Parte
1
Hana se lanzó contra el
misterioso joven, planeando un golpe frontal el cual este recibió directamente
con su espada sin moverse de su posición.
– ¡No puede ser! – exclamó
Hana mientras intentaba vencerlo en fuerza.
– Pensé que tomarías esto
más enserio, un ataque tan simple como este no habla nada bien de tu calidad
como guerrera, si es que debería llamarte así.
El joven empujó hacia atrás
a Hana luego de criticar su primera ofensiva, nunca antes a ella le había
sucedido algo así.
Este
tipo menosprecia mi fuerza.
– ¿Qué has dicho, asesino?
– retrocedía Hana bastante exaltada – Ahora verás mi verdadera fuerza.
Hana volvió a lanzarse
contra él, esta vez saltando de un lado a otro tan rápido como le era posible
mientras se acercaba más, su objetivo era encontrar un punto ciego en la
defensa de su oponente, uno que le permita asestar un golpe limpio, estaba
segura que ese sería uno de los costados así que centró sus movimientos en
ello.
El joven pareció entonces
empezar a cambiar su expresión, sin duda estaba sorprendido por la agilidad de
Hana.
Cuando Hana llegó a estar
segura que era la posición y el momento, decidió golpear nuevamente. Agitando
con fuerza su espada pensó en acabarlo de un solo golpe.
Para su sorpresa, el joven
giró de forma repentina y volvió a bloquear el golpe, el impacto generó una
fuerte ráfaga de viento en todo el lugar, aunque la violencia del impacto
pareció impresionarlo.
Su
velocidad y fuerza se han incrementado de manera considerable, ¿quién es esta
mujer?
La misteriosa persona
comenzó a sentir curiosidad por Hana mientras seguía deteniéndola.
– No me gusta esa manera
que utilizas para referirte a mí, mi nombre es Milo. Y estoy sorprendido, la
primera impresión que me diste es totalmente diferente a esto...
Luego de responder tan
tranquilamente, con un impulso de fuerza Milo logró empujar a Hana de regreso,
lo que ella vio después le impresionó aún más, de pronto la espada de hoja
recta y delgada que empuñaba el joven comenzó a tornarse de un color oscuro,
una aura de un tono gris se empezó a formar de la nada a su alrededor, era como
si desde su mismo cuerpo emanara ese extraño poder y lo canalizara hacia su
arma, ahora esa espada parecía tener un poder extraordinario, y eso preocupaba
demasiado a Hana.
Ahora Milo había tomado una
posición distinta a la que tenía antes, alzó su espada apuntándola contra Hana
y fijó su mirada directamente contra la de ella, esa mirada era fría y no
parecía expresar sentimiento alguno.
– Esta vez seré yo quien
inicie el ataque.
Solo dio un paso antes de
dejar su posición y correr con gran rapidez hacia Hana, pero ella podía
seguirlo con la mirada.
Hana pensó que sería
suficiente para detenerlo, pero estaba equivocada. De pronto los golpes que a
un inicio lograba bloquear y eludir comenzaron a aumentar su velocidad, los
movimientos de Milo eran precisos, si tan solo uno de eso golpes pasara su
defensa sería el fin.
A
este paso terminará venciéndome... no, terminará matándome.
En medio de esa avalancha
de ataques Hana se vio obligada a retroceder, era necesario que tome un respiro
para volver a atacarlo, dio una salto hacia atrás haciendo una pirueta en el
aire hasta quedar a una distancia media de Milo.
– No imaginé encontrar
alguna vez un criminal con tus habilidades, lo que más me preocupa es el aura
que desprende tu arma, aunque me cueste aceptarlo... no creo que pueda vencerte
así.
Milo parecía estar todavía
recuperándose de sus heridas, Hana podía notarlo por la manera agitada en su
respiración, pero ni aun así él parecía sufrir algún tipo de inconvenientes
enfrentándola.
– Entonces, ¿ya te diste
cuenta de que no tienes posibilidades de vencerme? – dijo Milo dejando su
postura pero aun manteniendo la extraña aura de la espada activa.
– No confundas las cosas,
en ningún momento dije que me rendía.
Hana extendió su brazo
hacia delante con la palma de su mano extendida y luego, un ligero movimiento
con los dedos hizo que el punto en el que Milo se encontraba estallara muy
fuerte.
– ¡¡...!!
La explosión que se generó
en el lugar hizo que Milo salga aventado por el aire, aunque luego de caer al
suelo logró ponerse de pie casi al instante.
– Pero... ¿q-qué fue eso?
Milo se encontraba
temblando aún por el fuerte impacto.
De
haber tardado en reaccionar, me hubiese matado
Ya de por sí, el simple
hecho de que alguien pudiera haber salido ileso de ese ataque fue una gran
sorpresa para Hana. A consecuencia de eso su paciencia se agotaba cada vez más
rápido.
– En serio es increíble,
nunca antes alguien había podido sobrevivir a esas explosiones – murmuró Hana
mientras mantenía su brazo extendido –... pero veamos si te dura esa suerte.
Hana apuntó nuevamente y
comenzó a mover los dedos continuamente haciendo estallar de manera sucesiva
los puntos hacia donde Milo se desplazaba. Trataba de seguir su ritmo de
movimiento, pero él siempre iba un paso adelante.
Milo había comenzado sin
duda, a tener un interés particular en Hana.
Es
magia... esa mujer usa magia, no me lo esperaba
Pensaba Milo mientras
seguía evitando los ataques explosivos, su destreza y agilidad le permitían
anticipar las explosiones.
Hana se detuvo, sentía como
sus dientes se apretaban fuertemente entre sí, nunca antes había estado tan
enojada frente a un enemigo, Milo había evadido todos sus intentos por matarlo.
¿Qué
clase de persona es? ¿Cómo es posible que pueda ser tan rápido?
Pero su paciencia se había
agotado, si había un momento para ponerle fin a esta pelea, era este.
– Es una lástima que
tremenda habilidad se pierda.
Hana clavó su mirada contra
la de Milo y comenzó a pronunciar algunas palabras.
– En nombre de la orden
Liberty, serás absuelto enemigo del reino.
Hana llevó su brazo hacia
el costado opuesto y desde esa posición soltó explosiones continuas formando
una media luna para no darle a Milo oportunidad de escapar.
La forma en que llegaban
los estallidos hacia la ubicación de Milo no le daban opción a escape, Hana
sabía que lo tenía... que por fin lo tenía.
El campo de batalla se
cubrió completamente con grandes cortinas de polvo, no había forma de que
alguien saliera vivo de eso. Hana estaba segura que había eliminado a su
oponente.
– Se acabó...
Hana bajó su brazo aún algo
agitada por el enfrentamiento, la molestia que suponía la presencia de Milo
había desaparecido, o eso es lo que creía.
Ella tuvo entonces un
presentimiento y se dispuso a ver más detenidamente la zona de las explosiones.
Pero antes que siquiera pueda distinguir algo, Milo ya había salido impulsado
desde esa humareda a gran velocidad empuñando su espada, él ahora no tenía
contemplado darle tiempo de reaccionar.
Hana trató de utilizar su
magia nuevamente, pero él ya estaba cerca.
– ¡Diablos! ¡Está demasiado
cerca!
Hana levantó su espada para
intentar defenderse. Ni siquiera ella terminaba de hacerlo, Milo con un
movimiento rápido de su espada hizo que el arma de Hana salga volando hasta
incrustarse unos metros más allá en el suelo y de inmediato le puso la hoja en
el cuello dejándola inmovilizada.
– Ahora sí, se acabó.
– ¿C-Cómo es posible? Mi
ataque debió haberte matado.
Hana quería una explicación
de cómo habían llegado a eso, quería saber cómo Milo había salido ileso a su
ataque.
– Cuando vi venir aquellas
explosiones no tuve más opción que usar magia para defenderme.
– ¿Magia?
"Ahora todo estaba
claro, Milo es un mago, no solo tiene una destreza impresionante sino que
además es un usuario de magia. ¿Pero qué clase de magia?"
– N-No puedo creerlo,
derrotada por un asesino.
– Lo dices con tanto
desprecio, que me conmueves.
Contestó Milo con una
expresión fría sin quitar la hoja de su cuello.
– M-Maldito ¿te estás
burlando?
– ¿Acaso me ves con cara de
estar haciéndolo?
– ¿Qu...?
–
..............................
– ¿Q-Qué esperas?, mátame,
fui derrotada, fracasé en mi objetivo.
Luego de un breve silencio,
todo el ambiente tenso por la situación, se vio interrumpido por unas
palabras...
– No lo haré.
Milo bajó su espada
mientras esta regresaba a la normalidad y caminó hasta quedar a espaldas de
Hana.
– Tengo una deuda contigo,
me salvaste la vida y ahora yo te perdono la tuya... deuda saldada.
Hana no vio con buenos ojos
aquella acción, y lo demostró con el gesto de fastidio que hizo.
– ¿Crees que voy a aceptar
algo como eso?
Mientras reprochaba la
actitud de Milo, Hana no podía evitar que sus ojos se llenaran de lágrimas, no
solo era una derrota para ella, habían golpeado su orgullo.
"¿Cómo podría ir a
hacerle frente a uno de los reyes magos si había perdido contra un simple
asesino?", tal vez era eso lo que pensaba en ese momento.
La rabia de Hana era tanta
que no pudo evitar gritarle a Milo a la cara todo lo que sentía, todo por lo
que había decidido hacer su viaje, todas las ilusiones que tenía en ese nuevo
camino que había emprendido y que de manera abrupta había terminado en un
pestañeo, mientras él solo escuchaba.
Parte
2
Más tarde, con la caída de
la noche, los tres sujetos encapuchados llegaron hasta el punto del
enfrentamiento entre Hana y los dos extraños sujetos.
– Hubo un enfrentamiento
aquí – refirió uno de ellos mientras observaban los rastros producto del
enfrentamiento.
– Lo más probable es que se
trate de ella, aunque el enfrentamiento parece haber sido de hace algunas
horas, si no nos apresuramos le perderemos el rastro.
Los tres sujetos
continuaron su camino tras los rastros que Hana había dejado desde aquella
tarde.
Parte
3
En la escena del último
enfrentamiento, aún se encontraban ambos jóvenes. Extrañamente ninguno tratando
de seguir con alguna clase de conflicto, sino por el contrario, ellos hablaban
calmados.
– De modo que el rey
escarlata asesinó a tus amigos. Ya veo, ahora entiendo el odio que tienes...
Decía Milo haciendo referencia
a los asesinos.
– No es por eso... desde
niña fui criada por una organización militar, el objetivo de su existencia era
la de eliminar toda la maldad existente en el reino, allí aprendí que un mundo
sin el mal sería un mundo maravilloso, y me esforcé por ser parte de esa
misión...
– Entonces... aprendiste a
odiar en ese lugar...
– Hasta cierto punto se
podría decir, esa idea en mí no ha cambiado, pero por más que quiera en estos
momentos ves que no puedo hacer nada contigo.
– ¿C-Cómo se supone que
deba tomar eso?
– Da igual, pensaba cruzar
la frontera, pero con esto que ha pasado no sé qué pensar.
– Ya veo... espera, ¿ibas a
cruzar la frontera?, ¿es que acaso aún no lo has hecho?
– Claro que no – Hana
levantó extrañada la cabeza para ver a Milo.
– ¿¿Qué??... e-entonces fui
yo quien la cruzó.
– ¿¿¿Queeeé??? ¿¿T-t-tú
v-vienes del otro lado de la frontera??
En aquel momento la
confusión se apoderó del lugar.
– Ya veo... había perdido
la noción del tiempo, tanto que terminé cruzando la frontera sin darme cuenta,
¡qué idiota! – decía Milo mientras Hana se había quedado perpleja viéndolo a la
cara.
No
es posible que se trate de un Theriano.
– En fin – continuó Milo
luego de dar un suspiro –, dices que quieres venganza por tus amigos... pues yo
te ayudaré a conseguirla.
Esas palabras, no caben
duda que Hana las había oído muy bien, y Milo se lo había dicho sin despejar su
mirada de la de ella. Ella por supuesto había quedado aún más sorprendida.
– ¿Eh?
–
.......................................
– ¿Eeehhhhhhhh?
– Tengo una deuda
contigo... la pagaré ayudándote con eso.
– P-Pero dijiste que la
habías pagado perdonándome la vida.
– No lo aceptaste... además
pienso tomar aquello como un mal entendido.
– ¿E-Estás seguro de eso? –
Hana agachó la cabeza y bajó la voz – yo... yo quise matarte, de hecho, aún
quiero hacerlo.
– No hagas que cambie de
opinión... Como sea, olvida eso... ya te lo he dicho, ese será mi
agradecimiento contigo.
Hana comenzó a sonreír al
oírlo.
– G-G-Gracias – algunas
lágrimas le volvieron a salir a causa de la emoción –... ¡¡¡Gracias!!!
– Tch, no te emociones
tanto, te ayudaré pero seguiré viviendo mi vida como a mí me plazca, te ayudaré
a mi manera y...
– ¡Un momento! – Hana
cambió su expresión poniéndose bastante seria, incluso asustando un poco a Milo
– Si vienes conmigo será bajo mis condiciones.
– ¡¡¿Qu...?!!
– Tendrás que unirte a la
orden, de otra forma no hay trato – dijo Hana señalándolo con el dedo.
¿Trato?
¿D-Desde cuándo tomó esto como un juego?
– ¿Unirme? ¿Estás loca? No
sé si te acuerdas, pero yo soy...
– No me importa quién seas,
mientras reivindiques tus crímenes con buenas acciones no habrá problema y
ahora es un buen momento para que lo hagas, ¡vamos solo tienes que decir una
palabra!
La emoción que embargaba a
Hana, el verla bastante emocionada era aparentemente un tipo de situaciones
bastante incómodas para una persona como Milo.
– De... acuerdo, aunque te
advierto que no sé trabajar en equipo por si te interesa saberlo.
– ¡¡Bien!! ¡¡El primer
recluta!! ¡¡¡Sí!!!
Hana comenzó a saltar de
alegría haciendo caso omiso a la "advertencia" de Milo.
¿¿Recluta??
¿Y le emocionan este tipo de cosas?
Milo echó un suspiro luego
de pensar para sí mismo.
– Por cierto – la joven se
acercó a Milo –, me llamo Hana... Hana Reis – le extendió la mano –, soy la
nueva líder de Liberty.
Milo le extendió también su
mano sonriendo ligeramente.
– Creo que te lo había
dicho antes... mi nombre es Milo.
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