtuviese la gloria,
pero el imitador falló, peor aún, el espadachín al que quería aniquilar había
derribado la nave impulsada por magia y estaba atacándolos en este instante, ella
estaba frustrada, levantó una cubierta negra que tenía unos botones en su
interior, al presionarlos en cierto orden la pantalla central de la sala se
encendió, luego de un rato por fin hizo contacto con un hombre.
- ¿Qué quieres?- Preguntó el hombre al
otro lado de la pantalla.
La mujer que hasta hace unos momentos esta descontrolada por la
ira estaba claramente nerviosa, ella estaba intimidada por el hombre al que no
se le lograba divisar su rostro por la poca luz que había en la sala.
- Ze-Zefiro-sama- Dijo la mujer. -
Perdón que lo moleste, pero necesito ayuda-
- ...-
El hombre que Iohei y compañía buscaban con desesperación no dijo
ninguna palabra, en vez de eso movió su mano derecha como señal para que
continuara hablando.
- Kokuryu, está atacando nuestra nave
en este momento, con la cantidad de gente que tenemos nos es imposible hacerle
frente.....-
- Tienen dos opciones- Zefiro la
interrumpo y levanto su mano señalando el número dos con sus dedos. - O matan a
esos mocosos, o se quitan la vida ahora mismo-
El niño que llevaba la tabla atada a su pecho esta nervoso
mientras miraba la video-llamada, una gota de sudor frio era visible en la
frente de la mujer, ella calló por un momento pero su mirada de duda se
transformó en una con mucha determinación.
- Si, acabaremos con Kokuryu sin
problemas-
- Por lo menos resistan unas horas, la
alianza que hicimos con "ellos" fue un éxito, mandaran a alguien para
que los ayude-
La mujer y el niño pusieron su mano en su pecho como si fuese
alguna especie de señal y dijeron al unísono.
- Como ordene-
Luego de decir eso la pantalla en la que Zefiro había aparecido se
puso completamente blanca, la señal se había perdido, Mars y Atsu estaban
completamente en silencio, ambos sabían que la única forma de salir de esta era
matando a cualquiera que les estuviese causando problemas.
- Nos
separaremos, tu iras al oeste y yo al este, ¿Alguna queja?-
- Ninguna-
La mirada de ambos ya no era de nervios ni preocupación, sus
miradas reflejaban el respeto y miedo que tenían hacia su líder, los dos
estaban listos para matar a un bebe inocente si así fuese necesario.
Sin decir nada dejaron la sala de los monitores y se fueron en
diferentes caminos.
Parte 2
Iohei y Hotaru corrían
rápidamente por los pasillos de la nave, con ellos uno de los tipo que los
habían atacado antes estaba siendo arrastrado por el mercenario mientras
limpiaba el camino lanzando a los atacantes lo más lejos posible.
- Tú, ¿Estás seguro que es por este
camino?-
La cara del chico de negro mostraba unos ojos listos para
golpearlo si el hombre que antes los atacaba le mentía.
- S-Si, este es el camino- Dijo
tartamudeando el hombre.
- Más te vale, por tu propio bien-
- ¡¡S-Si!!-
- Iohei-kun, se supone que somos los
buenos- Murmuró a chica que seguía a ambos hombres.
- ¡Hermana!- Le gritó el hombre que
estaba siendo extorsionado por el espadachín.
- ¿Hermana?- Preguntó perturbada
Hotaru. - Iohei-kun, golpéalo también de mi parte-
- Buaaa...- Exclamó el sujeto al ser
golpeado en la cabeza por Iohei.
El hombre que conocía la nave como la palma de su mano debía
llevar a los chicos hacia la sala de operaciones de la enorme embarcación donde
se suponía se encontraba la persona que lideraba la nave, pero antes de que
llegaran a dicha sala se detuvieron, el hombre que era arrastrado y Hotaru no
comprendían por que el chico de polera negra había frenado tan súbitamente.
- ¿Iohei-kun?-
Preguntó confundida la chica.
- No se te
ocurra seguir caminando más allá de este punto-
Ni el hombre ni ella entendían a qué se refería, Iohei soltó al
tipo y le hizo una mirada advirtiéndole de que si hacía algo raro el no dudaría
en acabar con él, el tipo se sentó sobre sus piernas como si hubiese entendido
perfectamente el mensaje, el espadachín tomó una roca que se había desprendido
del techo por el impacto del aterrizaje y la lanzó hacia el pasillo un poco más
lejos de donde se habían detenido.
- ¿Qué fue lo
que?- Preguntó Hotaru sorprendida al ver lo que le ocurrió al pedazo de techo
que el chico había lanzado.
El escombro que Iohei había arrogado había sido dividido en cuatro
partes la pasar más allá de donde habían frenado, había recibido tres cortes
paralelos, los cortes eran perfectos, algo estaba deteniendo su camino.
- ¿Qué
significa esto?- Preguntó el chico al hombre que permanecía sentado.
- L-Le juro
que no tengo nada que ver- Chilló el hombre.
Aquel hombre no parecía que estuviese mintiendo, pero si él no fue
alguien más estaba tratando de matarlos, aunque no era raro ya que se habían
colado en la nave enemiga, es normal pensar que ya todos sus tripulantes
conociesen sus identidades.
- Hime, no te
muevas de ese lugar- Dijo mientras apuntaba hacia el sitio en el que se
encontraba parada la chica, luego apuntó al hombre que seguía sentado y
continuo. - Tú, debes protegerla, más te vale que cuando vuelva este sana y
salva-
Hotaru quería preguntar qué es lo que él haría sin ella pero no
tuvo el tiempo suficiente, el chico de ropa negra sostuvo con fuerza su espada
y destruyo la pared que dividía el pasillo de otro.
- ¿Iohei-kun?-
Preguntó la chica.
- No te
alejes de este tipo, volveré por ti cuando allá terminado con esto-
El chico pasó por la entrada improvisada que había hecho y corrió
por el pasillo al que se conectaba, la chica no tuvo la oportunidad de darle
una respuesta, pero ella quería ir a toda costa con él.
- Ehh, señor,
¿Me llevaría hacia donde fue Iohei-kun?-
- ¡¡EHH!! De
ninguna manera si la llevo Mars-sama y Atsu-sama la matarían, y si ellos la
matan Kokuryu me mataría a mí, de ninguna manera la llevare a ese sitio-
La chica infló sus cachetes en protesta a lo que le había dicho
aquel hombre pero puso sus manos atrás y camino a saltitos hacia donde había
ido su amigo.
- Me pregunto
si…- Dijo la chica mientras asomaba la cabeza por la pared que había sido
destruida por el chico de negro. - ¡¡Adiós!!-
La chica corrió lo más rápido que podía siguiendo los pasos del
mercenario, en un instante dejo atrás al tipo que había sido obligado a
protegerla, el hombre se puso nervioso al darse cuenta que estaría en graves
problemas al haber dejado ir a la chica, pero por un momento ese terror
desapareció.
- Esa niña se
ha ido, yo haré lo mismo… si me escondo será imposible que ese mocoso me
encuentre-
El hombre dio unos pasos hacia atrás pero se detuvo, se mantuvo
quieto unos segundos y sin demora corrió en dirección en la que había ido la
chica de cabello violeta.
- Debo
encontrarla lo más rápido posible- Dijo el hombre mientras ponía una cara de
terror por la represalia que tendría el chico de la espada con forma de cruz hacia
él.
Mientras tanto Iohei corría a una velocidad increíble, como había
dejado a su guía atrás solo corría hacia el frente siguiendo su instinto.
- Esa cosa que estaba en el camino… alguien no
quería que pasara por ahí- Pensó el mercenario.
Mientras tenía eso en su mente una leve cortada apareció en su
mejilla, no era mucha pero sangre comenzó a salir por la pequeña herida, al
percatarse de ello el chico se detuvo.
- …-
Iohei no hizo ningún movimiento, solo se puso en guardia esperando
algún ataque enemigo, pero este nunca llego.
Parte 3
Aferrados de las manos Erunalvórima y Hogo corrían por el pasillo
por el cual los tripulantes del enorme barco aparecían, la chica había notado
que el estado de su amigo no era el óptimo así que mientras corrían ella
utilizaba su magia para mantener a raya el dolor del chico que había sido
atacado con anterioridad.
- En serio,
no es necesario- Reclamó el muchacho.
- No importa
lo que digas, lo seguiré haciendo- Dijo la chica pero luego vio que más hombres
venían hacia ellos y advirtió al lancero. - ¡¡Cuidado al frente!!-
Justo cuando la chica termino su advertencia los atacantes se
encontraban en el suelo luego de recibir la brutal fuerza del caballero.
- Solo
desperdicias tu energía, estoy completamente bien- Recalcó Hogo.
La chica no era experta pero claramente se podía percatar que él
disminuía su velocidad poco a poco, cada movimiento que el fuerte chico hacia
provocaba cierto estrés en sus músculos, ella estaba sorprendida de que la
herida en su pecho no se hubiese abierto hace mucho.
- Hace poco
dije que eras increíble pero ya no creo eso- Dijo la chica algo molesta.
- ¡¡¿Ehh?!!
¿Por qué?- Reaccionó el chico.
La chica se detuvo, al notar eso el rubio también paro de correr,
luego la chica se le acercó, puso su mano en el pecho del chico y quito su
camisa.
- ¡¡Eru-chan,
¿Qué haces?!!-
- Deja de hacerte
el fuerte- Le respondió.
Hogo desvió su mirada, después de todo su herida si se había
abierto, las vendas que habían sido puestas en su pecho comenzaban a tener un
color rojizo, la chica de cabello celeste quito las vendas de su cuerpo y con
ambas manos presiono la herida mientras una luz color celeste comenzó a
brillar.
- Gracias-
Dijo el caballero mientras desviaba su mirada.
- No me agradezcas- Le respondió la
chica. -En parte es mi culpa por no detenerte-
Ambos permanecieron en silencio, la luz celeste que era emitida
por Eru provocaba una leve brisa que recordaba el olor del bosque, poco a poco
el dolor desaparecía y la cara de Hogo así lo mostraba, el silencio que había
no era tenso ni incomodo, ambos solo permanecían en silencio mientras la luz
sanadora hacia su trabajo.
- Mmmm.... ¿Interrumpo algo?-
La insinuante voz no provenía ni de Eru ni de Hogo, ambos miraron
al frente y se sorprendieron.
- ¿Ojou-sama?-
- ¿Hotaru-san?-
Dijeron al unísono, en efecto, la persona que estaba para a un
lado de ambos era la chica de cabello violeta, ella tenía una sonrisa pícara en
su cara como si a propósito hubiese aparecido en este momento para interrumpir
la acaramelada escena.
- ¿Pero que hace aquí, se encuentra
bien?- Dijo preocupado el chico que estaba siendo curado.
- Veo que ustedes están mejor que yo-
Insistió Hotaru mientras aquella sonrisa se hacía más suspicaz.
- ...-
La chica que llevaba una flor color roja en su cabello estaba
completamente roja por la vergüenza, pero no podía dejar de oprimir el pecho de
su amigo sin antes curarlo por completo, Hogo estaba preocupado, pero la razón
era que la chica que debería estar en la ciudad siendo protegida por cierto
lagarto idiota de negro estaba parada frente a ellos.
- ¿No han visto pasar a Iohei-kun?-
- ¿Iohei-san?- Cuestionó la elfo.
- Ese maldito idiota, como se atreve a
traerla aquí y más encima dejarla sola- Dijo Hogo mientras levantaba su puño.
- Espera, Hogo-san- Exclamó
Erunalvórima mientras seguía curando al rubio.
- Iohei-kun, Iohei-kun- Cantaba Hotaru
mientras miraba a ambos lados.
- Esto tardara un rato- Interrumpió
Eru. - ¿Por qué no nos pones al tanto de cómo les fue por su parte?- Le dijo a
la chica de ojos violetas.
Ella asintió, entonces le contó sobre la pelea con Sagisha, de la
daga que reducía todo a nada, de cómo imitó a Hogo y de la supuesta mujer que
envió Zefiro, aunque como la que contaba lo sucedido era la chica ajena a todo
lo complejo de esos temas fue un resumen bastante superficial.
- Y ahora Iohei-kun va delante de mí
tras la mujer- Concluyó Hotaru.
- Eso explica muchas cosas-
Interrumpió Erunalvórima. - Como el hecho de que Iohei-san atacara a Hogo-san y
su raro comportamiento-
- ¿Raro comportamiento?- Preguntó
Hotaru.
- Justo después de atacarme me llamo
"Hogo"- Agregó el caballero.
- Y luego Hogo-san llamo "Iohei"
a Iohei-san- Continuó Eru. - Eso nunca había pasado-
La chica que llevaba más tiempo que nadie con en rubio se sentía
algo decepcionada por no haberlo notado a la vez que sus compañeros, pero la
idea se esfumo enseguida cuando recordó a quien estaba siguiendo.
- Como sea, ¿Dónde está Iohei-kun?-
- Yo no lo vi pasar- Respondió Eru.
- Olvídalo, además estoy seguro que ni
siquiera lo siguió por el camino correcto- Dijo el chico. - Usted se perdería
incluso si tuviera que seguir un camino recto a plena luz del día-
- ...- Hotaru no dijo nada por aquella
acusación.
- Ohhh- Fue la respuesta de la elfo
sorprendía por tal falta de orientación pero su atención cambio de lugar. -
Creo que es todo lo que puedo hacer con mi magia.- Dijo mientras quitaba sus
manos del pecho del caballero.
- Entonces continuemos y busquemos a Iohei-kun-
Dijo Hotaru.
- Si, el reunirnos y hacer un plan
sería lo más adecuado en este momento- Agregó Erunalvórima.
Hogo estaba en silencio mientras rasgaba su camisa y la utilizaba
como vendas improvisadas, el miro en la dirección opuesta por la que había
llegado la chica que estaba bajo su protección.
- Permanezcan atrás mío- Dijo él.
Ambas se preocuparon, Hogo volvió a hablar.
- Alguien se acerca-
Y como si esa fuese su señal para aparecer una pequeña silueta se
acercaba desde la oscuridad del silencioso pasillo, paso a paso la silueta se
aproximaba hasta que por fin el foco que iluminaba el lugar llego a aquella
persona, era un niño, mucho más pequeño que Hotaru, su cabello rubio y blanca
piel eran suficientes para saber que era frágil, pero su mirada no decía eso,
sus ojos daban a conocer que era un error subestimarlo, unos ojos que te
derrotarían al instante si no tenías la voluntad necesaria, pero la atención se
alejaba del chico y se clavaban en el objeto que llevaba atado a su pecho, una
enorme tabla que llegaba al techo, pero la parte superior estaba doblada como
si se tratase de un trozo de papel, si ese raro objeto estuviese estirado
sobrepasaría los tres metros fácilmente.
- ¡¿Quién eres?!- Gritó Hogo.
- No es necesario que lo sepan-
Respondió el niño.
- ¡¡¿Por qué?!!- Preguntó furiosa
Hotaru.
- Ojou-sama, no se meta en esto-
Pero el niño frente a ellos los ignoro, en vez de responderles
cuidadosamente se desató la larga tabla que llevaba atada a su pecho y como si
esta estuviese hecha de papel se dobló tocando el suelo con ambos extremos.
- Dinos quien eres de una vez-
Insistió el caballero quien ya estaba listo para defenderse si era necesario.
- Como dije antes, no es necesario que
lo sepan, ustedes no dejaran esta nave con vida, ese es el deseo de Zefiro-sama-
Hotaru reaccionó al escuchar el nombre de Zefiro.
- Iohei-kun tenía razón, ellos fueron
enviados por Zefiro-
- Así que ese símbolo en la vela es su
emblema- Agregó Eru.
- ¡¡Tú!!- Gritó Hogo. - ¡¡Yo seré tu
rival, pero deja a las chicas fuera de esto!!-
- Imposible, las opciones que nos dio
Zefiro-sama fueron claras, no puedo dejar con vida a ninguno de ustedes- Le
respondió el niño sin cambiar la tenebrosa expresión que tenían sus ojos.
No había nada que hacer, sin esperar Hogo se lanzó al ataque, además
de proteger a la princesa de Midgard también debía hacerlo con la chica elfo
que comenzó a viajar con ellos, con toda su fuerza atacó al niño con la lanza
que había tomado “prestada”.
- ¡¡...!!-
Ambas chicas quedaron sin palabras, el arma del caballero había
sido detenida por el objeto que parecía papel doblado, Hogo no lo entendía,
incluso con una lanza de baja categoría como la que estaba usando debería ser
suficiente para partir un árbol relativamente grueso, lo que lo había detenido
era una rara tabla de madera que en sus extremos era lacia como el papel, el
sonido que provocó el impacto era el que hace una tabla al ser golpeada, de eso
no había duda, pero este pedazo de madera de un centímetro de ancho y más de
tres metros de largo seguía una sola pieza.
- ¿Qué fue lo que hiciste?- Preguntó
desconcertado Hogo.
Pero el niño lo ignoro, levantó la lacia tabla con su mano y
cuando comenzó a bajarla para impactar al caballero se volvió completamente
sólida, Hogo no lo vio venir, lo que antes era como papel ahora era casi tan
duro como el acero, el logro saltar hacia atrás, pero su hombro izquierdo
recibió todo el daño, su brazo se salió de lugar, y como si al niño no le
importara lo que le pasaba a su enemigo levantó su arma que se había enterrado
en el suelo y la puso en su hombro.
- ¡¡Hogo!!- Gritó Hotaru.
La chica grito desesperada por ver el estado de su viejo amigo
mientras que Erunalvórima estaba paralizada por lo que acababa de ver, el
lancero se percató de la reacción de las chicas.
- No se preocupen-
Dijo el chico con una sonrisa, soltó su lanza dejándola caer al
suelo, con su mano derecha tomó su hombro y con fuerza lo colocó nuevamente en
su sitio dejando soltar un leve quejido.
El chico volvió su mirada hacia el enemigo mientras recogía su
arma, un dolor intenso invadía todo su brazo izquierdo pero no tenía tiempo
para quejarse, opto una postura que demostraba que estaba listo para el ataque,
y como si hubiese sido atraído por una fuerza invisible se dirigía a toda
máquina hacia el niño.
Como era de esperar del pequeño que mo media más de 1,30 metros
movió su tabla para que esta se interponiéndose en el ataque del hombre que se
acercaba a toda velocidad, el objeto que llevaba comenzó a volverse tan duro
como el acero, no, la tabla se volvió de acero, de la misma forma en la que
antes había detenido el ataque de Hogo.
Antes de que Hotaru se diera cuenta su guardia encargado de su
protección y el pequeño niño estaban uno frente al otro, ambos estaban
inmóviles, igual a la vez anterior el ataque de Hogo había sido detenido por
esa rara tabla o eso era lo que ella pensaba, lo que estaba pegado a la tabla
tan dura como el acero no era su arma sino su adolorido brazo izquierdo.
- Eeehhh...- Dijo el niño.
- El que tengas algo tan duro que no
pueda atravesar...- Una sonrisa de triunfo se asomó en la cara de Hogo. - No
significa que seas más fuerte que yo-
Gotas de sangre comenzaron a salir del torso herido del niño, la
lanza de Hogo también tenía rastros de sangre.
Cuando Hogo apunto su arma hacia el enemigo de baja altura él
logro poner su rara tabla entre ambos, pero el caballero rápidamente había
cambiado el rumbo de su ataque y luego golpeo la tabla endurecida con su
antebrazo dañado, en el mismo momento que la lanza rasgo levemente el torso del
niño.
Ambas chicas dejaron caer sus hombros al ver que no todo estaba
perdido y que su amigo aún estaba en condiciones de dar una buena pelea.
- Jejeje- Se burló Hogo. - ¿Acaso
quedaste sin palabras?-
El niño seguía ignorándolo, él estaba cabizbajo mirando hacia el
suelo, desde la perspectiva de Hogo no eran visibles sus ojos así que no podía
imaginar en que pensaba aquel niño.
Pero él rompió el silencio súbitamente.
- ¡¡AAAAAHHHHHHHHHH!!-
Gritaba fuertemente.
- ¡¡¡AAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHH!!!-
Era un tremendo grito de desesperación, los oídos del rubio
zumbaban a tal manera que no le extrañaría que comenzaran a sangrar, las chicas
que estaban unos metros atrás también sufrían por el estruendoso estallido del
muchacho.
- ¿Co-Como te atreves?- Dijo con
lágrimas en sus ojos.
El niño había cambiado drásticamente su mirada, ya no era afilada
como antes sino que era suave como si fuese una persona diferente, Hogo se puso
nervioso.
- ¿Por qué lloras?-
- ¡Cállate, idiota, si idiota!-
- ¿Eh?-
Erunalvórima estaba algo escéptica respecto al comportamiento del
enemigo ya que podría ser una trampa.
- ¿Hotaru-san, que piensas de, ehh?-
Ella no logro terminar su pregunta correctamente, la chica de
cabello violeta que estaba a su lado está completamente ruborizada mientras
miraba al niño y su berrinche.
- ¿Hotaru-san?-
- Hogo, no te perdonare si vuelves a
golpear a ese pobre niñito-
Gritó desenfrenadamente mientras levantaba su mano derecha.
Hogo no miro a Hotaru, ya que no quería que viera la rara cara que
puso al escuchar dicha objeción.
El niño aún estaba llorando, pero con la manga de su traje limpio
sus ojos y volvió a mirar al chico que estaba algo confundido.
- Si Mars estuviera aquí no tendría
que hacer nada, pero como no está tendré que defenderme por mi mismo-
El niño estaba listo para luchar nuevamente, sus ojos volvieron a
encenderse con la voluntad que necesitaba para pelear contra el rubio
caballero, pero Hogo no le daría tiempo para que levantara su rara arma, él se
lanzó al ataque rápidamente.
- ¡¡Ippon!!
[Un Golpe]-
Gritó Hogo mientras velozmente se abalanzaba hacia él, el pequeño
arrojó su rara tabla y puso sus manos cubriendo su rostro, como si intentase
recibir una pelota que le había sido lanzada, Hogo notó la extraña acción pero
no dudo y siguió su marcha.
Ambos volvieron a impactar.
La muchacha que llevaba una flor color roja en su cabello celeste,
Erunalvórima, miraba con más escepticismo, ella no podía creer que su enemigo
simplemente se deshiciera de su arma como si nada, algo estaba planeando.
Hogo no podía disimular su sonrisa, él acababa de impactar su
lanza en el abdomen de su enemigo, la batalla había acabado así que podrían
seguir y ayudar al cierto idiota de negro que se dirigía hacia la supuesta
mujer que lideraba esta nave.
- ¿No
comprendo cual es la razón de tu risa?-
Hogo reacciono, el niño que debería estar en el suelo por haber
recibido su golpe estaba parado frente a él como si nada hubiese pasado,
rápidamente intento retroceder pero no pudo.
Esta vez era el niño el que había sonreído.
Parte 4
Iohei estaba completamente inmóvil, listo para atacar si fuese
necesario.
- ¡¡Sal de
una vez!!-
Pero nadie respondió al llamado del espadachín.
Él bajo su espada y caminó hacia donde había recibido el leve
corte en su mejilla, de lejos no lo pudo ver pero al acercarse lo suficiente
pudo notar la causa de su herida.
- ¡¿Hilos?!-
Luego de mirarlos por un momento golpeó una de las paredes dejando
caer trozos de concreto, tomó uno y lo dejó caer sobre el imperceptible hilo,
este fue partido como si fuese mantequilla caliente, Iohei inmediatamente
recordó lo que había sucedido hace unos minutos cuando aún estaba junto a
Hotaru.
- Alguien no
quiere que venga por este lugar- Pensó Iohei.
Luego cargó su preciada espada y miro hacia adelante.
- ¿O acaso
será una invitación?-
- No es ni
uno ni lo otro-
Eso no había salido de la boca de Iohei, la voz femenina que le
respondió venia del fondo del pasillo.
- Es solo que
ibas por el camino equivocado-
Por fin apareció la mujer que le hablaba al chico de negro, su
corto cabello celeste ondeaba mientras caminaba hacia él, sus ropas daban la
impresión de que era muy impulsiva, aunque lo que llamo la atención de Iohei
era su ombligo al descubierto.
- ¿Camino
equivocado?- Preguntó el chico-
La mujer cruzó sus manos haciendo que sus pechos se vieran más
grandes de lo que ya eran, la postura que optó demostraba que todo estaba bajo
control.
- Desde un
principio quise encontrarme contigo, pero ibas directamente en la dirección
opuesta a mí-
- Pues aquí
me tienes- Iohei sostuvo su espada con fuerza. - ¿Qué es lo que quieres de mí?-
La mujer ignoró su pregunta.
- Yo soy la
Sub-oficial Mars y soy la que lidera esta nave-
- No te
pregunte eso-
- No creerían
que nos quedaríamos de brazos cruzados luego de que tú y Shiroi Knight mataran
a todos nuestros hombres y dejaran malherido a Koga-san-
Iohei no sabía de lo que hablaba.
- ¿Shiroi
Knight? ¿Koga?- Dijo confundido.
La mujer se veía enojada.
- Deja de
hacerte el idiota, ya sabemos que tú y Shiroi Knight atacaron nuestra nave-
En algún punto comenzaron a llamar a Hogo Shiroi Knight, eso fue
lo que interpreto Iohei, pero aún no sabía quién era ese tal Koga, hasta que
algunos recuerdos pasaron por su cabeza.
- Aquel
espadachín de fuego-
- ¿Así que ya
lo recordaste? Yo misma me vengare por lo que le hicieron-
- ¿Qué?-
La mujer se abalanzó con los brazos abiertos hacia Iohei, su
guardia estaba abajo por la charla por lo que tardo un poco en reaccionar.
Cuando la mujer que se hacía llamar Mars iba a mitad de camino
cruzó sus brazos y los abrió nuevamente con todas sus fuerzas, Iohei levantó su
espada rápidamente.
Muchas chispas comenzaron a salir de la espada con forma de cruz.
- Así que si
eran Hilos- Exclamó Iohei.
- Mmmm… Me
sorprende que lo notaras tan rápido-
- Tsk-
Chasqueó la lengua el chico.
La mujer estiró su brazo hacia atrás y con su puño cerrado lo lanzó
hacia adelante como si estuviese jalando una cuerda, inmediatamente su cuerpo
fue impulsado hacia atrás, Iohei bajó su espada y con ambas manos se puso en
guardia, levantó sus brazos y abanicó su arma.
Inmediatamente ocho dragones hechos de llamas negras fueron
lanzados y se dirigían hacia la mujer desde distintos ángulos.
La mujer al notar que el ataque se dirigía hacia ella comenzó a
mover su brazo derecho en distintas direcciones, rápidamente lo movía hacia
arriba, abajo, izquierda y derecha aleatoriamente, luego cerró su puño y llevó
su brazo hacia atrás, los ocho dragones fueron desvanecidos sin lograr llegar a
su objetivo.
- Jeje- Se
mofó ella.
- …-
Sin perder tiempo el espadachín dio un golpe a ras de piso con su
espada, un enorme dragón de llamas se arrastró nuevamente hacia Mars.
- Pensé que
entenderías con solo una vez-
La mujer volvió a hacer sus movimientos de manos y la bestia de
llamas negras nuevamente fue desvanecida, sin detenerse subió y bajo su otro
brazo rápidamente.
Ohooho se prendió esta mierdaa :v .... pero el final te quedó algo áspero
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