Parte 0
Era un día nublado,
no hace mucho la lluvia había caído e inundado gran parte de la zona rural.
Podían verse enormes charcos de agua formándose en el suelo, el agua estaba
quieta, sin nada ni nadie que la disturbe… Pero se cambió rápidamente cuando
alguien piso dichos charcos mientras corría a toda velocidad.
Adentrándose de un
bosque, un bosque muy oscuro, una niña pequeña estaba corriendo, escapando de
algo. Ella corrió tan rápido como sus piernas pudieron llevarla. La niña de tan
solo 8 años se detuvo cerca de un árbol para recuperar aire y miro en todas las
direcciones para asegurarse de que estaba sola. Ella dejo salir el aire que
estaba conteniendo y se dejo caer al suelo mientras se apoyaba en el
árbol. En lo único que ella pensaba
ahora era en sus perseguidores y lo difícil que era correr cuando llevaba
puesta una larga falda. Ella saco del bolsillo de su chaleco un pedazo de carne
seca y miro a todas las direcciones. Ella entonces se enfoco en la carne y
antes de que pudiera llevársela a la boca, escucho un sonido que provenía
detrás de ella. Se dio vuelta, pero no vio nada. En ese momento, alguien le
arrebato la carne de la mano y ella vio a su perseguidor frente a ella. Un niño
de unos 12 años de cabello corto color blanco como la nieve, vistiendo un
chaleco marrón hecho de cuero, debajo de este tiene una camisa blanca y
pantalones negros con tirantes que prevenían que se caigan. La niña, Con enojo,
le grito.
—¡Grigori! —Grito
ella—. ¡Devuélveme mi carne o le diré a papa!
—¿Tu carne?
—Pregunto Grigori—. Tu me la robaste de la mesa, Tamara. No creas que porque me
cuesta moverme puedes robarme la comida del plato de esa manera. No te
aproveches.
Dijo Grigori
mientras se comía la carne seca que por derecho era suya.
—¿Aprovecharme? Tú
y Rapcasia se aprovechan de mí solo porque aún no puedo usar mis poderes
—Tamara dijo con dolor y tristeza—. Cuando los tenga ya verán, les dare una
paliza a los dos y se arrepentirán.
—Deja de quejarte.
Tienes suerte de que no esté golpeándote en estos momentos por robarme. Sabes
lo que me cuesta levantarme de la cama y mucho mas moverme. Cualquier clase de
movimiento es simplemente mucho trabajo y estar parado aquí no es la excepción.
No te golpeo porque es mucho esfuerzo que no voy a gastar en alguien tan
patética como tú.
—Tu Pereza
no tiene límites, Grigori
—Sí, sí, sí. Lo que
digas hermanita. Solo no me robes de nuevo, la próxima te golpeare tan fuerte
que te romperé todos los dientes, Niña.
—¿Algo Así?
—Pregunto una voz detrás de Grigori—.
Una sombra apareció
por detrás de Grigori y lo golpeo en la cabeza, haciéndolo caer de cara contra
el suelo. La sombra rápidamente tomo la forma de una niña de 17 años. Ella
usaba un vestido marrón de una pieza. Su cabello era mucho mas largo que el de
Tamara y muy desordenado, daba la sensación de que nunca se peinaba y no se
esforzaba en arreglarlo.
—Grigori, no le
digas eso a Tamara. La vas a asustar y ese es mi trabajo —Dijo la niña mientras
se acercaba a Tamara—. Entre nosotros no nos robamos, Tamy. Si vas a robar,
roba a los idiotas del pueblo. Como dijo Mama, ellos no importan.
—… —Tamara guardo
silencio mientras veía a su hermana mayor a los ojos. Rapcasia se enfocó en el
ojo izquierdo de Tamara, el cual estaba completamente gris, mientras que el
derecho era exactamente igual al de su padre. Iris negro con pupila blanca—.
—A veces te veo y
me pregunto si algún día tus poderes se desarrollaran… Pero parece que no lo
harán —Dijo Rapcasia con pena—.
—¿De verdad crees
eso?
—… Quiero creer que
lo harán, pero si nosotros pudimos usar nuestros poderes desde los cinco años,
tenemos un problema.
—Lo mas seguro es
que no, mírala, parece más humana que nosotros. Creo que nació siendo humana,
no creo que tenga poderes —Dijo Grigori con tono burlón para hacer enojar a su
hermana menor y funciono—.
—¡Yo tengo poderes!
¡Es solo que…! No… No se desarrollaron.
—Excusas —Grigori
se siguió burlando y Rapcasia lo agarro de la cabeza y enterró su rostro en el
barro—.
—No le hagas caso
Tamara. Obviamente tienes poderes. Si no fuera así, hubieras muerto en el
momento en que naciste.
—Déjate de decir
estupideces, Rapcasia —Dijo Grigori mientras se levantaba del suelo, él se tomó
su tiempo para levantarse y se movía como si su cuerpo pesara una tonelada—.
Tamara no tiene poderes. Nosotros mostramos los nuestros a los cinco, pero ¿Qué
hay de ella? Ya tiene 8 años y aun sigue en la nada… Ella es humana. No es como
nosotros, solo uno mas de los tantos idiotas que nos rodean.
—No seas así,
Grigori. No son tan malos los humanos, claro tienen sus altos y bajos, pero al
final del día son una especie que puede aprender de sus errores —Dijo Rapcasia
en defensa de Tamara—. Además, ¿Qué hay de malo en ser humano? Nada… Bueno… Si
llegas a ser humana te mataría por la envidia que te tengo, hermanita. ¿Sabes
lo que daría por un poco de normalidad?
Rapcasia dejo ver
su lado sádico y violento por solo un segundo. Ella, a diferencia de sus
hermanos, es mas demonio que humano. Por lo tanto, su pecado correspondiente se
deja ver. Su madre esta asociada al Orgullo y la Soberbia. Rapcasia es la
Envidia y Grigori es la Pereza.
—Volviendo al tema
principal —Dijo Grigori con cansancio mientras agarraba a Tamara de su
cabello—. No te robes mi carne de nuevo.
—Déjala ya,
Aguafiestas perezoso… Es solo carne seca, Papa puede conseguir más. Sabes…
Tengo una mejor idea, vamos al puedo a conseguir más. —Propuso Rapcasia—.
Mientras estamos allí…
Rapcasia tomo a sus
hermanos y los acerco a ella, les susurro como si estuviera contándoles un
secreto. Ella sonrió mientras hablaba.
—¿Qué les parece si
vamos hasta las granjas que están cerca del pueblo? Vamos a asustar un poquito
a los animales y tal vez... Solo tal vez… A mutilar un par de vacas. Tomémoslo
como una venganza ya que los otros granjeros tienen la tendencia de arruinarle el
negocio a Papa. Si ellos arruinan nuestros cultivos, nosotros matamos su
ganado.
—Tu eres una
Psicópata sin remedio… Me gusta —Dijo Grigori con una sonrisa—.
—Papa dijo que no
hiciéramos eso —Dijo Tamara y se ganó la mirada de sus hermanos, principalmente
de Grigori—.
—Y Mama dijo que no
nos dejemos someter por ningún tipo de autoridad. Supongo que eso incluye a
nuestros padres. Vamos hermanita. Démosle un susto a esos animales y matemos a
un par de ellos, el dueño odia a Papa y no me gusta que se crea la gran cosa.
Nadie trata mal a mi familia, solo yo… y Tal vez Grigori… Así que, vamos. Te va
a encantar.
—¿Segura? Yo tengo
cosas que hacer. Mama quería que me encuentre con ella en el sótano y…
—Shhh —Rapcasia
tapo la boca de Tamara con un solo dedo. Toco sus labios suavemente mientras
dejaba salir una sonrisa maliciosa. Una sonrisa que era muy diferente a la que
usualmente hacía. Una sonrisa que mostraba sus dientes… Sus filosos dientes que
obviamente no eran humanos—. Hermanita… Solo se vive una vez. Ven con nosotros,
te mostrare lo divertido que es destruir algo que costó mucho, pero mucho
trabajo obtener.
—… No creo que sea
correcto.
—Mierda, pasaste
mucho tiempo con Papa y ya te está dando esas estúpidas clases de moralidad. No
seas llorona y ven con nosotros. Te hace falta salir más de la casa —Dijo
Grigori—.
—Esta decidió
entonces —Rapcasia tomo del brazo a Tamara y se la llevo caminando hasta una
ruta de tierra mojada en dirección al pueblo—. ¡Prepárense hermanos míos, vamos
a la guerra!
—No exageres, Rap.
Solo vamos a hacer un desastre —Dijo Grigori—.
—Exacto, además…
¿Qué sentido tiene la vida sin un poquito de Caos en ella?
—… Si Papa se
entera nos matara —Susurro Tamara—.
—Tranquila
hermanita, Mama se encargará de todo… Espero…
—… Ya no me
inspiras confianza, Rap —Dijo Tamara con una voz monótona—. Solo espero que
valga la pena.
—Lo hará, solo
síguenos y déjate llevar. Así actúa un demonio, déjate llevar y si la vida te
tira algo en la cara, sabrás como defenderte…
Parte 1
David Barone
terminaba de llenar un reporte en su escrito en la Comisaria cuando vio a
Abigail salir del lugar con Tamara detrás de ella. Él sabía a donde iba ella y
se comenzó a preguntar si le será de ayuda Naomi. El no lo creía, pero Naomi
muchas veces le demostró lo contrario. Aun así, David no podía evitar pensar
que había algo que nadie estaba prestándole atención y ese algo se encontraba
en el parque. El dejo su reporte a un lado y saco una copia del reporte de
Tamara. Según ella, la mujer que buscan es alguien con poder e influencia
suficiente para controlar a quien quiera, lo que ella quiere posiblemente lo
consigue de una forma u otra. Y el hecho de que ella tenga contactos escondidos
en el Parque de la Ciudad es suficiente evidencia que necesita para poder
investigar en el lugar.
—Apuesto a que hay
al menos un grupo enorme que este en contacto con esa mujer… Si es así entonces
tal vez…
David tomo su reporte
a casi terminar, se levanto de su escritorio y camino directo hasta la oficina
de Maxwell. Sin tocar la puerta entro y se encontró a Maxwell hablando con un
Críptico, un hada de unos 30 cm de altura. El hada llevaba un vestido blanco
que hacia contraste con su cabello rojo brillante. Esta hada le hablaba
desesperadamente a Maxwell.
—Perdón, pero de
verdad debería al menos tener a alguien que me pueda ayudar. Estamos
desesperados —Dijo ella con lágrimas en sus ojos—. ¡Hay un monstruo que nos
acosa en la noche y ya mato a uno de los nuestros, por favor!
—Lo sé, Señora, me
llego la noticia y créame cuando le digo que nos enfocaremos en eso, pero
nuestra profesional esta en otro caso igual de importante. No digo que la
muerte de un hada no sea importante, pero esto fue algo repentino. Lo que
haremos es mandar al menos cuatro oficiales para que custodien el parque. Lo
que sea o quien sea que este amenazándolos no se saldrá con la suya. Tiene mi
palabra de que haremos todo lo posible para que nada malo les pase.
—¿Lo promete?
—Si, se lo prometo
y cuando nuestra profesional termine su investigación la mandare directo con
usted. Tranquila y todo saldrá bien… ¿Sabe algo sobre este agresor?
—Es un monstruo,
eso es lo que se. Parece humana… Pero es mas que eso… Se oculta en la
oscuridad, tiene esos ojos amarillos brillantes que le daría a cualquiera
escalofríos…
El hada trato de
dar su mejor descripción, pero no fue de mucha ayuda. David finalmente entro e
interrumpió la conversación.
—Perdón, Maxwell,
vengo a dejar mi reporte. Iré al Parque de la Ciudad, creo que hay algo que
pasamos por alto y puede ayudar en la investigación de Blackwood —Dijo David
rápidamente y Maxwell lo miro a los ojos—.
—Podrías haber
tocado, estoy con un tema delicado aquí… Y ya mandamos a un oficial al parque.
Ya debería haber vuelto. Busca al oficial Edgar Crichton ahora ¿Puedes salir?
Tengo, tenemos, una situación aquí… —Después de decir eso, Maxwell decidió
ignorar a David y enfocarse en el hada— Ahora dígame, ¿le vio la cara a esta
persona?
David salió de la
oficina de Maxwell y fue en busca de Edgar Crichton. No tuvo que buscar mucho
ya que se encontraba en el vestíbulo principal de la comisaria, junto a la
recepción hablando con una oficial de tránsito. Edgar parecía nervioso, pálido,
casi enfermo por alguna razón. David se acercó rápidamente e interrumpió la
conversación que él tenía con la oficial.
—¿Oficial Crichton?
—Pregunto David y Edgar asintió en silencio con una mirada casi perdida, como
si estuviera cansado y sin ánimos—. Soy el Oficial David Barone, del
Departamento Federal de Orden Público.
Vengo para preguntarle sobre la información que recaudo en el Parque de la
Ciudad concerniente a la investigación en relación al Rubí de Tou Krowat.
David no perdió el
tiempo y fue directo al grano. El es un oficial con más de 20 años de
experiencia, sabe lo que quiere y como expresarse ante otros oficiales para
conseguir lo que quiere. Con 49 años de edad y a punto de cumplir los 50, es un
hombre con el que nadie quiere tener en su contra. La oficial que hablaba con
Edgar se fue rápidamente apenas David los interrumpió.
—Oficial Barone…
Bueno… La verdad es que no… Encontré nada que valga la pena mencionar —Dijo
Edgar con la cabeza baja evitando el contacto visual. David se cruzó de
brazos—.
—Oficial Crichton
¿Sabe que es un delito grave que un policía mienta en el reporte? Pueden
encerrarlo por obstrucción a la justicia y por traición, dependiendo de la
información que este ocultando —Dijo David con claro disgusto—. También es un
grave error de tu parte mentirme de esa forma. A mi no se me escapa ninguna
mentira. Se cuando alguien me miente en la cara y tu mi amiguito, estas
delatándote solo… Dime la verdad o tendré que sacártela a golpes y créeme novato,
no quieres eso. ¿Sabes como me llaman los veteranos? “El Detector de Mentiras” nada se me escapa… Y tu tampoco, así que
se sincero porque sino te daré una golpiza y nadie saldrá a tu defensa, nadie.
Edgar solo se
limito a evitar el contacto visual, el joven oficial que había empezado
recientemente su trabajo como oficial de policía se sentía aterrado, con miedo
y arrepentimiento. El miro a David a los ojos antes de decir algo miro a su
alrededor, no había nadie más además de ellos. Edgar se acerco a David y le
susurró al oído.
—Ellos saben algo.
La mujer que apareció en el parque… Parece que los tiene a todos comprados.
Todos se callaron una vez que pregunte y el dueño me hablo personalmente… Me
amenazo, Señor. El me amenazo y tuve que dar media vuelta para irme. —Edgar
explico—.
—¿Te amenazo?
¿Cómo? Eres un oficial de la Policía. Debes imponer respeto y…
—Él dijo que
matarían a mi familia si abro la boca. Me dijo sus nombres, donde vivian, donde
trabajan, todo sobre ellos.
—… —David lo miro
directo a los ojos y sabía que decía la verdad. Los ojos de Edgar estaban a
punto de soltar lágrimas—. Ya veo… Yo iré a investigar el Parque y me hare
cargo de todo. Tu ve con el Comisario y dile exactamente lo mismo que me
dijiste.
Edgar asintió sin
animo alguno y David camino rápidamente hasta la entrada de la comisaria y
salió corriendo hasta su patrullero.
—¿Qué tan metidos
en este lio esta la gente del Parque? —Se pregunto David mientras se subía al
auto y arrancaba el motor—. No voy a dejar que se salgan con la suya.
Parte 2
Naomi escucho
detenidamente lo que Abigail tenia que decir. Ella relato rápidamente, con
detalles, los eventos que tuvieron lugar en el día de ayer y hoy. Ella remarco
en sus palabras el Rubí de Tou Krowat y
de lo que era capaz. Naomi permaneció en silencio hasta que Abigail termino su
relato. Una vez el silencio se hizo presente, Naomi se limito a suspirar, su
suspiro dejaba ver su preocupación. Ante la mención del Rubí y la mujer que
ellas estaban buscando, ella se puso nerviosa. Tamara y Abigail lo notaron
rápidamente, no se hicieron esperar y preguntaron.
—¿Sabes algo?
¿Sobre esta mujer? —Pregunto Abigail—. Cuéntanos todo lo que sabes.
—… Se mas de ella
de lo que debería. Es más, ella estuvo aquí… Mas veces de las que me gustaría
recordar —Dijo Naomi—. Viene, pero no compra. Siempre se va de mal humor porque
no consigue lo que quiere de mí. Ella es alguien que no se cansa y no se rinde
hasta que tiene lo que quiere… Su nombre es Amara Gaertner.
—¿Amara Gaertner?
—Pregunto Abigail, sorprendida—. No puede ser ella, Naomi. Amara murió en el
Ataque Terrorista del 2000. Todos sabemos eso.
—¿Me llamas
mentirosa, Abigail?. Sabes que los Kitsunes podemos ser deshonestos, pero a ti
no puedo mentirte. Tampoco mentiría en cuanto a esto. Amara Gaertner está viva.
La rápida
revelación de esta información sorprendió a Abigail y confundió a Tamara, ya
que ella no sabe quien es Amara. La vio en persona, pero nunca escucho hablar
de ella.
—Perdón, pero… No
entiendo nada —Dijo Tamara algo avergonzada—.
Abigail tomo un
poco de aire y empezó a explicarle todo para que pudiera entender de lo que
estaban hablando.
—… Era la mañana
del 31 de Octubre del 2000. De la nada y sin previo aviso, un grupo de
Híbridos, comandados por un tal Howard Henderson, tomaron el congreso y la casa
de gobierno. Sus demandas eran simples… Igualdad, pedían derechos justos para
los Crípticos y los Híbridos. Estaban en contra de la ley que prohibía la unión
entre Humanos y Crípticos que había sido aprobada una semana antes. Con esta
ley, vino otra que expulsaría a los Híbridos del país. Ellos querían que esa
ley se quite. Pero sus métodos solo hicieron que la opinión del publico hacia
los Crípticos e Híbridos empeore. Amara Gaertner, una de las cinco personas más
adineradas del país y mas influyentes en el ámbito político estaba allí con
ellos, ella estaba a favor de los Crípticos y por casualidad se encontraba en
el congreso cuando ellos tomaron el lugar. Para resumir… Llego la policía,
Gendarmería y parte del ejército. Los Híbridos fueron sometidos antes de que
pudieran hacer algo y Gaertner murió… Protegiendo a Howard Henderson. Ella
recibió una bala en el pecho por él y murió en el acto. Howard fue condenado a
confinamiento solitario permanente y llevado a la prisión subterránea de máxima
seguridad, reservada para Crípticos. Los demás fueron encerrados o deportados.
A parte de Gaertner, varios políticos murieron en la toma y eso empeoro la
imagen de los Crípticos —Abigail resumió los eventos que tuvieron lugar ese 31
de Octubre. Un día que nadie podía olvidar—.
—Cuando ella
apareció por primera vez en mi tienda la reconocí enseguida —Dijo Naomi—. Y en
ella sentí algo raro, algo que no debería estar allí. Es como si ella
compartiera su cuerpo con una presencia indeseable… Creo que alguien le devolvió
la vida y termino compartiendo el cuerpo con un espíritu vengativo. Sentía una
enorme negatividad y energía oscura viniendo de ella.
—¿Qué es lo que
ella quería de ti? —Pregunto Tamara—.
—Creo que ustedes
ya saben la respuesta a esa pregunta —Naomi dejo salir una sonrisa, lo cual
molesto un poco a Abigail—.
—¿A que te
refieres? —Pregunto ella—.
—Te daré una pista…
¿Qué ocasiono ese desastre en el Parque de la Ciudad?
Al hacer esa simple
pregunta los ojos de Abigail se abrieron como platos y con furia golpeo el
mostrador. Ella miro a Naomi directo a los ojos.
—No me digas que tú
tienes un fragmento del Rubí —Naomi mantuvo silencio, pero su sonrisa la
delataba—. No está seguro aquí, Naomi.
—Abigail, el Rubí
esta mas que seguro en la tienda. Si lo quiere, deberá matarme para obtenerlo.
Además, no le tengo miedo a una mujer que volvió de entre los muertos. Es más,
si viene y trata de tomarlo por la fuerza, la matare y listo. Sabes que puedo someter
a cualquier persona o Críptico en cuestión de segundos.
En ese momento la
puerta de la tienda se abrió y todos se dieron la vuelta para ver al recién
llegado. Era un hombre, un joven para ser mas precisos, su edad rondaba los 23
años, pero la barba que se estaba dejando crecer le daban mas edad de la que ya
tenía. Su cabello era largo y desordenado de un raro color violeta oscuro. El
joven llevaba una campera polar negra y debajo de ella un buzo negro y unos
jeans azules. Sus ojos eran lo mas llamativo en el ya que sus pupilas eran tan
pequeñas que parecían puntos negros, como un viejo dibujo animado. Abigail se
enfoco mas en su ropa y le preocupaba, hacia mucho calor afuera como para estar
usando esa ropa. El se acerco lentamente al mostrador, ignorando a Abigail y
Tamara como si no existieran y fue directo con Naomi.
—Buenos Días, Naomi
—Dijo el con calma y una pequeña reverencia—. Tienes… Ya sabes que
El dijo
avergonzadamente y Naomi sonrió mientras le acariciaba una de las manos.
—Claro Thomas. Iré
por tu medicina. Espera un momento —Naomi salió del mostrador y se adentro en
la bodega de la tienda. El joven, Thomas, se mantuvo en silencio mirando a la
nada y esperando a que Naomi vuelva. El movía su pierna impaciente. Abigail
seguía mirándolo fijamente y Tamara lo noto—.
—¿Qué tanto lo vas
a mirar fijamente? —Tamara pregunto y eso le gano la mirada de ambos, Abigail y
Thomas—. No me digas que es amor a primera vista.
—No seas idiota,
solo… —Abigail noto que Thomas la miraba fijamente y con esos puntos negros en
sus ojos noto un escalofrió enorme—. Perdón por mirarlo fijamente, no fue
profesional de mi parte.
—… —Thomas no dijo
nada y volvió a mirar a la nada mientras esperaba a Naomi—.
—Sabes… Hace mucho
calor para que tu lleves esa ropa… Thomas —Dijo Tamara con un tono algo
condescendiente. Thomas miro a Tamara mientras ella se acercaba lentamente—.
Seguramente ocultas algo debajo de la ropa… O quizás… De verdad tengas frio.
Sin previo aviso
Tamara llevo su mano hacia en hombro de Thomas y apenas hizo contacto retrajo
su mano rápidamente, casi instintivamente.
—¡¿Tamara?!
—Pregunto Abigail y vio como la mano de Tamara lentamente se congelaba. Su mano
estaba cubierta de hielo.
—Vaya, vaya, vaya…
—Dijo Tamara con una enorme sonrisa mientras descongelaba su mano con su fuego
negro. Thomas vio el fuego y no parecía sorprendido—.
—… Un Demonio…
Categoría A por lo que veo —Dijo el—.
—Y tú eres un
Wendigo… Interesante. Mejor dicho, estas en camino a volverte uno de ellos —Al
decir eso, Thomas se sorprendió—.
—¿Un Wendigo?
—Abigail pregunto sorprendida e instintivamente se alejó de Thomas—. Mierda…
—¿Cómo lo supiste?
—Pregunto Thomas a Tamara—.
—No es la primera
vez que veo a un humano sucumbir ante la maldición de los Wendigos. Debió ser
un infierno para ti.
—… ¿Tu que sabes?
—Thomas evito el contacto visual y se alejo de ellas—. No me hablen, solo vine
por mi dosis semanal y me iré.
—Lo que sea que
Naomi te este dando solo lo mantiene al margen. Tu y yo sabemos que no hay cura
para la maldición de los Wendigos —Dijo Tamara—. Sucumbirás tarde o temprano,
Amigo.
—Hazme un favor,
Demonio. Cierra la puta boca. Ya tengo suficientes problemas como para que
alguien como tu venga y me quiera tirar abajo. Me sorprende que te hayan
aceptado en la policía siquiera. ¿Qué rayos están pensando?
—Soy un caso
especial amigo —Dijo Tamara orgullosa—.
—Especial… Si
claro… —Thomas se quedo callado y no hablo para nada, ni siquiera cuando
Abigail le dirigió la palabra. El silencio se hizo presente en la tienda y
Naomi volvió con una bolsa de papel, dentro había un frasco de un liquido azul
brillante y yerbas rojas provenientes de los bosques ocultos de las hadas.
—Recuerda, Thomas,
una cucharada del jarabe con un poco de la yerba roja, preferentemente molida.
Esto te durara otro mes, si tienes algún problema vuelve y yo misma te
revisare. Los doctores en los hospitales no pueden tratar las maldiciones así
que yo soy tu mejor opción —Naomi explico—.
—Gracias, Naomi
—Thomas la tomo de la mano derecha (su única mano) y la apretó en agradecimiento—.
Te lo agradezco muchísimo.
—De nada. Solo ten
cuidado en el camino de vuelta a casa.
—Lo hare, adiós
—Thomas tomo la bolsa con su medicina, ignoro a Abigail y Tamara y se fue
rápidamente—.
Una vez que Thomas
desapareció de la tienda Abigail continuo su conversación con Naomi.
—Escucha… Quiero
asegurarme de que de verdad el Rubí está seguro ¿Puedo ver donde lo tienes?
—Pregunto ella—.
—Claro, ven y te
lo… —Naomi se detuvo de inmediato. Sus enormes orejas se movieron en todas
direcciones hasta que se enfocaron en la puerta. Naomi puso su mano dentro de
la manga de su kimono—. Aléjense… Ahora.
—¿Qué? —Pregunto
Abigail confundida e incluso Tamara se puso en alerta, ella enfoco su mirada
hacia la puerta y vio a Amara entrar a la tienda, acompañada de un hombre que
traía puesto un traje negro y sombrero. Su mirada estaba enfocada de Naomi y
eventualmente se enfoco en Abigail, ignorando por completo a Tamara—.
—Vaya, vaya, vaya,
pero miren lo que tenemos aquí… —Dijo Amara con una enorme sonrisa en su
rostro—. Tamara Rabinovich, cuanto tiempo sin verte… Naomi Kobayashi, no
cambiaste nada y… Una cara nueva… —Amara enfoco su mirada en Abigail y sonrió—.
Tu cara me es algo familiar niña.
Abigail lentamente
llevo su mano a su pistola y la saco de su funda.
—… ¿Piensas que esa
pistolita hará algo en esta situación? —Pregunto Amara—.
—¿Tu piensas que la
violencia resolverá algo aquí? —Pregunto Abigail—. Levanta las manos donde
pueda verlas. Amara Gaertner, estas bajo arresto por posesión de un objeto
maldito y usarlo en un humano inocente.
—Tan inocente no
era —Dijo Amara—. Veamos… Umm… Blackwood, ¿no es así?
Amara vio el
apellido de Abigail en su uniforme. Ella se acerco lentamente, cerrando la
distancia entre ellas. Tamara y Naomi no se movieron, pero estaban preparadas
para saltar si algo pasaba.
—Tu cara me sigue
resultando conocida… No sé de dónde… Pero supongo que es mi imaginación. Bueno,
terminemos con esto rápidamente. Naomi, dame el Rubí o lo tomare por la fuerza.
Fui amable contigo, no me obligues a someterte.
—¿Para que mierdas
quieres el Rubí? —Pregunto Tamara—.
—… Déjame
preguntarte algo… ¿No crees que el mundo está mal?
—¿Mal en qué
sentido?
—En el sentido que
cada humano se crea superior a las criaturas que bien son capaces de matarlos
de un solo golpe. Que los humanos reinen sobre los Crípticos, que los humanos
los gobiernen en casi todo el mundo con la excepción de algunos países donde no
es el caso. Hablan sobre igualdad cuando en realidad todo es para el beneficio
de la humanidad… Soy humana y me da vergüenza pertenecer a una especie tan
corrupta que es capaz de matar incluso a los suyos para mantener la paz o
simplemente para robar algo de valor material que al final no sirve para nada.
—… ¿A que quieres
llegar con esto? —Pregunto Abigail mientras desvió un segundo su mirada para
ver a Tamara—.
—Blackwood… Tu
pareces tener la mente el lugar correcto… Dime… ¿Tengo razón?
—¿Por qué razón
buscas mi opinión? No voy a decirte nada de nada. Ahora, levanta las manos como
te lo pedí, no me obligues a dispararte —Dijo Abigail, pero mientras apuntaba
su mano tembló por un segundo. Amara lo noto y sonrió—.
—¿Tienes miedo de
dispararme? Te veo y veo a alguien capaz de disparar si es necesario, pero por
un segundo dudaste… Sera porque… ¿Estás de acuerdo con lo que digo?
—No me conoces…
Dije que levantes las manos… Ahora…
—Señorita Gaertner
—Dijo el guardaespaldas—. Puedo olerla… Ella no bajara el arma, esta decidida a
dispararle si no hace lo que pide.
—Interesante…
Bueno, creo que terminamos de jugar. Quería ver si podíamos tener a otro
aliado, un oficial de policía esta vez, pero… No todo se puede supongo. Ahora,
esto puede terminar pacíficamente si tan solo me dan el Rubí, pero si se
resisten, no garantizo que salgan vivos. Ninguno de ustedes.
—No me das miedo,
estúpida —Dijo Tamara—. Puedo matarte cuando se me dé la gana.
—Pero no lo harás,
por una simple razón…
—¿Y cuál es esa?
—… Ustedes los
Híbridos cometen el error de pensar que tienen la ventaja… Mira tus pies.
Tamara miro abajo y
vio sus pies amarrados a lo que parecía ser cabello. Ella miro rápidamente a
Amara y noto como su cabello se había alargado y llegado a sus pies sin que
ella se diera cuenta. El cabello cobro vida, agarro los pies de Tamara
fuertemente y la lanzo fuera de la tienda rompióende el escaparate en el
proceso. Ella salió volando y aterrizo arriba de un auto, incrustándose en el
techo.
—¡Mi tienda! —Grito
Naomi al ver el desastre que Amara provoco—. ¡Hija de Puta!
Naomi se lanzó
rápidamente contra Amara, sus nueve colas se separaron y comenzaron a
incendiarse. Amara saco un pergamino negro de su bolsillo y al abrirlo un aro
de luz salió de este y rodeo a Naomi, amarrándola completamente y dejándola
inmovilizada.
—Los Kitsune son
tan fáciles de vencer si usas magia contra ellos… Magia de la antigua. Vamos
por el Rubí antes que Tamara se levante…
Amara y su
guardaespaldas dejaron a Naomi forcejeando en el suelo tratando de quitarse la
magia de restricción que también inutilizaba sus poderes. Abigail se metió en
su camino para evitar que vayan por el Rubí. Ella era la única de pie, pero no
por mucho. Tamara estaba levantándose rápidamente.
—¿Piensas que
puedes tomarlo sin pelear? —Pregunto Abigail con su pistola en mano—. Trata de
hacerme a un lado si tienes la fuerza, Perra.
—… Está bien… —Dijo
Amara y se desato el cabello dejándolo crecer a un ritmo exagerado. El cabello
rodeo toda la tienda y mientras crecía, Amara ordeno a su guardaespaldas que
vaya por el Rubí y que no pierda el tiempo—. Ve por el Rubí de una vez, yo me
encargo de ella… Sera… Pan comido, literalmente.
—No soy alguien a
quien debas subestimar —Dijo Abigail mientras sacaba otra pistola y con ambas
manos apuntaba a Amara y a su guardaespaldas—. Tu no te muevas. Tienes razón,
concuerdo contigo, pero lo que sea que tengas planeado, se que no es la forma
correcta de arreglar las cosas.
—¿Tu que sabes?
¿Trataste de hacer la diferencia? ¿Trataste de alzar la voz? No, no lo hiciste.
—No me conoces,
hice algo en el pasado, algo de lo que no me arrepiento. Algo que muchos hoy en
día dirían que fue un error y puede que lo haya sido, pero siento que ese fue
el primer paso para cambiar el mundo… Un pequeño paso…
—… Lo que sea que
hayas hecho, no tiene ninguna importancia. Vas a morir aquí y ahora.
—No estés tan
segura. ¿Qué será mas rápido? ¿Mis balas o tu cabello maldito?
El cabello de Amara
se movió a gran velocidad y fue directo al rostro de Abigail, ella en un
parpadeo vio el cabello y sin dudar, jalo del gatillo y las balas fueron
directo a la frente de Amara.
Parte 3
David llego hasta
el Parque de la Ciudad. Obviamente el lugar estaba cerrado por remodelación,
pero se le permitió entrar una vez que mostro su placa al guardia de seguridad
de la entrada. David paso todas las atracciones, varias de ellas, no todas,
destruidas por los sucesos de anoche y fue directo al edificio cerca de la
torre que servía como centro de información y atención al cliente. El, sin
perder tiempo alguno, pidió ver al dueño del parque para interrogarlo, pero
para su mala suerte el no estaba disponible o eso es lo que querían que
creyera. El, a veces, tenía una actitud paranoica cuando algo parecía estar
fuera de lugar y todo el Parque ese día parecía estar fuera de lugar, no por la
batalla que tuvo lugar ayer a la noche, sino por algo más, como si estuvieran
nerviosos por algo, o mejor dicho por alguien. Todos miraban a David fijamente,
como si su mera presencia fuera lo que los pone nerviosos.
David siguió
insistiendo en ver al dueño con la idea de que el estaba allí, pero no quería
verlo a el en particular. Después de casi media hora insistiendo, David se
canso y simplemente dio media vuelta y volvió al estacionamiento. Una vez que
el entro en el auto, golpeo su frente contra el volante.
—¡Mierda! —El
grito—. Ese tipo esta allí, no me vengan con esa mierda de que se fue a una
junta. Lo sé, está allí y nadie parece que quiera hablar conmigo. No soy tan
intimidante, Mierda… ¿Ahora qué? Si me voy ahora tal vez no me dejen entrar de
nuevo… Tal vez si hablo con Maxwell… O mejor aún, esos idiotas de la OIP. Les
pediré que investiguen esto a fondo y…
David inserto la
llave y dio arranque al auto, miro el asiento de atrás por un momento buscando
unos papeles que había dejado allí junto a la copia del reporte de Tamara. El
tomo todos los documentos, los dejo en el asiento del acompañante y estaba a
punto de acelerar cuando vio algo inesperado. Un hombre sin cabeza estaba
frente a él. Un Críptico. El no sabia exactamente que clase de Críptico era ya que
el no sabia absolutamente nada de eso, por eso siempre recurría a Abigail por
ayuda. El Críptico se hizo a un lado y camino lentamente hasta su ventana. El
le hizo la señal para que baje su vidrio y David, sin comprender lo que estaba
pasando, bajo el vidrio.
—David Barone,
supongo —Dijo el hombre sin cabeza y David asintió instintivamente sin saber si
el hombre sin cabeza lo vio o no. Él estaba confundido y algo asustado de ver
algo así de cerca, parecía irreal—. No pude evitar notar que estaba haciendo
muchas preguntas… Muchas preguntas… Creo que es mejor que venga conmigo.
—No me digas… ¿Y si
digo que no? —Pregunto David en tono amenazador y alguien golpeo el vidrio del
lado del acompañante. El se dio la vuelta y vio a un hombre vestido de negro
golpeando en libro levemente con una pistola—.
—Por favor… Esto
puede resolverse tranquilamente y sin hacer ninguna estupidez. Piénselo bien,
David. Se que usted no es idiota… ¿O me equivoco?
David suspiro y
comenzó a maldecir en su mente. Sin poder hacer nada para salir de esta
situación de la que claramente se encontraba en completa desventaja, David
apago el motor y salió del auto tranquilamente.
—Muy bien, David…
Ahora, ¿Qué le parece si me acompaña? —El hombre sin cabeza camino hasta un
auto negro que estaba estacionado del otro lado del estacionamiento. David lo
siguió mientras el hombre detrás de el le apuntaba con la pistola
disimuladamente para no llamar la atención de nadie en los alrededores—. Por
favor, suba… Y deme las llaves de su patrullero.
El hombre abrió la
puerta con tranquilidad y David subió sin decir ninguna sola palabra, él le dio
las llaves de muy mala gana. La puerta se cerro y el hombre sin cabeza se
dirigió al hombre con el arma. Le dio las llaves del patrullero con
tranquilidad.
—Gracias, yo me
encargo a partir de aquí —Dijo el—.
—¿Qué hago con el
patrullero?
—… Deshazte de el…
Ya sabes donde… No queremos sospechas de nadie.
—Si, señor.
Enseguida. Suerte —Dijo el hombre con el arma y fue directo al patrullero con
las llaves de David en la mano. El hombre sin cabeza se subió al auto
tranquilamente y se puso el cinturón—.
—Tú también
deberías ponerte el cinturón —Dijo el y eso sorprendió a David. El no sabia exactamente
lo que le pasara, pero que su secuestrador, por falta de un mejor termino, le
pida ponerse el cinturón es algo fuera de lo común—.
—Primero que nada,
¡¿Qué mierda quieres de mí?! —Grito David—. ¡Si vas a matarme bien podrías
meterme una bala en la cabeza y listo!
—… ¿Quién dijo que
iba a matarte? Solo quiero hablar contigo… Y no te preocupes por tu patrullero.
Te estará esperando cuando terminemos nuestra charla —El hombre encendió el
auto y lo llevo fuera del parque, eventualmente entrando a la calle y
dirigiéndose en dirección a la autopista—. Mi nombre es Robert Darklet, como
puedes ver, soy un Críptico. Un Blemias, tal vez no hayas ido hablar mucho
sobre nosotros ya que en este país no hay ninguno.
—No escuche hablar
nunca de los tuyos… Pero eso no responde mi pregunta… Robert… ¿Qué mierda
quieres de mí?
—La razón por la
que querías hablar con el dueño del parque era para tener información sobre la
mujer que toda la OIP esta buscando desesperadamente ¿Me equivoco?
—Tu sabes que si…
Por eso me estas secuestrando, ¿no? Trabajas para ella.
—… Ciertamente,
trabajo para ella… Pero una cosa es trabajar para ella y otra es estar de
acuerdo con lo que esta haciendo. Con solo hacer uso del Rubí de Tou Krowat, ella envió un mensaje, un mensaje al mundo.
Ella esta dispuesta a sacrificar a cualquiera y cualquier cosa con tal de
alcanzar su objetivo… Y ese objetivo, por mas que sean buenas intenciones no
justifica el uso del Rubí y todas las atrocidades que cometió en el camino. No
me uní a ella para esta clase de masacre, por esa razón te diré todo lo que
necesites saber, absolutamente todo… Claro, a cambio de algo.
—Déjame adivinar,
¿Protección?
—No hace falta
decirlo, supongo. Si, es lo único que pido a cambio… Yo no hice nada malo y no
voy a mancharme las manos por esto. Amara quiere igualdad para los Crípticos,
pero se obsesiono tanto que ahora quiere que los Crípticos gobiernen. Y para
eso, usara el Rubí para comenzar una guerra. Tomará el país a la fuerza y el
Rubí, si llega a estar completo, le dará el poder que necesita ya que ella es
completamente inmune a la maldición.
—Amara… ¿Estas
hablando de Amara Gaertner? Pero ella está muerta.
—Estaba… Alguien la
trajo a la vida, maldita y condenada a vagar por el mundo con una maldición
irreversible. Porque la revivieron, no tengo idea de quien y porque, pero
cuando me pongo a pensarlo… Puede que haya algo mas grande que todo esto en las
sombras…
—Mierda… Esto es
mucho para procesar —Dijo David mientras se masajeaba la frente—.
—Esta por ponerse
peor. Mañana Amara atacara la OIP, el Congreso y por último tomara la Casa de
Gobierno. Dara un Golpe de Estado y se pondrá al frente.
—… Mierda… ¿Y a
dónde vamos? —Pregunto mientras veía la autopista frente a el—.
—Si te dejo ir
ahora con toda esta información, no te creerán a menos que tengas las pruebas
necesarias y aun si las tienes, no te escucharán. Hay gente en la OIP, gente
que esta del lado de Amara. Incluso si vas a la Casa de Gobierno con esta
información, te tomaran como loco y te encerraran, después te mataran los
hombres de Amara y lo harán parecer como un suicidio. Hay peligro en cada
esquina. Ahora nos dirigimos a ver a un amigo, un contacto dentro de la
organización que nos proveerá con lo que necesitamos. De esa forma podremos
advertir a las personas correctas sobre la operación de mañana. Hay que ser
extremadamente cuidadosos. Hay oidos en todas partes, aunque no lo parezca.
—Mierda. No me
esperaba terminar en esta posicion cuando me levante de la cama.
—No te preocupes,
el unico consuelo que te puedo dar es que esta noche volverás a casa
tranquilamente sabiendo que mañana todo mejorara.
—Eso espero…
Parte 4
Abigail disparo y
las balas dieron en el blanco. Las balas llegaron a la frente de Amara, pero eso
no iba a hacer ninguna diferencia. El cabello de Amara fue directo hasta
Abigail. Ella, apenas vio que dio en el blanco, se hizo a un lado rapidamente y
trato de escapar del cabello que obviamente tenia vida propia. Abigail corrio
hasta el escaparate y se lanzo fuera de la tienda. Ella aterrizo boca abajo en
la acera, se dio la vuelta, se puso de espalda y en un intento desesperado
disparo al cabello, pero como vio que no tenia ningun efecto, lo unico que
podia hacer era escapar. Abigail vio al guardaespaldas de Amara adentrandose en
la tienda, pero Amara bloqueaba todos los caminos y oportunidades para que
Abigail pueda impedir que pase. Amara se toco la frente y sintio los agujeros
de las balas. Estos desaparecieron rapidamente y escupio las balas.
—Que asco —Dijo
Abigail mientras apuntaba de nuevo—.
—Y eso que no haz
visto todo de lo que soy capaz. No pasaras de mi, yo siempre tengo lo que
quiero.
Abigail sintio una
rafaga pasar a su lado y en un abrir y cerrar de ojo Tamara aparecio al lado de
Amara. Antes de que Amara pudiera reaccionar, Tamara la agarro de la ropa y con
una fuerza descomunal la lanzo fuera de la tienda. Amara choco contra la pared
del edificio de enfrente, haciendo un agujero debido a la fuerza descomunal con
la que Tamara la lanzo.
—¡Ve tras el! ¡Yo
me encargo de ella! —Abigail, sin decir nada fue por el guardaespaldas. Tamara
trato de ayudar a Naomi y quitarle el hechizo de restriccion—. ¿Tienes seguro?
—Claro que tengo
seguro. ¿Crees que mi seguro no cubre esta clase de daño?
—Menos mal, porque
dentro de poco creo que esto ira de mal en peor.
—¿Que te dio esa
idea? -Naomi pregunto. Antes de que Tamara pueda contestar, Amara agarro a
Tamara de la cintura con su cabello, la arrastro rapidamente hasta la calle y
comenzo a golpearla contra la calle innumerables veces.
—¡Tamara! -Naomi
grito-
—¡¿Piensas que
puedes tomarme por sorpresa, puta?! —Grito Amara y siguio golpeando a Tamara
contra el suelo—. No juegues conmigo, porque perderas.
—¿Quien dijo que
esta jugando contigo? —Las manos de Tamara se prendieron fuego e incendiaron el
cabello para liberarse. Amara la solto rapidamente y apago el fuego—. Es
peligroso jugar con juego, niña.
—No me provoques.
Amara corrio hacia
Tamara con la intencion de atacarla desde todos los angulos posibles. Tamara
junto sus manos y crujio los dedos.
—No se si lo
sabias... Pero el cabello es inflamable...
—¡Y no se si sabias
que tu actitud te hara perder la guerra!
—Ya veremos...
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CONTINUARA...
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