Hola minna-san.
Aquí el primer capítulo.
Disfruten....
-------
Espers Libro 1. Camelia.
Capítulo 1.
Camelia huía a toda velocidad, atravesando el patio de la mansión hacia una de las bardas de seis metros que la rodeaban con su hijo casi recién nacido, Baran en brazos. Su cabello de color castaño oscuro destacaba ridículamente entre toda la nieve mientras corría, mientras que su piel se camuflajeaba en la nieve.
"Debo estarme volviendo loca al correr con toda esta nieve, pero de ningún modo permitiré que me aparten de Baran" Murmuró mientras seguía su camino hacia su vía de escape.
Camelia siguió corriendo con su hijo en brazos, su energía aún no volvía, ya que había dado a luz un mes antes. Nunca, en sus 19 años de vida, se imaginó que iba a estar corriendo por su propia vida y para que no apartaran a su hijo de ella.
"Camelia, por favor, entrégueme al niño. Yo correré a su lado. Démelo"
Kiva era una de las sirvientas de la mansión Sauz, su prisión durante más de un año.
"No quiero ofenderte, pero tú eres la amante de ese señor. Me has demostrado que eres leal y que realmente me ayudarás, pero... no puedo confiarte a Baran"
El cabello negro de Kiva se movió violentamente con el viento, mientras que Camelia se hizo un ovillo, tratando de proteger a Baran de la terrible tormenta de nieve que amenazaba con aparecer.
"Maldita sea"
Camelia se levantó rápidamente, la presencia de tres personas se acercaba. Miró detrás de su hombro, estaban a unos cien metros.
"Mueve las piernas Kiva, acércate a la barda y así podré hacernos levitar a las dos".
Kiva negó con la cabeza.
"Aún está muy débil, dar a luz a un niño tan poderoso no fue fácil. No subestime el poder que absorbió Baran"
"Me importa una mierda". Gritó Camelia mientras aceleraba el paso. "No me importa si me muero, mientras Baran esté fuera de su alcance".
-------------------------------
Camelia llegó a esa mansión cerca de un año y medio antes, sus padres murieron asesinados y fue entregada por los líderes esper al dueño de la mansión Koldo Sauz, un hombre atractivo en inicios de sus cuarenta. Él era un exitoso empresario, dueño de un conglomerado que heredó de sus antecesores. Vivía en la mansión con su esposa Gisselle y su único hijo Akim.
Con sólo recordar el nombre de Akim, Camelia se llenaba de rabia.
Akim Sauz tenía 20 años. Era alto y muy atractivo. Medía cerca de 1.80 de altura, tenía la piel ligeramente bronceada y cabellos color mostaza. Sus ojos verde claro y su voz eran atractivas también.
Fue ignorante del motivo por el cual fue entregada al señor Koldo Sauz. Ella creía que los líderes querían que fuera protegida de las personas que asesinaron a sus padres. Nunca pensó que los líderes estaban desesperados porque ella engendrara un hijo con sus genes y con los de la familia Sauz.
La hicieron sentir solitaria y como una intrusa en la mansión. Alimentaron su soledad y su inseguridad y aprovecharon su vulnerabilidad. Akim apareció en la mansión un mes después de su llegada. Él era como un rayo de luz en su vida solitaria. No era más ignorada por nadie en la mansión, él la trataba como una persona. Ella creyó estar enamorada de Akim y se entregó a él después de seis meses de haber llegado a la mansión y después de poco tiempo concibió a un hijo.
Ella le contó a Akim de su hijo temerosa de su rechazo, pero sorprendentemente él se alegró con la noticia de su hijo. Akim le contó a sus padres del embarazo de ella y los apoyaron, Ella pensó que todo saldría bien y que su vida iba a ser sólo felicidad. La soledad se había acabado para ella.
Camelia no sabía lo equivocada que estaba.
Kiva, la sirvienta que le habían asignado, la llevó a un cuarto al lado del estudio del Señor Koldo, el padre de Akim. Habían pasado pocas horas desde que había estado acompañada por Akim en su habitación y Kiva simplemente entró a la habitación una hora después de la salida de Akim. Le pidió que la acompañara y Camelia aceptó. Las palabras que escuchó ahí la harían lamentarse después. Ahí escuchó claramente los planes que tenían para ella y su hijo.
"Tardaste mucho en venir. Pensé que ya no vendrías o que te habías dormido". La voz de Koldo sonó divertida.
"Por si no te has dado cuenta, estoy durmiendo con dos mujeres a la vez y aparte tengo que ocuparme de todos mis asuntos y eventos". La irritación era clara en la voz Akim.
"¿Qué pasa entonces?". La voz de Koldo cambió. Se escuchaba serio.
"¿Que quieres decir? Estoy agotado, si a eso te refieres"
Se escuchó como Akim arrastró una silla. Camelia supuso que se sentó.
"Tardas mucho en la habitación de Camelia. Roger fue a vigilar hoy y dijo que estabas ocupado hasta hace poco"
"¿Me estás vigilando?". Akim casi gritó. "Estoy haciendo exactamente lo que querías, ¿no?".
"Eso no me preocupa." La voz divertida de Koldo regresó. "Te estás pegando a ella demasiado. Lo estás disfrutando, ¿verdad?".
"Ella tiene las mismas características de su madre. Tiene los genes para tener hijos espers y es de nivel superior. Cada vez que se excita emite una presencia que me atrae". La voz de Akim vaciló. "Eso es todo. Por eso querías que me acostara con ella, ¿no?".
"Sí, pero pasas demasiado tiempo en su habitación. Desatiendes a tu prometida. Con ella sólo lo haces por cumplir, pero con Camelia en verdad lo disfrutas. Roger me dijo que lo haces repetidas veces con ella ¡todas las malditas noches!". Koldo gritó eso último sacando su temperamento.
Se escuchó un suspiro pesado proveniente de Akim. Después se escuchó apenas a través de la pared su voz con un tono cínico.
"¿Quieres que tu nieto sea fuerte, no? Para eso Camelia necesita de mi poder. Si ella muere, no tendrás nieto y los líderes no tendrán a su futuro líder... <El esper más poderoso jamás procreado>. Eso es lo que tengo que hacer".
"No me vengas con eso". Se escuchó un golpe, como si Koldo hubiera golpeado algo de madera. "A Yuridia solamente la visitas una maldita hora" Ella se ha quejado con tu madre sobre eso. Imagínate si se entera que pasas horas en la habitación con Camelia. Ella ya está embarazada. ¿Para que la visitas tantas horas? Con una vez al día que se lo hagas es suficiente." Koldo se quedó en silencio un momento. "Ella te gusta, ¿verdad?".
"Ya le he explicado a Yuridia". Akim alzó la voz sobre la de su padre. "Ella sabe que no puedo permanecer con ella más tiempo que eso, hasta que Camelia tenga a mi hijo".
"Pretextos". Soltó Koldo, interrumpiendo a su hijo. "Eres bueno manteniendo la calma y crees que no me he dado cuenta. Tú la miras todo el tiempo. La sigues con la mirada donde quiera que ella va. Las deseas a tal punto que no puedes dejarla. ¿Me equivoco?"
La voz de Akim se elevó, se escuchaba realmente molesto.
"Lo dice la persona que está obsesionado con su joven sirvienta. Ella es como 20 años menor y tú la miras demasiado. Dejas a mi madre sola en su habitación para colarte a la de ella o te vienes a acostar con ella en este maldito estudio. Mi madre lo sabe, yo lo sé, todos los malditos sirvientes lo saben. Tu enlazaste con la sirvienta, no con mi madre. ¡Hipócrita!". Akim gritó lo último.
Se escucho como un golpe.
"Yo sin embargo continúo con tu madre por nuestro bien"
La voz de Koldo se volvió engañosamente tranquila. "Nuestra familia sigue junta, nuestra fortuna sigue creciendo y mi poder seguirá creciendo también. Solamente necesito un maldito nieto de nivel superior. Tú tienes que dármelo. Te lo recordaré, por si lo has olvidado. Yuridia debe tener en sus manos un hijo esper superior, nosotros necesitamos ese matrimonio con la familia Navas para que tu tengas la empresa y yo sea el nuevo líder. ¿No lo entiendes? ¿Lo vas a abandonar todo por una mujer? Yo no lo hice, así que tu tampoco lo harás. Lo has considerado, ¿No es cierto?"
Akim imitó el tono tranquilo de su padre "Lo has considerado, ¿no? Esa sirvienta ha sido solo tuya. Yuridia ha estado con otro antes. Estoy con ella solamente por el compromiso, no la amo. Ella incluso ha hecho cosas estúpidas por el hecho de tenerme. Soy un capricho y un juguete para ella. La primera vez que estuve con alguien fue con ella y no sentí nada más que lujuria. Con Camelia no es así. No es sólo lujuria. Enlacé con ella. La quiero para mí".
Un silencio reinó el estudio. Akim soltó un suspiro doloroso.
"Me estoy volviendo loco. Me estoy volviendo.... tú". Camelia escuchó como la voz de Akim se cortó. Después se escuchó una voz dolorosa. ¡Maldita sea! ¡Maldito sea el día en que me dijiste que me acostara con ella! ¡Me parezco a ti, obsesionado con tu maldita sirvienta! ¿Crees que no lo sé? ¿Es esto lo que sientes? ¿Por eso te acuestas con ella todas las malditas noches? ¡Maldita sea!
Akim respiraba pesadamente, tanto, que se escuchaba hasta la otra habitación.
"Me importa un carajo lo que sientas" Soltó Koldo con voz profunda.
"A mí también me importa un carajo lo que sientas tu". Respondió su hijo con el mismo tono de voz. "Esto es solo por el dinero y porque tú seas el nuevo líder, ¿no?". Esos ancianos están tan desesperados porque según ellos no ha nacido un líder lo suficientemente poderoso. Ellos creen que mis genes y los de Camelia combinados darán como resultado un poderoso líder. Estúpidos. Ellos te prometieron el liderazgo si les dabas un nieto con esas características."
"No puedo darme el gusto de tener a Kiva como quisiera, así que tu tampoco la tendrás, aunque hayas enlazado con ella". Se escuchó como Koldo caminaba hacia la puerta del estudio mientras hablaba. Temerosas, Kiva y Camelia huyeron de regreso a la habitación de Camelia.
"Lo siento mucho". Soltó Kiva.
"¿Tú eres la amante de Koldo?" Susurró Camelia.
Kiva asintió con la cabeza.
"Maldita sea". Camelia se recargó a la puerta de la habitación, que habían cerrado al entrar, se deslizo en ella hasta que quedó sentada en la alfombra. Sus lagrimas de dolor salieron, pero tapó su boca para no sollozar.
"Los líderes me enviaron aquí a los diez años". Susurró Kiva. "El padre del Señor Koldo me trajo aquí. Le pidió a su hijo que me escondiera en su propiedad". Soltó un suspiro doloroso. "Ellos me enviaron aquí para esconderme, los líderes. Como mi padre se negó a cooperar con ellos, lo obligaron sin decirle mi ubicación. Ellos temían que me buscara y me escondiera él mismo". Kiva se sentó al lado de Camelia.
Camelia secó sus lágrimas. "¿Quien es tu padre Kiva?".
Kiva palideció.
"El líder de los espers", Susurró. "Soy la hija bastarda del líder del país". Kiva se sentó al lado de Camelia.
Camelia se sorprendió tanto que se olvidó un momento de su dolor.
"¿Por qué la hija de un hombre tan rico e importante como él está de sirvienta en una mansión?"
Kiva alisó su falda mientras estiraba las piernas en la alfombra. "Fui criada hasta los diez años por su hija legítima, ella es de la edad del Señor Koldo. Mi madre murió, pero antes me entregó a mi hermana, ya que la verdadera esposa del líder fue asesinada. Yo tenía seis años en ese entonces". Kiva sonrió. "Elisa acababa de dar a luz a su hijo mayor Stefano". Lagrimas recorrieron las mejillas de Kiva. "Ella era muy buena conmigo, yo la ayudaba a cuidar a Stefano y ella me trataba como a su hija mayor. Su esposo era un buen hombre también. Yo fui muy feliz ahí. Ellos eran espers de nivel superior, yo no, porque mi madre era una persona normal".
"¿Qué paso? ¿Ella te entregó al padre de Koldo?"
Kiva negó con la cabeza. "Ella nunca me hubiera entregado, Elisa e Íker pelearon cuando vinieron los líderes por mí".
"¿Íker es el esposo de tu hermana?"
Kiva se aclaró la garganta. "Sí". Respondió rápidamente, después continuó. "Ellos fueron amenazados, no sé más detalles".
"¿Para qué te querían fuera de la vida de tu hermana?"
"Esa no era la razón por la cual me trajeron aquí". Respondió Kiva susurrando. "Los de nivel superior ocultan sus presencias para no ser detectados, ¿no es así?".
Camelia tocó su estómago ligeramente redondeado y lo acarició, después respondió. "Sí, los de nivel medio o de bajo nivel no pueden hacerlo y ellos no pueden detectar si somos espers de nivel superior o simples humanos".
"Esa es la razón por la cual fui traída aquí". Kiva miró hacia el techo.
Camelia palideció. "Eso es imposible, tu eres una esper de nivel bajo. ¿Quieres decir que puedes detectarnos, aunque ocultemos nuestras presencias?".
"Yo supe desde el momento que llegaste lo que eras". Afirmó Kiva. "Yo no siento las presencias exactamente, mis ojos son los que detectan". Kiva señala sus ojos color jade con su dedo índice derecho. "Mis ojos ven un resplandor que varía de color de acuerdo con el nivel. De acuerdo con el nivel es el color del resplandor".
"No puede ser". Susurró Camelia.
"Ellos sintieron temor. Mi padre es el que se dio cuenta de mi "defecto". Él no me amaba exactamente, pero me visitaba cuando vivía con Elisa. Un día le dije que su resplandor me daba miedo, él preguntó a Elisa de que estaba hablando y ella no supo que responder".
"¿De qué color es mi resplandor?" Preguntó Camelia.
Kiva sonrió sin responder. "Me llevó al consejo. Yo era un niña ingenua. Comencé a decir de qué color eran los resplandores, incluso cuando ocultaban sus presencias, ellos se dieron cuenta que podía detectar a los espers de cualquier nivel de acuerdo a su color de resplandor y sintieron temor". Soltó un bufido. "Como si una niña de nueve años los fuera a matar o algo si descubría quienes eran en realidad".
"¿Qué paso?"
"Los líderes amenazaron a mi padre con acabar con mi vida si él no permitía que me ocultaran, entonces el padre del Señor Koldo se ofreció a hacerlo. El viejo sólo quería el favor del consejo y lo consiguió, le dieron un poco de poder con la condición que me mantuviera oculta y con vida. Mi padre no sabe donde estoy, pero le dan cada año una fotografía que prueba que sigo con vida".
Camelia se levantó del piso y se acostó en su cama. Kiva la siguió y se sentó a un costado.
"Tenemos que largarnos de aquí". Susurró Camelia.
"¿Ha perdido el juicio?. Estamos rodeadas de espers de nivel medio, sin contar a los dueños de la casa, que son de nivel superior... aunque ocultemos nuestras presencias, si ellos se dan cuenta que nos fuimos seremos perseguidas y no tendremos ninguna oportunidad y no he mencionado que yo soy una de nivel bajo y usted es de alto nivel, pero embarazada y para estos momentos su hijo en el vientre está absorbiendo su poder". Kiva soltó un suspiro. "Aunque salgamos de aquí, llamarás mucho la atención embarazada y cuando llegues a término no podemos llevarte a un hospital... hay espers ahí y se darán cuenta de lo que eres, avisaran al consejo y te traerán de vuelta".
"Debo resistir en este lugar lo suficiente para dar a luz a mi hijo y recuperar fuerzas para salir de aquí. Un bebé ésper necesita lactar de su madre al menos un mes, así que ese es el tiempo que necesito para recuperarme. Ellos quieren un bebé sano, no lo arriesgarán".
"¿Qué hay del joven Akim?" Le recordó Camelia. "Él viene a verte todas las noches. ¿Vas a seguir durmiendo con él? Usted necesita de su poder para gestar bien, no puede simplemente evitarlo".
"Por supuesto que no. Ya fui lo suficientemente jodida por él. Bastante diría yo." Sonrió Camelia irónicamente. "Voy a tratar la gestación por mí misma, estoy segura que no moriré, aunque estaré más débil. No sé qué decirle para negarme, sospechará".
"Podrías fingir dolor en el vientre o algo. Ellos están desesperados por ese hijo que llevas dentro y arriesgarlo sería fatal para ellos. Podrías negarte a embarazarte otra vez si lo perdieras".
Camelia miró con asombro a Kiva. Una idea de pronto surgió en su mente.
"Fingiré un desmayo. Ellos me llevarán rápidamente al hospital". Sonrió extasiada. "Después diré que siento mucho dolor en la parte baja del vientre, el médico le dirá a Akim que no podemos tener relaciones sexuales sin poner al bebé en riesgo. De ninguna maldita manera Koldo permitirá que muera su preciado nieto. A él no le importa si muero en el parto. Es un riesgo que correré. Eres una genio Kiva".
Kiva no sonrió de vuelta. "Suena un poco frívolo".
Camelia se encogió de hombros. "Lo es, pero eso dará tiempo. Mañana fingiré el desmayo, tú me encontrarás en el piso inconsciente y llamarás a Koldo o a Akim".
"Me retiro entonces. Siento mucho haberla llevado a esa habitación".
"Te lo agradezco". Lágrimas escurrían en las mejillas de Camelia. "No suena sincero mientras ves mis lágrimas, pero es verdad. Gracias".
"Vendré por la mañana".
Kiva se retiró de la habitación de Camelia.
Camelia lloró el resto de la noche. Estaba muy decepcionada por la traición de Akim.
"Sólo hoy puedo llorar. Mañana comienza mi plan de escape". Acarició su vientre. "No permitiré que seas utilizado para beneficio de nadie. Mereces una infancia feliz y si tengo que morir para eso, que así sea".
---------------------------------------------------------
Camelia abrió los ojos y regresó a su realidad. Lamentarse por el pasado no iba a servir de nada. La decisión que había tomado seguía siendo la misma. Proteger a Baran aún a costa de su vida.
PRÓLOGO CAPÍTULO 2
PRÓLOGO CAPÍTULO 2
No hay comentarios.:
Publicar un comentario