Espers Libro 1. Camelia. Capítulo 5.


Hola minna-san, aquí publicando el capítulo 5!!!

Espero lo disfruten.


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Espers Libro 1. Camelia. 

Capítulo 5.





Camelia terminó de darse un baño. Estaba agradecida de haber tenido tanta suerte y haberse encontrado con Stefano, aunque le carcomía la consciencia haber dejado a Kiva atrás. Sus ojos amenazaban con soltar lágrimas otra vez, pero ella las aguantó, recordó que Stefano le había dicho que se apresurara con el baño. Tomó la ropa de dormir que le habían dado, se cambió rápidamente y se dirigió a la sala.

"Ya terminé, ya puedes darme a Baran" Caminó Camelia hacia la sala y se encontró a Stefano arrullando a su bebé.

"Lo siento, él ya se estaba despertando".

Camelia tomó a Baran de los brazos de Stefano y se sentó en la sala. Se escuchó el timbre, ella estaba temerosa.

"Es sólo el repartidor, recuerda que pedimos los pañales y los biberones para Baran. No estés nerviosa".

Stefano recogió las cosas, pagó al repartidor y lo despidió. Puso lo comprado sobre la mesa del comedor. Eran tres paquetes de pañales, dos botes de leche en polvo, dos paquetes de toallitas húmedas, un termómetro, entre otras cosas".

"Me iré a dar un baño. Estás en tu casa. Hay comida en el refrigerador, aunque es de hoy en la tarde. Mañana pediré algo para desayunar. Lo siento". Caminó el pasillo y la miró. "Puedes usar el cuarto de huéspedes, como dijo Ray".

"Gracias, le daré de comer a Baran y le cambiaré el pañal".

Camelia terminó con Baran y se fue a la recamara de huéspedes. Acostó a su hijo a su lado en la cama, pero no podía dormir, así que lo tomó en sus brazos y regresó a la sala. Lo acostó en el mueble grande de la sala y ella tomó asiento.

"Pensé que irías a dormir". Se acercó Stefano lentamente.

"Yo pensé lo mismo. No puedo dormir, lo siento".

Stefano se sentó en el asiento de al lado y observó a Camelia. Estaba muy pálida. "Él niño absorbe tu poder rápidamente". Se acercó a su lado y cargó al bebé. "Descansa, yo ocultaré su presencia. Estás terriblemente pálida".

"Estoy muy agotada". Suspiró Camelia frustrada. "Baran absorbió poder de mí durante el embarazo y quedé muy débil".

"No entiendo". Soltó Stefano. "Tú sabes, ¿Akim no te ayudó en tu embarazo?".

"¿Conoces a Akim?" Camelia esquivó el tema.

"Lo conozco". El tono enojado estaba ahí.

"¿Cómo lo conociste?". Preguntó Camelia curiosa sin perderse el tono enojado de Stefano.

"Lo conozco muy poco, solamente... tenemos una conocida en común" Stefano no quiso dar más detalles.

"¿Qué estabas haciendo en la mansión de Koldo hace un rato?". La curiosidad la carcomía.

Stefano se sorprendió de su pregunta. Meditó un poco antes de contestar. Quizás ella no sabía nada acerca de Yuridia. También sintió curiosidad acerca del porqué estaba huyendo con su hijo de la mansión. "Tú estabas huyendo de ahí, ¿no?".

"Tú sabes que Baran es hijo de Akim, ¿Por qué?" Suspiró frustrada. "Ya basta, primero contesta mi pregunta y después contestaré lo que quieras".

Stefano la miró fijamente, después soltó un suspiro. Puso a Baran en sus piernas mientras las movía para arrullarlo. "Yo conocí a Akim hace muchos años. No era mi amigo, solamente teníamos un trato cordial. Coincidíamos en algunos eventos que realizaba su padre para el consejo de los espers. Mi abuelo me llevaba como su acompañante a veces".

"Escuche de Kiva que tu abuelo es el líder esper del país".

"Así es". Continuo hablando. "Yo no tenía ningún problema con él, hasta que me enteré que... ". Su voz reflejó su ira. "Hace dos años mi novia me dejó por él".

Camelia se sorprendió. Akim la engañó prácticamente desde que llegó a vivir a la mansión de la familia Sauz. Asintió con la cabeza. Su pecho sintió el dolor de la traición y le dolió más saber que, desde el principio, estaba siendo utilizada.

Stefano miró a Camelia y vio dolor en sus ojos. Vaciló, le quería dar consuelo, pero se detuvo. "Puedo parar de hablar acerca de esto si quieres".

Camelia negó con la cabeza. "Quiero saber, por favor".

"Hace un año escuché que se casaron". Su mirada se posó en Baran. "Después de enterarme de la boda, no quise saber más". Vaciló, pero al final lo dijo. "Yo formé un enlace con la mujer de Akim".

Camelia se sorprendió. Ni siquiera ella, que tenía un hijo de Akim había formado un enlace con él. "Yo nunca tuve un enlace". Declaró finalmente.

"¿No?" Preguntó Stefano, la sorpresa era clara en el tono de su voz.

"No. Dicen que cuando tienes un enlace se siente, pero yo solamente siento dolor por su traición". Miró hacia sus pies y las lágrimas salieron de sus ojos. "Siento mucho que tú si tuvieras el enlace. Debe ser desolador".

"Nunca correspondió el enlace. Pensaba que con el tiempo ella se iba a sentir como yo, pero nunca sucedió". Volteó a ver a Camelia y vio sus lágrimas. "Si no sentiste el enlace, ¿por qué lloras?".

"Me duele haber sido utilizada, pero me duele más saber que tuve un hijo con una persona que no amaba". Camelia secó sus lágrimas, pero seguían brotando. "Pero él fue tan amable conmigo". Sollozó. "Yo me sentía tan sola y él me consoló, pero viéndolo de tu punto de vista, solamente lo usé para calmar mi dolor". Sollozó aún más. "Y lo siento por Baran". Dobló sus rodillas y subió los pies al mueble. Recargó su cara en sus rodillas y siguió sollozando.

"¿Te arrepientes de haber tenido a Baran?"

Camelia respondió aún sollozando. "Nunca. Es lo único bueno que salió de esto. Lo amo desde que estuvo dentro de mí".

Stefano la miró. Sostuvo a Baran en brazos y resurgió la pregunta que él había hecho al inicio. "¿Akim no te ayudó en el embarazo?".

Camelia dejó de sollozar y lo miró con seriedad. Secó sus lágrimas y finalmente contestó. "Los primeros meses lo hizo". Le ofreció una sonrisa triste. "Me enteré que estaba siendo engañada por él cuando tenía tres meses de embarazo, de ninguna manera iba a permitir que me tocara de nuevo".

"¿O sea que él y tu nada... desde que tenías tres meses de embarazo?"

"Fingí un desmayo. Kiva me ayudó a engañarlos. Por ella fue que me enteré de que estaba siendo utilizada". Miró al techo y suspiró. "Después del incidente, él intentó dormir conmigo, pero le dije que me dolía el vientre cuando... ya sabes". Lo miró y se encogió de hombros. "Su padre le prohibió intentarlo de nuevo. Yo ya tenía al bebé que tanto querían".

"O sea que al viejo Koldo no le importó que estuvieras en riesgo de morir con tal de tener a su querido nieto, ¿no?".

"Así es. Akim fue insistente unos meses, pero el médico le dijo que debía esperar a que diera a luz. Él aceptó a regañadientes y me prometió que después de la cuarentena iba a estar conmigo de nuevo... ¡Ja! ¡Cómo si yo se lo fuera a permitir!" Exclamó molesta lo último.

"O sea que has llevado a un bebé esper de alto nivel durante seis meses sin ayuda del poder de Akim. ¿No te besaba al menos?" Stefano soltó lo último con un tono molesto.

"No le permití que lo hiciera, le dije que no iba a parar si me besaba. Parecía estar de acuerdo, así que no lo hizo". Miró a Baran. "Cuando di a luz, él o su madre cuidaban de Baran y le daban energía. Ellos necesitaban mantenerme viva un mes para que Baran lactara de mí y obtuviera el resto de mi poder. Ese mes se cumplió hoy. Yo ya no era de utilidad para ellos y tenía miedo que apartaran a Baran de mi pronto. Por eso huí con Kiva".

Stefano la miró con detenimiento. Le sorprendió lo valiente que había sido al enfrentarse a todo eso y más el atreverse a escapar cuando no tenía oportunidad. "No sé si eres valiente o tonta". Soltó con una sonrisa.

Ella le sonrió de vuelta. No lo tomó como un insulto. "Gracias a tí es que logré poner a salvo a Baran. Necesito regresar por Kiva, pero estoy demasiado débil. Apenas puedo mantenerme de pie y casi no puedo ocultar la presencia de Baran. Es muy fuerte a pesar de su edad".

Stefano se sintió mal después de haber escuchado su historia. Él debía decirle la razón por la cual estaba en la mansión. "Yo recibí una llamada de Yuridia hoy en la mañana. Yuridia es el nombre de la esposa de Akim".

Camelia estaba sorprendida que soltara eso de repente. Asintió con la cabeza y lo invitó a continuar.

"Ella me dijo que iban a asesinar a su hijo y a reemplazarlo con el tuyo y me pidió que me robara a tu hijo". Stefano miró a Camelia. Estaba sorprendida, pero no dijo nada. "Yo fui a ver los movimientos de Koldo y de Akim, para ver si lo que decía Yuridia era verdad, nunca pensé que te encontraría ahí afuera en la nieve y mucho menos que encontraría a Kiva ahí". Respiró fuertemente, estaba molesto. "Lo peor es que ella va a creer que le di el gusto y que te tomé de ahí porque ella me lo pidió".

Camelia le sonrió con un poco de ironía. "Gracias a ella es que logré salir de ahí". Se encogió de hombros. "Estoy realmente agradecida con ella y también lo estoy contigo". Camelia sonrió, pero una duda surgió y su sonrisa murió. "Tu enlace con ella, ¿sigue ahí? ¿Qué se siente tener un enlace?".

Stefano pareció reflexionar. De repente se dio cuenta que el enlace había desaparecido. Se sorprendió tanto que abrió mucho los ojos y volteó a mirar a Camelia para responderle. Se dio cuenta en cuanto la miró que ella era la razón de que el enlace había sido roto. Ni siquiera Claudia, una novia con la que había terminado seis meses atrás consiguió romper el enlace que tenía con Yuridia, aún cuando se había acostado con ella. "Hace poco que el enlace está roto". Se limitó a decir.

"Ya veo". Camelia sonrió. "Gracias por decirme la verdad". Ella se levantó del mueble y tomó a Baran de los brazos de Stefano. "Ya me recuperé un poco. Me voy a dormir y otra vez, gracias por todo".

Stefano vio a Camelia irse al cuarto de huéspedes. "Espera"

Ella se volvió y regresó a tomar asiento a su lado.

"¿Qué ocurre?"

"Lo lamento. Todo esto es mi culpa".

"No te entiendo".

" Los líderes me pidieron primero el tener un hijo contigo hace dos años, aunque en ese momento no sabía que se trataba de ti. Siento que si hubiera aceptado tu no habrías sufrido todo esto".

"Ellos te pidieron tener un hijo con una desconocida. Estuvo bien que no aceptaras. Además, tu todavía la amas...¿no? Y hace dos años debiste amarla también. ¿Fue después de tu rompimiento con ella?

"Sí. Ellos creyeron que yo estaba muriendo de dolor y que iba a aceptar órdenes de ellos. Me negué absolutamente. Nunca pensé que me sentiría culpable por ello". Stefano agachó la cabeza y miró sus manos.

Camelia lo tocó ligeramente en la barbilla y le obligó a mirarla, después sonrió. "Tú y yo no hubiéramos aceptado voluntariamente. Ellos tuvieron que engañarme para obtener lo que buscaban, además, siento que tu y yo hubiéramos sido muy infelices a pesar de que eres un buen hombre".

Stefano se soltó de su toque, se levantó del mueble y se dirigió a su habitación, pero de camino a su habitación murmuró: "Nunca habría permitido que los alejaran de mi ni a ti ni a mi hijo, aún cuando no sintiera nada por ti".

Stefano maldijo mentalmente, recordando la sonrisa que Camelia le ofreció y se sintió aún mas culpable que antes...


CAPÍTULO 4                                                                                   CAPÍTULO 6

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