Mad World Capitulo 5

Nuevo Capitulo, las cosas se complican y parece que algo mayor se acerca



Capítulo 5: Obstáculos
Parte 0
Era un día nublado, no hace mucho la lluvia había caído e inundado gran parte de la zona rural. Podían verse enormes charcos de agua formándose en el suelo, el agua estaba quieta, sin nada ni nadie que la disturbe… Pero se cambió rápidamente cuando alguien piso dichos charcos mientras corría a toda velocidad.
Adentrándose de un bosque, un bosque muy oscuro, una niña pequeña estaba corriendo, escapando de algo. Ella corrió tan rápido como sus piernas pudieron llevarla. La niña de tan solo 8 años se detuvo cerca de un árbol para recuperar aire y miro en todas las direcciones para asegurarse de que estaba sola. Ella dejo salir el aire que estaba conteniendo y se dejo caer al suelo mientras se apoyaba en el árbol.  En lo único que ella pensaba ahora era en sus perseguidores y lo difícil que era correr cuando llevaba puesta una larga falda. Ella saco del bolsillo de su chaleco un pedazo de carne seca y miro a todas las direcciones. Ella entonces se enfoco en la carne y antes de que pudiera llevársela a la boca, escucho un sonido que provenía detrás de ella. Se dio vuelta, pero no vio nada. En ese momento, alguien le arrebato la carne de la mano y ella vio a su perseguidor frente a ella. Un niño de unos 12 años de cabello corto color blanco como la nieve, vistiendo un chaleco marrón hecho de cuero, debajo de este tiene una camisa blanca y pantalones negros con tirantes que prevenían que se caigan. La niña, Con enojo, le grito.
—¡Grigori! —Grito ella—. ¡Devuélveme mi carne o le diré a papa!
—¿Tu carne? —Pregunto Grigori—. Tu me la robaste de la mesa, Tamara. No creas que porque me cuesta moverme puedes robarme la comida del plato de esa manera. No te aproveches.
Dijo Grigori mientras se comía la carne seca que por derecho era suya.
—¿Aprovecharme? Tú y Rapcasia se aprovechan de mí solo porque aún no puedo usar mis poderes —Tamara dijo con dolor y tristeza—. Cuando los tenga ya verán, les dare una paliza a los dos y se arrepentirán.
—Deja de quejarte. Tienes suerte de que no esté golpeándote en estos momentos por robarme. Sabes lo que me cuesta levantarme de la cama y mucho mas moverme. Cualquier clase de movimiento es simplemente mucho trabajo y estar parado aquí no es la excepción. No te golpeo porque es mucho esfuerzo que no voy a gastar en alguien tan patética como tú.
Tu Pereza no tiene límites, Grigori
—Sí, sí, sí. Lo que digas hermanita. Solo no me robes de nuevo, la próxima te golpeare tan fuerte que te romperé todos los dientes, Niña.
—¿Algo Así? —Pregunto una voz detrás de Grigori—.
Una sombra apareció por detrás de Grigori y lo golpeo en la cabeza, haciéndolo caer de cara contra el suelo. La sombra rápidamente tomo la forma de una niña de 17 años. Ella usaba un vestido marrón de una pieza. Su cabello era mucho mas largo que el de Tamara y muy desordenado, daba la sensación de que nunca se peinaba y no se esforzaba en arreglarlo.
—Grigori, no le digas eso a Tamara. La vas a asustar y ese es mi trabajo —Dijo la niña mientras se acercaba a Tamara—. Entre nosotros no nos robamos, Tamy. Si vas a robar, roba a los idiotas del pueblo. Como dijo Mama, ellos no importan.
—… —Tamara guardo silencio mientras veía a su hermana mayor a los ojos. Rapcasia se enfocó en el ojo izquierdo de Tamara, el cual estaba completamente gris, mientras que el derecho era exactamente igual al de su padre. Iris negro con pupila blanca—.
—A veces te veo y me pregunto si algún día tus poderes se desarrollaran… Pero parece que no lo harán —Dijo Rapcasia con pena—.
—¿De verdad crees eso?
—… Quiero creer que lo harán, pero si nosotros pudimos usar nuestros poderes desde los cinco años, tenemos un problema.
—Lo mas seguro es que no, mírala, parece más humana que nosotros. Creo que nació siendo humana, no creo que tenga poderes —Dijo Grigori con tono burlón para hacer enojar a su hermana menor y funciono—.
—¡Yo tengo poderes! ¡Es solo que…! No… No se desarrollaron.
—Excusas —Grigori se siguió burlando y Rapcasia lo agarro de la cabeza y enterró su rostro en el barro—.
—No le hagas caso Tamara. Obviamente tienes poderes. Si no fuera así, hubieras muerto en el momento en que naciste.
—Déjate de decir estupideces, Rapcasia —Dijo Grigori mientras se levantaba del suelo, él se tomó su tiempo para levantarse y se movía como si su cuerpo pesara una tonelada—. Tamara no tiene poderes. Nosotros mostramos los nuestros a los cinco, pero ¿Qué hay de ella? Ya tiene 8 años y aun sigue en la nada… Ella es humana. No es como nosotros, solo uno mas de los tantos idiotas que nos rodean.
—No seas así, Grigori. No son tan malos los humanos, claro tienen sus altos y bajos, pero al final del día son una especie que puede aprender de sus errores —Dijo Rapcasia en defensa de Tamara—. Además, ¿Qué hay de malo en ser humano? Nada… Bueno… Si llegas a ser humana te mataría por la envidia que te tengo, hermanita. ¿Sabes lo que daría por un poco de normalidad?
Rapcasia dejo ver su lado sádico y violento por solo un segundo. Ella, a diferencia de sus hermanos, es mas demonio que humano. Por lo tanto, su pecado correspondiente se deja ver. Su madre esta asociada al Orgullo y la Soberbia. Rapcasia es la Envidia y Grigori es la Pereza.
—Volviendo al tema principal —Dijo Grigori con cansancio mientras agarraba a Tamara de su cabello—. No te robes mi carne de nuevo.
—Déjala ya, Aguafiestas perezoso… Es solo carne seca, Papa puede conseguir más. Sabes… Tengo una mejor idea, vamos al puedo a conseguir más. —Propuso Rapcasia—. Mientras estamos allí…
Rapcasia tomo a sus hermanos y los acerco a ella, les susurro como si estuviera contándoles un secreto. Ella sonrió mientras hablaba.
—¿Qué les parece si vamos hasta las granjas que están cerca del pueblo? Vamos a asustar un poquito a los animales y tal vez... Solo tal vez… A mutilar un par de vacas. Tomémoslo como una venganza ya que los otros granjeros tienen la tendencia de arruinarle el negocio a Papa. Si ellos arruinan nuestros cultivos, nosotros matamos su ganado.
—Tu eres una Psicópata sin remedio… Me gusta —Dijo Grigori con una sonrisa—.
—Papa dijo que no hiciéramos eso —Dijo Tamara y se ganó la mirada de sus hermanos, principalmente de Grigori—.
—Y Mama dijo que no nos dejemos someter por ningún tipo de autoridad. Supongo que eso incluye a nuestros padres. Vamos hermanita. Démosle un susto a esos animales y matemos a un par de ellos, el dueño odia a Papa y no me gusta que se crea la gran cosa. Nadie trata mal a mi familia, solo yo… y Tal vez Grigori… Así que, vamos. Te va a encantar.
—¿Segura? Yo tengo cosas que hacer. Mama quería que me encuentre con ella en el sótano y…
—Shhh —Rapcasia tapo la boca de Tamara con un solo dedo. Toco sus labios suavemente mientras dejaba salir una sonrisa maliciosa. Una sonrisa que era muy diferente a la que usualmente hacía. Una sonrisa que mostraba sus dientes… Sus filosos dientes que obviamente no eran humanos—. Hermanita… Solo se vive una vez. Ven con nosotros, te mostrare lo divertido que es destruir algo que costó mucho, pero mucho trabajo obtener.
—… No creo que sea correcto.
—Mierda, pasaste mucho tiempo con Papa y ya te está dando esas estúpidas clases de moralidad. No seas llorona y ven con nosotros. Te hace falta salir más de la casa —Dijo Grigori—.
—Esta decidió entonces —Rapcasia tomo del brazo a Tamara y se la llevo caminando hasta una ruta de tierra mojada en dirección al pueblo—. ¡Prepárense hermanos míos, vamos a la guerra!
—No exageres, Rap. Solo vamos a hacer un desastre —Dijo Grigori—.
—Exacto, además… ¿Qué sentido tiene la vida sin un poquito de Caos en ella?
—… Si Papa se entera nos matara —Susurro Tamara—.
—Tranquila hermanita, Mama se encargará de todo… Espero…
—… Ya no me inspiras confianza, Rap —Dijo Tamara con una voz monótona—. Solo espero que valga la pena.
—Lo hará, solo síguenos y déjate llevar. Así actúa un demonio, déjate llevar y si la vida te tira algo en la cara, sabrás como defenderte…

Parte 1
David Barone terminaba de llenar un reporte en su escrito en la Comisaria cuando vio a Abigail salir del lugar con Tamara detrás de ella. Él sabía a donde iba ella y se comenzó a preguntar si le será de ayuda Naomi. El no lo creía, pero Naomi muchas veces le demostró lo contrario. Aun así, David no podía evitar pensar que había algo que nadie estaba prestándole atención y ese algo se encontraba en el parque. El dejo su reporte a un lado y saco una copia del reporte de Tamara. Según ella, la mujer que buscan es alguien con poder e influencia suficiente para controlar a quien quiera, lo que ella quiere posiblemente lo consigue de una forma u otra. Y el hecho de que ella tenga contactos escondidos en el Parque de la Ciudad es suficiente evidencia que necesita para poder investigar en el lugar.
—Apuesto a que hay al menos un grupo enorme que este en contacto con esa mujer… Si es así entonces tal vez…
David tomo su reporte a casi terminar, se levanto de su escritorio y camino directo hasta la oficina de Maxwell. Sin tocar la puerta entro y se encontró a Maxwell hablando con un Críptico, un hada de unos 30 cm de altura. El hada llevaba un vestido blanco que hacia contraste con su cabello rojo brillante. Esta hada le hablaba desesperadamente a Maxwell.
—Perdón, pero de verdad debería al menos tener a alguien que me pueda ayudar. Estamos desesperados —Dijo ella con lágrimas en sus ojos—. ¡Hay un monstruo que nos acosa en la noche y ya mato a uno de los nuestros, por favor!
—Lo sé, Señora, me llego la noticia y créame cuando le digo que nos enfocaremos en eso, pero nuestra profesional esta en otro caso igual de importante. No digo que la muerte de un hada no sea importante, pero esto fue algo repentino. Lo que haremos es mandar al menos cuatro oficiales para que custodien el parque. Lo que sea o quien sea que este amenazándolos no se saldrá con la suya. Tiene mi palabra de que haremos todo lo posible para que nada malo les pase.
—¿Lo promete?
—Si, se lo prometo y cuando nuestra profesional termine su investigación la mandare directo con usted. Tranquila y todo saldrá bien… ¿Sabe algo sobre este agresor?
—Es un monstruo, eso es lo que se. Parece humana… Pero es mas que eso… Se oculta en la oscuridad, tiene esos ojos amarillos brillantes que le daría a cualquiera escalofríos…
El hada trato de dar su mejor descripción, pero no fue de mucha ayuda. David finalmente entro e interrumpió la conversación.
—Perdón, Maxwell, vengo a dejar mi reporte. Iré al Parque de la Ciudad, creo que hay algo que pasamos por alto y puede ayudar en la investigación de Blackwood —Dijo David rápidamente y Maxwell lo miro a los ojos—.
—Podrías haber tocado, estoy con un tema delicado aquí… Y ya mandamos a un oficial al parque. Ya debería haber vuelto. Busca al oficial Edgar Crichton ahora ¿Puedes salir? Tengo, tenemos, una situación aquí… —Después de decir eso, Maxwell decidió ignorar a David y enfocarse en el hada— Ahora dígame, ¿le vio la cara a esta persona?
David salió de la oficina de Maxwell y fue en busca de Edgar Crichton. No tuvo que buscar mucho ya que se encontraba en el vestíbulo principal de la comisaria, junto a la recepción hablando con una oficial de tránsito. Edgar parecía nervioso, pálido, casi enfermo por alguna razón. David se acercó rápidamente e interrumpió la conversación que él tenía con la oficial.
—¿Oficial Crichton? —Pregunto David y Edgar asintió en silencio con una mirada casi perdida, como si estuviera cansado y sin ánimos—. Soy el Oficial David Barone, del Departamento Federal de Orden Público. Vengo para preguntarle sobre la información que recaudo en el Parque de la Ciudad concerniente a la investigación en relación al Rubí de Tou Krowat.
David no perdió el tiempo y fue directo al grano. El es un oficial con más de 20 años de experiencia, sabe lo que quiere y como expresarse ante otros oficiales para conseguir lo que quiere. Con 49 años de edad y a punto de cumplir los 50, es un hombre con el que nadie quiere tener en su contra. La oficial que hablaba con Edgar se fue rápidamente apenas David los interrumpió.
—Oficial Barone… Bueno… La verdad es que no… Encontré nada que valga la pena mencionar —Dijo Edgar con la cabeza baja evitando el contacto visual. David se cruzó de brazos—.
—Oficial Crichton ¿Sabe que es un delito grave que un policía mienta en el reporte? Pueden encerrarlo por obstrucción a la justicia y por traición, dependiendo de la información que este ocultando —Dijo David con claro disgusto—. También es un grave error de tu parte mentirme de esa forma. A mi no se me escapa ninguna mentira. Se cuando alguien me miente en la cara y tu mi amiguito, estas delatándote solo… Dime la verdad o tendré que sacártela a golpes y créeme novato, no quieres eso. ¿Sabes como me llaman los veteranos? “El Detector de Mentiras” nada se me escapa… Y tu tampoco, así que se sincero porque sino te daré una golpiza y nadie saldrá a tu defensa, nadie.
Edgar solo se limito a evitar el contacto visual, el joven oficial que había empezado recientemente su trabajo como oficial de policía se sentía aterrado, con miedo y arrepentimiento. El miro a David a los ojos antes de decir algo miro a su alrededor, no había nadie más además de ellos. Edgar se acerco a David y le susurró al oído.
—Ellos saben algo. La mujer que apareció en el parque… Parece que los tiene a todos comprados. Todos se callaron una vez que pregunte y el dueño me hablo personalmente… Me amenazo, Señor. El me amenazo y tuve que dar media vuelta para irme. —Edgar explico—.
—¿Te amenazo? ¿Cómo? Eres un oficial de la Policía. Debes imponer respeto y…
—Él dijo que matarían a mi familia si abro la boca. Me dijo sus nombres, donde vivian, donde trabajan, todo sobre ellos.
—… —David lo miro directo a los ojos y sabía que decía la verdad. Los ojos de Edgar estaban a punto de soltar lágrimas—. Ya veo… Yo iré a investigar el Parque y me hare cargo de todo. Tu ve con el Comisario y dile exactamente lo mismo que me dijiste.
Edgar asintió sin animo alguno y David camino rápidamente hasta la entrada de la comisaria y salió corriendo hasta su patrullero.
—¿Qué tan metidos en este lio esta la gente del Parque? —Se pregunto David mientras se subía al auto y arrancaba el motor—. No voy a dejar que se salgan con la suya.

Parte 2
Naomi escucho detenidamente lo que Abigail tenia que decir. Ella relato rápidamente, con detalles, los eventos que tuvieron lugar en el día de ayer y hoy. Ella remarco en sus palabras el Rubí de Tou Krowat y de lo que era capaz. Naomi permaneció en silencio hasta que Abigail termino su relato. Una vez el silencio se hizo presente, Naomi se limito a suspirar, su suspiro dejaba ver su preocupación. Ante la mención del Rubí y la mujer que ellas estaban buscando, ella se puso nerviosa. Tamara y Abigail lo notaron rápidamente, no se hicieron esperar y preguntaron.
—¿Sabes algo? ¿Sobre esta mujer? —Pregunto Abigail—. Cuéntanos todo lo que sabes.
—… Se mas de ella de lo que debería. Es más, ella estuvo aquí… Mas veces de las que me gustaría recordar —Dijo Naomi—. Viene, pero no compra. Siempre se va de mal humor porque no consigue lo que quiere de mí. Ella es alguien que no se cansa y no se rinde hasta que tiene lo que quiere… Su nombre es Amara Gaertner.
—¿Amara Gaertner? —Pregunto Abigail, sorprendida—. No puede ser ella, Naomi. Amara murió en el Ataque Terrorista del 2000. Todos sabemos eso.
—¿Me llamas mentirosa, Abigail?. Sabes que los Kitsunes podemos ser deshonestos, pero a ti no puedo mentirte. Tampoco mentiría en cuanto a esto. Amara Gaertner está viva.
La rápida revelación de esta información sorprendió a Abigail y confundió a Tamara, ya que ella no sabe quien es Amara. La vio en persona, pero nunca escucho hablar de ella.
—Perdón, pero… No entiendo nada —Dijo Tamara algo avergonzada—.
Abigail tomo un poco de aire y empezó a explicarle todo para que pudiera entender de lo que estaban hablando.
—… Era la mañana del 31 de Octubre del 2000. De la nada y sin previo aviso, un grupo de Híbridos, comandados por un tal Howard Henderson, tomaron el congreso y la casa de gobierno. Sus demandas eran simples… Igualdad, pedían derechos justos para los Crípticos y los Híbridos. Estaban en contra de la ley que prohibía la unión entre Humanos y Crípticos que había sido aprobada una semana antes. Con esta ley, vino otra que expulsaría a los Híbridos del país. Ellos querían que esa ley se quite. Pero sus métodos solo hicieron que la opinión del publico hacia los Crípticos e Híbridos empeore. Amara Gaertner, una de las cinco personas más adineradas del país y mas influyentes en el ámbito político estaba allí con ellos, ella estaba a favor de los Crípticos y por casualidad se encontraba en el congreso cuando ellos tomaron el lugar. Para resumir… Llego la policía, Gendarmería y parte del ejército. Los Híbridos fueron sometidos antes de que pudieran hacer algo y Gaertner murió… Protegiendo a Howard Henderson. Ella recibió una bala en el pecho por él y murió en el acto. Howard fue condenado a confinamiento solitario permanente y llevado a la prisión subterránea de máxima seguridad, reservada para Crípticos. Los demás fueron encerrados o deportados. A parte de Gaertner, varios políticos murieron en la toma y eso empeoro la imagen de los Crípticos —Abigail resumió los eventos que tuvieron lugar ese 31 de Octubre. Un día que nadie podía olvidar—.
—Cuando ella apareció por primera vez en mi tienda la reconocí enseguida —Dijo Naomi—. Y en ella sentí algo raro, algo que no debería estar allí. Es como si ella compartiera su cuerpo con una presencia indeseable… Creo que alguien le devolvió la vida y termino compartiendo el cuerpo con un espíritu vengativo. Sentía una enorme negatividad y energía oscura viniendo de ella.
—¿Qué es lo que ella quería de ti? —Pregunto Tamara—.
—Creo que ustedes ya saben la respuesta a esa pregunta —Naomi dejo salir una sonrisa, lo cual molesto un poco a Abigail—.
—¿A que te refieres? —Pregunto ella—.
—Te daré una pista… ¿Qué ocasiono ese desastre en el Parque de la Ciudad?
Al hacer esa simple pregunta los ojos de Abigail se abrieron como platos y con furia golpeo el mostrador. Ella miro a Naomi directo a los ojos.
—No me digas que tú tienes un fragmento del Rubí —Naomi mantuvo silencio, pero su sonrisa la delataba—. No está seguro aquí, Naomi.
—Abigail, el Rubí esta mas que seguro en la tienda. Si lo quiere, deberá matarme para obtenerlo. Además, no le tengo miedo a una mujer que volvió de entre los muertos. Es más, si viene y trata de tomarlo por la fuerza, la matare y listo. Sabes que puedo someter a cualquier persona o Críptico en cuestión de segundos.
En ese momento la puerta de la tienda se abrió y todos se dieron la vuelta para ver al recién llegado. Era un hombre, un joven para ser mas precisos, su edad rondaba los 23 años, pero la barba que se estaba dejando crecer le daban mas edad de la que ya tenía. Su cabello era largo y desordenado de un raro color violeta oscuro. El joven llevaba una campera polar negra y debajo de ella un buzo negro y unos jeans azules. Sus ojos eran lo mas llamativo en el ya que sus pupilas eran tan pequeñas que parecían puntos negros, como un viejo dibujo animado. Abigail se enfoco mas en su ropa y le preocupaba, hacia mucho calor afuera como para estar usando esa ropa. El se acerco lentamente al mostrador, ignorando a Abigail y Tamara como si no existieran y fue directo con Naomi.
—Buenos Días, Naomi —Dijo el con calma y una pequeña reverencia—. Tienes… Ya sabes que
El dijo avergonzadamente y Naomi sonrió mientras le acariciaba una de las manos.
—Claro Thomas. Iré por tu medicina. Espera un momento —Naomi salió del mostrador y se adentro en la bodega de la tienda. El joven, Thomas, se mantuvo en silencio mirando a la nada y esperando a que Naomi vuelva. El movía su pierna impaciente. Abigail seguía mirándolo fijamente y Tamara lo noto—.
—¿Qué tanto lo vas a mirar fijamente? —Tamara pregunto y eso le gano la mirada de ambos, Abigail y Thomas—. No me digas que es amor a primera vista.
—No seas idiota, solo… —Abigail noto que Thomas la miraba fijamente y con esos puntos negros en sus ojos noto un escalofrió enorme—. Perdón por mirarlo fijamente, no fue profesional de mi parte.
—… —Thomas no dijo nada y volvió a mirar a la nada mientras esperaba a Naomi—.
—Sabes… Hace mucho calor para que tu lleves esa ropa… Thomas —Dijo Tamara con un tono algo condescendiente. Thomas miro a Tamara mientras ella se acercaba lentamente—. Seguramente ocultas algo debajo de la ropa… O quizás… De verdad tengas frio.
Sin previo aviso Tamara llevo su mano hacia en hombro de Thomas y apenas hizo contacto retrajo su mano rápidamente, casi instintivamente.
—¡¿Tamara?! —Pregunto Abigail y vio como la mano de Tamara lentamente se congelaba. Su mano estaba cubierta de hielo.
—Vaya, vaya, vaya… —Dijo Tamara con una enorme sonrisa mientras descongelaba su mano con su fuego negro. Thomas vio el fuego y no parecía sorprendido—.
—… Un Demonio… Categoría A por lo que veo —Dijo el—.
—Y tú eres un Wendigo… Interesante. Mejor dicho, estas en camino a volverte uno de ellos —Al decir eso, Thomas se sorprendió—.
—¿Un Wendigo? —Abigail pregunto sorprendida e instintivamente se alejó de Thomas—. Mierda…
—¿Cómo lo supiste? —Pregunto Thomas a Tamara—.
—No es la primera vez que veo a un humano sucumbir ante la maldición de los Wendigos. Debió ser un infierno para ti.
—… ¿Tu que sabes? —Thomas evito el contacto visual y se alejo de ellas—. No me hablen, solo vine por mi dosis semanal y me iré.
—Lo que sea que Naomi te este dando solo lo mantiene al margen. Tu y yo sabemos que no hay cura para la maldición de los Wendigos —Dijo Tamara—. Sucumbirás tarde o temprano, Amigo.
—Hazme un favor, Demonio. Cierra la puta boca. Ya tengo suficientes problemas como para que alguien como tu venga y me quiera tirar abajo. Me sorprende que te hayan aceptado en la policía siquiera. ¿Qué rayos están pensando?
—Soy un caso especial amigo —Dijo Tamara orgullosa—.
—Especial… Si claro… —Thomas se quedo callado y no hablo para nada, ni siquiera cuando Abigail le dirigió la palabra. El silencio se hizo presente en la tienda y Naomi volvió con una bolsa de papel, dentro había un frasco de un liquido azul brillante y yerbas rojas provenientes de los bosques ocultos de las hadas.
—Recuerda, Thomas, una cucharada del jarabe con un poco de la yerba roja, preferentemente molida. Esto te durara otro mes, si tienes algún problema vuelve y yo misma te revisare. Los doctores en los hospitales no pueden tratar las maldiciones así que yo soy tu mejor opción —Naomi explico—.
—Gracias, Naomi —Thomas la tomo de la mano derecha (su única mano) y la apretó en agradecimiento—. Te lo agradezco muchísimo.
—De nada. Solo ten cuidado en el camino de vuelta a casa.
—Lo hare, adiós —Thomas tomo la bolsa con su medicina, ignoro a Abigail y Tamara y se fue rápidamente—.
Una vez que Thomas desapareció de la tienda Abigail continuo su conversación con Naomi.
—Escucha… Quiero asegurarme de que de verdad el Rubí está seguro ¿Puedo ver donde lo tienes? —Pregunto ella—.
—Claro, ven y te lo… —Naomi se detuvo de inmediato. Sus enormes orejas se movieron en todas direcciones hasta que se enfocaron en la puerta. Naomi puso su mano dentro de la manga de su kimono—. Aléjense… Ahora.
—¿Qué? —Pregunto Abigail confundida e incluso Tamara se puso en alerta, ella enfoco su mirada hacia la puerta y vio a Amara entrar a la tienda, acompañada de un hombre que traía puesto un traje negro y sombrero. Su mirada estaba enfocada de Naomi y eventualmente se enfoco en Abigail, ignorando por completo a Tamara—.
—Vaya, vaya, vaya, pero miren lo que tenemos aquí… —Dijo Amara con una enorme sonrisa en su rostro—. Tamara Rabinovich, cuanto tiempo sin verte… Naomi Kobayashi, no cambiaste nada y… Una cara nueva… —Amara enfoco su mirada en Abigail y sonrió—. Tu cara me es algo familiar niña.
Abigail lentamente llevo su mano a su pistola y la saco de su funda.
—… ¿Piensas que esa pistolita hará algo en esta situación? —Pregunto Amara—.
—¿Tu piensas que la violencia resolverá algo aquí? —Pregunto Abigail—. Levanta las manos donde pueda verlas. Amara Gaertner, estas bajo arresto por posesión de un objeto maldito y usarlo en un humano inocente.
—Tan inocente no era —Dijo Amara—. Veamos… Umm… Blackwood, ¿no es así?
Amara vio el apellido de Abigail en su uniforme. Ella se acerco lentamente, cerrando la distancia entre ellas. Tamara y Naomi no se movieron, pero estaban preparadas para saltar si algo pasaba.
—Tu cara me sigue resultando conocida… No sé de dónde… Pero supongo que es mi imaginación. Bueno, terminemos con esto rápidamente. Naomi, dame el Rubí o lo tomare por la fuerza. Fui amable contigo, no me obligues a someterte.
—¿Para que mierdas quieres el Rubí? —Pregunto Tamara—.
—… Déjame preguntarte algo… ¿No crees que el mundo está mal?
—¿Mal en qué sentido?
—En el sentido que cada humano se crea superior a las criaturas que bien son capaces de matarlos de un solo golpe. Que los humanos reinen sobre los Crípticos, que los humanos los gobiernen en casi todo el mundo con la excepción de algunos países donde no es el caso. Hablan sobre igualdad cuando en realidad todo es para el beneficio de la humanidad… Soy humana y me da vergüenza pertenecer a una especie tan corrupta que es capaz de matar incluso a los suyos para mantener la paz o simplemente para robar algo de valor material que al final no sirve para nada.
—… ¿A que quieres llegar con esto? —Pregunto Abigail mientras desvió un segundo su mirada para ver a Tamara—.
—Blackwood… Tu pareces tener la mente el lugar correcto… Dime… ¿Tengo razón?
—¿Por qué razón buscas mi opinión? No voy a decirte nada de nada. Ahora, levanta las manos como te lo pedí, no me obligues a dispararte —Dijo Abigail, pero mientras apuntaba su mano tembló por un segundo. Amara lo noto y sonrió—.
—¿Tienes miedo de dispararme? Te veo y veo a alguien capaz de disparar si es necesario, pero por un segundo dudaste… Sera porque… ¿Estás de acuerdo con lo que digo?
—No me conoces… Dije que levantes las manos… Ahora…
—Señorita Gaertner —Dijo el guardaespaldas—. Puedo olerla… Ella no bajara el arma, esta decidida a dispararle si no hace lo que pide.
—Interesante… Bueno, creo que terminamos de jugar. Quería ver si podíamos tener a otro aliado, un oficial de policía esta vez, pero… No todo se puede supongo. Ahora, esto puede terminar pacíficamente si tan solo me dan el Rubí, pero si se resisten, no garantizo que salgan vivos. Ninguno de ustedes.
—No me das miedo, estúpida —Dijo Tamara—. Puedo matarte cuando se me dé la gana.
—Pero no lo harás, por una simple razón…
—¿Y cuál es esa?
—… Ustedes los Híbridos cometen el error de pensar que tienen la ventaja… Mira tus pies.
Tamara miro abajo y vio sus pies amarrados a lo que parecía ser cabello. Ella miro rápidamente a Amara y noto como su cabello se había alargado y llegado a sus pies sin que ella se diera cuenta. El cabello cobro vida, agarro los pies de Tamara fuertemente y la lanzo fuera de la tienda rompióende el escaparate en el proceso. Ella salió volando y aterrizo arriba de un auto, incrustándose en el techo.
—¡Mi tienda! —Grito Naomi al ver el desastre que Amara provoco—. ¡Hija de Puta!
Naomi se lanzó rápidamente contra Amara, sus nueve colas se separaron y comenzaron a incendiarse. Amara saco un pergamino negro de su bolsillo y al abrirlo un aro de luz salió de este y rodeo a Naomi, amarrándola completamente y dejándola inmovilizada.
—Los Kitsune son tan fáciles de vencer si usas magia contra ellos… Magia de la antigua. Vamos por el Rubí antes que Tamara se levante…
Amara y su guardaespaldas dejaron a Naomi forcejeando en el suelo tratando de quitarse la magia de restricción que también inutilizaba sus poderes. Abigail se metió en su camino para evitar que vayan por el Rubí. Ella era la única de pie, pero no por mucho. Tamara estaba levantándose rápidamente.
—¿Piensas que puedes tomarlo sin pelear? —Pregunto Abigail con su pistola en mano—. Trata de hacerme a un lado si tienes la fuerza, Perra.
—… Está bien… —Dijo Amara y se desato el cabello dejándolo crecer a un ritmo exagerado. El cabello rodeo toda la tienda y mientras crecía, Amara ordeno a su guardaespaldas que vaya por el Rubí y que no pierda el tiempo—. Ve por el Rubí de una vez, yo me encargo de ella… Sera… Pan comido, literalmente.
—No soy alguien a quien debas subestimar —Dijo Abigail mientras sacaba otra pistola y con ambas manos apuntaba a Amara y a su guardaespaldas—. Tu no te muevas. Tienes razón, concuerdo contigo, pero lo que sea que tengas planeado, se que no es la forma correcta de arreglar las cosas.
—¿Tu que sabes? ¿Trataste de hacer la diferencia? ¿Trataste de alzar la voz? No, no lo hiciste.
—No me conoces, hice algo en el pasado, algo de lo que no me arrepiento. Algo que muchos hoy en día dirían que fue un error y puede que lo haya sido, pero siento que ese fue el primer paso para cambiar el mundo… Un pequeño paso…
—… Lo que sea que hayas hecho, no tiene ninguna importancia. Vas a morir aquí y ahora.
—No estés tan segura. ¿Qué será mas rápido? ¿Mis balas o tu cabello maldito?
El cabello de Amara se movió a gran velocidad y fue directo al rostro de Abigail, ella en un parpadeo vio el cabello y sin dudar, jalo del gatillo y las balas fueron directo a la frente de Amara.

Parte 3
David llego hasta el Parque de la Ciudad. Obviamente el lugar estaba cerrado por remodelación, pero se le permitió entrar una vez que mostro su placa al guardia de seguridad de la entrada. David paso todas las atracciones, varias de ellas, no todas, destruidas por los sucesos de anoche y fue directo al edificio cerca de la torre que servía como centro de información y atención al cliente. El, sin perder tiempo alguno, pidió ver al dueño del parque para interrogarlo, pero para su mala suerte el no estaba disponible o eso es lo que querían que creyera. El, a veces, tenía una actitud paranoica cuando algo parecía estar fuera de lugar y todo el Parque ese día parecía estar fuera de lugar, no por la batalla que tuvo lugar ayer a la noche, sino por algo más, como si estuvieran nerviosos por algo, o mejor dicho por alguien. Todos miraban a David fijamente, como si su mera presencia fuera lo que los pone nerviosos.
David siguió insistiendo en ver al dueño con la idea de que el estaba allí, pero no quería verlo a el en particular. Después de casi media hora insistiendo, David se canso y simplemente dio media vuelta y volvió al estacionamiento. Una vez que el entro en el auto, golpeo su frente contra el volante.
—¡Mierda! —El grito—. Ese tipo esta allí, no me vengan con esa mierda de que se fue a una junta. Lo sé, está allí y nadie parece que quiera hablar conmigo. No soy tan intimidante, Mierda… ¿Ahora qué? Si me voy ahora tal vez no me dejen entrar de nuevo… Tal vez si hablo con Maxwell… O mejor aún, esos idiotas de la OIP. Les pediré que investiguen esto a fondo y…
David inserto la llave y dio arranque al auto, miro el asiento de atrás por un momento buscando unos papeles que había dejado allí junto a la copia del reporte de Tamara. El tomo todos los documentos, los dejo en el asiento del acompañante y estaba a punto de acelerar cuando vio algo inesperado. Un hombre sin cabeza estaba frente a él. Un Críptico. El no sabia exactamente que clase de Críptico era ya que el no sabia absolutamente nada de eso, por eso siempre recurría a Abigail por ayuda. El Críptico se hizo a un lado y camino lentamente hasta su ventana. El le hizo la señal para que baje su vidrio y David, sin comprender lo que estaba pasando, bajo el vidrio.
—David Barone, supongo —Dijo el hombre sin cabeza y David asintió instintivamente sin saber si el hombre sin cabeza lo vio o no. Él estaba confundido y algo asustado de ver algo así de cerca, parecía irreal—. No pude evitar notar que estaba haciendo muchas preguntas… Muchas preguntas… Creo que es mejor que venga conmigo.
—No me digas… ¿Y si digo que no? —Pregunto David en tono amenazador y alguien golpeo el vidrio del lado del acompañante. El se dio la vuelta y vio a un hombre vestido de negro golpeando en libro levemente con una pistola—.
—Por favor… Esto puede resolverse tranquilamente y sin hacer ninguna estupidez. Piénselo bien, David. Se que usted no es idiota… ¿O me equivoco?
David suspiro y comenzó a maldecir en su mente. Sin poder hacer nada para salir de esta situación de la que claramente se encontraba en completa desventaja, David apago el motor y salió del auto tranquilamente.
—Muy bien, David… Ahora, ¿Qué le parece si me acompaña? —El hombre sin cabeza camino hasta un auto negro que estaba estacionado del otro lado del estacionamiento. David lo siguió mientras el hombre detrás de el le apuntaba con la pistola disimuladamente para no llamar la atención de nadie en los alrededores—. Por favor, suba… Y deme las llaves de su patrullero.
El hombre abrió la puerta con tranquilidad y David subió sin decir ninguna sola palabra, él le dio las llaves de muy mala gana. La puerta se cerro y el hombre sin cabeza se dirigió al hombre con el arma. Le dio las llaves del patrullero con tranquilidad.
—Gracias, yo me encargo a partir de aquí —Dijo el—.
—¿Qué hago con el patrullero?
—… Deshazte de el… Ya sabes donde… No queremos sospechas de nadie.
—Si, señor. Enseguida. Suerte —Dijo el hombre con el arma y fue directo al patrullero con las llaves de David en la mano. El hombre sin cabeza se subió al auto tranquilamente y se puso el cinturón—.
—Tú también deberías ponerte el cinturón —Dijo el y eso sorprendió a David. El no sabia exactamente lo que le pasara, pero que su secuestrador, por falta de un mejor termino, le pida ponerse el cinturón es algo fuera de lo común—.
—Primero que nada, ¡¿Qué mierda quieres de mí?! —Grito David—. ¡Si vas a matarme bien podrías meterme una bala en la cabeza y listo!
—… ¿Quién dijo que iba a matarte? Solo quiero hablar contigo… Y no te preocupes por tu patrullero. Te estará esperando cuando terminemos nuestra charla —El hombre encendió el auto y lo llevo fuera del parque, eventualmente entrando a la calle y dirigiéndose en dirección a la autopista—. Mi nombre es Robert Darklet, como puedes ver, soy un Críptico. Un Blemias, tal vez no hayas ido hablar mucho sobre nosotros ya que en este país no hay ninguno.
—No escuche hablar nunca de los tuyos… Pero eso no responde mi pregunta… Robert… ¿Qué mierda quieres de mí?
—La razón por la que querías hablar con el dueño del parque era para tener información sobre la mujer que toda la OIP esta buscando desesperadamente ¿Me equivoco?
—Tu sabes que si… Por eso me estas secuestrando, ¿no? Trabajas para ella.
—… Ciertamente, trabajo para ella… Pero una cosa es trabajar para ella y otra es estar de acuerdo con lo que esta haciendo. Con solo hacer uso del Rubí de Tou Krowat, ella envió un mensaje, un mensaje al mundo. Ella esta dispuesta a sacrificar a cualquiera y cualquier cosa con tal de alcanzar su objetivo… Y ese objetivo, por mas que sean buenas intenciones no justifica el uso del Rubí y todas las atrocidades que cometió en el camino. No me uní a ella para esta clase de masacre, por esa razón te diré todo lo que necesites saber, absolutamente todo… Claro, a cambio de algo.
—Déjame adivinar, ¿Protección?
—No hace falta decirlo, supongo. Si, es lo único que pido a cambio… Yo no hice nada malo y no voy a mancharme las manos por esto. Amara quiere igualdad para los Crípticos, pero se obsesiono tanto que ahora quiere que los Crípticos gobiernen. Y para eso, usara el Rubí para comenzar una guerra. Tomará el país a la fuerza y el Rubí, si llega a estar completo, le dará el poder que necesita ya que ella es completamente inmune a la maldición.
—Amara… ¿Estas hablando de Amara Gaertner? Pero ella está muerta.
—Estaba… Alguien la trajo a la vida, maldita y condenada a vagar por el mundo con una maldición irreversible. Porque la revivieron, no tengo idea de quien y porque, pero cuando me pongo a pensarlo… Puede que haya algo mas grande que todo esto en las sombras…
—Mierda… Esto es mucho para procesar —Dijo David mientras se masajeaba la frente—.
—Esta por ponerse peor. Mañana Amara atacara la OIP, el Congreso y por último tomara la Casa de Gobierno. Dara un Golpe de Estado y se pondrá al frente.
—… Mierda… ¿Y a dónde vamos? —Pregunto mientras veía la autopista frente a el—.
—Si te dejo ir ahora con toda esta información, no te creerán a menos que tengas las pruebas necesarias y aun si las tienes, no te escucharán. Hay gente en la OIP, gente que esta del lado de Amara. Incluso si vas a la Casa de Gobierno con esta información, te tomaran como loco y te encerraran, después te mataran los hombres de Amara y lo harán parecer como un suicidio. Hay peligro en cada esquina. Ahora nos dirigimos a ver a un amigo, un contacto dentro de la organización que nos proveerá con lo que necesitamos. De esa forma podremos advertir a las personas correctas sobre la operación de mañana. Hay que ser extremadamente cuidadosos. Hay oidos en todas partes, aunque no lo parezca.
—Mierda. No me esperaba terminar en esta posicion cuando me levante de la cama.
—No te preocupes, el unico consuelo que te puedo dar es que esta noche volverás a casa tranquilamente sabiendo que mañana todo mejorara.
—Eso espero…

Parte 4
Abigail disparo y las balas dieron en el blanco. Las balas llegaron a la frente de Amara, pero eso no iba a hacer ninguna diferencia. El cabello de Amara fue directo hasta Abigail. Ella, apenas vio que dio en el blanco, se hizo a un lado rapidamente y trato de escapar del cabello que obviamente tenia vida propia. Abigail corrio hasta el escaparate y se lanzo fuera de la tienda. Ella aterrizo boca abajo en la acera, se dio la vuelta, se puso de espalda y en un intento desesperado disparo al cabello, pero como vio que no tenia ningun efecto, lo unico que podia hacer era escapar. Abigail vio al guardaespaldas de Amara adentrandose en la tienda, pero Amara bloqueaba todos los caminos y oportunidades para que Abigail pueda impedir que pase. Amara se toco la frente y sintio los agujeros de las balas. Estos desaparecieron rapidamente y escupio las balas.
—Que asco —Dijo Abigail mientras apuntaba de nuevo—.
—Y eso que no haz visto todo de lo que soy capaz. No pasaras de mi, yo siempre tengo lo que quiero.
Abigail sintio una rafaga pasar a su lado y en un abrir y cerrar de ojo Tamara aparecio al lado de Amara. Antes de que Amara pudiera reaccionar, Tamara la agarro de la ropa y con una fuerza descomunal la lanzo fuera de la tienda. Amara choco contra la pared del edificio de enfrente, haciendo un agujero debido a la fuerza descomunal con la que Tamara la lanzo.
—¡Ve tras el! ¡Yo me encargo de ella! —Abigail, sin decir nada fue por el guardaespaldas. Tamara trato de ayudar a Naomi y quitarle el hechizo de restriccion—. ¿Tienes seguro?
—Claro que tengo seguro. ¿Crees que mi seguro no cubre esta clase de daño?
—Menos mal, porque dentro de poco creo que esto ira de mal en peor.
—¿Que te dio esa idea? -Naomi pregunto. Antes de que Tamara pueda contestar, Amara agarro a Tamara de la cintura con su cabello, la arrastro rapidamente hasta la calle y comenzo a golpearla contra la calle innumerables veces.
—¡Tamara! -Naomi grito-
—¡¿Piensas que puedes tomarme por sorpresa, puta?! —Grito Amara y siguio golpeando a Tamara contra el suelo—. No juegues conmigo, porque perderas.
—¿Quien dijo que esta jugando contigo? —Las manos de Tamara se prendieron fuego e incendiaron el cabello para liberarse. Amara la solto rapidamente y apago el fuego—. Es peligroso jugar con juego, niña.
—No me provoques.
Amara corrio hacia Tamara con la intencion de atacarla desde todos los angulos posibles. Tamara junto sus manos y crujio los dedos.
—No se si lo sabias... Pero el cabello es inflamable...
—¡Y no se si sabias que tu actitud te hara perder la guerra!
—Ya veremos...


CONTINUARA...

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