Nuevo capitulo de la nueva historia. No se cuantos la esten leyendo, pero les puedo asegurar que se pondra interesante a medida que avance. Muchos misterios, secretos y preguntas estan en el aire y las respuestas no saldran tan facilmente. Solo leanlo
II - Nieve Roja
Las nubes negras desaparecieron, dejando salir al sol, pero solo momentáneamente. Las nubes volverán y taparan el cielo de nuevo. Hasta entonces, el sol dominaba el día y su calor cubrió al mundo, iluminando cada esquina, cada calle, todo... Casi todo. La luz revelo el estado de las calles, estaban cubiertas de nieve, mucha nieve. La nieve acumulada en una noche fue tanta que inundo las calles acumulando alrededor de 2 metros de nieve. Una cantidad impresionante, todo era blanco, como si el mundo se hubiera vuelto un lienzo vació esperando a ser pintado. En una esquina, un pequeño restaurante fue completamente cubierto por la nieve y de uno de los lados había un agujero, de ese agujero salieron huellas, esas huellas pertenecían a Lea, quien tuvo que remover la nieve con sus propias manos para poder salir de su fría prisión de nieve. Lea caminaba lentamente, mirando a su alrededor, sus ojos se enfocaban en el cambio que hizo la tormenta en la ciudad, todo lo que ella veía era blanco. Lea dejo salir un suspiro y vio su propio aliento salir de su boca. Lea tuvo suerte de no morir congelada, tuvo suerte de haber encontrado un lugar ligeramente acogedor para pasar la noche y protegerse de la tormenta. Aun así, ella no iba a morir por la tormenta, ella podía sobrevivir sin problemas, era mas fuerte y resistente de lo que parece, y eso no era una exageración, Lea es única. Ella saco su brújula y esta apunto débilmente hacia el norte. Lea guardo la brújula con cuidado y empezó a caminar con dificultad sobre la nieve. La luz del sol la golpeaba directo en la cara, pero a pesar de que haya sol, el frió perseveraba y no daba señales de irse a ningún lado. La ropa de Lea apenas la ayudaba a protegerse del frió, pero era mejor que nada. Ella estaba acostumbrada a estar en la intemperie, toda su vida la paso afuera, sin hogar fijo con personas yendo y viniendo en su vida. Era una vida normal para ella, nada del otro mundo. Lea siguió su camino con tranquilidad, pero con la guardia alta. No se podía confiar en el mundo en lo mas mínimo, cualquier cosa podía pasar con el chasquido de un dedo. Había mucho silencio en los alrededores, como si no hubiera ni un alma en la ciudad cubierta por la nieve y bien podría ser así. Lea miro hacia adelante mientras daba pesados pasos sobre la nieve, cada paso que daba era cada vez mas difícil de dar, ella se estaba hundiendo en la nieve de a poco, pero no lo suficiente para quedar inmovilizada o poder luchar si la situación se presenta, aun así sus movimientos están algo limitados. A lo lejos, Lea avisto algo raro saliendo de la nieve. Ella se desvio un poco de su camino y fue hasta lo que parecía ser una mano humana saliendo de la nieve. Cuando se acerco lo suficiente confirmo que era una mano humana, estaba congelada y daba la impresión de que quien quiera que haya sido enterrado en la nieve trataba de escapar, la mano estaba abierta apuntando al cielo, como si tratara de agarrar algo. Lea noto algo solido bajo sus pies, ella ya no estaba caminando sobre pura nieve, ella debía estar ahora sobre un edificio, sobre un techo para que le sea mas fácil caminar sobre la nieve. Lea, sacando de lado sus sospechas sobre donde estaba parada, se agacho frente a la mano congelada y excavo un poco para ver al dueño de la mano. Lea se tomo su tiempo, excavo alrededor de la mano y llego al rostro del muerto. La mano pertenecía a un niño de alrededor de 12 años de edad y confirmo que ella estaba sobre un techo. Parece que el joven estaba tratando de subir al techo a través de una trampilla, sus ojos miraban fijamente hacia arriba, como si alguien lo hubiera estado esperando del otro lado, extendió su mano y quedo congelado en el acto. La tormenta de anoche debió de haberlo congelado en el acto. Aunque eso era una gran exageración, no por decir imposible.
—... Es imposible que este niño se haya congelado en el acto... Algo no esta bien aquí... —Dijo ella con curiosidad y dudas—.
Lea se levanto mientras sacudía sus manos y frotandolas para deshacerse del frió. Mientras hacia eso, sus ojos no se podían despegar del niño. Dentro de su cabeza ella comenzó a escuchar voces, voces conocidas, voces que no escucha desde hace años. Recuerdos. Recuerdos dolorosos... Lea sacudió su cabeza levemente para olvidarse de esos recuerdos que no quería que vuelvan a su mente y se enfoco en otra cosa. Se enfoco en su camino que debía seguir. Lea saco su brújula de nuevo y esta tuvo problemas para apuntar al norte como se suponía que haga. Ella sacudió la brújula levemente, esperando un buen resultado, pero lo estaba empeorando. Lea suspiro, claramente molesta por el estado deplorable de su brújula. Ella la guardo en su bolsillo y se dispuso a seguir cuando sintió un temblor, era pequeño pero cada cinco segundos se hacia mas fuerte. Lea llego a la conclusión de que no era un temblor, sino algo mucho peor. Sus sospechas se confirmaron cuando escucho un gemido, un gemido angustioso de un animal (o al menos lo que quedaba de el) que se arrastraba en la nieve. Lea corrió rápidamente hasta la avenida mas cercana y vio con sus ojos abiertos como platos a una ballena azul arrastrándose en la nieve y golpeando su cola contra la nieve, provocando el temblor que ella había sentido. Lea no se acerco al animal, ella con verlo de lejos sabia que estaba cambiando drásticamente, se estaba volviendo un monstruo. En sus costados, sobre sus aletas le salieron brazos y varios tentáculos. De esa forma se había arrastrado hacia tierra firme. La ballena sufría, le dolía el cambio por el que estaba pasando. La nieve detrás de el estaba roja por toda la sangre que perdió, dejando un enorme rastro de sangre.
—Es la primera vez que veo una ballena viva... —Lea susurró—. ¿Los parasitos también se adhirieron a los animales marinos? No puede ser...
Lea se alejo lentamente de la ballena que claramente esta sufriendo de dolor. Lea se dio media vuelta y se fue, evitando el contacto con ella. Lea no tenia tiempo para eso y tampoco quería estar cerca cuando la ballena sucumba por completo y el Parasito tome el control de su infortunada víctima. Lea siguió sus huellas de nuevo hasta donde estaba parada antes de desviarse del camino y se enfoco en ir hacia el norte, lo cual se complicaba un poco si no fuera por el sol. Ella podía ubicarse mientras mire al sol que sale por el este y se oculta por el oeste, aunque a veces puede ser engañoso sigue siendo una buena forma de ubicarse cuando no se tiene una brújula funcional. Lea se preguntaba si habrá una brújula en buenas condiciones, pero eso era imposible. El mundo se detuvo hace 40 años, nada fue lo mismo desde ese fatídico día en el que todo cambio para siempre. Ella ha escuchado historias, pero nada concreto, paso tanto tiempo que ya nadie sabe como es que el mundo realmente termino o como era la vida antes de la caída. Lea se preguntaba mucho sobre la vida antes de lo que muchos llaman "El Día del Juicio" o simplemente "Aquel Día". Ella sentía curiosidad y tenia muchas preguntas, pero ninguna de ellas podrán ser contestadas nunca. La poca gente que si vivo antes del desastre no habla mucho sobre eso, lo evitan como la plaga, parece que le traen malos recuerdos o simplemente es un raro sentimiento de nostalgia mezclado con miedo sabiendo que nada volverá a ser como antes.
Los sonidos provenientes de la ballena se van desvaneciendo a medida que Lea se aleja hasta que eventualmente dejo de irse, no por su distancia, sino porque la ballena fue callada. Le quedaba poco para volverse un monstruo. Lea se apresuro para salir del área. Ella camino por varios minutos, guiándose por el sol hasta que las nubes amenazaron con cubrir el cielo de nuevo. Lea miro las nubes negras en el cielo volviendo a cubrir el sol de a poco, ella siguió caminando a pesar de la poca visibilidad que tenia, cosa que no le preocupaba pero eso cambio cuando el sol fue cubierto en su totalidad. Esto hizo que ella se detuviera de golpe, miro fijamente a las nubes negras, estas actuaban de manera extraña. Relámpagos rojos se hicieron presentes, esa fue la señal que Lea necesitaba para buscar refugio inmediatamente en uno de los edificios. Esta tormenta no era un tormenta de nieve como la de anoche, esta era una tormenta anormal que hizo acto de presencia en el día que el mundo cambio. Lea entro a un edificio de unos 5 pisos que tenia a su izquierda, entro por una de las ventanas rotas del primer piso. La oscuridad le impedía ver así que ella saco su encendedor y lo uso para iluminar su camino. Lea vio a su alrededor, se encontraba dentro de lo que solía ser la habitación de un bebe, las paredes estaban decoradas con dibujos simples, animales de peluche, juguetes y sabanas dentro de una cuna vacía... Una cuna llena de sangre coagulada que de la cual empezaron a crecer plantas de color rojo sangre, una nueva especie de planta que no existía hace 40 años.
Lea se adentro en el departamento para poder evitar la horrible tormenta que caería dentro de poco. Mientras mas se adentraba, mas sangre coagulada encontraba, al igual que plantas de color rojo sangre creciendo de estas. Lea camino por el pasillo, evitando la sangre y llego al salón principal, allí encontró el esqueleto de un hombre adulto que había muerto en una rara posición, parecía estar retorciéndose, su columna se torció y partió. El esqueleto llevaba puesto una camisa blanca que perdió su color hace años y pantalones negros. Dentro de el, las plantas rojas salían por las costillas y los orificios de los ojos, igual que la boca. El cuerpo llevaba muerto hace años, presuntamente desde que todo había terminado para el ser humano. Lea vio el cuerpo con lastima y le dejo despues de darle una señal de respeto, ella dio una pequeña reverencia y se disculpo en silencio por haber entrado a su casa sin permiso. Lea no lo parecía, pero es una mujer respetuosa, una mujer que esta interesada en mantener las costumbres, al menos las que conoce y tiene un gran respeto por los muertos. Lo ultimo que quiere es perturbar las tumbas o los cadáveres que dejaron atrás. Ella no creen en dios, pero cree que los muertos al menos merecen respeto y un descanso digno despues de una vida bien vivida. Lea entro a la cocina y el lugar estaba limpio, sin sangre ni mugre... Había polvo, mucho polvo, pero en el suelo podía notarse pisadas. Era una clara señal de que alguien había estado allí recientemente, varios cajones de los muebles estaban abiertos y faltaban los utensilios... Todos, incluyendo las cucharas. Lea examino los cajones solo para confirmar que no había nada. Sus ojos miraron toda la cocina hasta que encontraron algo que no había visto antes. En una esquina había una mesa, el esqueleto de una mujer se encontraba allí con su cabeza sobre la mesa, tapando un diario viejo manchada con sangre seca. Lea se acerco a la mesa y con cuidado, tratando de no perturbar el cadaver, leyó el encabezado del diario seguido de una oración...
Expertos expresan sus temores por el "Proyecto Prometeo" y sus posibles repercusiones
a nivel mundial
"El Proyecto no corre peligro y se pondrá en marcha hoy a media noche" Dice el
Director del Proyecto
El diario mostraba la noticia que mas preocupaba a la gente, que mas interesaba. Esta era la primera vez que Lea lee o escucha sobre el Proyecto Prometeo y su mente no puede evitar pensar que podría tener algo que ver con el estado actual del mundo. Bien podría ser el caso, pero nunca sabrá la respuesta concreta. El resto del articulo esta manchado en sangre por lo que le es imposible leer e informarse. Lea siguió su camino, aun teniendo en mente lo que acababa de leer, y salio del departamento. Los pasillos estaban silenciosos, el único sonido que se escuchaba era el viento que violentamente golpeaba la ventana al final del pasillo. Lea camino por el pasillo y se detuvo cuando escucho un ruido fuerte, de vidrio rompiéndose. El ruido provenia de uno de los departamentos al final del pasillo. Ella camino lentamente hasta ese departamento y vio la puerta abierta. Lea apago su encendedor y entro, se detuvo cerca de la puerta cuando escucho voces. Lea se asomo y vio a dos figuras en la oscuridad que sostenían linternas. Eran un hombre mayor y un niño pequeño. El niño fue quien hizo el ruido tirando un jarrón de vidrio al suelo sin darse cuenta.
—¡Ten mas cuidado, Idiota! ¿Que hubiera pasado si una de esas cosas estuviera cerca? Estaríamos muertos por tu culpa! —Susurro un hombre—
Perdón abuelo... —El niño se disculpo—. No preste atención.
—No importa. Vamos a seguir buscando. Debe haber algo que podamos usar y si tenemos suerte, mas comida. Al menos tenemos utensilios.
—Abuelo... Nada... —El niño quería decir algo, pero se quedo callado—.
Lea los vio adentrarse en el departamento. Ella al ver que no eran una amenaza se levanto y procedió a irse, pero algo la detuvo. Ella sintió algo afuera, algo se acercaba. Lea lentamente se acerco al pasillo y vio una sombra en la ventana al final del pasillo. Esta sombra apoyo sus patas en la ventana y esta empezó a quebrarse por el peso de lo que fuera que estaba del otro lado. El vidrio se quebró y la criatura, un enorme perro negro con varios ojos en su frente (cuatro para ser exactos, seis si se cuenta los ojos originales del perro), tenia patas de insectos en su espalda casi del tamaño de su cuerpo y tenia pequeños dientes en su vientre junto a una boca secundaria, sus intestinos se le estaban saliendo de la boca y esta los tragaba de nuevo cada vez que se salían. El monstruo estaba en un estado deplorable y su transformación no mejoraba nada... lo empeoraba todo. Lea miro al monstruo frente a ella, sentía incomodidad al ver al monstruo que antes solía ser un inocente animal convertido en una grotesca criatura que a simple vista apenas podía mantenerse en pie sin que sus intestinos se le salgan por la boca de su vientre. Lea y el monstruo se miraron fijamente, ella se preparo, esperando que el monstruo la ataque, pero en lugar de eso el monstruo simplemente la evadió, entro al departamento por el cual ella entro y no salio de allí. En ese momento Lea se dio cuenta porque no la ataco... El monstruo no buscaba pelea, buscaba un refugio y ella al no incitar una pelea, el monstruo simplemente la ignoro completamente. Ella estaba acostumbrada a que los monstruos la ataquen, pero que este la haya ignorado así nada mas fue algo inesperado y la hace pensar. Lea se acerco lentamente al departamento y lo vio acurrucándose en un rincón, ella decidió darle espacio y miro a la ventana. La tormenta había empezado. Nieve roja... Copos de nieve roja estaban cayendo al mundo, mezclándose con la nieve blanca... Lea se alejo de la ventana, la nieve roja no era peligrosa para ella ni para nadie, pero ocasionaba un efecto que ella ni nadie quería contraer. En ese momento, el hombre y el niño que estaban revisando el departamento salieron y vieron a Lea mirando a la ventana.
—Abuelo, una mujer... —Dijo el niño. Lea se dio media vuelta apenas lo escucho y los tres se quedaron quietos. El hombre miro fijamente a Lea, primero con miedo y un posible odio injustificado, pero a los pocos segundos su mirada se suavizo por alguna razón.
—... ¿Esta sola, señorita? —Pregunto con calma—. Es peligroso quedarse aquí... Debería venir con nosotros... Al menos hasta que pase la tormenta.
—... No gracias... No confió en los extraños... —Dijo ella y entro al departamento donde el monstruo estaba y simplemente cerro la puerta—.
Ella no quería involucrarse con nadie a este punto y tampoco confiaba mucho en extraños. La vida le enseño a desconfiar de las personas amables. Ella veía las intenciones del hombre, pero el niño parecía inocente. Aun así ella no se arriesgaría. Lea tomo una silla y se sentó cerca del monstruo que estaba acurrucado en un rincón, mirándola fijamente. El no tenia intenciones de atacarla, ni ella a el.
—... Tal parece que ambos llegamos a un acuerdo mutuo de no violencia... Vaya sorpresa...
El monstruo le respondió con un pequeño ladrido, casi en afirmación. Eso sorprendió a Lea y la hizo sonreír por alguna razón. Ella no esperaba toparse con un monstruo como este. Lo que ella pensaba es que al final de la tormenta el monstruo la atacaria y a ella no le importaba eso, sabia que podía someterla y matarla con sus propias manos, pero el hecho de que ambos hayan acordado no pelear durante esta horrible tormenta la hace pensar. Lea se pregunto sobre la verdadera naturaleza de estos parasitos, su origen y su participación en el drástico cambio del mundo... Ella no tenia las respuestas y tal vez nunca sean respondidas, pero algo era seguro... Ella sabia donde debía ir si quería tener al menos algo parecido a la respuesta a todas sus preguntas... El norte... Donde todo "supuestamente" comenzó. Donde la gran explosión tuvo lugar y donde se originaron las nubes negras...
CONTINUARA...
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