Parte 0
En una habitación oscura que solo era iluminada por una pequeña vela, un hombre mayor se encontraba en su escritorio, leyendo un libro. A su alrededor lo rodeaban montones de libros apilados unos arriba de otros, estaba rodeado por montañas de libros, pero a el parecía no importarle. Este hombre, con una larga barba blanca leía un viejo libro que bien podría estar a punto de deshacerse al tacto. En esa oscura habitación, desprovista de ventanas e incluso puertas, era lo mas cercano a un encierro y la definición misma de soledad. El hombre miraba su libro con atención hasta que escucho algo, un ruido que no provenia de el, sino de afuera. El hombre cerro su libro, puso sus manos juntas y espero pacientemente. En ese momento, un cuervo emergió desde las sombras de la habitación y aterrizo elegantemente en el escritorio. El cuervo tenia algo en su pico, un pequeño fragmento del Rubí de Tou Krowat. El hombre puso su mano abierta frente al cuervo y este le entrego el pequeño fragmento. El hombre lo inspecciono con asombro.
—... La situación afuera... Es complicada, ¿no? —Él pregunto y el cuervo asintió—. Ya veo, solo limítate a observar, no queremos meternos en los asuntos de los humanos ni los Crípticos... Pero si algo se va de las manos confió en tu juicio para hacer lo correcto... La guardiana de este fragmento, Quién es?
—... —El cuervo no hizo ningun sonido, en lugar de eso picoteo la mesa en un patrón algo raro. Le estaba hablando en clave—.
—La hija menor de Sterax... Tamara. Ya veo... Síguela de cerca, pero no entres en contacto con ella, ni con ningún humano. Si vas a actuar, que no te vean...
El cuervo asintió y se fue volando de uno hasta la oscuridad de la habitación para desaparecer. El hombre tomo el pequeño fragmento en sus manos y lo dejo en medio de la mesa.
—El Rubí creado por los dioses de la Cuarta Dimensión para maldecir a los incautos... Pero, ¿que pasaría si alguien se entera que el Rubí cumple los deseos de la persona y le otorga el poder que siempre a deseado si es capaz de descartar sus mayores miedos? Todos tratarían de buscarlo para cumplir sus deseos de poder y gloria... Solo para morir inevitablemente. No importa si son humanos, elfos, duendes o cualquier otro Críptico, todos le tienen miedo a algo y ese algo sera lo que los mate... O los lleve a la locura...
Parte 1
En una habitación oscura que solo era iluminada por una pequeña vela, un hombre mayor se encontraba en su escritorio, leyendo un libro. A su alrededor lo rodeaban montones de libros apilados unos arriba de otros, estaba rodeado por montañas de libros, pero a el parecía no importarle. Este hombre, con una larga barba blanca leía un viejo libro que bien podría estar a punto de deshacerse al tacto. En esa oscura habitación, desprovista de ventanas e incluso puertas, era lo mas cercano a un encierro y la definición misma de soledad. El hombre miraba su libro con atención hasta que escucho algo, un ruido que no provenia de el, sino de afuera. El hombre cerro su libro, puso sus manos juntas y espero pacientemente. En ese momento, un cuervo emergió desde las sombras de la habitación y aterrizo elegantemente en el escritorio. El cuervo tenia algo en su pico, un pequeño fragmento del Rubí de Tou Krowat. El hombre puso su mano abierta frente al cuervo y este le entrego el pequeño fragmento. El hombre lo inspecciono con asombro.
—... La situación afuera... Es complicada, ¿no? —Él pregunto y el cuervo asintió—. Ya veo, solo limítate a observar, no queremos meternos en los asuntos de los humanos ni los Crípticos... Pero si algo se va de las manos confió en tu juicio para hacer lo correcto... La guardiana de este fragmento, Quién es?
—... —El cuervo no hizo ningun sonido, en lugar de eso picoteo la mesa en un patrón algo raro. Le estaba hablando en clave—.
—La hija menor de Sterax... Tamara. Ya veo... Síguela de cerca, pero no entres en contacto con ella, ni con ningún humano. Si vas a actuar, que no te vean...
El cuervo asintió y se fue volando de uno hasta la oscuridad de la habitación para desaparecer. El hombre tomo el pequeño fragmento en sus manos y lo dejo en medio de la mesa.
—El Rubí creado por los dioses de la Cuarta Dimensión para maldecir a los incautos... Pero, ¿que pasaría si alguien se entera que el Rubí cumple los deseos de la persona y le otorga el poder que siempre a deseado si es capaz de descartar sus mayores miedos? Todos tratarían de buscarlo para cumplir sus deseos de poder y gloria... Solo para morir inevitablemente. No importa si son humanos, elfos, duendes o cualquier otro Críptico, todos le tienen miedo a algo y ese algo sera lo que los mate... O los lleve a la locura...
Parte 1
David mira por la ventana del auto, el miraba como Robert lo llevaba hasta una avenida casi desierta en la provincia, a solo metros de la Capital. Robert detuvo el auto y David vio una iglesia abandona frente a el. El dejo salir un suspiro al ver la enorme iglesia abandonada con tablas de madera y chapas tapando puertas y ventanas, las paredes estaban llenas de grafitis y en las puertas esta escrito “Dios esta Muerto” con aerosol rojo fuerte. David salio del auto y miro la iglesia con pena y algo de melancolía. Robert noto eso y se acerco a el.
—¿Pasa algo? —El pregunto con curiosidad y preocupación—.
—No, solo… La ultima vez que estuve en una iglesia fue cuando era niño y… Me da pena ver como las abandonaron de esta forma.
—Tengo entendido que aun hay iglesia abiertas.
—Si, pero pero no organizan las misas, solo están para los casamientos y algún que otro evento. La religión practicamente esta muerta y cualquiera que aun se este aferrando a ella es un obstinado o un completo idiota… ¿Tu amigo esta dentro?
—Si, nuestro "informante" ya esta dentro, vamos. La puerta esta abierta —Robert se acerco a la puerta y la empujo, abriéndola con facilidad. Los tablones de madera estaban sueltos, pero puestos en su lugar para hacer pensar a la gente que el lugar seguía cerrado. Robert miro en todas las direcciones antes de seguir y le dio la señal a David para que entre—.
Una vez dentro, David se asombro al ver lo bien cuidado que estaba el lugar por dentro. El lugar estaba iluminado con velas. Los tablones en la ventana evitaban que la luz saliera a la calle y llame la atención. David camino entre medio de las sillas de madera y delante de el vio escenario donde el Padre solía dar sus sermones y hablarle a la gente. Frente a este escenario había un hombre bien vestido con las manos en su espalda. El miraba fijamente la estatua de Jesús que colgaba en el techo, Jesús estaba en la cruz, ilustrando sus últimos momentos en el mundo antes de su resurrección. El hombre no se dio la vuelta para ver a David y Robert, en lugar de eso escucho como se acercaban y empezó a hablarles.
—La religión es una fuerza peligrosa —Dijo el—. ¿Cuánta sangre fue derramada en nombre de la paz, en nombre de Dios? En nombre de algo que nunca existió… Lo hace a uno pensar, para ser sincero, la religión no fue nada mas que una perdida de tiempo para todos los seres humanos. Aun así, ¿no es interesante que parte de lo que esta en la biblia haya pasado en realidad? Como por ejemplo, la gran inundación, solo que se omitieron grandes detalles sobre eso… Incluso el origen de Jesus… Jesús no es el hijo de Dios… Sino el primer Híbrido en la historia de la humanidad… Un Híbrido entre Humano… y Ángel.
—Lo hace a uno pensar —Dijo David—. Pero no estamos aquí por eso. ¿Tienes lo que necesitamos?
El "informante" se dio media vuelta y vio a David. El hombre usaba anteojos negros y podía verse una cicatriz en su cuello que trataba de ocultar sin mucho esfuerzo. El hombre saco de un saco un sobre de gran tamaño, estaba doblado por la mitad para que el pudiera esconderlo en su ropa.
—Claro que si. No fue muy difícil conseguir todo esto, pero deben tener cuidado. Siempre hay alguien escuchando —David estaba por tomar el sobre, pero el informante lo alejo de sus manos por un momento—. Y acabo de enterarme de algo que tal vez deban saber... Hubo un cambio de planes.
—¿A que te refieres con cambio de planes? —Robert pregunto con disgusto—.
—El ataque no se hará mañana... Sera esta noche —Con solo decir eso fue suficiente para poner a David y Robert en alerta—. Amara movera a sus agentes y destruirán la OIP por dentro, al mismo tiempo se tomara el Congreso y la Casa de Gobierno.
—¿Es una broma? —David pregunto—. No puede ser
—Créelo, Amara ahora esta a punto de conseguir otro fragmento. Si lo consigue o no, no importara. Ella decidió que lo mejor seria acelerar los planes. Ya de por si con los fragmentos que tiene serán suficientes para poder volverse una fuerza imparable ante cualquier ejercito humano. El Rubí maldice a todo aquel que lo toque, pero ella es inmune... Al serlo, ella tendrá control total sobre el Rubí y su energía que puede ser canalizada y usada de la manera que su usuario le parezca conveniente. La leyenda omite esto, el Rubí le da al usuario, que no tenga ningún miedo, lo mas cercano al poder de un dios. Le dará el poder que necesita para tomar el país por la fuerza. Sera un golpe rápido y para mañana a la mañana... Sera un país de Crípticos, los humanos... Serán sometidos y se les quitara todos sus derechos. Ella en un inicio quería la igualdad, pero parece que volver de la muerte la volvió algo...
—¿Psicópata? —Dijo David—.
—Exacto. Es el típico caso del sujeto con buenas intenciones que se corrompe a mitad del camino y termina yendo a la conclusión de que deben tomarse medidas drásticas. David, escúcheme bien, esto es serio y debe parar. Incluso si ella sale victoriosa, los Crípticos de este país terminaran sufriendo y quien sabe lo que siga despues —Dijo el informante mientras procedió a sentarse en una de las sillas y sacar un cigarrillo y un encendedor. Sin preguntar si podía fumar encendió el cigarrillo. David, sin decir una sola palabra, saco un cigarrillo también. El informante le presto el encendedor.
—Gracias —Fue lo único que dijo David mientras encendía su cigarrillo y devolvió el encendedor—. Esto... Aun me cuesta procesarlo Digo... ¿Ahora que? ¿Con quien debo ir? ¿Que debo hacer exactamente? —Pregunto David—. Me estoy perdiendo. Yo solo fui al Parque para interrogar a alguien y termino aquí en medio de todo. Esto no suele pasar, esto generalmente pasa en las películas. ¡Yo no se si soy capaz de hacer algo al respecto!
—Escucha, lo único que debes hacer es llevar el sobre hasta la OIP. Encuentra a Wells y dale el sobre. No importa nada mas, no hables con nadie sobre esto solo Wells y si alguien se pone en tu camino ignóralo y sigue tu camino. No lo parece, pero Amara tiene mucha gente de su lado en la OIP. En esta organización sin nombre, hay tanto humanos como Crípticos involucrados, pero su numero es bajo como para causar un impacto o siquiera lograr el golpe de estado... Por eso, para la operación de esta noche, Amara lanzara sus pesos pesados para tomar el control de todo —El informante aspiro el cigarrillo y dejo salir una nube de humo de su boca—. Si ellos fallan, entonces ella usara el Rubí como ultimo recurso.
—¿Pesos pesados? —David pregunto—. ¿Que quieres decir con eso?
—Ella tiene de su lado a Crípticos que encabezan el décimo puesto en la Tabla de Peligro de Grayson... Ella tiene Necrófagos a su disposición —Con solo nombrar a los Necrófagos hizo que David deje caer su cigarrillo al suelo mientras lo miraba fijamente, tratando de procesar la información que acababa de recibir—.
—... ¡¿Necrofagos?! ¡¿Esos monstruos?! No es posible, ¿como es que ella...? ¿Sabes que? no quiero saberlo. Solo... Ugh, maldita sea. El ultimo Necrófago que apareció aquí causo tremendo desastre... Dijiste Necrófagos, en plural, ¿cuantos son?
—... Tres... Pero no de los estúpidos como el que aterrorizo la ciudad hace un par de años... no... Ella tiene de la otra clase, los que pueden razonar, los que pueden cazar de día... Los que pueden asumir la forma humana y mezclarse entre nosotros.
—Esto tiene que ser una broma. Una broma de mal gusto —David se sentó y trato de procesar la información. Con la mención de esa clase de monstruos David sintió un horrible escalofrió en su espalda—.
—Por eso debes ir ahora a la OIP. Nosotros volveremos a nuestros puestos para que no haya sospechas —Dijo Robert—. Aquí es donde nos separamos.
—¿Que?
—Tienes lo que necesitas. Ve a la OIP lo antes posible. Tu patrulla te esta esperando en el estacionamiento detrás de esta calle. Las llaves estarán en la guantera. Sube y conduce fuera de aquí lo mas rápido que puedas, pero sin llamar mucho la atención —Robert explico—.
—Espera ¿Ustedes que haran?
—Nos mantendremos al margen y solo observaremos. No podemos hacer nada para detener esto por dentro, es imposible ya que la única que tiene el control sobre todo es Amara. Si sospecha que te ayudamos, nos matara sin dudarlo. No pierdas mas tiempo y vete... Ten cuidado y no dejes que nadie vea el sobre.
—Esta bien... Gracias... —David camino a paso rápido hasta la puerta y salio de la iglesia—.
Hizo caso a Robert y dio la vuelta a la cuadra, encontrando el estacionamiento y la patrulla en una esquina. David miro a todas las direcciones antes de acercarse, abrir la puerta y entrar. David dejo salir un suspiro antes de tomar las llaves en la guantera y encender el auto. El saco el sobre por un momento y decidió darle un vistazo rápido. Dentro habían documentos e información sobre Amara, las personas y Crípticos involucrados con ella, etc. Todo estaba allí.
—Bien, es hora de irme. Mejor me apuro —David acelero y salio del estacionamiento a alta velocidad—.
—¿Pasa algo? —El pregunto con curiosidad y preocupación—.
—No, solo… La ultima vez que estuve en una iglesia fue cuando era niño y… Me da pena ver como las abandonaron de esta forma.
—Tengo entendido que aun hay iglesia abiertas.
—Si, pero pero no organizan las misas, solo están para los casamientos y algún que otro evento. La religión practicamente esta muerta y cualquiera que aun se este aferrando a ella es un obstinado o un completo idiota… ¿Tu amigo esta dentro?
—Si, nuestro "informante" ya esta dentro, vamos. La puerta esta abierta —Robert se acerco a la puerta y la empujo, abriéndola con facilidad. Los tablones de madera estaban sueltos, pero puestos en su lugar para hacer pensar a la gente que el lugar seguía cerrado. Robert miro en todas las direcciones antes de seguir y le dio la señal a David para que entre—.
Una vez dentro, David se asombro al ver lo bien cuidado que estaba el lugar por dentro. El lugar estaba iluminado con velas. Los tablones en la ventana evitaban que la luz saliera a la calle y llame la atención. David camino entre medio de las sillas de madera y delante de el vio escenario donde el Padre solía dar sus sermones y hablarle a la gente. Frente a este escenario había un hombre bien vestido con las manos en su espalda. El miraba fijamente la estatua de Jesús que colgaba en el techo, Jesús estaba en la cruz, ilustrando sus últimos momentos en el mundo antes de su resurrección. El hombre no se dio la vuelta para ver a David y Robert, en lugar de eso escucho como se acercaban y empezó a hablarles.
—La religión es una fuerza peligrosa —Dijo el—. ¿Cuánta sangre fue derramada en nombre de la paz, en nombre de Dios? En nombre de algo que nunca existió… Lo hace a uno pensar, para ser sincero, la religión no fue nada mas que una perdida de tiempo para todos los seres humanos. Aun así, ¿no es interesante que parte de lo que esta en la biblia haya pasado en realidad? Como por ejemplo, la gran inundación, solo que se omitieron grandes detalles sobre eso… Incluso el origen de Jesus… Jesús no es el hijo de Dios… Sino el primer Híbrido en la historia de la humanidad… Un Híbrido entre Humano… y Ángel.
—Lo hace a uno pensar —Dijo David—. Pero no estamos aquí por eso. ¿Tienes lo que necesitamos?
El "informante" se dio media vuelta y vio a David. El hombre usaba anteojos negros y podía verse una cicatriz en su cuello que trataba de ocultar sin mucho esfuerzo. El hombre saco de un saco un sobre de gran tamaño, estaba doblado por la mitad para que el pudiera esconderlo en su ropa.
—Claro que si. No fue muy difícil conseguir todo esto, pero deben tener cuidado. Siempre hay alguien escuchando —David estaba por tomar el sobre, pero el informante lo alejo de sus manos por un momento—. Y acabo de enterarme de algo que tal vez deban saber... Hubo un cambio de planes.
—¿A que te refieres con cambio de planes? —Robert pregunto con disgusto—.
—El ataque no se hará mañana... Sera esta noche —Con solo decir eso fue suficiente para poner a David y Robert en alerta—. Amara movera a sus agentes y destruirán la OIP por dentro, al mismo tiempo se tomara el Congreso y la Casa de Gobierno.
—¿Es una broma? —David pregunto—. No puede ser
—Créelo, Amara ahora esta a punto de conseguir otro fragmento. Si lo consigue o no, no importara. Ella decidió que lo mejor seria acelerar los planes. Ya de por si con los fragmentos que tiene serán suficientes para poder volverse una fuerza imparable ante cualquier ejercito humano. El Rubí maldice a todo aquel que lo toque, pero ella es inmune... Al serlo, ella tendrá control total sobre el Rubí y su energía que puede ser canalizada y usada de la manera que su usuario le parezca conveniente. La leyenda omite esto, el Rubí le da al usuario, que no tenga ningún miedo, lo mas cercano al poder de un dios. Le dará el poder que necesita para tomar el país por la fuerza. Sera un golpe rápido y para mañana a la mañana... Sera un país de Crípticos, los humanos... Serán sometidos y se les quitara todos sus derechos. Ella en un inicio quería la igualdad, pero parece que volver de la muerte la volvió algo...
—¿Psicópata? —Dijo David—.
—Exacto. Es el típico caso del sujeto con buenas intenciones que se corrompe a mitad del camino y termina yendo a la conclusión de que deben tomarse medidas drásticas. David, escúcheme bien, esto es serio y debe parar. Incluso si ella sale victoriosa, los Crípticos de este país terminaran sufriendo y quien sabe lo que siga despues —Dijo el informante mientras procedió a sentarse en una de las sillas y sacar un cigarrillo y un encendedor. Sin preguntar si podía fumar encendió el cigarrillo. David, sin decir una sola palabra, saco un cigarrillo también. El informante le presto el encendedor.
—Gracias —Fue lo único que dijo David mientras encendía su cigarrillo y devolvió el encendedor—. Esto... Aun me cuesta procesarlo Digo... ¿Ahora que? ¿Con quien debo ir? ¿Que debo hacer exactamente? —Pregunto David—. Me estoy perdiendo. Yo solo fui al Parque para interrogar a alguien y termino aquí en medio de todo. Esto no suele pasar, esto generalmente pasa en las películas. ¡Yo no se si soy capaz de hacer algo al respecto!
—Escucha, lo único que debes hacer es llevar el sobre hasta la OIP. Encuentra a Wells y dale el sobre. No importa nada mas, no hables con nadie sobre esto solo Wells y si alguien se pone en tu camino ignóralo y sigue tu camino. No lo parece, pero Amara tiene mucha gente de su lado en la OIP. En esta organización sin nombre, hay tanto humanos como Crípticos involucrados, pero su numero es bajo como para causar un impacto o siquiera lograr el golpe de estado... Por eso, para la operación de esta noche, Amara lanzara sus pesos pesados para tomar el control de todo —El informante aspiro el cigarrillo y dejo salir una nube de humo de su boca—. Si ellos fallan, entonces ella usara el Rubí como ultimo recurso.
—¿Pesos pesados? —David pregunto—. ¿Que quieres decir con eso?
—Ella tiene de su lado a Crípticos que encabezan el décimo puesto en la Tabla de Peligro de Grayson... Ella tiene Necrófagos a su disposición —Con solo nombrar a los Necrófagos hizo que David deje caer su cigarrillo al suelo mientras lo miraba fijamente, tratando de procesar la información que acababa de recibir—.
—... ¡¿Necrofagos?! ¡¿Esos monstruos?! No es posible, ¿como es que ella...? ¿Sabes que? no quiero saberlo. Solo... Ugh, maldita sea. El ultimo Necrófago que apareció aquí causo tremendo desastre... Dijiste Necrófagos, en plural, ¿cuantos son?
—... Tres... Pero no de los estúpidos como el que aterrorizo la ciudad hace un par de años... no... Ella tiene de la otra clase, los que pueden razonar, los que pueden cazar de día... Los que pueden asumir la forma humana y mezclarse entre nosotros.
—Esto tiene que ser una broma. Una broma de mal gusto —David se sentó y trato de procesar la información. Con la mención de esa clase de monstruos David sintió un horrible escalofrió en su espalda—.
—Por eso debes ir ahora a la OIP. Nosotros volveremos a nuestros puestos para que no haya sospechas —Dijo Robert—. Aquí es donde nos separamos.
—¿Que?
—Tienes lo que necesitas. Ve a la OIP lo antes posible. Tu patrulla te esta esperando en el estacionamiento detrás de esta calle. Las llaves estarán en la guantera. Sube y conduce fuera de aquí lo mas rápido que puedas, pero sin llamar mucho la atención —Robert explico—.
—Espera ¿Ustedes que haran?
—Nos mantendremos al margen y solo observaremos. No podemos hacer nada para detener esto por dentro, es imposible ya que la única que tiene el control sobre todo es Amara. Si sospecha que te ayudamos, nos matara sin dudarlo. No pierdas mas tiempo y vete... Ten cuidado y no dejes que nadie vea el sobre.
—Esta bien... Gracias... —David camino a paso rápido hasta la puerta y salio de la iglesia—.
Hizo caso a Robert y dio la vuelta a la cuadra, encontrando el estacionamiento y la patrulla en una esquina. David miro a todas las direcciones antes de acercarse, abrir la puerta y entrar. David dejo salir un suspiro antes de tomar las llaves en la guantera y encender el auto. El saco el sobre por un momento y decidió darle un vistazo rápido. Dentro habían documentos e información sobre Amara, las personas y Crípticos involucrados con ella, etc. Todo estaba allí.
—Bien, es hora de irme. Mejor me apuro —David acelero y salio del estacionamiento a alta velocidad—.
Parte 2
Abigail se adentro en la tienda, persiguiendo al guardaespaldas de Amara. Con su arma en mano ella corrió lo mas rápido que pudo y alcanzo al guardaespaldas que se detuvo al final del pasillo, el se detuvo frente a la pared, levanto su puño e hizo un agujero en la pared, con rapidez rompió la pared de madera revelando una enorme habitación oculta. Antes de que el pudiera poner un pie dentro, Abigail dio un tiro de advertencia. Ella disparo a su hombro, pero la bala apenas lo rozo, igualmente esa era la intención.
—¡Alto ahí! —Grito ella—. ¡Date la vuelta y levanta las manos! ¡De lo contrario tengo permiso para dispararte!
El guarda espaldas se dio vuelta y le revelo a Abigail unos enormes ojos rojos. El guardaespaldas empezó a crujir los dedos y parte de su columna.
—... ¿Piensas que te tengo miedo a ti... O tu pequeña arma? —El guardaespaldas dio un pisoton y sus zapatos empezaron a romperse. El hombre empezó a crecer en tamaño y su piel se llenaba de pelo—. A menos que tengas balas de plata... No es una amenaza para mi... Oficial...
—... Mierda... —Abigail dijo con molestia—.
El hombre se estaba transformando, el era un hombre lobo, un licántropo. Abigail, aun sabiendo que sus balas no tenían efecto en el, disparo varias veces a la cabeza para desorientarlo. El licántropo sintió las balas atravesando su cabeza y cayo de rodillas agarrando su cabeza. Abigail aprovecho esa oportunidad y corrió hacia el, no para atacarlo, sino para pasarlo y entrar a la habitación oculta. Una vez allí, ella vio a su alrededor y se encontró rodeada de artefactos antiguos y de dudosa procedencia, todos guardados en cajas apiladas una arriba de la otra, jarrones e incluso bolsas tiradas en las esquinas. Ella sabia que Naomi tenia todos estos objetos escondidos, pero ninguno era para venderse, era su colección personal. Abigail se apresuro y empezó a buscar el Rubí frenéticamente. Ella sentía su corazón latir rápidamente. Ella quería encontrarlo y salir de allí corriendo ya que no puede hacer nada contra un licántropo, Tamara estaba luchando contra Amara y Naomi no podía moverse. Abigail comenzó a desesperarse ya que no encontraba nada, ella tampoco quería que el Rubí se pegue a ella por accidente así que debía tener cuidado. Para su mala suerte, el licántropo se puso de pie, sus heridas cerraron y dejo salir un rígido amenazador. Abigail tomo su arma de nuevo, reviso rápidamente su munición y apunto al licántropo de nuevo. Ella sabia que no podía dispararle de nuevo en la cabeza, así que en lugar de la cabeza decidió apuntar a las extremidades, inmovilizarlo un poco para ganar tiempo. Las balas de plata impiden que los licántropos se regeneren, pero al ser balas comunes lo único que harán sera lastimarlo y la herida cerrara en pocos segundos. El licántropo, sin intenciones de detenerse, se lanzo furiosamente contra Abigail. Ella se lanzo a un lado para evitar las filosas garras del licántropo que fácilmente podrían haber arrancado su piel sin dificultad alguna. Abigail se tiro a un lado, hacia la izquierda para ser mas específicos, ella aterrizo sobre su brazo izquierdo, se levanto rápidamente y le disparo al licántropo por la espalda. Ella punto a su pierna y disparo justo donde la articulación de los huesos toma lugar. Ella disparo varias veces hasta que el licántropo cayo al suelo de rodillas. Abigail se levanto rápidamente, contó sus balas las cuales solo le quedaban cinco, y siguió su busqueda por el Rubí. Ella busco entre las cajas y los jarrones lo mas rápido posible. Incluso tiro varias cajas al suelo en desesperación.
—¡Maldita sea, Naomi! ¡¿Donde lo escondiste?! —Abigail grito en frustración y golpeo varias cajas en un ataque de ira—.
Una de estas cajas, un cofre de madera viejo lleno de polvo para ser mas especifico, caja con fuerza al suelo. El cofre tenia no una, sino tres candados, uno al frente y uno en cada lado. Abigail miro al cofre fijamente y lo tomo rápidamente para examinarla. Cuando tomo el cofre, Abigail sintió algo raro, como si un fuerte temor tratara de dominarla, Abigail vio que del cofre salia una pequeña luz roja de una de las fisuras del cofre. No había duda, el rubí, un gran fragmento de este, estaba dentro. Sin dudar, tomo el cofre y salio corriendo de la habitación, pero el licántropo se recupero a tiempo para detenerla. El licántropo salto sobre el, haciendo que se caiga y suelte el cofre. El cofre cayo al suelo y parte de la madera se quebró. El licántropo en lugar de matar a Abigail camino hasta el cofre. Abigail se levanto saco su arma y en un esfuerzo inútil disparo cuatro veces a su espalda. Ahora solo le quedaba una bala, una bala que era igual de inútil que ella en esa situación. Ella no podía evitar que el licántropo tome el cofre con el Rubí y salga corriendo con el, si lo intenta morira y no conseguirá nada. Abigail, al ver que el licántropo no mostraba señales de detenerse, dio media vuelta y echo una rápida mirada a la habitación donde estaban antes. Ella vio el filo de una espalda sobre saliendo de una de las cajas rotas que ella tiro. Abigail corrió hacia ella, tomo la espada rápidamente y sin vacilar corrió hacia el licántropo que tenia la caja en sus manos.
—¡Oye imbécil! ¡Aún no termine contigo! —Grito Abigail—.
El licántropo se dio vuelta y recibió la espada justo en medio del pecho. La espada traspaso la caja, rompiéndola en pedazos y atravesando el pecho del licántropo. El licántropo rugió de dolor y mientras trataba de quitarse la espada del pecho empujo a Abigail, lanzándola contra la pared. Ella se golpeo la cabeza y su vision se volvió borrosa por unos segundos. Ella miro al suelo, tratando de enfocar su vista para encontrar el Rubí. Ella vio una tenue luz roja y sin dudar corrió hacia ella. Su vista volvió a la normalidad cuando estaba a pocos metros del fragmento. Ella tomo el rubí y salio corriendo, pero solo pudo dar tres pasos antes de caer sobre sus rodillas. El fragmento brillo mas intensamente en su mano izquierda y Abigail grito de dolor. El fragmento atrajo su mirada, como una luz atrayendo a un insecto. Abigail miro al fragmento por casi veinte segundos completos, durante ese tiempo Abigail sintió como si algo empezara a moverse dentro de su mente, ella empezó a ver imágenes frente a ella, imágenes grotescas que no podía describir. Antes de que pudiera sucumbir completamente al Rubí, Abigail cerro los ojos con todas sus fuerzas. Ella entonces trato de tirar el fragmento, pero se había pegado a su piel, se estaba hundiendo en su piel para entrar a ella... Se estaba fusionando con su piel. Abigail, con su otra mano tomo el Rubí y con todas sus fuerzas, y sin pensar en las consecuencias, se arranco el fragmento de la piel y con el parte de su piel se fue en el proceso.
—¡AAAAAARGH! ¡MALDITA SEA! —Ella grito y tiro el Rubí al suelo. La piel en la palma de su mano izquierda ya no estaba y podia ver la carne expuesta y la sangre saliendo casi a chorros—. ¡HIJO DE PUTA! ¡MI MANO!
Abigail siguió maldiciendo y se olvido completamente del licántropo detrás de ella hasta que vio la sombra proyectándose frente a ella. Abigail se dio vuelta y el licántropo estaba a punto de cortarla en pedazos con sus afiladas garras. Abigail no pudo reaccionar a tiempo, las garras estaban a tan solo centímetros de su rostro, pero para su suerte alguien la tomo del brazo y la saco de en medio antes de que haya sido demasiado tarde. Abigail parpadeo varias veces y vio a su salvadora, Naomi, quien había sido liberada del hechizo. A su lado estaba un adolescente, este tenia cabello corto de color rojo, ojos marrones claros y una cicatriz en su ceja izquierda. El traía puesto una campera negra y jean azules. En su mano tenia una katana. El era el ayudante de Naomi, Makoto Kagura.
—Naomi... Makoto... —Abigail se sentía débil—.
—Tranquila, te sacaremos de aquí... Makoto, llevatela. Yo me encargare de el.
—Bien, solo... Ten cuidado —Makoto saco un pañuelo de su campera y lo uso para tapar la mano sangrienta de Abigail. La ayudo a levantarse y la llevo hasta la seguridad. Abigail no se opuso y se fue con el—.
—Vas a pagar por haber destruido mi tienda —Naomi vio el Rubí en el suelo, con la piel de Abigail adherida a el. Una de sus colas tomo rápidamente el Rubí y si tocarlo con sus manos, lo envolvió en un pedazo de tela que guardo en su manga—.
—Esto se fue de las manos muy rápido... Terminemos rápido, quiero ordenar este lugar... —Naomi camino lentamente hasta el licántropo, pego un salto tan rapido y tan potente que rompió el piso de madera detrás de ella y antes de que el licántropo pudiera reaccionar o verla con claridad, Naomi ya había atravesado su pecho con su mano. Ella le había sacado el corazón—. Si no hubiera sido por ese estúpido hechizo, esto habría terminado hace mucho. —Dijo y sin vacilar estrujo el corazón hasta que exploto en sus manos—.
Parte 3
Tamara y Amara estaban luchando en medio de la calle. Tamara veía como la gente se alejaba lo mas que podía del lugar, las casas y pequeños locales cerraban las puertas y ventanas. Tamara sabia que podía inmovilizarla, ganar e incluso matarla sin ningún esfuerzo, pero al hacerlo tendrá que dejar salir la mayor parte de su poder y al hacerlo habrá daño colateral, siempre lo hubo y siempre lo habrá. Ella esta limitada a simplemente tratar de detenerla a puño limpio con una pequeña parte de su poder en mano. Tamara quería deshacerse de ella, estaba empezando a molestarse muchísimo. Amara no dejaba de mirar a Tamara a los ojos. Ambas mujeres estaban paradas en medio de la calle, esperando a que una haga su primer movimiento.
—Sabes, Rabinovich... Aun no es tarde para que vengas con nosotros. Solo piénsalo por un momento. Se lo que quieres y yo puedo ayudarte a obtenerlo —Amara trato de persuadir a Tamara, pero ella ni se movió de su lugar—.
—No soy idiota. Vine aquí por muchas razones, pero lo que busco... A quien busco... Lo encontrare por mis propios medios. No necesito ayuda de nadie y mucho menos de ti.
—Ya veo... Es una lastima. Déjame preguntarte algo... ¿Tienes miedo de dejar salir todo tu poder?¿Tienes miedo de matar a alguien por accidente?
—¿Y que si lo tengo? Solo soy precavida. No me obligues a hundir tu cara contra el pavimento, porque sabes que lo haré.
El cabello de Amara se alargo y casi cubrió toda la calle. Las puntas apuntaban directo a Tamara. Ella se preparo para cualquier cosa que Amara tenga bajo la manga.
—Tengo cosas mas importantes que hacer y soy una mujer ocupada. Esto terminara rápido.
Antes de que Amara pudiera siquiera entrar en contacto con Tamara, parte de su cabello del lado derecho se congelo, literalmente. Amara miro sorprendida como parte de su cabello era congelado y se quebraba para eventualmente caerse a pedazos. Amara no podía creer lo que estaba viendo. Ella se dio la vuelta y vio al responsable.
—¿Tu de nuevo? —Pregunto Tamara. Thomas, el cliente de Naomi, había vuelto. Sus manos expulsaban aire frió mientras se volvían parcialmente negras—.
—¡¿Quien rayos eres tu?! ¡Esto no te concierne!
—Si tu fuiste la que destruyo la tienda, entonces si me concierne —Thomas se acerco a ella y el aire frió en sus manos congelo el suelo y todo lo que estaba a su alrededor—. Sin Naomi no seria mas que un monstruo. Hazme un favor y vete. No me obligues a dejarlo salir.
—... Estas en el lugar y momento equivocado, Niño —Amara ataco a Thomas con su cabello, pero Thomas con simplemente un movimiento de su mano congelo el cabello que estaba a punto de golpearlo. Amara se frustro—.
Tamara tomo esta oportunidad y corrió directo a ella. Sus manos fueron engullidas por las llamas negras. Tamara salto hacia ella para darle el golpe de gracia que la dejaría fuera de combate, pero lo que no esperaba es que aunque Amara le haya estado dándole la espalda, algo brote de su cabeza. Una enorme boca llena de dientes filosos parecidos a los de un tiburón toro gruño hacia ella y abrió su boca hasta mas no poder. Su lengua salio disparada y se pego al brazo derecho de Tamara.
—A diferencia de ti, yo si tengo ojos en la espalda, Rabinovich. ¡No estoy en desventaja!
Para sorpresa de Amara y todos los presentes, Makoto apareció en un abrir y cerrar de ojos en en aire, con su katana en mano. El aterrizo y corto la lengua que esta pegada a Tamara, eso hizo que la boca ruga incontrolablemente y grite de dolor mientras maldecía a todos y cada uno de ellos, incluyendo a Amara por no ser cuidadosa. Amara se alejo rápidamente de Makoto y trato de tener a Thomas en su campo de vision también. Ella vio a Abigail en la entrada de la tienda, ella tenia su mano izquierda vendada y Naomi salia por la puerta con el cuerpo de su guardaespaldas. Ella ahora se encontraba en completa desventaja, nada de esto estaba en sus planes, no contaba con toda esta gente metiéndose en su camino y claramente no tuvo nada de esto en consideración. Ella cometió un grave error.
—Bien, parece que perdiste, Amara —Dijo Naomi mientras sonreía. ¿Que vas a hacer ahora? Creo que estas rodeada.
—... ¿Crees que me rendiré tan fácilmente? No me conoces...
—Deja de... Solo ríndete, no podrás escapar tan fácilmente —Dijo Abigail. Le estaba costando hablar y mantenerse de pie. Ella estaba pálida por la perdida de sangre y el Rubí la dejo desorientada. Amara se dio cuenta que Abigail entro en contacto con el Rubí y empezó a sonreirle—.
—¿Que se sintió tener todo ese poder en la palma de tu mano? Un poder que la mente humana no puede comprender. Un poder que vuelve loco a cualquiera.
—No voy... a responder esa pregunta.
—¿Abigail? ¿Estas bien? —Tamara pregunto, preocupada—.
—Si tuviera que adivinar, vas a tener unas hermosas pesadillas esta noche... Suerte con eso... Mientras lidias con tus demonios, yo... —El cabello de Amara volvió a la normalidad y ella tapo su boca con sus manos. Ella saco de su boca otro fragmento del Rubí. Un fragmento enorme, era casi la mitad del Rubí—. Tengo asuntos pendientes que atender. Espero verlos de nuevo.
—¡Maldita sea! ¡Tiene otro fragmento! —Naomi grito y antes de que todos pudieran reaccionar, Amara apretó el fragmento en su mano derecha—.
El Rubí brillo intensamente y Amara golpeo el suelo con su mano. El suelo se agrieto apenas su puño hizo contacto. Las grietas se expandieron a toda la calle y casi instantáneamente la calle se cayo a pedazos, llevándose consigo algunos edificios en el proceso. El suelo bajo los pies de Abigail cedió rápidamente y ella cayo a un pequeño pozo, el edificio frente a la tienda cayo junto con la calle y estaba por aplastarla a ella y todos los demás. Tamara salto hacia Abigail para protegerla. Naomi tomo a Thomas y Makoto y los llevo hasta el techo de su tienda que por suerte no se vino abajo. La calle se cayo a pedazos y todo termino en las alcantarillas. Abigail quien había cerrado los ojos momentáneamente, por miedo y confusión, los abrió y se encontró mirando a los ojos de Tamara. Ella esta protegiéndola de los escombros de los edificios que cayeron junto con la calle. Tamara estaba sorportando la montaña de escombros en su espalda y para la sorpresa de Abigail, Tamara había desplegado sus alas por primera vez. Alas negras como la noche, parecidas a las de un murcielago, pero decoradas con plumas negras en la base. Las alas palmeadas de Tamara estaban en un estado deplorable, la membrana que le permitía tomar vuelo tenia agujeros, como si algo le hubiera disparado o atravesado.
—¿Estas bien? —Pregunto Tamara con preocupación. Abigail trataba de procesar lo que acababa de pasar. Tamara en un abrir y cerrar de ojos le había salvado la vida... De nuevo.
—... Si... Gracias... —Abigail no sabia a donde mirar, solo podía ver los ojos de Tamara fijamente que estaban llenos de preocupación, pero también de dolor. Los escombros eran pesados, Tamara podía deshacerse de ellos fácilmente, pero estaba suprimiendo su poder para no dañar a nadie. Ella debía tener cuidado y sacar a Abigail de allí—. Perdón, no fui muy rápida...
—No importa... Estas a salvo, es lo que importa.
—... Ya es la tercera vez que me salvas... —Abigail susurro con molestia, pero en el fondo estaba agradecida por ello. Aun así, no podía dejar en pensar como Tamara salto para salvarla, parecía casi desesperada, con miedo incluso. Ella cerro los ojos cuando los escombros le cayeron encima, pero pudo ver la cara de Tamara antes de cerrarlos. Ella sentía curiosidad, había muchas cosas que ella no sabia de Tamara—.
—Bueno... Demuestra lo talentosa que soy en eso. Creo que podría acostumbrarme a esta profesión. Si me pagaran por salvarte el trasero seguro seria millonaria.
—... Callate y sacanos de aquí... Por favor
Parte 4
David conducía el patrullero a una velocidad moderada, solo se pasaba del limite cuando vea el camino libre de automóviles y semaforos en verde. El necesitaba llegar a la OIP lo mas rápido posible, pero el trafico se volvió una pesadilla cada vez que se acercaba. El escucho un alboroto en la radio, un accidente, un terremoto, no estaba muy seguro, había mucha interferencia como para escuchar claramente lo que estaba pasando. El quería saber que causo este pesado trafico que era el culpable de que el este mas de una hora atorado en medio de la calle. Sus preguntas no fueron respondidas. Despues de un par de horas atorado en el trafico, David llego a la sede de la OIP y sin perder tiempo corrió hacia la entrada. Una vez dentro fue recibido por una marea de personas, todos yendo y viniendo en un apuro, no solo era un caos en la calle, pero dentro también. David fue directo a la recepción y pidió ver a Wells. La recepcionista le dijo que no podía pasar ya que Wells estaba en una reunión importante y que debía esperar.
—Esto es importante, debo ver a Wells ahora. Esto no puede esperar —David saco su insignia de policía y la puso sobre la mesa—. Señorita, por favor.
—Señor, no es el único esperando. Si cree que tiene problemas, mire a los cinco que están sentados esperando. Ellos fueron convocados por Wells.
La mujer apunto a los asientos detrás de David. El se dio la vuelta y reconoció a casi todos los presentes a excepción de un joven que estaba con ellos. Abigail, Tamara, Naomi y Makoto estaba sentados allí, esperando en silencio. Lo que le llamo la atención fue el hecho de que Abigail estaba sangrando y nadie parecía importarle a excepción de Tamara.
—¿Abigail? —Pregunto David con preocupación. ¿Que paso?
—Es una larga historia... ¿Tú que haces aquí?
—Es... Otra larga historia...
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Abigail se adentro en la tienda, persiguiendo al guardaespaldas de Amara. Con su arma en mano ella corrió lo mas rápido que pudo y alcanzo al guardaespaldas que se detuvo al final del pasillo, el se detuvo frente a la pared, levanto su puño e hizo un agujero en la pared, con rapidez rompió la pared de madera revelando una enorme habitación oculta. Antes de que el pudiera poner un pie dentro, Abigail dio un tiro de advertencia. Ella disparo a su hombro, pero la bala apenas lo rozo, igualmente esa era la intención.
—¡Alto ahí! —Grito ella—. ¡Date la vuelta y levanta las manos! ¡De lo contrario tengo permiso para dispararte!
El guarda espaldas se dio vuelta y le revelo a Abigail unos enormes ojos rojos. El guardaespaldas empezó a crujir los dedos y parte de su columna.
—... ¿Piensas que te tengo miedo a ti... O tu pequeña arma? —El guardaespaldas dio un pisoton y sus zapatos empezaron a romperse. El hombre empezó a crecer en tamaño y su piel se llenaba de pelo—. A menos que tengas balas de plata... No es una amenaza para mi... Oficial...
—... Mierda... —Abigail dijo con molestia—.
El hombre se estaba transformando, el era un hombre lobo, un licántropo. Abigail, aun sabiendo que sus balas no tenían efecto en el, disparo varias veces a la cabeza para desorientarlo. El licántropo sintió las balas atravesando su cabeza y cayo de rodillas agarrando su cabeza. Abigail aprovecho esa oportunidad y corrió hacia el, no para atacarlo, sino para pasarlo y entrar a la habitación oculta. Una vez allí, ella vio a su alrededor y se encontró rodeada de artefactos antiguos y de dudosa procedencia, todos guardados en cajas apiladas una arriba de la otra, jarrones e incluso bolsas tiradas en las esquinas. Ella sabia que Naomi tenia todos estos objetos escondidos, pero ninguno era para venderse, era su colección personal. Abigail se apresuro y empezó a buscar el Rubí frenéticamente. Ella sentía su corazón latir rápidamente. Ella quería encontrarlo y salir de allí corriendo ya que no puede hacer nada contra un licántropo, Tamara estaba luchando contra Amara y Naomi no podía moverse. Abigail comenzó a desesperarse ya que no encontraba nada, ella tampoco quería que el Rubí se pegue a ella por accidente así que debía tener cuidado. Para su mala suerte, el licántropo se puso de pie, sus heridas cerraron y dejo salir un rígido amenazador. Abigail tomo su arma de nuevo, reviso rápidamente su munición y apunto al licántropo de nuevo. Ella sabia que no podía dispararle de nuevo en la cabeza, así que en lugar de la cabeza decidió apuntar a las extremidades, inmovilizarlo un poco para ganar tiempo. Las balas de plata impiden que los licántropos se regeneren, pero al ser balas comunes lo único que harán sera lastimarlo y la herida cerrara en pocos segundos. El licántropo, sin intenciones de detenerse, se lanzo furiosamente contra Abigail. Ella se lanzo a un lado para evitar las filosas garras del licántropo que fácilmente podrían haber arrancado su piel sin dificultad alguna. Abigail se tiro a un lado, hacia la izquierda para ser mas específicos, ella aterrizo sobre su brazo izquierdo, se levanto rápidamente y le disparo al licántropo por la espalda. Ella punto a su pierna y disparo justo donde la articulación de los huesos toma lugar. Ella disparo varias veces hasta que el licántropo cayo al suelo de rodillas. Abigail se levanto rápidamente, contó sus balas las cuales solo le quedaban cinco, y siguió su busqueda por el Rubí. Ella busco entre las cajas y los jarrones lo mas rápido posible. Incluso tiro varias cajas al suelo en desesperación.
—¡Maldita sea, Naomi! ¡¿Donde lo escondiste?! —Abigail grito en frustración y golpeo varias cajas en un ataque de ira—.
Una de estas cajas, un cofre de madera viejo lleno de polvo para ser mas especifico, caja con fuerza al suelo. El cofre tenia no una, sino tres candados, uno al frente y uno en cada lado. Abigail miro al cofre fijamente y lo tomo rápidamente para examinarla. Cuando tomo el cofre, Abigail sintió algo raro, como si un fuerte temor tratara de dominarla, Abigail vio que del cofre salia una pequeña luz roja de una de las fisuras del cofre. No había duda, el rubí, un gran fragmento de este, estaba dentro. Sin dudar, tomo el cofre y salio corriendo de la habitación, pero el licántropo se recupero a tiempo para detenerla. El licántropo salto sobre el, haciendo que se caiga y suelte el cofre. El cofre cayo al suelo y parte de la madera se quebró. El licántropo en lugar de matar a Abigail camino hasta el cofre. Abigail se levanto saco su arma y en un esfuerzo inútil disparo cuatro veces a su espalda. Ahora solo le quedaba una bala, una bala que era igual de inútil que ella en esa situación. Ella no podía evitar que el licántropo tome el cofre con el Rubí y salga corriendo con el, si lo intenta morira y no conseguirá nada. Abigail, al ver que el licántropo no mostraba señales de detenerse, dio media vuelta y echo una rápida mirada a la habitación donde estaban antes. Ella vio el filo de una espalda sobre saliendo de una de las cajas rotas que ella tiro. Abigail corrió hacia ella, tomo la espada rápidamente y sin vacilar corrió hacia el licántropo que tenia la caja en sus manos.
—¡Oye imbécil! ¡Aún no termine contigo! —Grito Abigail—.
El licántropo se dio vuelta y recibió la espada justo en medio del pecho. La espada traspaso la caja, rompiéndola en pedazos y atravesando el pecho del licántropo. El licántropo rugió de dolor y mientras trataba de quitarse la espada del pecho empujo a Abigail, lanzándola contra la pared. Ella se golpeo la cabeza y su vision se volvió borrosa por unos segundos. Ella miro al suelo, tratando de enfocar su vista para encontrar el Rubí. Ella vio una tenue luz roja y sin dudar corrió hacia ella. Su vista volvió a la normalidad cuando estaba a pocos metros del fragmento. Ella tomo el rubí y salio corriendo, pero solo pudo dar tres pasos antes de caer sobre sus rodillas. El fragmento brillo mas intensamente en su mano izquierda y Abigail grito de dolor. El fragmento atrajo su mirada, como una luz atrayendo a un insecto. Abigail miro al fragmento por casi veinte segundos completos, durante ese tiempo Abigail sintió como si algo empezara a moverse dentro de su mente, ella empezó a ver imágenes frente a ella, imágenes grotescas que no podía describir. Antes de que pudiera sucumbir completamente al Rubí, Abigail cerro los ojos con todas sus fuerzas. Ella entonces trato de tirar el fragmento, pero se había pegado a su piel, se estaba hundiendo en su piel para entrar a ella... Se estaba fusionando con su piel. Abigail, con su otra mano tomo el Rubí y con todas sus fuerzas, y sin pensar en las consecuencias, se arranco el fragmento de la piel y con el parte de su piel se fue en el proceso.
—¡AAAAAARGH! ¡MALDITA SEA! —Ella grito y tiro el Rubí al suelo. La piel en la palma de su mano izquierda ya no estaba y podia ver la carne expuesta y la sangre saliendo casi a chorros—. ¡HIJO DE PUTA! ¡MI MANO!
Abigail siguió maldiciendo y se olvido completamente del licántropo detrás de ella hasta que vio la sombra proyectándose frente a ella. Abigail se dio vuelta y el licántropo estaba a punto de cortarla en pedazos con sus afiladas garras. Abigail no pudo reaccionar a tiempo, las garras estaban a tan solo centímetros de su rostro, pero para su suerte alguien la tomo del brazo y la saco de en medio antes de que haya sido demasiado tarde. Abigail parpadeo varias veces y vio a su salvadora, Naomi, quien había sido liberada del hechizo. A su lado estaba un adolescente, este tenia cabello corto de color rojo, ojos marrones claros y una cicatriz en su ceja izquierda. El traía puesto una campera negra y jean azules. En su mano tenia una katana. El era el ayudante de Naomi, Makoto Kagura.
—Naomi... Makoto... —Abigail se sentía débil—.
—Tranquila, te sacaremos de aquí... Makoto, llevatela. Yo me encargare de el.
—Bien, solo... Ten cuidado —Makoto saco un pañuelo de su campera y lo uso para tapar la mano sangrienta de Abigail. La ayudo a levantarse y la llevo hasta la seguridad. Abigail no se opuso y se fue con el—.
—Vas a pagar por haber destruido mi tienda —Naomi vio el Rubí en el suelo, con la piel de Abigail adherida a el. Una de sus colas tomo rápidamente el Rubí y si tocarlo con sus manos, lo envolvió en un pedazo de tela que guardo en su manga—.
—Esto se fue de las manos muy rápido... Terminemos rápido, quiero ordenar este lugar... —Naomi camino lentamente hasta el licántropo, pego un salto tan rapido y tan potente que rompió el piso de madera detrás de ella y antes de que el licántropo pudiera reaccionar o verla con claridad, Naomi ya había atravesado su pecho con su mano. Ella le había sacado el corazón—. Si no hubiera sido por ese estúpido hechizo, esto habría terminado hace mucho. —Dijo y sin vacilar estrujo el corazón hasta que exploto en sus manos—.
Parte 3
Tamara y Amara estaban luchando en medio de la calle. Tamara veía como la gente se alejaba lo mas que podía del lugar, las casas y pequeños locales cerraban las puertas y ventanas. Tamara sabia que podía inmovilizarla, ganar e incluso matarla sin ningún esfuerzo, pero al hacerlo tendrá que dejar salir la mayor parte de su poder y al hacerlo habrá daño colateral, siempre lo hubo y siempre lo habrá. Ella esta limitada a simplemente tratar de detenerla a puño limpio con una pequeña parte de su poder en mano. Tamara quería deshacerse de ella, estaba empezando a molestarse muchísimo. Amara no dejaba de mirar a Tamara a los ojos. Ambas mujeres estaban paradas en medio de la calle, esperando a que una haga su primer movimiento.
—Sabes, Rabinovich... Aun no es tarde para que vengas con nosotros. Solo piénsalo por un momento. Se lo que quieres y yo puedo ayudarte a obtenerlo —Amara trato de persuadir a Tamara, pero ella ni se movió de su lugar—.
—No soy idiota. Vine aquí por muchas razones, pero lo que busco... A quien busco... Lo encontrare por mis propios medios. No necesito ayuda de nadie y mucho menos de ti.
—Ya veo... Es una lastima. Déjame preguntarte algo... ¿Tienes miedo de dejar salir todo tu poder?¿Tienes miedo de matar a alguien por accidente?
—¿Y que si lo tengo? Solo soy precavida. No me obligues a hundir tu cara contra el pavimento, porque sabes que lo haré.
El cabello de Amara se alargo y casi cubrió toda la calle. Las puntas apuntaban directo a Tamara. Ella se preparo para cualquier cosa que Amara tenga bajo la manga.
—Tengo cosas mas importantes que hacer y soy una mujer ocupada. Esto terminara rápido.
Antes de que Amara pudiera siquiera entrar en contacto con Tamara, parte de su cabello del lado derecho se congelo, literalmente. Amara miro sorprendida como parte de su cabello era congelado y se quebraba para eventualmente caerse a pedazos. Amara no podía creer lo que estaba viendo. Ella se dio la vuelta y vio al responsable.
—¿Tu de nuevo? —Pregunto Tamara. Thomas, el cliente de Naomi, había vuelto. Sus manos expulsaban aire frió mientras se volvían parcialmente negras—.
—¡¿Quien rayos eres tu?! ¡Esto no te concierne!
—Si tu fuiste la que destruyo la tienda, entonces si me concierne —Thomas se acerco a ella y el aire frió en sus manos congelo el suelo y todo lo que estaba a su alrededor—. Sin Naomi no seria mas que un monstruo. Hazme un favor y vete. No me obligues a dejarlo salir.
—... Estas en el lugar y momento equivocado, Niño —Amara ataco a Thomas con su cabello, pero Thomas con simplemente un movimiento de su mano congelo el cabello que estaba a punto de golpearlo. Amara se frustro—.
Tamara tomo esta oportunidad y corrió directo a ella. Sus manos fueron engullidas por las llamas negras. Tamara salto hacia ella para darle el golpe de gracia que la dejaría fuera de combate, pero lo que no esperaba es que aunque Amara le haya estado dándole la espalda, algo brote de su cabeza. Una enorme boca llena de dientes filosos parecidos a los de un tiburón toro gruño hacia ella y abrió su boca hasta mas no poder. Su lengua salio disparada y se pego al brazo derecho de Tamara.
—A diferencia de ti, yo si tengo ojos en la espalda, Rabinovich. ¡No estoy en desventaja!
Para sorpresa de Amara y todos los presentes, Makoto apareció en un abrir y cerrar de ojos en en aire, con su katana en mano. El aterrizo y corto la lengua que esta pegada a Tamara, eso hizo que la boca ruga incontrolablemente y grite de dolor mientras maldecía a todos y cada uno de ellos, incluyendo a Amara por no ser cuidadosa. Amara se alejo rápidamente de Makoto y trato de tener a Thomas en su campo de vision también. Ella vio a Abigail en la entrada de la tienda, ella tenia su mano izquierda vendada y Naomi salia por la puerta con el cuerpo de su guardaespaldas. Ella ahora se encontraba en completa desventaja, nada de esto estaba en sus planes, no contaba con toda esta gente metiéndose en su camino y claramente no tuvo nada de esto en consideración. Ella cometió un grave error.
—Bien, parece que perdiste, Amara —Dijo Naomi mientras sonreía. ¿Que vas a hacer ahora? Creo que estas rodeada.
—... ¿Crees que me rendiré tan fácilmente? No me conoces...
—Deja de... Solo ríndete, no podrás escapar tan fácilmente —Dijo Abigail. Le estaba costando hablar y mantenerse de pie. Ella estaba pálida por la perdida de sangre y el Rubí la dejo desorientada. Amara se dio cuenta que Abigail entro en contacto con el Rubí y empezó a sonreirle—.
—¿Que se sintió tener todo ese poder en la palma de tu mano? Un poder que la mente humana no puede comprender. Un poder que vuelve loco a cualquiera.
—No voy... a responder esa pregunta.
—¿Abigail? ¿Estas bien? —Tamara pregunto, preocupada—.
—Si tuviera que adivinar, vas a tener unas hermosas pesadillas esta noche... Suerte con eso... Mientras lidias con tus demonios, yo... —El cabello de Amara volvió a la normalidad y ella tapo su boca con sus manos. Ella saco de su boca otro fragmento del Rubí. Un fragmento enorme, era casi la mitad del Rubí—. Tengo asuntos pendientes que atender. Espero verlos de nuevo.
—¡Maldita sea! ¡Tiene otro fragmento! —Naomi grito y antes de que todos pudieran reaccionar, Amara apretó el fragmento en su mano derecha—.
El Rubí brillo intensamente y Amara golpeo el suelo con su mano. El suelo se agrieto apenas su puño hizo contacto. Las grietas se expandieron a toda la calle y casi instantáneamente la calle se cayo a pedazos, llevándose consigo algunos edificios en el proceso. El suelo bajo los pies de Abigail cedió rápidamente y ella cayo a un pequeño pozo, el edificio frente a la tienda cayo junto con la calle y estaba por aplastarla a ella y todos los demás. Tamara salto hacia Abigail para protegerla. Naomi tomo a Thomas y Makoto y los llevo hasta el techo de su tienda que por suerte no se vino abajo. La calle se cayo a pedazos y todo termino en las alcantarillas. Abigail quien había cerrado los ojos momentáneamente, por miedo y confusión, los abrió y se encontró mirando a los ojos de Tamara. Ella esta protegiéndola de los escombros de los edificios que cayeron junto con la calle. Tamara estaba sorportando la montaña de escombros en su espalda y para la sorpresa de Abigail, Tamara había desplegado sus alas por primera vez. Alas negras como la noche, parecidas a las de un murcielago, pero decoradas con plumas negras en la base. Las alas palmeadas de Tamara estaban en un estado deplorable, la membrana que le permitía tomar vuelo tenia agujeros, como si algo le hubiera disparado o atravesado.
—¿Estas bien? —Pregunto Tamara con preocupación. Abigail trataba de procesar lo que acababa de pasar. Tamara en un abrir y cerrar de ojos le había salvado la vida... De nuevo.
—... Si... Gracias... —Abigail no sabia a donde mirar, solo podía ver los ojos de Tamara fijamente que estaban llenos de preocupación, pero también de dolor. Los escombros eran pesados, Tamara podía deshacerse de ellos fácilmente, pero estaba suprimiendo su poder para no dañar a nadie. Ella debía tener cuidado y sacar a Abigail de allí—. Perdón, no fui muy rápida...
—No importa... Estas a salvo, es lo que importa.
—... Ya es la tercera vez que me salvas... —Abigail susurro con molestia, pero en el fondo estaba agradecida por ello. Aun así, no podía dejar en pensar como Tamara salto para salvarla, parecía casi desesperada, con miedo incluso. Ella cerro los ojos cuando los escombros le cayeron encima, pero pudo ver la cara de Tamara antes de cerrarlos. Ella sentía curiosidad, había muchas cosas que ella no sabia de Tamara—.
—Bueno... Demuestra lo talentosa que soy en eso. Creo que podría acostumbrarme a esta profesión. Si me pagaran por salvarte el trasero seguro seria millonaria.
—... Callate y sacanos de aquí... Por favor
Parte 4
David conducía el patrullero a una velocidad moderada, solo se pasaba del limite cuando vea el camino libre de automóviles y semaforos en verde. El necesitaba llegar a la OIP lo mas rápido posible, pero el trafico se volvió una pesadilla cada vez que se acercaba. El escucho un alboroto en la radio, un accidente, un terremoto, no estaba muy seguro, había mucha interferencia como para escuchar claramente lo que estaba pasando. El quería saber que causo este pesado trafico que era el culpable de que el este mas de una hora atorado en medio de la calle. Sus preguntas no fueron respondidas. Despues de un par de horas atorado en el trafico, David llego a la sede de la OIP y sin perder tiempo corrió hacia la entrada. Una vez dentro fue recibido por una marea de personas, todos yendo y viniendo en un apuro, no solo era un caos en la calle, pero dentro también. David fue directo a la recepción y pidió ver a Wells. La recepcionista le dijo que no podía pasar ya que Wells estaba en una reunión importante y que debía esperar.
—Esto es importante, debo ver a Wells ahora. Esto no puede esperar —David saco su insignia de policía y la puso sobre la mesa—. Señorita, por favor.
—Señor, no es el único esperando. Si cree que tiene problemas, mire a los cinco que están sentados esperando. Ellos fueron convocados por Wells.
La mujer apunto a los asientos detrás de David. El se dio la vuelta y reconoció a casi todos los presentes a excepción de un joven que estaba con ellos. Abigail, Tamara, Naomi y Makoto estaba sentados allí, esperando en silencio. Lo que le llamo la atención fue el hecho de que Abigail estaba sangrando y nadie parecía importarle a excepción de Tamara.
—¿Abigail? —Pregunto David con preocupación. ¿Que paso?
—Es una larga historia... ¿Tú que haces aquí?
—Es... Otra larga historia...
CONTINUARA...
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