Las Joyas del Mundo: Capítulo 3 - Vidente

Y porfin tengo el agrado de traerles el capitulo 3 de mi historia, esta vez titulado "Vidente", ojala lo disfruten :)

-Link Deviluke



CAPÍTULO 3: VIDENTE




Parte 1


Hotaru estaba sentada con cara de preocupación, ella se encontraba en una habitación que era de unos 25 metros cuadrados, sus paredes eran de madera y carecía de ventanas. La habitación en la que se encontraban tenía tres camas, dos de ellas estaban siendo  utilizadas por los dos compañeros de la chica, Iohei y Hogo.

Luego de haber ayudado a Kazu y Shugo, los tres jóvenes prosiguieron su camino hacia la ciudad más próxima fuera del Reino de Midgard, luego de caminar por tres días por fin llegaron a un pueblo, Rest, como su nombre lo indica, este pueblo nació para albergar a los cansados viajeros que necesitaban un lugar para dormir y recuperar energías.

Pero hoy en la actualidad es una ciudad completamente diferente, tiendas de ropa, mercados, bares, hoteles, la ciudad que una vez solo contaba con hospedajes hoy en día tenía todo ese tipo de lugares de recreación y comercio.

Hotaru y sus dos amigos prosiguieron por el único camino que había en todo el lugar, al llegar la noche llegaron a Rest, la princesa notaba que ambos estaban desanimados, normalmente ellos estarían discutiendo, pero ahora no decían ni una palabra, ella sabía que la razón era la frustración que tenían por haber sido completamente humillados ante ese habilidoso espadachín que expulsaba fuego de su arma.

Lo que hicieron al llegar al lugar fue ir a la primera posada que encontraron, arrendaron una habitación para tres personas y se dirigieron a ella, la habitación que solo contaba con tres camas, una mesita y la puerta.

La cama derecha fue utilizada por Hogo, la cama izquierda por Iohei y la cama central por Hotaru, han pasado dos días desde que llegaron a la ciudad y los hombres que siempre estaban discutiendo llenos de energía no han despertado desde entonces.

                - Fffffff….- Suspiro la chica.
Ella estaba completamente aburrida, llevaba los últimos dos días mirando la cara durmiente de sus compañeros.
                 - Fffffff….- Volvió a suspirar.
Hotaru sabía que no debía salir de aquella habitación.
Aunque ella no lo sabía la gran tropa de bandidos atacaban los pueblos en su búsqueda, pero su intuición o más bien su sentido de culpa le decía que aquello era su responsabilidad, por lo que no quería que fuese vista y mucho menos que atacaran esta ciudad.
Pero a la muchacha se le ocurrió una idea, la única forma para divertirse y no ser descubierta estaba frente a ella todo el tiempo, Shugo, la chica que conoció en aquel pueblo sin vida le había entregado algo de ropa para que pudiese cambiarse, la princesa al principio rechazó la oferta, pero la madura chica insistió, Hotaru no pudo resistirse.
Ella ató lo que parecía ser una bufanda en su cabeza para ocultar su pelo, se puso una chaqueta que ocultaba la mitad de su cara y se paró frente a la puerta de la poca decorada habitación.
                - Es hora de salir y explorar esta ciudad- La chica con sus palmas empezó a tocar sus bolcillos. - Llevare algo de dinero y no debo olvidar la llave de la habitación, nos vemos más tarde Iohei-kun, Hogo-
La chica que llamaba la atención por ese turbante que había hecho con la bufanda salió a la ciudad a explorar.

Parte 2

Rest era una ciudad bastante concurrida, esta se encontraba afueras del Reino de Midgard, la mayoría de sus residentes eran turistas, ellos usaban esta ciudad para reabastecimiento, compra y venta de objetos, y para buscar algún tipo de información.
La chica había escuchado muchas veces de este lugar, así que su meta era buscar cualquier tipo de información  que pudiese encontrar de aquel tipo llamado Zefiro.
Su objetivo era claro, todo lo que puedas descubrir de Zefiro, pero aquella determinación no duro mucho, sus ojos se desviaban hacia las tiendas de ropa y joyerías.
La chica que llevaba un turbante entro a una de ellas y comenzó a probarse ropa, el objetivo de esa rara ropa era ocultar su identidad, pero ella había olvidado eso.
Cuando salió de aquella tienda su atuendo era completamente diferente, la chica llevaba un pequeño short que dejaba a la vista sus muslos, una polera de mangas largas color amarilla que tenía un grado de trasparencia, encima de esta un vestido con escote V color celeste que llegaba hasta sus caderas y unas medias color naranja que le llegaban hasta las rodillas.
 La chica que era completamente identificable corría por toda la calle mirando cada una de las llamativas tiendas, hasta que vio una gran multitud, la curiosa princesa se acercó y se hizo paso por la multitud para ver lo que llamaba tanto la atención.
En el centro una mesita decorada con un mantel color añil, encima de la mesa una almohada color celeste que servía como base de una bola de cristal transparente, sentada en sus propias piernas tras la mesita se encontraba una mujer, ella vestía un kimono color rojo carmesí con diferentes diseños de flores de sakura, un lazo color blanco envolvía su cintura acentuando su voluptuoso pecho, su piel era blanca como la nieve, lo que llamaba la atención de ella era la rara capucha que ocultaba sus ojos y no combinaba para nada con el traje.
- Una vidente- Grito alegremente la princesa.
La chica que tenía ambas manos en su bola de cristal estaba dándole una predicción a un hombre que tenía su cara llena de sudor frio.
- Lo veo, tu futuro no es muy bueno, deberías tener cuidado con los negocios que tienes o te pasaran la cuenta-
El hombre estaba pálido por tal predicción, él se levantó de la almohada que funcionaba como silla, dejó dinero en la mesita y se fue sin decir nada.
- ¿Alguien más que quiera conocer su futuro?-
La sonrisa con la que hizo la pregunta flecho un par de corazones.
Pero nadie se ofrecía, la curiosa multitud tenía miedo, las predicciones de esta videntes eran famosas en Rest por tener un 100% de efectividad, la razón del miedo de la muchedumbre, era tal grado de éxito, si la predicción era negativa estarían completamente aterrados y no podrían hacer nada por el pánico.
Pero había alguien que no estaba preocupada por eso.
Hotaru salió de la multitud y se sentó en la almohada que estaba en el suelo, la chica sacó algo de dinero de su bolsillo y lo puso en la mesa.
- A mí, por favor lee mi futuro-
- Si, mi nombre es Astrid, gracias por permitirme ver tu futuro ¿Tienes alguna pregunta en específico?-
- Si, la tengo-
La chica tenía una pregunta, ella desde que conoció a Iohei en el palacio sintió cierto interés por él, ella sospechaba que se estaba enamorando del chico que viste de negro.
Su cara se puso toda roja, ella comenzó a titubear y movía sus piernas inquietamente al hacer su pregunta.
- Veras... Iohei-kun... ¿Acaso Iohei-kun tiene a alguien especial en su corazón?- Preguntó la chica que tenía sus manos en su rostro por la vergüenza.
- ¿Iohei-kun? si, él tiene a alguien muy importante en su corazón-
- ¿En serio, acaso esa persona seré yo?- Preguntó exaltada.
- No, la persona más importante para el chico por el que me preguntas es alguien que conocía desde antes de que tu camino se cruzara con el de él-
La princesa quedó en shock al escuchar tal predicción, ya existía alguien en el corazón de Iohei, ella no necesitaba escuchar eso y ahora comprendía un poco porque el hombre que estuvo antes que ella estaba tan pálido.
- ¿Tienes alguna otra pregunta?- Le pregunto la vidente que ocultaba sus ojos.
- No- Dijo la chica mientras se levantaba y se marchaba tristemente.
La chica a la que apenas se le veía su cabello blanco tomo su bola de cristal y se levantó.
- Esto es todo por hoy, por favor difundan la voz, mañana será mi último día en Rest, los estaré esperando- Dijo la vidente mientras hacia una reverencia.
Al decir esas palabras todos los curiosos que estaban a su alrededor comenzaron a  marcharse, poco a poco el lugar donde se encontraba la multitud quedo libre.
Astrid la vidente sostenía su bola de cristal con su mano derecha y con su mano libre le dio un pequeño golpecito a la esquina de la mesita, inmediatamente la mesa y las almohadas que servían como sillas desaparecieron levantando un poco de polvo, la chica que ocultaba la mitad de su rostro comenzó a caminar por la concurrida calle principal.
                - Esa chica- Tomó un leve respiro. - Tendrá un interesante futuro-


Parte 3

Hotaru caminaba por fuera de una tienda de comida, compro un par de cosas y se dirigió a la posada donde se estaban quedando.
Toda la energía con la que salió la chica se había esfumado, ella tenía una cara que reflejaba su tristeza, la chica de diecisiete años que estaba comenzando a sentir lo que era el amor en este momento había perdido todas las esperanzas.
                - Yo…- Dijo la princesa sin ser capaz de terminar la frase.
La chica estaba frente a la habitación en la que se habían quedado los últimos dos días, ella no quería entrar, se había tomado completamente en serio la predicción de aquella vidente y no tenía el valor de verle la cara a Iohei, mucho menos hablarle, pero ellos estaban durmiendo en estos momentos así que no había un problema inmediato.
Con todo su valor reunido ella abrió la puerta utilizando la llave y entró a la habitación.
                - ¡Ojou-sama! ¿Dónde se encontraba? estaba a punto de salir en su búsqueda- Dijo el chico rubio mientras estaba arrodillado frente a la chica implorando que la perdonara.
                - Aunque si no fuera porque te desperté nunca lo hubieses notado- Sentado en su cama con su espalda contra la pared y de brazos cruzados interrumpía el mercenario.
                - Desde cuando una patada en el rostro es forma de despertar a alguien- Le dijo completamente furioso el caballero.
                - Cállate y sigue agitando tu cola, patético perro- Se burló de él.
                - Cállate estúpido lagarto- Respondió a su insulto.
La chica que aún estaba parada dándole la espalda a la puerta puso una gran sonrisa al ver que sus compañeros volvían a tener la energía de siempre, pero al ver el rostro del chico que tenía una playera negra recordó las palabras de la vidente, ella bajo su cabeza y comenzó a soltar silenciosas lágrimas.
Los dos chicos que aún seguían discutiendo notaron el comportamiento de la princesa, no escuchaban nada pero claramente estaba llorando.
                - ¿Ojou-sama? ¿Qué le ocurre?- Le preguntó el preocupado protector.
                - ¿Acaso ocurrió algo cuando saliste?- También le pregunto el mercenario.
La chica levantó su cara y las lágrimas se intensificaron, ella ya no podía seguir aguantando y comenzó a lloras ruidosamente, el chico rubio se puso de rodillas culpándose, lo primero que se le vino a la cabeza fue que ella había sido víctima de un robo o que tal vez la habían intimidado, mientras que Iohei seguía de brazos cruzados, él se levantó y se plantó frente a la ruidosa chica, con su dedo índice levanto la cara de la chica para ponerla frente a frente con el rostro de él y con una mirada seria le pregunto.
                - ¿Acaso alguien te hizo algo? Si no dices nada no sabremos que te ocurrió-
                - Tú, tratando de actuar genial, yo era quien le iba a preguntar eso- Reclamó Hogo mientras levantaba sus manos en señal de protesta.
Ambos lo ignoraron.
La chica miraba fijamente los ojos carmesí del chico, él se veía muy serio, casi como si estuviese preocupado por su bienestar, la chica que aun tenia lágrimas en sus ojos se sonrojó.
                - ¿Nos contaras?- Volvió a preguntar.
La chica de diecisiete años ya no pudo más y abrazo al joven frente a él, nuevamente comenzó a llorar ruidosamente.
                - Iohei-kun, yo… yo… me gustas- Dijo mientras lloraba fuertemente.
La cara que puso el joven rubio que había jurado protegerla sin importar el peligro estaba completamente sorprendida, su boca estaba abierta y sus ojos parecían dos grandes platos.
                - ¿Q-que fue lo que dijo, Ojou-sama?-
                - Iohei-kun, me gustas- Volvió a gritar.
El mercenario se veía completamente incomodo, él nunca le dio ningún tipo de esperanzas para que sintiera eso por él, ni siquiera era amable con ella, desde que se conocieron nunca la llamo por su nombre, él la llamaba mocosa todo el tiempo, aunque la razón principal era porque había olvidado como se llamaba.
                - Tú… ¿Cómo alguien que tú se puede enamorar de mí?- Dijo el mercenario para evadir la responsabilidad del llanto de la chica. - Además ¿Por qué lloras solo por eso?-
                - Pero- Seguía llorando. - ¡¡¡Iohei-kun ya tiene a alguien importante en su corazón, buuuaaaaa!!!-
La expresión del mercenario cambio completamente, se soltó de la princesa y dio unos cuatro pasos atrás mientras una gota de sudor bajaba por su frente, los dos chicos lo miraban confundidos, entonces el caballero camino hacia el chico y le dijo mientras cruzaba sus manos.
                - Esa reacción… es sospechosa-
                - ¿Tú mocosa, de que estas hablando? Y tu maldito deja de mirarme de ese modo-
                - Mmmm… ¿El estúpido lagarto está enamorado? esa chica debe ser muy estúpida para fijarse en ti-
La expresión de Iohei volvió a cambiar, el chico tomo la polera del caballero y la acerco hacia él, Iohei estaba furioso, pero al ver la cara confundida de Hogo y Hotaru, se calmó y bajo al caballero.
                -…- El mercenario camino hacia sus cosas, se puso su chaqueta negra que le llegaba hasta las rodillas y guardo su arma tras su espalda. - No tenemos tiempo que perder-
Ambos aun confundidos veían como el mercenario se dirigía hacia la puerta, pero cuando tomó la perilla giro su cara hacia la princesa.
                - Esa actitud tuya es muy molesta, ya te lo había dicho, no te quedes sentada sin hacer nada esperando que todo se solucione por arte de magia, si quieres algo pelea por conseguirlo-
El chico rubio volvió a poner su cara sorprendida, había perdido otra oportunidad para parecer genial, mientras Hotaru veía fijamente al mercenario con su pequeña boca abierta.
                - Iohei-kun- Balbució mientras se sonrojaba. - Eres genial-


Parte 4

Los tres jóvenes abandonaron la posada para proseguir con su viaje, ellos no conocían el paradero de Zefiro, pero se pusieron como meta llegar al Reino Duusara y proseguir su búsqueda desde ahí.
Pero el mercenario se veía desanimado, su forma de caminar era rara, casi como si se estuviese arrastrando, Hotaru y Hogo no sabían la razón del comportamiento de su compañero y decidieron preguntar cuál era su pesar.
                - ¿Tú, que te ocurre?-
                - Si, pareces desanimado, Iohei-kun-
El mercenario que forzosamente caminaba se desplomó en el suelo, él no se movía, preocupada por lo que le pasaba al chico de negro la princesa corrió torpemente hacia Iohei.
                - Iohei-kun, Iohei-kun ¿Qué te pasa?- Dijo la chica que no sabía que estaba ocurriendo con el mercenario.
                - Yo…- Los dos chicos que estaban de pie estaban preocupados por lo que diría el chico de negro. - Tengo hambre-
Ambos casi se caen por la sorpresa, aunque era lógico por el hecho de que no habían comido nada por dos días completos, la chica que se había anticipado a eso levanto una bolsa que llevaba en sus manos, y mostro una linda sonrisa.
El mercenario se puso de pie rápidamente mientras sus ojos reflejaban un intenso brillo, la chica les dio la bolsa y los tres decidieron tomar un descanso para comer algo.
Los tres estaban sentados sobre el césped bajo un árbol que les daba sombra, la chica había comprado mucha comida para los dos chicos, así que podían comer lo que quisieran.
                - Mocosa…- La boca del mercenario estaba completamente de llena de comida. - A veces eres muy lista-
                - ¿Mocosa? ¿A veces? debes comenzar a moderar tu vocabulario, maldito malagradecido- Exclamo molesto el caballero, quien también tenía su boca repleta de comisa.
Pero a la chica no parecía importarle el hecho de que la llamaran mocosa, ella estaba completamente inmóvil con su cara sonrojada y de vez en cuando ponía algo de comida en su pequeña boca.
Toda la comida que tenían se había acabado, ellos seguían bajo el árbol, estaban completamente relajados, pero algo los hizo volver a ponerse alertas.
Las personas que habían alrededor se veían algo inquietos, todos corrían en la misma dirección formando un tumulto de gente, el caballero se levantó y caminó hacia aquella dirección.
                - ¿Hogo?- Preguntó la princesa.
                - Déjalo, va por algo de información- Le respondió el chico que volvió a recostarse en el suave césped.
Paso un rato y el caballero volvió hacia donde estaban sus compañeros, él se sentó frente a la princesa y comenzó a darle su informe.
                - Todo este movimiento es causado por bandidos-
El mercenario al instante se levantó y se aproximó hacia donde estaban los dos chicos formando un  pequeño círculo.
                - ¿Son los mismos bandidos que atacaron a Shugo-chan?- Pregunto asustada la princesa.
                - No, por lo que averigüe estos bandidos son conocidos por estos lugares, ellos tienen su fortaleza afueras de Rest por lo que siempre vienen a hacer de las suyas por estos lados-
                - ¿Estamos en Rest?- Pregunto el mercenario, la princesa le asintió en silencio. - Estaba tan cansado que no lo había notado ¿Y qué fue lo que robaron esos bandidos?- Le preguntó al caballero.
                - Al parecer secuestraron a una vidente que es muy famosa por estos lugares-
                - ¿Vidente?- Iohei y Hotaru preguntaron al unísono.
                - ¿Acaso la conoces?- Le preguntó el mercenario mientras miraba a la princesa.
                - Si, hace un momento vio mi futuro- Luego la chica miro al caballero. - Debemos salvarla-
                - Espera un momento- Interrumpió el joven de ropa negra. - No podemos desviarnos, además a Rest vienen muchos tipos de personas por lo que tienen muy buena seguridad, ellos harán algo-
                - Es cierto Ojou-sama, además nuestra prioridad es encontrar al responsable de la muerte del Rey-
La chica solo pudo asentir en silencio, pero ella estaba muy preocupada por aquella vidente, los tres chicos levantaron todo y prosiguieron con su viaje.


Parte 5

Astrid había sido secuestrada por un grupo de bandidos y llevado a su fortaleza, ella había sido encerrada en una celda en la recamara del líder de los bandidos, pero ella no se veía como si estuviese en peligro, estaba sentada bajo una almohada color celeste sosteniendo su bola de cristal en su regazo, idéntica a la que usaba en su puesto me clarividencia, su postura era bastante elegante, sus ojos seguían ocultos pero uno notaba su serenidad al ver la elegante sonrisa que proyectaba.
El líder de los bandidos la observaba y se preguntaba la razón de porque no se veía preocupada, él era bastante alto, usaba el típico estilo de los bandidos, pero lo que destacaba eran las cadenas que envolvían sus brazos.
                - Astrid la vidente eres bastante famosa por tus predicciones con un 100% de acierto, pero incluso tú deberías estar preocupada en estos momentos, te informo que te venderemos a un alto precio-
Pero la vidente seguía manteniendo su elegante postura y solo una frase salió de su pequeña boca.
                - Yo… ya sé cómo terminara esto-


Parte 6

Iohei, Hogo y Hotaru iban de camino a Duusara, ya habían comido y comprado todo lo que necesitaban para proseguir, los dos chicos procedentes de Midgard caminaban unos pasos atrás de Iohei, la cara del caballero tenía una rara mueca, como preguntándole a la princesa que le estaba pasando, mientras que la princesa le respondía que no conocía la respuesta.
                - Mmmm… Iohei-kun ¿Está todo bien?-
                - Si- Respondió claramente y sin duda.
Iohei traía una cara de satisfacción, no tuvo que pasar la noche al aire libre y pudo comer sin necesidad de hacer nada, él estaba satisfecho de haber traído a esa mocosa y a su perro faldero.
Pero su felicidad terminó ahí, noto que algo se aproximaba, pero no le dio importancia ya que solo era una roca, esta chocó con la frente de la frágil princesa.
                - Kyaa- Gritó de manera tierna.
                - Ojou-sama- Reaccionó el caballero mientras miraba de donde había procedido el ataque. - ¡¡¡Salgan, cobardes!!!-
                - Vamos, fue solo una pequeña piedra- Dijo Iohei mientras seguía caminando.
                - Sí, sí, estoy bien, no fue nada-
Pero nuevamente otra piedra voló desde la misma dirección que la anterior pero esta vez golpeo la cabeza del mercenario.
                - ¡¿Quién hizo eso?!- Grito furiosamente mientras miraba a su alrededor.
                - Oye- Dijo el caballero mientras recordaba lo que le acababa de decir.
A unos metros tras unos arbustos tres hombres estaban escondidos y tenían piedras similares a las que habían volado hacia la antes princesa y el mercenario.
                - Esperen un momento, esa espada y ese traje, ¡¡¡Es el Kokuryu!!!- Dijo uno de los bandidos mientras apuntaba con su dedo completamente pálido.
                - ¿Ko-Kokuryu? ¿El mismo que habría acabado con más de 300 hombres junto a su camarada Shiroi Knight?- Preguntaba asustado el otro bandido.
                - Ellos son demasiado para nosotros, escapemos- Grito mientras corría el tercer bandido.
Iohei y compañía, habían escuchado su conversación, pero no tenían tiempo de procesarlo, estaban completamente furiosos.
                - ¡¡¡VUELVAN AQUÍ, MALDITOS!!!- Gritaba Iohei.
                - ¡¡¡PAGARAN POR GOLPEAR A OJOU-SAMA!!!- Gritaba Hogo.
Ambos salieron a toda velocidad tras los tres cobardes que huían como si los estuviesen siguiendo unos demonios.
Hotaru quedo completamente sola y de la nada otro par de bandidos reían malvadamente.


Parte 7

Iohei y Hogo habían pulverizado a los tres bandidos que corrían por sus vida, ninguno de los tres estaba consciente y la rabia que ambos tenían ya había sido desahogada.
                - Nos alejamos demasiado- Dijo Hogo mientras trataba de ver a la princesa sin éxito.
                - Ya los golpee suficiente, volvamos- Le respondió el mercenario mientras miraba a los tres bandidos que tenían exagerados chichones en sus cabezas.
Al llegar a donde estaba la chica la cara de Hogo se deformó.
Hotaru estaba atada de pies y manos, tenía un pañuelo en su boca y en la frente tenia pegada una nota, Iohei tomó el mensaje mientras Hogo liberaba a la princesa.
                - “Tomamos todo su oro y comida”, eso dice- La cara de Iohei se puso seria.
                - ¿Tomaron nuestras cosas? ¿Qué clase de bandidos son? estos nudos fueron completamente fáciles de desatar-
                - Debemos ir tras ellos- Sugirió la princesa.
                - Si, como lo ordené- Dijo Hogo mientras tomaba su lanza.
Iohei estaba callado, en estos momentos lo que lo mantenía feliz le había sido arrebatado, él no podía permitirse volver a vivir esa miserable vida que tuvo mientras viajaba solo.
                - Debemos traer ese oro de vuelta- Dijo enojado.
Hogo y Hotaru solo lo miraron en silencio.
Los tres se dirigían a la fortaleza de los bandidos, Hogo había escuchado que su localización era donde se encontraban las piedras con forma de cuernos.
Después de correr un rato llegaron a las raras rocas y vieron la gran fortaleza, los tres se escondieron mientras planeaban como entrar.
                - ¿Cómo entraremos sin que nos vean?- Preguntó algo asustada la chica.
                - Entraremos destruyéndolo todo- Dijo el mercenario.
                - ¿Acaso estás loco? eso sería peligroso para Ojou-sama- Lo paró el caballero.
                -  Deberíamos entrar sin que nos vean, ustedes aún están heridos- Agregó la chica.
Pero cuando la princesa término de hablar ya era demasiado tarde, Iohei corría a toda velocidad cargando su espada con ambas manos.
                - ¡¡¡DEVUELVAN MI ORO!!!-
                - Maldito lagarto, Ojou-sama por favor espere aquí-
Iohei corto por la mitad la puerta de la fortaleza y al entrar acabó con 6 bandidos que se encontraban en la entrada, inmediatamente una alarma resonó por todo el lugar, la sala principal estaba repleta de bandidos listos para acabar con el mercenario.


Parte 8

Veinte minutos antes de que sonara la alarma el jefe de los bandidos seguía frente a la vidente que permanecía enjaulada, ella seguía igual de calmada y estaba comenzando a molestarlo.
                - Tú, por lo menos muestra algo de preocupación-
La chica que aún tenía su bola de cristal en sus manos no dijo nada, ella tenía su mirada fija en su instrumento de clarividencia, la bola de cristal solo emitía un brillo intenso, pero parecía como si la chica estuviese mirando algo.
                - Tus hombres han comenzado con el fin de tu fortaleza- Ella lo miro. - Yo estaré a salvo-
El hombre con cadenas en sus brazos solo la miró, él estaba poniéndose furioso pero fue interrumpido por uno de sus hombres.
                - Señor, mire el botín que le trajimos- Dijo uno de los bandidos mientras apuntaba un bolso con dinero.
                - Pero miren todo este oro, es gusto lo que necesitamos para “eso”- Dijo feliz el líder de los bandidos.
                - Si, con esta cantidad “eso” ya no será imposible- Volvió a hablar su subordinado.
Pero Astrid seguía mirando su bola de cristal, ella solo esbozó una sonrisa mientras miraba la brillante bola.
                - Bien, los dejare, debo ir a ver inmediatamente “eso”, no hagan nada estúpido y vigilen a esa mujer, ella nos traerá bastante dinero-
El líder de los bandidos abandono su fortaleza y dejó la protección de esta a sus hombres.
Al rato la chica seguía viendo fijamente su bola de cristal y los dos bandidos que la vigilaban a todo momento comenzaban a aburrirse, ya no tenían con que divertirse así que comenzaron a preguntarle a la vidente.
                - Mmmm… Astrid-chan ¿De verdad puedes ver el futuro?-
                - Si, si, léenos la fortuna, eso sería divertido-
Pero la chica no les ponía atención, ella seguía mirando su luminoso artículo, los bandidos estaban algo molestos por tal indiferencia, pero no podían hacerle nada o el líder los mataría.
Finalmente la vidente cautiva abrió su diminuta boca.
                - Ellos ya están aquí-
Los bandidos no comprendían a lo que se refería ¿Quiénes eran “ellos”? no tenían forma de saberlo pero su atención se desvió enseguida, la alarma anti-intrusos comenzó a sonar, estaban bajo ataque, los dos bandidos corrieron hacia la salida de la habitación pero lo pensaron mejor y decidieron quedarse a vigilar a la vidente como se les había ordenado.

Parte 9

Hogo por fin había alcanzado la entrada a la fortaleza, cuando entró vio que lo que había propuesto el mercenario era cierto, toda la sala principal estaba patas arriba, la sala estaba completamente destruida, cada uno de los bandidos estaba en el suelo.
El chico que cargaba su lanza miro a su alrededor y subió por la escalera central, la que se dividía en dos caminos, hacia la derecha y la izquierda.
                - Maldición ¿Qué dirección tomaste, maldito lagarto?- Luego de meditar un poco levanto su mano y apunto hacia una de las puertas. - Derecha, definitivamente te fuiste por la derecha-
El mercenario seguía destruyendo todo a su paso, a cada bandido que se encontraba los noqueaba como fuera, con su espada, su puño derecho o con patadas, ninguno lograba salvarse de la ira del famoso espadachín.
Habían muchas habitaciones pero él las ignoraba todas y seguía recto por el camino, al final subió por unas escaleras y llego a la habitación más alta de la fortaleza.
                - Me pregunto que estará pasando- Dijo uno de los bandidos que vigilaba a la vidente.
                - Descuida, los muchachos se encargaran de todo- Dijo el otro de los bandidos.
Ambos miraban a la chica que seguía tan calmada como siempre, ella de vez en cuando levantaba sus manos y daba golpes al aire como si estuviese animando a alguien, los bandidos ya habían dejado de prestarle atención y en su lugar estaban jugando a las cartas.
Iohei se encontraba en una sala sin ventanas, lo único que había era la puerta del frente y la que estaba a sus espaldas, hubiese sido fácil entrar pero había alguien esperando por él, un enorme hombre tan gordo como un luchador de sumo, este tipo tenía en sus manos un mangual, la bola de acero era el triple de grande que la cabeza del mercenario y la cadena era tan larga que cubría la sala por completo, si el chico recibía un ataque seria hecho trizas, así que fue el que dio el primer ataque.
                - No lo permitiré- Dijo el gigante hombre mientras giraba la gran bola de acero.
La gran fuerza provocada por el mangual hizo que Iohei fuese lanzado legos con solo rozarla, la fuerza centrífuga de la bala de acero lo mandó directo a la pared pero el mercenario puso ambos pies en ella y se impulsó nuevamente hacia el gordo oponente, este al ver que el intruso venia por él lo atacó con la enorme masa de hierro que seguía girando a gran velocidad.
El chico de negro impactó la bola con su espada pero fue arrastrado nuevamente hacia la parte posterior de la habitación.
                - Esa cosa es molesta- Dijo quejándose del arma de su enemigo.
                - No pasaras por esta puerta-
El mercenario tomó su espada firmemente con su mano izquierda y la giró haciendo un circulo a su alrededor, al hacerlo una columna color negra apareció desde el piso hacia el techo rompiéndolo y yendo hacia arriba, cuando la columna desapareció el espadachín ya no se encontraba.
El enorme tipo dejó de girar su mangual y miró hacia la parte superior, el cielo era capaz de verse por el agujero.
                - Maldición, el techo- Tiró su arma al suelo por la sorpresa.
El gordo con mucha dificultad corrió hacia la puerta que estaba custodiando y la abrió, al otro lado de la sala dos bandidos jugaban a las cartas y al fondo la celda que mantenía cautiva a la vidente seguía intacta.
                - ¿Así que pensaste que atacaría por el techo?- Dijo el chico con su espada en el hombro mientras miraba en dirección a la vidente.
                - ¿Q-que?…-
El hombre gordo no pudo terminar su pregunta, Iohei lo golpeo con la parte plana de la espada y lo dejó inconsciente.
                - Tu error fue dejar tu arma fuera de tu alcance-
Los dos hombres que jugaban a las cartas vieron al chico que había acabado con su gordo camarada y sin dejar rastro abandonaron la sala inmediatamente.
El muchacho miro al fondo de la sala y vio a la vidente que estaba de pie con su bola de cristal en sus manos.
                - Te he estado esperando, Kuro-chan-
Hogo había llegado a la última sala del lado derecho, la habitación estaba completamente vacía.

Parte 10

Hotaru estaba esperándolos fuera de la fortaleza de los bandidos, los tres chicos lograron salir ilesos de la gran guarida, justo cuando salieron la gran construcción se vino abajo solo quedando escombros.
                - De verdad destruyeron todo- Dijo la princesa.
                - Tu estúpido perro destruyó los pilares que mantenían en pie la fortaleza solo porque se fue por el camino equivocado-
                - Cállate- Respondió el caballero molesto.
                - Gracias por esto, Hotaru-chan- Le agradeció la chica.
                - Fui yo el que arriesgó su vida, Astrid- Le dijo el mercenario.
                - ¿Acaso se conocen?- Preguntó la princesa.
                - Si, Kuro-chan ya me había salvado antes de unos secuestradores-
                - ¿Kuro…chan?- Dijo el caballero mientras se aguantaba su risa.
El mercenario le dio un golpe en la cabeza al caballero y ambos comenzaron a discutir.
                - Ya veo, ustedes se conocían…- La reacción de la princesa cambio completamente. - Ósea que cuando me hiciste la predicción sobre Iohei-kun…-
                - Si, ya sabía que se trataba de Kuro-chan-
La princesa se sentía un poco engañada haci que volvió a preguntarle a la vidente.
                - ¿Entonces es cierto que existe alguien en el corazón de Iohei-kun?-
Iohei y Hogo dejaron de pelear, ambos pusieron mucha atención a lo que diría la vidente, Hogo tenía mucha curiosidad mientras Iohei puso una cara de preocupación y empezó a sudar mucho.
                - Si, todo lo que te dije antes era cierto-
                - ¿Quién es? ¿Quién es la persona más importante para Iohei-kun? Volvió a preguntar ansiosa.
Iohei quería impedir que respondiera a toda costa, él se abalanzo hacia donde estaba Astrid pero el caballero lo detuvo haciendo que callera al suelo.
                - Déjanos escuchar tranquilos- Le dijo mientras se sentaba en su espalda.
                - La persona más importante para Kuro-chan…-
Los ojos de la princesa se inflaron a espera de la respuesta que tanto ansiaba por saber.
                - Esa persona soy yo-
                - ¿Eh?- Dijeron los tres al unísono.
                - Si, ambos nos enamoramos uno del otro luego de que Kuro-chan me rescatara de los secuestradores- Dijo mientras ponía su mano en su mejilla.
Iohei se quitó al caballero de encima y se puso al frente de la vidente.
                - Ya te dije que no me enamore de ti-
                - Pero me salvaste de aquel peligro que amenazaba mi vida- Dijo calmada.
                - Solo lo hice porque me pagaron por salvarte, además ya estas acostumbrada, pasas secuestrada todo el tiempo- Le dijo de manos cruzadas.
                - Mmmm… Tienes razón- Dijo mientras ponía sus manos en sus labios.
                - Además ya te lo había dicho, nunca me enamoraría de alguien que puede predecir el día en el que moriré, es aterrador-
                - Si me haces elegir entre ti y mis predicciones entonces tendremos que olvidarnos de nuestro amor- Dijo ella con una sonrisa.
                - Yo no te amo y tú no me amas-
                - Bien, yo no te amo y tú no me amas-
Hotaru y Hogo no podían seguir el ritmo de semejante conversación, así que habían dejado de prestar atención y comenzaron a ver un carruaje empujado por unos 8 caballos, atrás llevada otro carro con algo de aproximadamente tres metros, esto estaba tapado con una manta.
El carruaje era conducido por el líder de los bandidos, cuando llegó su boca toco el piso por su sorpresa, su fortaleza había sido reducida a escombros.
                - Solo fui a comprar “eso” y mi fortaleza fue destruida-
                - Así que esta era tu fortaleza- Dijo el mercenario por el lado derecho del carruaje.
                - Entonces tú eres el responsable de que esos tipos nos robaran- Dijo el caballero por el lado izquierdo.
                - Ustedes ¿De qué hablan?-
                - ¿Dónde está nuestro oro?- Preguntó Iohei con una cara completamente siniestra.
                - El oro ya fue gastado comprando “eso”- Dijo mientras apuntaba el misterioso objeto que estaba en la parte trasera.
                - Chicos, dejémoslo así y vámonos- Dijo Hotaru tratando de detenerlos.
Iohei caminó hacia la parte trasera y quitó la manta del objeto en el que habían gastado todo su dinero, tres metros de largo, completamente sólido, la cara de Iohei se deformó al ver en lo que habían gastado todo el oro que le proporcionaba un techo donde dormir y comida.
Lo que había bajo la manta era una estatua de bronce del líder de los bandidos.
                - Tú, cambiaste nuestro oro por bronce ¿Qué clase de idiota eres?- Dijo el mercenario sin poder creer lo que veía.
Furioso por lo que tenía al frente el mercenario destruyó la estatua de bronce dejándola completamente hecha polvo, el líder de los bandidos corrió hacia donde estaba el mercenario y lo atacó con las cadenas que envolvían sus brazos usándolas como látigos, Iohei lo miro furioso y solo bastaron tres segundos para que lo dejara hecho añicos.
                - ¿P-por qué?- Preguntó el bandido. - E-ese dinero nos fue regalado-
Los dos chicos miraron al líder de los bandidos que estaba tirado en el piso, luego giraron sus cabezas hacia la princesa que estaba algo nerviosa.
                - Jejeje- Rio nerviosamente. - Pensé que si nos robaban el dinero vendríamos a salvar a Astrid-chan-
Iohei y Hogo se marcharon de ese lugar, el mercenario no dijo ni una palabra y el caballero tenía su mano en su rostro como si esto pasara todo el tiempo.
La vidente hizo una reverencia como agradecimiento y camino siguiendo a los dos chicos que abandonaban a la princesa.
                - Chicos, espérenme- Grito la princesa mientras corría para alcanzar a sus compañeros.
Mientras se dirigían camino a Rest el caballero le preguntó al mercenario como pudo encontrar tan rápido a la vidente.
                - La última vez que nos despedimos ella me dijo, “para que nos volvamos a ver elige el camino de la izquierda y evita todas las puertas hasta que llegues al final”-
                - ¿Qué clase de despedida es esa?-
                - Resulto que fue una más de sus predicciones, enserio esta chica me asusta-
Pero algo apareció en la cabeza de Iohei, él se acercó hacia donde estaban la princesa y la vidente y él le pregunto.
                - Oye Astrid ¿Sabes hacia donde debemos ir?-
                - Es raro que me pidas una predicción, Kuro-chan-
                - Que sea la última vez que predices algo relacionado conmigo-
                - Esta bien-
La chica se sentó y con la bola de cristal en su regazo comenzó a ver el futuro del mercenario, la bola de cristal comenzó a emitir un brillo intenso y luego se apagó, la chica se puso de pie y apunto hacia el oeste.
                - Encontraran algo preciado si se dirigen al oeste-
                - ¿Al oeste?- Le pregunta el mercenario. - Entonces está decidido, vamos mocosa, perro faldero-
                - Tú, deja de llamarme así- Dijo mientras lo seguía.
Solo quedaron la vidente y la princesa.
                - Astrid-chan ¿Enserio existe alguien en el corazón de Iohei-kun?- Preguntó la princesa confundida.
                - Lo siento pero ya no hare predicciones relacionadas con Kuro-chan, si quieres saberlo pregúntale a él- Dijo ella con una sonrisa.
                - Tienes razón, si no hago algo yo misma no sería agradable- Hotaru hace una reverencia en agradecimiento. - Fue un gusto conocerte, espero nos volvamos a ver-
La chica corrió a máxima velocidad tras sus compañeros que ya habían emprendido su camino haci el oeste.
La chica los despedía con su mano mientras ellos se alejaban luego comenzó a caminar hacia otra dirección.
                - Por supuesto que nos volveremos a ver, será mejor que me dirija a Araga- Dijo la chica que aun ocultaba sus ojos.


1 comentario:

  1. Vaya, una declaración de sentimientos muy prematura :v eso no me lo esperaba. Buen capítulo..!
    PD: Comprando bronce con oro LOL xD

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