Sin más que decir tengan una buena lectura.
CAPÍTULO 6: ONIS
Parte 1
Iohei luchaba contra Rokkaa, este oni utilizaba un
sonido que irrumpía el equilibrio de los que la escuchaban, el mercenario con
dificultad para mantener el equilibrio se acercaba al roquero para atacarlo con
su espada.
Erunalvórima miraba como el joven de negro intentaba
sostenerse de pie mientras peleaba contra el oni.
- Eres una vergüenza, apenas puedes sostenerte de pie-
El oni le dijo mientras lo empujaba con su mano.
Iohei es lanzado hacia atrás pero este no cae al
suelo.
- Cállate- Dijo el mercenario. - Yo prometí
derrotarlos y llevarla de vuelta-
- Un humano jamás podrá hacerme frente- Se burló
Rokkaa. - Incluso si de milagro me logras derrotar el jefe Ouku te hará
pedazos-
- ¡¡¡Doragon no michi!!! [Camino del dragón]-
Iohei blandió su espada y un dragón negro atacó a ras
de piso.
Pero el ataque de Iohei se desvaneció a mitad de
camino, el sonido que afectaba sus sentidos aumentó su intensidad provocando
mucho más malestar en Iohei, él sentía que el suelo se balanceaba bajo sus pies
impidiendo cualquier tipo de movimiento.
Rokkaa seguía atacando al árbol Yggdrasil.
- Ma-maldito- Se quejó Iohei.
- Jajaja, solo sabes quejarte, tú no serás capaz de
derro...-
El oni irrumpió sus palabras, su ataque ensordecedor
fue interrumpido, por supuesto él no dio esa orden, algo externo detuvo el
fuerte sonido, sin entender lo que ocurría miro alrededor y lo vio, a la chica
causante de que su ataque cesara.
Erunalvórima estaba de pies con sus manos levantadas
en dirección al oni.
- Shizukani [Silencio]- Gritó la chica.
- Tú... maldita- Reclamo Rokkaa.
- Eso fue ¿Magia?- Se preguntó Iohei.
- Y-ya no podrás usar ese ataque de sonido- Exclamo la
chica elfo.
- Enserio, ya no te necesito como esposa- Dijo el oni.
- Disfrutare cada momento que pasare rompiéndote los huesos uno a uno-
La chica titubeo un momento, pero no fue suficiente
para romper su temblorosa convicción, un humano peleaba para proteger al árbol
Yggdrasil, ella no se podía permitir que él hiciera lo que quisiera.
Ella quería ser la que salvara el destino del gigante
árbol.
Pero el mercenario no pensó lo mismo, con todo su
poder concentrado en su pierna se lanzó a toda velocidad hacia el oni
blandiendo su espada y logrando cortar por el costado a Rokkaa.
El oni de extravagante peinado fue lanzado hacia un
costado de la gran raíz, su sangre salió disparada de su cuerpo.
- Eso es todo lo que necesitaba para luchar con todas
mis fuerzas- Le dijo el mercenario a la chica. - Gracias-
- ...- La chica elfo solo lo miró.
El oni junto a su guitarra se puso de pie, su lado
derecho estaba cubierto se sangre, pero él se veía como si no estuviese herido.
- Maldición, no noté que venias a atacarme- Dijo como
si se estuviese burlando.
- ¿Qué clase de cuerpo tienen los onis?- Se preguntó Iohei.
El oni tomó su guitarra y comienza a tocar,
tnnntntntnnnnnnn sonaba su instrumento, otro ataque con su sonido fue lanzado.
- Graaaviityyy onnnn [Gravedad activada]-
Cantaba Rokkaa mientras tocaba.
La gravedad de Iohei comenzó a ser más pesada, su
cuerpo era aplastado por una masa invisible, pero la chica estaba intacta.
- Este ataque solo puede ser lanzado a un individuo a
la vez, atacarte debo yo para luego por la chica ir- Cantaba Rokkaa.
Pero Iohei no estaba preocupado, una burlona sonrisa
estaba dibujada en su rostro, con dificultad levanto se espada y la blandió,
eso provocó que el mercenario rompiera la masa invisible que lo oprimía al
suelo.
Ambos, Erunalvórima y Rokkaa no se explicaban lo que
había pasado, la magia de gravedad había sido rota por un movimiento de la
espada con forma de cruz.
- ¿Qu-qué fue lo que hizo?- Se preguntó la chica elfo.
- No comprendo- Exclamaba Rokkaa paralizado por el
raro acto que hizo el tipo de negro.
El mercenario se plantó frente al sorprendido oni y le
dijo lo siguiente.
- Esto es todo para ti-
Blandió su espada en diagonal en el torso del oni.
Sangre salió del cuerpo del oni del mohicano, su
guitarra es cortada por la mitad, los rayos verdes que seguían siendo dirigidos
a la raíz de Yggdrasil fueron detenidos.
Rokkaa el oni que utilizaba la guitarra eléctrica
había sido vencido.
- Fu-fue derrotado- Dijo Erunalvórima de rodillas.
- Te dije que me encargaría de él- Le exclamó el
mercenario sosteniendo su espada en su hombro.
El oni Rokkaa fue atado y amarrado a uno de los
arboles cercanos.
- ¿Te encuentras bien?- Le preguntó Iohei a la chica
mientras se dirige hacia ella.
- Estoy bi-bien- Le respondió Erunalvórima algo dudosa.
- ¿Qué te pasa?-
- Na-nada-
Entonces un leve crujido se oye en el suelo, ambos
miran hacia abajo y una grieta apareció bajo sus pies, antes de que puedan
reaccionar un gran agujero aparece en el suelo provocando que Iohei y
Erunalvórima cayeran en él sin posibilidad de escapar.
Parte 2
Hogo y Kenrou llevaban un rato chocando sus armas,
ninguno daba signo de debilidad.
- Para ser humano eres bastante bueno- Comentaba el
oni. - Ya veo porque el jefe quería que se unieran a nosotros-
- ¿Quién querría unirse a ustedes?- Se burló el
caballero.
Él sabía que debía apresurarse pero Kenrou era muy
habilidoso con su estilo de dos espadas.
- Howaitorepai [Estoque blanco]-
Gritaba el caballero, al instante que una luz blanca
rodeaba su lanza y una infinidad de estoques fueron lanzados al enemigo.
- ...-
Como si nada con su espada derecha contrarresto cada
uno de los ataques y con su arma izquierda realizó un golpe desde abajo.
- ¡¡¡Hikage no saibansho!!! [Corte umbrío]-
El caballero fue lanzado hacia atrás, pero al instante
se repuso y contraatacó con su lanza embuida de su resplandor blanco.
- Ippon [Un golpe]-
Con su arma hacia adelante es guiado a toda velocidad
hacia Kenrou.
El gran oni trató de interceptar rápidamente aquel
ataque poniendo sus dos armas en forma de cruz, el daño que provocó el arma en
si fue reducido casi a cero pero el resplandor fue suficiente para causar algo
de daño.
- Esa magia que utilizas es bastante molesta- Reclamó
Kenrou.
- ¿Magia?- Preguntó Hogo desconfiado. - No se dé lo que
hablas-
- No eres el único que la utiliza-
Las espadas del oni corpulento comenzaron a
resplandecer de un color verde, Hogo dio un paso atrás, pero se detuvo y volvió
a ponerse firme, debía terminar rápido e ir con la chica a la que juro proteger
con su vida.
- No sé si esto es magia pero...- Al igual que el oni
su lanza comenzó a tornarse de un brillo blanco. - Ganare pase lo que pase.
Rápidamente Hogo comenzaba a dominar aquel misterioso
poder.
- ¡¡¡Ven, humano!!!- Exclamó el oni- Estilo de dos
espadas, Mausu kari [Caza al ratón]- Con sus dos espadas se lanzó con todo su
poder hacia el caballero.
Hogo estaba en posición, su arma estaba lista para
realizar ese ataque, el ataque que no pudo realizar contra aquel espadachín de
fuego, Koga, el ataque que el hombre que admiraba le había enseñado, el ataque
que solo debía utilizar como último recurso.
- Haré esto por usted, Ojou-sama- Su arma estaba en
posición horizontal embuida del resplandor blanco. - ¡¡¡Gyoumatsu!!! [Fin del
recorrido]- Gritó el caballero.
El cuerpo completo del caballero se llenó de aquel
resplandor y a toda velocidad impactó contra el oni que lanzaba su ataque al
igual que el caballero.
Ambos ataques chocaron, primero chispas fueron las que
salieron, luego una gran expansión fue provocada por los dos ataques mágicos.
Hogo comenzó a ver algo, el oni Kenrou era poderoso
pero no siempre fue así, el caballero podía ver como el oni se preparó para ser
como el hombre que es ahora, el duro entrenamiento que tuvo que enfrentar, él
lo veía, Hogo veía como entrenaba y se preparaba para ser parte de la
tripulación de Ouku.
- ...-
Fue la única reacción que tuvo el caballero, sin
explicarse lo que pasaba.
Él no lo sabía, pero el oni también pudo ver todo lo
que tuvo que pasar Hogo para ser parte de la guardia real.
El ataque del caballero se sobrepuso sobre el ataque
color verde del oni y este salió disparado impactando contra el macizo tronco
de 20 kilómetros de ancho impactando y perdiendo toda capacidad de levantarse.
Hogo, había ganado.
- He... Ganado...-
Dijo el caballero al mismo tiempo que caía al suelo,
pero su lucha aun no terminaba.
Con toda la fuerza que le quedaba se puso de pie y con
el arma que le había pedido “prestada” a uno de los elfos como bastón emprendió
su camino.
Parte 3
Hotaru estaba parada en la base de la enorme raíz del
gran árbol Yggdrasil, sobre la raíz se encontraba Kushi, la oni de mechón rojo
y labios violeta.
- Pequeña niña- Decía la oni. - No parece que seas
fuerte, diría que eres una completa inútil- Dijo con tono de burla.
- ¡¿POR QUE DICES ESO?!- Grito Hotaru alzando sus dos
manos al cielo bastante enojada. - ¡¡¡NO PARAN DE DECIR QUE SOY INÚTIL!!!-
- ...- La miró la mujer. - ¿De qué hablas, enana?-
- Te demostrare
a ti y a Iohei-kun que no soy inútil- Dijo Hotaru mientras apuntaba a la mujer
sentada en la raíz de Yggdrasil.
- Mmmm...- Murmuro Kushi.
La chica quien por 17 años lo único que hizo fue ser
servida por sus criadas y sirvientes, la misma que nunca había hecho nada por
lo cual pudiese estar orgullosa comenzó a hablar.
- Yo...- Le decía la princesa. - Te derrotare-
- Chiquilla, si no dejas de molestar - La expresión de
su cara se tornó a un tono sombrío. - Te matare-
- Cállate- La chica le lanzó una piedra a la mujer
oni, la pequeña piedra golpeó la mejilla de Kushi. - Idiota, idiota- Dijo la
princesa mientras escapaba hacia el bosque.
Kushi aparte de ser conocida por lo hermosa y fuerte
que era, la verdadera razón por la que todos la admiraban era por la crueldad
con la que atacaba a sus víctimas, "La sanguinaria roja" era el apodo
que muchos quienes han visto sus métodos comenzaron a llamarla.
Un pequeño tic comenzó a ser visible en la frente de
la mujer oni, ella bajo de la enorme raíz y miró hacia donde había escapado la
chica.
La mujer se limpió la mejilla que había sido golpeada
por la piedra.
-...-
Sus ojos expresaban todo el odio que le tenía a la
chica que se había burlado de ella.
- No podrás escapar de mí, mocosa-
Con paso firme caminaba hacia la dirección en la que
la chica había escapado.
Hotaru, la princesa del reino de Midgard, la chica que
apenas cumplía sus 17 años era completamente inútil a la hora de pelear o
defenderse, ella siempre dependió de su guardián Hogo, la chica que nunca se
interesó en ningún tipo de arte de autodefensa, la misma que simplemente dormía
y comía pasteles no tenía nada que hacer contra "La sanguinaria
roja".
- Ya terminé por esta parte- Murmuro la princesa. -
Tal vez haga algo por este lugar también- Continuaba hablando para ella misma.
- Iohei-kun mírame -
Habían pasado 30 minutos desde que la princesa
irrumpió con sus tonterías, la mujer oni seguía manteniendo su paso
calmadamente hacia la misma dirección a la que se dirigió cuando comenzó a
seguir a la chica.
Kushi se detuvo.
- Sal de donde quiera que estés- Dijo la mujer.
- ...- Hotaru estaba completamente inmóvil.
- Entre más tiempo me quites, más cruel será tu
muerte- La mujer de mechón rojo empezó a perder la paciencia. – Maldición-
Reclamó y dio un paso firme hacia adelante.
El pie de la oni Kushi piso firmemente cierta rama que
fue colocada en ese lugar, un pequeño y casi mudo crujido se hizo escuchar y al
instante distintos tipos de blandas frutas cayeron en el hermoso cabello de la
mujer.
La gravedad hizo el resto, las frutas habían sido
escogidas especialmente por su condición, todas ya estaban podridas, la cabeza
de la mujer oni se encontraba completamente embarrada de frutas las cuales ya
habían perdido su frescura.
- ...- La mujer completamente enojada liberó un gran
grito a su víctima. - ¡¡¡SAL DE DONDE QUIERAS QUE ESTÉS, MALDITA MOCOSA
INÚTIL!!!-
- ¡¡¡NO SOY INÚTIL!!!- Gritó la princesa mientras
salía de su escondite.
La chica quedo frente a frente contra su depredadora.
- Oh...oh- Dijo la princesa con una expresión de
preocupación en su cara.
- Te encontré~- Dijo Kushi como si estuviese cantando.
En el instante la pequeña muchacha escapó más adentro
en el extenso bosque, y sin demora la perseguidora comenzó a correr tras la
chica.
- Y-yo te derrotare-
La princesa llevaba 15 rocas del porte de su puño,
estas eran llevadas en su polera usándola como bolsa y las lanzó hacia atrás
mientras corría, la mujer no pudo esquivarlas, las 15 rocas impactaron en su
rostro arrojándola al suelo.
- Ya no puedes levantarte ¿Cierto?- Preguntó
temerosamente Hotaru.
- ¡¡¡Waaaahhhhhh!!!- Se levantó Kushi de un salto y a
toda marcha siguió a la princesa.
- ¡¡¡Kyaaaaa!!!- Grito la princesa mientras corría
asustada de la mujer con ganas de matarla.
La princesa Hotaru solo pudo correr a toda velocidad
por su vida pero su vestido se enganchó en un arbusto y cayó al suelo.
- Muuuueeeereeeee- Gritaba sádicamente la mujer.
Pero la princesa no parecía preocupada, una sonrisa se
notaba en su cara y ella dijo sin problema.
- Cuidado con los troncos que hay por aquí, no vayas a
hacerte daño-
Una trampa se activó, a toda velocidad un tronco que
había sido amarrado en sus extremos cayo como péndulo directo pasando por
arriba de Hotaru quien estaba en el suelo e impactando en el estómago de la oni
de mechón rojo.
- ¿Ehh...?- Fue todo lo que dijo Kushi.
La mujer salió volando hacia atrás por el impacto.
- Idiota, idiota- Se burlaba la princesa. - La inútil
te ha derribado-
Ella prosiguió con su fuga.
Kushi perdió la paciencia, se puso de pie y siguió a
la molesta chica.
Hotaru llevaba una gran sonrisa en su cara, hasta
ahora todo seguía los planes de la chica.
Pero no todo siempre resulta como es planeado.
Algo había agarrado el tobillo derecho de Hotaru, y
desde la oscuridad del bosque la mujer completamente segada por la ira llevaba
un látigo en su mano diestra.
La princesa cayó al suelo, Kushi tenso su látigo y
comenzó a arrastrar a la chica hacia ella.
La muchacha se aferró a una rama que sobresalía de un
árbol y comenzó a alejarse tomando como apoyo otras ramas a las que podía
abrazarse.
- Ríndete mocosa, mi látigo no dejará tu pie -
Dijo la mujer.
- Solo debo pensar en la forma en la que te matare-
Seguía hablando.
- Yo... no soy... inútil- Decía Hotaru. - Yo...
ganare...-
Hotaru seguía arrastrándose y arrastrándose, todas sus
fuerzas fueron para alejarse lo que más podía de la mujer oni, o eso era lo que
pensaba Kushi.
Pero lo que en realidad estaba haciendo Hotaru no era
más que llegar a cierto dispositivo que había preparado.
- Jaque Mate- Grito la chica mientras con todas sus
fuerzas presionaba el artefacto hecho con unas ramas y algo de lianas secas.
Lo primero que ocurrió fue el movimiento de una cuerda
que se encontraba cerca de los pies de Kushi, la cuerda que estaba escondida
bajo unas hojas tomo por el tobillo izquierdo a la mujer y por un efecto de
polea "La sanguinaria roja" terminó boca abajo a 3 metros de altura.
- ¿Esta...-
Fue todo lo que pudo pronunciar Kushi, la piedra que
había sido utilizada para subir a la mujer en la polea toco el suelo activando
otra de las trampas, un gran tronco fue soltado de un árbol que lo sujetaba y a
toda marcha este se dirigía hacia la cabeza de la mujer que colgaba.
- Golpealaaaaaa- Gritaba Hotaru desde el fondo de su
alma.
Una gota de sudor cayo desde la frente de la mujer, el
gran tronco que había sido colgado en ese árbol, la trampa que la inútil
princesa había colocado impactó de seco en la cabeza de la bella mujer Kushi,
ella perdió el conocimiento al instante y un enorme chichón apareció en la
cabeza de ella.
Había terminado.
Sin poder creerlo una gran sonrisa se ilumino en la
cara de la chica.
Ella dio media vuelta y comenzó a correr hacia
Yggdrasil.
Entonces un alejado pero gran recuerdo vino a su
mente.
Ella nunca se interesó en los asuntos diplomáticos de
su reino, tampoco le importaba ser fuerte ni tampoco a como ser una buena
esposa, pero hubo una vez en la que si se interesó en algo.
La vez que su padre Gustaph, El Rey de Midgard la
llevo junto a él al bosque de Baggd, ubicado al sur de su reino, ambos habían
ido a escondidas a acampar sin que nadie lo supiera, en ese lugar padre e hija
pasaron 5 días, él le enseño a sobrevivir estando sola, le enseño a encender
fuego, a pescar y... a poner toda clase de trampas para capturar comida o si
estuviese siendo seguida por un depredador que fuera más rápida y fuerte que
ella.
Lo único en lo que si se interesó, fue lo único que la
hizo triunfar esta batalla.
Y mientras corría hacia otra de las raíces del gigante
árbol ella solo pronuncio una frase.
- Gracias, Padre-
Parte 4
Erunalvórima estaba algo inquieta, ella no era de esas
personas que se asustaran por cualquier cosa, tan solo era algo tímida, ella se
encontraba sentada recostando su espalda en el frio muro de piedra, el lugar en
el que se encontraba era oscuro y húmedo pero eso no era lo que la tenía
inquieta.
A su lado lo que más odiaba en el mundo, lo que
causaba todas sus dudas y malestares, un humano.
- ¿Cómo diablos saldremos de este lugar?- Murmuro el
humano que vestía de negro a su lado.
Hace un rato pelearon contra el oni que usaba una
guitarra para luchar, ellos ganaron pero la enorme raíz del árbol Yggdrasil no
resistió todo el daño que recibió en la pelea, la tierra a su alrededor se
desplomó y ambos cayeron quien sabe cuántos metros bajo tierra.
La chica elfo estaba preocupada, en el segundo que la
raíz del árbol fue destruida y la tierra en su entorno dejo de recibir los
nutrientes necesarios y se desplomó, eso demostraba que la isla estaría acabada
sin la protección del eminente árbol.
La chica de largas orejas estaba perdida en sus
pensamientos cuando una mano pasaba de arriba hacia abajo delante de su rostro.
- Tú ¿Me escuchas, como saldremos de aquí?- Preguntaba
el joven de negro.
El chico que se había aproximado demasiado para el
gusto de ella le preguntaba, pero la muchacha solo se alejó de él rápidamente.
- ¿Tienes algún problema?- Dijo él.
- ...- Ella no le respondió.
El tipo de negro se puso de pie, se dirigió hacia ella
y le tendió la mano.
- Mi nombre es Iohei ¿Cuál es tu nombre?-
- ...- Ella no le respondió.
- Tú... debemos trabajar juntos para salir de aquí,
será más fácil si por lo menos sabemos nuestros nombres- Dijo Iohei luego de
dar un suspiro.
Ella no tenía alternativa, él tenía razón, sola le
sería imposible salir de este lugar.
-Y-yo... mi nombre es... Erunalvórima-
- Ehhh... que nombre más largo y difícil de
pronunciar- Dijo el mercenario con cara perezosa.
- ¿Qué es lo que quieres decir con eso, humano?- Fue
lo que pensó, pero ella no es el tipo de persona que diría eso.
- Eru- Dijo él.
- ¿Ehh?- Exclamó ella.
- Eru, así será como te llamare, es mucho más fácil de
decir-
Para los elfos los nombres son algo muy especial,
ellos son bautizados por sus padres bajo la mirada de Dios, cada elfo lleva su
nombre en alto, no hay mejor herencia que los padres les puedan dar a sus hijos
que sus nombres, por ende que alguien te ponga un apodo o incluso peor te
cambie el nombre es una gran ofensa para esta raza.
Además ese apodo le recordaba algo muy doloroso de su
pasado.
Pero ella no estaba interesada en discutir con un
humano, tomó la mano que le habían tendido y se puso de pie.
- ¿Qué es lo que haremos?- Pregunto ella.
- En esta oscuridad será difícil hacer cualquier cosa,
ni siquiera puedo ver luz por el lugar que caímos. - Le respondió el
mercenario.
La chica estiró su mano y exclamo un conjuro.
- Hikari [Luz]-
Una esfera apareció en su palma e irradió una luz que
ilumino el lugar donde estaban.
- Increíble ¿Eso es magia como la que usaste con ese
tipo para silenciar su ataque?- Preguntó curioso el joven.
- Si, me especializo en magia curativa, pero también
se algo de magia de distintos tipos- Dijo ella orgullosa de su poder.
- Ya veo, eso puede ser muy útil- Iohei miraba
fijamente la esfera luminosa.
Ya había pasado un rato, ambos caminaban por el único
camino que había frente a ellos, ninguno de los dos decía nada, lo único que se
oía eran sus pasos al tocar la tierra.
Hasta que Iohei rompió el silencio.
- ¿Qué clase de vida tienen en esta isla? ¿No tienen
muchas visitas, cierto?-
Eru iba unos 10 pasos adelante de Iohei, ella se dio
vuelta y lo miró fijamente.
- ¿Qu-que es lo que planeas, humano?- Dijo con voz
temblorosa.
- ¿De qué hablas? Solo quiero hablar de algo- Dijo el
mercenario mientras la pasaba.
- ...- Ella solo lo miro.
- Veamos... yo he viajado por muchos lugares... ¿Qué
te podría contar?- Iohei murmuro mientras ponía su mano en su barbilla.
- ¡¿Enserio has viajado por el mundo?! ¡¿Has visto
muchos lugares?!- Exclamo Eru con mucho interés.
- ¿Acaso estas interesada?-
- Si, mi sueño es ver el mundo con mis propios ojos,
las montañas, praderas, la playa, no sabes cuánto e anhelado ver todos esos
hermosos lugares- Comenzó a declarar la chica.
La muchacha elfo noto que el joven de negro la miraba
fijamente con una sonrisa burlona en la cara, Eru lo miro, su cara se tornó
completamente roja y se alejó un poco del mercenario.
- Pues te comunico que he estado por todos esos
lugares, mi trabajo me permite viajar a todos esos sitios, aunque desde que
conocí a esa mocosa no he podido tomar ningún trabajo- Dijo Iohei.
- Mmmm... ¿Tu trabajo? ¿Qué tipo de trabajo te permite
recorrer el mundo?- Preguntó la chica con cierto interés.
- Yo soy un mercenario-
- ............. ¿Me-me-mercenario?-
Eru puso una cara completamente de sorpresa, sus
pupilas eran tan pequeñas que parecían puntos, sudor comenzó a salir de su
frente.
Iohei notó que algo andaba mal, trato de acercarse y
ver qué pasaba pero la chica se puso de cunclillas y sus manos se fueron a su
cabeza.
Eru comenzó a llorar desgarradoramente.
Parte 5
Hotaru había vencido a la sádica mujer oni, su
confianza estaba por las nubes, en este momento ella creía que podía hacer
cualquier cosa.
Con eso en mente se dirigía a toda prisa hacia otra de
las raíces del enorme Yggdrasil.
Le tomo algo de tiempo, pero fue capaz de ver la
gigante raíz.
- Por fin he llegado- Exclamo la princesa algo
cansada. - ¡Iohei-kun! ¿Dónde estás? ¿Hogo? ¡¡¡Elfo-chan!!!- Seguía gritando la
chica.
La chica lo sintió, algo la observaba, sentía una
poderosa y siniestra presencia, Hotaru volteo para ver qué era lo que la
atormentaba.
- ¿Así que puedes sentirme?- Habló la sombra tras la
princesa. - Puedes sentir mi Zenryoku-
La persona que le había hablado a la princesa era el
mismo tipo que los saludó cuando estaban en el mar, el mismo oni que ataco al
hombrecito que volaba en su libro, Ouku, el jefe de los 53 onis que iban en su
enorme embarcación.
- ¿Zenryoku?- Dijo la chica.
- Ja... ja... ja- Balbuceo Ouku.
- ¿De qué te ríes?- La princesa se puso en guardia. -
Debes saber que yo derrote a tu amiga-
- ¿Amiga?- Se preguntó el oni. - Claro, te refieres a
Kushi, descuida ella no es mi amiga-
La princesa estaba preparada para luchar, pero el
imponente oni desapareció frente a sus ojos.
- Pero el que ayas luchado contra ella...-
La chica se sorprendió, en un abrir y cerrar de ojos
el jefe de los onis se había transportado atrás de la pequeña princesa de 17
años.
- Quiere decir que estas en contra de mis planes-
El oni lanzo un puñetazo, no era muy rápido, pero si
impactaba con la frágil muchacha sería suficiente para romper todos sus huesos,
Ouku no sabía si era suerte o coincidencia pero la chica se tropezó con sus
propios pies, la muchacha estaba en el suelo y el destructivo puño paso por
encima de Hotaru.
El árbol que estaba a su lado recibió el golpe del
jefe oni, 1/3 del árbol desapareció, pero no fue magia de transporte o algún
truco que desaparezca las cosas, el golpe fue tan poderoso que no dejó rastros
del sector que fue golpeado.
Una gota de sudor cayo por el pequeño rostro de
Hotaru, suerte, fue solo suerte que ella venciera a Kushi, incluso si esta vez
tenia suerte no sería suficiente para vencer al monstruoso enemigo.
- Tú, no me gusta que esquiven mis puños- Dijo Ouku
mientras tomaba a la princesa del cabello.
La princesa no sabía qué hacer, toda su confianza se
destruyó con ese golpe fallido, lágrimas fueron visibles en sus ojos, el oni
preparaba otro de sus puños.
- Esta vez no
podrás escapar-
Un puño a toda velocidad se dirigía al rostro de
Hotaru, la chica solo podía pensar en un hombre.
- Iohei-kun... sálvame-
El fuerte puño no alcanzó a la princesa, ella no fue
atacada por el oni.
Cuando ella levantó la cara vio a un hombre, el hombre
que había estado con ella los últimos once años, Hogo el caballero que había
jurado protegerla estaba frente al oni usando su lanza para desviar el puño del
oni.
- ¡¡¡QUITA TUS SUCIAS MANOS DE OJOU-SAMA!!!- Dijo el
caballero mientras atacaba la mano que
sujetaba la cabellera de la chica.
- Ojou-sama, he sido yo el que siempre la ha protegido,
no puedo creer que piense que ese idiota la vendría a salvar- Le dijo
amablemente el caballero.
- ¿Ho-hogo?- Tartamudeo Hotaru.
- Estoy celoso, estoy enojado con usted- Dijo
burlándose de ella.
- Lo siento- Dijo la princesa un poco triste al pensar
que había herido los sentimientos de su protector.
- Pffff...- El caballero rió. - ¿A quién engaño?
Incluso si estuviese furioso con Ojou-sama la vendría a salvar del peligro-
Luego de decirle esas tiernas palabras a la chica el hombre
rubio alzo su mirada al enemigo que tenía al frente, sus ojos eran
completamente diferentes a como miraba a la frágil chica, él lo decía todo con
su mirada.
TE MATARE.
Hogo con su mano libre tomó amablemente a la chica y
le dio un pequeño empujón hacia atrás, ella entendió el mensaje y se alejó lo
suficiente para no estorbarle el su batalla.
- Tú ¿Acaso también luchaste con alguno de mis
subordinados?- Le preguntó el oni con una malévola sonrisa en su cara.
- ...- Hogo lo miro desafiantemente. - Si, al tipo de
las espadas-
- Kenrou ¿Eh?-
El oni desapareció, el caballero no se explicaba lo
que acababa de pasar.
- ¡¡¡Hogo!!!- Grito la princesa. - ¡¡¡Arriba!!!-
Hogo alzo su mirada, en el cielo el jefe de los onis
Ouku estaba flotando en el aire.
El estilo de pelea de Ouku es un arte que ya está
extinto, el oni era el único en el mundo que podía usarlo, la razón es simple,
la única forma de usarlo es moldear tu cuerpo y tus músculos para poder
resistir la presión que recibe el cuerpo al usar este estilo, este arte de
pelea libera el bloqueo que impone el cerebro para limitar la fuerza de los
músculos, permite utilizar el 100% de las capacidades de cada parte del cuerpo,
los oni son una raza que se caracteriza por tener grandes y poderosos cuerpos,
se dice que si incluso un humano estuviese al 100% no sería rival para un oni,
un oni que no tiene el bloqueo de su cerebro y que puede usar el máximo poder
de sus músculos seria simplemente monstruoso, ese monstruoso oni es Ouku.
El oni se encontraba flotando en el cielo, dio media
vuelta quedando boca abajo y pateó el aire, como si fuese un rayo cayó a toda
velocidad atacando con su puño, milagrosamente el caballero logro esquivar el
aterrador golpe y el oni golpeo la tierra creando un enorme cráter de casi 15
metros de profundidad.
Hotaru estaba boquiabierta, no podía creer lo que
veía, si hubiese recibido aquel puño hace un momento no hubiese quedado rastros
de su cuerpo, ella estaba muy agradecida de que Hogo apareciese para salvarla,
pero a la vez estaba muy preocupada de que resulte herido.
El oni de un salto salió de la grieta que había
provocado, Hogo solo permaneció en el lugar, no podía correr de ese sitio ya
que su protegida estaba tras él.
- ¿Qué fue lo que hiciste?- Dijo el caballero
impresionado por la demostración de poder.
- Death End, un estilo que exprime cada célula de mi
cuerpo, liberando el 100% de la fuerza de mis músculos- Fanfarroneó el oni.
- No dejare que hagas lo que quieras-
Le grito el
caballero mientras preparaba su lanza.
- Howaitorepai [Estoque blanco]- Se lanzó al ataque.
Cientos de lanzas eran visibles por la gran velocidad
en la que atacaba, pero no fue lo suficientemente rápido, el oni levantó su
puño y lo arrojó hacia abajo impactando con la cabeza del atacante rubio.
No había nada que hacer, él no era capaz de seguir esa
velocidad, el golpe lo lanzo al suelo, la tierra bajo el caballero se rompió
por la fuerza del puño.
- ¿Solo un golpe?- Dijo Ouku burlándose del hombre con
vestimenta blanca. - Jajaja-
Levantó su pie para acabar con el chico.
Pero se detuvo.
Hotaru había corrido a toda velocidad, ella debía
escapar lo antes posible, no podía dejar que la matasen sin saber las
verdaderas razones por la muerte de su padre.
Pero ella no escapo.
En este mismo momento se encontraba con sus brazos
extendidos entre el cuerpo de su protector y el pie del jefe de los onis.
- Si no te quitas rápido los matare a ambos- Dijo el
oni.
Pero la chica no se movió, lágrimas habían en sus
ojos, pero su mirada no era de miedo, lo único que había era rencor, rencor por
atacar a su salvador.
- ¡¡¡NO TE ATREVAS A TOCAR A HOGO!!!- Grito la chica.
- Y-yo, no quiero perderlo también a él- Sus lágrimas comenzaron a recorrer sus
mejillas.
Una mano se alzó hacia la mejilla de la chica.
- Mmmm...- Exclamo el oni.
Hogo comenzó a acariciar la mejilla de la chica, se
puso de rodillas y la tomó de los hombros.
- Yo... yo prometí en la tumba de mi hermano que haría
lo que fuera para proteger a la única princesa del reino de Midgard, el rey me
confió su vida-
El caballero tomó la lanza con su mano derecha y
abanicó su arma provocando un pequeño tornado que hizo que el oni tuviese que
dar algunos pasos hacia atrás.
- No importa lo que pase usted nunca estará sola, no
mientras yo este con vida-
El joven secó las lágrimas de la chica.
- Por favor busque un lugar seguro-
- No morirás ¿Cierto?-
- Por supuesto que no- Dijo con una sonrisa.
La chica corrió hasta llegar a un lugar alejado y
entonces se puso de rodillas.
El caballero se puso de pie, estaba listo para el
segundo round.
Hogo no perdió tiempo, enseguida lanzó su ataque a
toda velocidad.
- ¡¡¡Shiroi te!!! [Mano blanca]-
Grito el herido caballero, como si fuese una extensión más de su brazo la
lanza se incrustó en el pecho del oni.
Por casi 10 segundos ninguno hizo un movimiento, la
chica se preguntaba si era porque el gran enemigo se había quedado sin fuerzas
por el ataque, pero no fue así.
Hogo, el caballero tenía una rara expresión, se notaba
que algo andaba mal.
- ¿Eso es todo?- Preguntó el oni tranquilamente.
El caballero no podía moverse, su arma estaba en el
pecho del enemigo, debería estar muerto, pero la realidad era otra, los fuertes
músculos de Ouku fueron lo suficientemente rápidos para detener el estoque del
rubio, él no podía retirar su única arma.
Hogo sabía que si la soltaba estaría acabado.
Ouku levanto su puño y a una increíble velocidad lanzo
un golpe en el torso derecho del joven, él recorrió los aires hasta impactar
con una gran roca que se encontraba incrustada en la tierra.
- Ho-Hogo- Exclamo la princesa con sus manos en su
cara.
- Jajaja- Se burló Ouku.
El oni quitó de su pecho aquel objeto que quería
matarlo y lo arrojó hacia el joven caído.
No había nada entre Hotaru y el gran oni.
Aquel monstruo comenzó a caminar hacia la chica, pero
ella no le importaba, ella tenía su mirada clavada en Hogo, la chica no podía
creer lo que veía, su guardián estaba de pie sosteniendo su lanza con ambas
manos.
-...-
Hogo respiraba con mucha dificultad, pero eso no fue
impedimento para gritarle al tipo que planeaba arrebatar la vida de Hotaru.
- ¡¡¡NO TE ATREVAS A DAR UN PASO MÁS!!!-
El oni un poco molesto volteo para ver como aquel
hombre luchaba por su vida, apenas se sostenía, con solo una palmada él caería
al instante.
El caballero se puso en guardia, separo ambas piernas
y las flectó, con ambas manos sostuvo su lanza, era la misma pose con la que
derroto al oni que usaba el estilo de dos espadas.
- Gyoumatsu [Fin del camino]- murmuro Hogo.
Hogo comenzó a correr a toda velocidad, al igual que
la vez pasada su cuerpo comenzó a ser rodeado por la luz blanca.
Hotaru estaba en el suelo de rodillas, ella reconoció
esa técnica, cuando niña siempre iba a ver como Hogo entrenaba, su maestro le
enseño aquella técnica, Gyoumatsu o fin del camino es una técnica utilizada
exclusivamente por los caballeros del reino de Midgard, aquel ataque es el más
poderoso de todos, el cuerpo es revestido por la energía vital del usuario,
entre más energía es liberada más fuerte se vuelve el arma.
Pero hay un precio.
Cada vez que se utiliza Gyoumatsu la vida del usuario
es acortada, por eso el nombre "Fin del camino", solo debe utilizarse
como último recurso.
Pero Hogo el caballero ya la había utilizado en la
pelea anterior, esta vez su cuerpo ya estaba herido, pero a él no le importaba,
su cuerpo ya estaba cubierto por la luz blanca, su lanza ya estaba preparada
para acabar con su enemigo.
Ouku el oni solo miraba al caballero mientras se
aproximaba a toda velocidad, pero no dio ningún paso, simplemente estiró su
mano.
La lanza de Hogo se incrustó en la mano del jefe oni.
- Eso si me dolió- Dijo despreocupadamente el fuerte
enemigo.
Los ojos de Hogo se abrieron, ya no había nada que
hacer, la mano del oni había sido atravesada por la lanza, pero esta estaba
firmemente afirmada a la arma del caballero.
Hogo cayó al suelo, su cuerpo no pudo resistir el
ataque, Hotaru estaba de rodillas sin decir ninguna palabra, ella sabía el
riesgo de usar esa técnica, ella le prohibió a su guardián utilizarla sin
importar los peligros que la atormentaran.
Esta vez nada se interponía entre Hotaru y el
monstruoso oni, él disfrutaría romper la voluntad de la chica, pero algo lo
detuvo, en el cielo una de las ramas de Yggdrasil comenzó a abrirse, la rama
bajó e hizo un camino.
- Jajaja- Se rió fuertemente el oni. - Tal parece que
al único que no derrotaron estaba en la raíz correcta, bien hecho Rokkaa-
El gran oni junto fuerzas en sus piernas y lanzo un
gran salto hacia la rama que se había movido.
La princesa corrió desesperadamente hacia su
caballero.
- ¡¡¡Hogo!!! ¿Porque hiciste eso?- Lloraba la
princesa. - Dijiste que no morirías, mentiroso-
La princesa interrumpió su llanto al escuchar a su
guardián.
- N-no... No se preocupe- Exclamo con dificultad.
-Aun... es muy pronto para que muera... jejeje-
Las lágrimas de Hotaru volvieron a caer, pero esta vez
sus hombros se relajaron al escuchar a su fiel protector.
Parte 6
Mientras tanto en el Pueblo Éowyn los pobladores
estaban muy preocupados, la vida de Erunalvórima dependía de los tres humanos
que fueron a rescatarla, ellos sabían que la chica le tenía resentimiento a los
humanos, pero también estaban preocupados por lo que ocurría en la bahía.
45 onis y 7 elfos estaban en pie, la pelea era
desigual, los oni son una raza conocida por su gran fuerza, eran una raza
guerrera, mientras tanto los elfos se especializaban en magia, pero ninguno de
los guardianes se manejaba en ese ámbito.
Los siete elfos habían sido rodeados por los onis,
estos estaban preparados para acabar con esto.
Los onis se lanzaron al ataque, todo estaba acabado, los
elfos no tenían escapatoria.
Pero el ataque no se concretó, los elfos habían sido
salvados por un manto color celeste que rodeaba sus cuerpos, ni ellos ni los
onis entendían que había ocurrido y de la nada algo cayó del cielo.
Orome, la mano izquierda de la armada real cayó del
cielo y abanicó su gran hacha, el brutal golpe fue extremadamente fuerte que
rompió y suelo bajo sus pies.
La chica de contextura frágil se puso de pie y cargó
su gigantesca hacha en su hombro.
- Ehhh...- Se quejó. - Solo pude derrotar a 16-
En efecto, 16 onis fueron derrotados instantáneamente
por el ataque de la chica, los onis que sobrevivieron se lanzaron al ataque.
Pero un tornado se aproximó a una velocidad
sorprendente y acabo con 10 de los onis.
Finwe es la mano derecha de la armada, él, que utiliza
el estilo de cuerpo a cuerpo para luchar utilizo su pie como eje y giro a gran
velocidad para crear aquel tornado.
- Maldición, acabe con menos onis que Orome-
- No debería importarles quien derrota a más- Dijo una
voz. - Solo preocúpense por proteger a los ciudadanos-
La persona que dijo es el cabecilla de las fuerzas del
Palacio de Menegroth, Elwe, él se puso en posición firme, desenvainó su espada
y con ambas manos la levanto.
Al bajar la espada el viento que este provoco tomo
forma de raíces, estas comenzaron a girar mientras acababan con los onis
restantes.
Todos los onis fueron fácilmente derrotados por los
tres guardias reales.
- Elwe, increíble, como siempre nos volviste a ganar-
Dijo sorprendida la chica que cargaba la enorme hacha.
- Derrotaste a 24, eres genial- Lo alagaba Finwe.
El líder espadachín los ignoró un poco avergonzado y
les dijo a los elfos que no fueron derrotados.
- Aten a todos los onis y súbanlos a la embarcación-
Luego se dirigió a Finwe y Orome.
- Debemos ir a Yggdrasil y salvar a Erunalvórima-sama
inmediatamente-
Los tres guerreros se separaron y se dirigieron a toda
velocidad al enorme árbol.
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