Espers Libro 1. Camelia. Capítulo 2.



Segundo capítulos.

Gracias por seguir a la página. Espero nos veamos en el siguiente capítulo.

En la portada: Stefano Morata

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Espers Libro 1. Camelia. 

Capítulo 2.




El celular de Stefano volvió a sonar después de seis veces seguidas. Él no quería mirar la pantalla otra vez. El saber que ella lo estaba llamando lo hizo sentir esperanzas, aunque era imposible, ya que Yuridia había contraído matrimonio un año atrás.

Siguió mirando el teléfono hasta que dejó de sonar. Sentía dolor. Tomó su teléfono, se dirigió de la sala a su cama, se acostó en ella y se cubrió con una sabana completamente.

"Maldita sea Stefano". Se escuchó una voz en la entrada de su habitación. "Yo se que eres un puto genio, pero si no te levantas para ir a la Universidad el profesor te va a reprobar".




Raymundo Yunar era el compañero de cuarto de Stefano. Ray era el nieto del dueño de una empresa farmacéutica muy famosa dentro del país. Primer lugar en el examen de acceso a la Universidad, una persona muy atractiva de 20 años, ojos color ocre, cabellos en tonos negro y azul, 1.87 de estatura y comprometido con la hija mayor de un conglomerado del país, eran algunas de sus virtudes. El abuelo de Ray y el abuelo de Stefano eran socios y muy buenos amigos. Fue sugerencia del abuelo de Ray que vivieran juntos en un apartamento cerca de la Universidad.




"¿Otra vez?" Preguntó Ray molesto.

"Otra vez". Respondió Stefano.

"Mierda contigo" Se sentó Ray al lado de la cama de Stefano. "Te lo repetiré hasta el cansancio, esa mujer no vale la pena. Tú estás sufriendo aquí mientras ella está contenta en los brazos de Akim".

Stefano empujó a Ray fuera de su cama con una patada. Lo dejó en el piso.

"Ya lo sé, no hace falta que me lo restriegues". Contestó Stefano molesto.

Ray se incorporó y se sentó a su lado de nuevo. "¿Qué pasó? ¿Te volvió a marcar?".

"Lleva marcándome dos días" Contestó Stefano preocupado.

"No uses ese tono. No sé que quiera esa mujer y espero que no tengas pensado contestarle. Déjame recordarte algo en caso de que lo hayas olvidado: ¡Fui invitado a la puta boda! Ella sabía de mi amistad contigo y que yo sabía de su relación y aun así me invitó. Casi la mando a la mierda cuando fue en persona a la casa de mi abuelo a llevar la invitación. Hubieras visto la sonrisa hipócrita y su cinismo cuando hablaba con mi abuelo. Afortunadamente para ella me controlé, pero me negué en su cara a ir. Disfruté como su cara se desencajó cuando lo hice. Mi abuelo me armo una bronca después de que se fue, pero no me arrepiento".




"Lo sé, mi abuelo fue invitado también y él sí asistió". Soltó un suspiro. "Eso ya tiene dos años Ray, desde entonces ella no se había comunicado conmigo, hasta ahora".

"Stefano...¿le vas a contestar?".




"No pienso hacerlo... es sólo que me intriga la insistencia".




Ray se llevó su cabello atrás con una mano. "Tienes pensado contestar, no me engañes. Podrás engañar a todos, menos a mi".

"Ella me acaba de mandar un mensaje de texto, me pidió que le contestara el celular, que necesitaba mi ayuda".

"¡Que se vaya a la mierda!, ella te botó como un perro ¡y tú estás considerando contestarle! Suspiró Ray con frustración.

Volvió a sonar el celular de Stefano. Ambos miraron la pantalla del smartphone. Era ella.

"Tengo curiosidad" Susurró Stefano.




"Pon el altavoz, quiero ver con que estupidez te sale y la mandaré a la mierda por ti si no me complace lo que te dice".

Stefano apretó el botón de contestar, seguido del altavoz.

"¿Stefano? ¿Bueno?" Se escuchó una voz femenina.

Ray y Stefano se miraron. Ray asintió con la cabeza en silencio.

"Soy yo. ¿Qué quieres?" Respondió Stefano con voz indiferente.

"Gracias a Dios que me contestaste".

"Vete a la mierda. Dime rápido que quieres, o colgaré el puto teléfono". Respondió Stefano, Yuridia logró sacarlo de sus casillas.

"Ayúdame por favor, eres el único con el que puedo contar".

Stefano miró a Ray. Él se encogió de hombros y estiró su dedo para el botón de colgar del smartphone, pero Stefano lo detuvo. Le dio una mirada suplicante y Ray rodó los ojos.

"Habla rápido. No quiero perder el tiempo contigo".

"Akim tuvo un hijo con otra mujer" Sollozó la mujer.

Stefano y Ray se miraron, ambos estaban asombrados. Ray le dedicó una sonrisa burlona a Stefano, pero él no le sonrió de vuelta.

"¿Y eso que tiene que ver conmigo? Dale mis felicitaciones. Que tengas buenos días".

"Yo tuve un hijo también" Respondió la mujer.




Stefano sintió un dolor en su pecho. El hecho de que la mujer que aún amaba y con quien tenía un enlace tuviera un hijo con otro le hicieron sentir celos.

"Pues será un festejo doble" Respondió Stefano sarcásticamente. "¿Ya terminaste?

"Por favor escúchame".

Stefano soltó un suspiro. "Habla".

"La familia de Akim quiere cambiar a mi hijo por el de ella, quieren matar a mi hijo, ¡ayúdame!".

Ray miró a Stefano incrédulo, pero Stefano se mostró preocupado.

"¿Por qué?" Alcanzó a decir Stefano.

"Ella es una esper de nivel alto. Yo no. Esa es la razón".

Ray miró a Stefano, no entendió lo que quiso decir, pero Stefano sí.

"¿Tu hijo nació con un nivel esper bajo?".

"Sí". Volvió a sollozar. "Mi suegro quiere matarlo y sustituirlo por el de ella".

Stefano suspiró de frustración. "¿Qué quieres de mi?".

"Quiero que desaparezcas al bebé y a la madre, si ellos no están, mi bebé será tomado en cuenta como primogénito de Akim".

"¡Por supuesto que no!". Gritó Stefano.

Ray le hizo señas que bajara su voz. Stefano asintió con la cabeza.

"Por favor Stefano, sé que aún sientes algo por mí. Por ese amor que me tienes, por favor..."

"Vete a la mierda" Susurró Stefano.

"Sé que lo harás" Colgó Yuridia.

"Maldita sea" Aventó el smartphone a la pared y éste se estrello en contra.

"¿Sientes curiosidad?" Preguntó Ray.

"Sí". Respondió Stefano sombrío. "¿Y si es verdad lo que ella dijo? Los líderes son unos hijos de puta que se harían de la vista gorda si se intercambiaran los bebés, ellos quieren los beneficios de la familia de Yuridia y a su preciado bebé de nivel superior".

"No entiendo mucho sobre los espers, pero no le creí. Ella estaba probándote" Ray reflexionó un poco. "¿Que hay de tu abuelo? ¿Él no podría hacer nada en dado caso de que fuera verdad?".

"Mi abuelo no hará nada. Él se deja dominar por el consejo, además, no quiero arriesgarme a que sea verdad o no. ¿Y si el bebé en verdad muere?"

"No lo hagas Stefano". Lo enfrentó Ray.

"Sólo iré a ver la mansión esta noche, iré a ver si es verdad o no".

"¡Necio!" Se levantó Ray de la cama, se dirigió a un mueble y tomó un maletín. "Yo no iré contigo, ellos me atraparían. Yo no puedo ocultar mi presencia". Caminó hacia la puerta del departamento y la abrió. "Compra un nuevo celular y me marcas para registrar tu número. Si tienes problemas iré por ti, pero no me acercaré a la maldita mansión, ¿me escuchaste? Ni siquiera debería saber nada sobre éspers y esas cosas". Ray cerró la puerta y se escuchó que vociferó afuera. "No puedo creer que vayas a hacer esto".

Stefano se levantó de la cama y fue a vestirse. Estaba decidido a ir a la mansión Sauz esa noche.

CAPÍTULO 1                                                          CAPÍTULO 3 

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