Hola minna-san, les dejo el capítulo 6. Con la aparición de un nuevo personaje. Saludines.
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Espers Libro 1. Camelia.
Capítulo 6.
Camelia escuchó el llanto de Baran a lo lejos, pero por más que intentó levantarse y verlo, no lo consiguió.
Comenzó a entrar en pánico, ya que ella podía escuchar cada vez más claramente lo que sucedía alrededor, pero su cuerpo no le permitía abrir los ojos o mover el cuerpo.
Sintió un toque suave en su hombro, la llamaban por su nombre; pero no había respuesta. Estaba atrapada dentro de su propio cuerpo.
"Camelia, despierta. Soy Stefano. Oye, Baran está llorando. Por favor, necesito que lo alimentes, despierta".
Stefano estaba asustado. Camelia no despertaba y el bebé tenía hambre. Primero intento llamarla por su nombre, pero no consiguió despertarla, así que la sacudió un poco para ver si reaccionaba, pero no obtuvo respuesta. El bebé no paraba de llorar y Stefano decidió seguir las instrucciones de la leche de fórmula que le había traído el repartidor de la farmacia la noche anterior y consiguió alimentar al niño. Él estaba agradecido por primera vez en su vida de haber tenido que lidiar con un hermano 16 años menor que él, en ocasiones, él se encargaba de alimentarlo y atenderlo.
Después de atender a Baran, Stefano lo acostó al lado de Camelia, pero notó un cambió en ella: estaba blanca como un papel. Decidió llamar a su padre por teléfono, ya que él era médico.
"¿Bueno? ¿Stefano?"
"Oye papá, necesito que vengas al departamento"
"¿Qué?¿Te volviste completamente loco? Te recuerdo que mi turno comienza a las 2 p.m. y apenas y conseguí dormir un rato... son las 8:30 a.m. No me fastidies. Quiero estar con tu mamá un rato antes de irme".
"Es urgente".
El padre de Stefano meditó un momento. Se escuchó un suspiro a través del teléfono.
"¿Que tan urgente? ¿Lo suficiente para dejar a tu madre sola en la cama?"
"Sí. Ven rápido por favor". La voz de Stefano sonó alarmada.
"Voy para allá. ¿Estás bien?" La voz del Íker. el papá de Stefano, sonó preocupada.
"Sí, estoy bien. Ven".
"Llego en 20 minutos. Espérame". Íker colgó el teléfono.
Stefano tomó la mano de Camelia. Decidió pasarle un poco de su poder a través de su mano hasta que su padre llegara.
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Después de dejar su identificación en la entrada, Íker caminó a toda prisa hacia el departamento de su hijo. Tocó duramente la puerta, estaba asustado.
Stefano escuchó que tocaron la puerta. Soltó la mano fría de Camelia y se fue corriendo a abrirle la puerta a su padre. Él semblante de éste era muy sombrío.
"¿Qué ocurre hijo?"
Stefano cerró la puerta detrás de su padre. Caminó hacia la habitación de huéspedes.
"Por aquí".
Íker se sorprendió al entrar a la habitación. Vio a una chica inerte en la cama y a un bebé que se movía mucho a su lado.
"¿Quién rayos es ella? ¿Qué hiciste?"
Stefano no quería dar explicaciones, pero al ver el semblante de su padre, sintió que le debía una explicación.
"Ella se llama Camelia Magallanes. El bebé se llama Baran".
"¿Magallanes?... Mierda.....".
"Sí". Stefano estuvo de acuerdo con su padre.
"¿Qué hace ella aquí? ¿Cómo la encontraste?".
"Te lo explicaré luego. Ella está muy débil. Físicamente está bien, tiene buen pulso y no tiene fiebre, pero no despierta".
"El bebé no es tuyo, obviamente".
"No lo es. El niño es de Akim Sauz".
"Ya veo..." Respondió el padre de Stefano y se acercó a Camelia. Tomó sus manos y las sintió muy frías. El médico cerró los ojos y en un instante tuvo su veredicto.
"¿Ella está bien?". Miró Stefano a su padre, pero al ver su rostro supuso que no lo estaba.
"Ella está bien físicamente, pero su poder ésper está siendo absorbido. Su cuerpo está tratando de reponer energías durmiendo y por eso no le permite despertar, pero ella debe estar consiente en estos momentos. He visto muchas mujeres ésper morir en estas condiciones. Me sorprende que siga viva. En cuanto al pequeño que tiene a su lado, él es el responsable".
"¡¿Ella está muriendo?!" Stefano se sorprendió tanto que alzó su voz. "No pensé que estuviera tan mal. Apenas estábamos hablando ayer".
"Me temo que sí. El cuerpo de esta chica es resistente, pero tú sabes que un ésper, si se queda sin poder, puede morir. Éste es el caso.
Ella debería tener una pareja o alguien que hiciera fluir su poder, así ella se repondría más rápido y no estaría en estas condiciones... pero si como me has dicho, el bebé es de Akim y ella obviamente no está con él... ella necesita poder".
"¿Qué podemos hacer?".
"Para empezar, el bebé debe dejar de lactar directamente de ella. Eso la está dejando sin poder. Deben darle leche de fórmula. Eso detendría la pérdida de poder... pero necesitamos que ella recupere el poder que ha perdido, o al menos la mayor parte, sino se va a morir".
"¿Cómo le hago para que recupere poder?" Stefano miró a su padre con una mirada seria.
"Tú sabes cómo".
"¿Qué? Nooooo, de ninguna manera. Hazlo tú. Eres el ésper más poderoso del país ¿no?"
"No voy a besar a una jovencita que podría ser mi hija. Tu madre me mataría, además, yo tengo un enlace fuerte con tu mamá. Simplemente mi poder no va a fluir a través de ella, sólo fluye con tu mamá".
"Pero yo..."
Íker miró detenidamente a su hijo. "Ya no tienes el enlace con Yuridia, ¿no?".
"¿Cómo lo sabes?"
"Lo estás considerando. Si tu enlace no estuviera roto, no estuvieras dudando, simplemente me hubieras dicho que no".
"Mierda".
"¿Por qué lo dudas? Es solamente un beso, como RCP. Es una emergencia. ¿La vas a dejar morir?" Íker sonaba divertido.
"Se lo estás diciendo a un joven saludable de 20 años que no ha tenido sexo en 6 meses" Stefano miró de reojo a Camelia, "Ella es muy atractiva y tiene esos pechos y además tu estas aquí. ¿Y si me pongo duro?"
Íker tuvo la audacia de reírse. "Lo siento, no es apropiado reírse en este asunto, pero estás pensándolo demasiado. Si te importa mucho que yo mire, entonces saldré de la habitación. No es como si me muriera de ganas de ver la erección de mi propio hijo.
Te diré algo que quizás enfríe un poco tu cabeza. Ella acaba de dar a luz hace más de un mes, según veo al bebé. ¿no?".
"Ella me dijo que el bebé tenía un mes".
"Solucionado. Piensa en esto mientras lo haces: aunque quisiera, ella no puede tener sexo aún, sería doloroso para ella".
Stefano se decidió. "Lo haré rápido, sal de la habitación".
Íker tomó a Baran en sus brazos y lo sacó de la habitación.
"Espera papá ¿por qué te llevas a Baran?"
"Los dejaré solos". íker sonrió a su hijo mientras se llevaba a Baran a la sala.
"Mierda... ". Stefano miró a Camelia de arriba a abajo. "No mires sus pechos... no mires sus pechos...". Se repetía mentalmente mientras acercaba su rostro al de ella. Después dijo en voz alta: "Él dijo que ella estaba consciente... entonces... ¿ella me escuchó hablar sobre la erección?.. Maldición. ¡¡Papá!!".
Una carcajada se escuchó desde la sala del departamento. Íker no podía parar de reírse.
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