En los proximos dos capitulo, la historia entrara en el final de su primer arco. Al inicio del proximo arco abra tapa nueva y algo inesperado. Gracias por seguir leyendo, espero que lo disfruten mucho, cuesta un poco escribir las peleas, pero creo que voy bien. Si me dan su opinion se los agradesco muchisimo
Capitulo 9: Origen y Necrofago
Capitulo 9: Origen y Necrofago
Parte 0
31 de Octubre, 2000
Amara estaba sentada en el vestíbulo del Congreso junto a otros
Diputados. Ella miraba al suelo, su expresión mostraba su tristeza y lo
nerviosa que estaba. No hace mucho se aprobó una ley contra la unión de Críptidos
y Humanos, haciendo que los Híbridos (los niños nacidos de esa unión) sean
deportados del país y dejados a su suerte. Amara estaba en contra de esa ley y
no pudo hacer nada para evitar que se apruebe. Ella conocía a varios Híbridos y
les prometió que hoy sería el día que ella haría la diferencia, pero se
encontraba contra la pared, ella no tenía el poder ni la voz para hacer algo al
respecto. Desde que empezó su pequeña carrera en la política, gano más dinero
del que podía contar y todo lo que ella tenía lo donaba para los Críptidos que
lo necesiten, pero para ella no era suficiente con darles dinero si la sociedad
no los aceptaba del todo y ahora están los Híbridos.
No era algo nuevo, los Híbridos
estuvieron desde hace muchos años, incluso llegándose a la conclusión que el
mismo Jesús de Nazareth era un Hibrido de Humano y Ángel, considerando que
"Dios" nunca existió en primer lugar y todo fue en parte farsa de la
iglesia y los ángeles para ganarse a la humanidad como aliados. Amara se sentía
insignificante, casi como una hormiga ahora mismo. Ella deseaba ser mas,
deseaba el poder para hacer el cambio pero no era posible. Ella estaba
estancada allí... Aun así, tratara de hacer lo posible para cambiar las cosas.
Varios minutos después de
esperar, ella fue llamada junto a los demás diputados para entrar a la cámara y
revisar la ley "Anti Híbridos". Amara se levanto lentamente de su
silla y camino hasta la cámara. Ella tenía entendido que Argentina era de los
muchos países que expulsarían a los Híbridos, siendo Estados Unidos el más
reconocido seguido de España, Francia, Inglaterra, los Países Bajos y mitad de Latinoamérica.
Rusia era la excepción junto a Japón, Corea, China, todo el continente
Africano, Alemania y Canadá. Era irónico pensar que después de la Guerra que se
enfoco en el exterminio de estas Criaturas, ahora se avecinaba un pleito
mundial por ver quien estaba a favor de albergarlos junto a los Híbridos. Los tiempos
cambiaban, pero la mayoría de la gente no.
Amara se sentó en su lugar y
pocos minutos después se inicio el debate. La ley se había aprobado, no había
nada que debatir, pero cuando el 51% estaba a favor y el resto en contra, era
imposible no debatir sobre el tema que estaba ocasionando revueltos. Uno de los
diputados a favor se levanto y dejo su punto bien en claro, Amara escucho con
mucha atención.
—Estamos todos al tanto que
esta ley, a pesar de llevar una semana en vigencia, está recibiendo mucha
negatividad. Pero lo que la gente no sabe es que es lo mejor para todos.
—¿Mejor cómo? —Amara se levanto
de su silla—. Estamos echando de nuestro país a una minoría que las personas
como usted no quiere. Esta ley es retorcida, sin mencionar racista. ¿Acaso
quieren ser como Estados Unidos? Un país "libre", pero esa libertad
esta solo reservada para el ser humano.
—¿Y qué tiene de malo? —El
pregunto—. No sé si usted lo sabe, Gaertner, pero el 90% de los Híbridos nacen estériles.
La mezcla de genes de tal magnitud es muy propensa a traer malestar no solo
para los padres de esos monstruos sino que bien no podrían sobrevivir al parto.
Los Híbridos son el resultado de un enfermizo acto sexual. Los humanos deben
estar con otros humanos, así es la naturaleza.
—... Decían lo mismo hace casi
200 años sobre la gente de color, ni siquiera los consideraban gente. Esto es
solo la historia repitiéndose, la única diferencia es que la mitad del mundo está
dividida en este debate que podría llevarnos a otra guerra.
—Eso es estúpido. Esta ley
mejorara al país y nada más. ¿Qué pueden hacer esos engendros al respecto?
En ese momento se escucho un
disparo al aire dentro de la cámara. Todos los presentes se agacharon apenas
escucharon el disparo. El origen del sonido vino de la puerta. Un hombre de
largo cabello negro y un pequeño grupo de personas armadas estaban acompañándolo.
El hombre camino calmadamente hasta el centro de la cámara.
—¿Acaso alguien pregunto qué
haremos al respecto? —Pregunto el hombre con el arma—. Si no nos dan el derecho
que merecemos, lo tomaremos por la fuerza.
Amara reconoció al hombre al
frente del grupo. Ella nunca podría olvidar la cara del hombre que era cercano
a ella, el hombre que ella consideraba su mejor amigo, Howard Henderson. Amara
se levanto de su asiento y lo miro fijamente. Mientras Howard entraba con su
grupo armado, sus ojos conectaron con los de ella por un breve segundo. Los
ojos de Amara estaban llenos de decepción mientras que los de Howard eran de determinación,
pero tristeza. Días antes del ataque, Amara y Howard dejaron de hablarse, no
por un problema entre ellos, sino porque Howard estaba furioso por la ley
aprobada, el es un Hibrido. Amara lo sabía y no cualquier Hibrido... Uno
peligroso. Howard se paro en medio de la cámara y se dirigió a todos los
presentes.
—Tomamos el Congreso. Nuestras
demandas son simples. Desháganse de la ley contra Híbridos y denle igualdad de
derechos a los Críptidos en general. Sino... Nos veremos forzados a tomar
medidas drásticas —Howard, sin hesitar, apunto al diputado que estaba
debatiendo con Amara y le disparo directo en la cabeza. El hombre cayó muerto y
todos los presentes entraron en pánico—. ¡Silencio! ¡No queríamos llegar a
esto, pero parece que es la única manera en la cual tendremos algo de atención
por parte de ustedes!
Amara salió de su asiento y sin
detenerse trato de acercarse a Howard, pero uno de sus cómplices le apunto, no
con un arma, sino con su mano que se transformo en una enorme cuchilla. Amara
levanto las manos inmediatamente.
—¡Maldita sea, Howard! ¡Detén
esto! Así no es cómo funcionan las cosas. No puedes esperar que esta gente se
ponga de tu lado con solo apuntarles con un arma. Así no funciona la
democracia.
—Espere demasiado, Amara. Me
prometiste que harías algo al respecto, pero incluso tu voz no puede alzarse
entre todos estos humanos. Tus intenciones son buenas, por eso a ti no te
pasara nada, no puedo decir lo mismo de los demás si no hacen lo que les pido.
—Howard, estás dando una mala impresión
a la gente. Si sigues con esto no habrá vuelta atrás. Les estas dando la razón
a ellos. Por favor... —Amara se acerco lentamente, pero la enorme cuchilla del
Hibrido frente a ella rozo su mejilla. Al sentir el frio metal en su piel ella
se detuvo—. Esto es lo último que queremos que pase. Hay otra forma de hacer
las cosas. Hay leyes-
—¡NO ME HABLES DE LEYES! ¡Son
reglas creadas por los humanos por su propia conveniencia!
—¡Y tu eres mitad humano!
—Amara grito—. Por favor. Esto está mal, lo que estas logran es perjudicar a
los demás Críptidos y los Híbridos. No te vuelvas esa persona. Aun hay tiempo,
para ti y tus compañeros —Amara vio a los cómplices de Howard, algunas tenían
armas, otros espadas y algunos desarmados pero con enormes garras por uñas—, bajen
sus armas. Me asegurare de arreglar todo esto, así que por favor. No por mí,
por ustedes.
—... —Howard no dijo nada, solo
se mantuvo en silencio, pensando—. Lo siento, Amara. No hay vuelta atrás. Si no
tomamos acción, perderemos nuestra libertad.
—Las leyes no son lo que te
hace libre. Todos nacemos libres y somos libres de hacer lo que queremos...
Pero ten en cuenta las consecuencias de tus actos y a donde te llevaran. Piensa
racionalmente.
—Lo pensé... y solo me queda
esto. ¿Que harás Amara? ¿Estás con nosotros o no?
—Lo estoy... pero no puedo
mirar a otro lado cuando estas matando indiscriminadamente. No soy ese tipo de
persona.
—... Jordan, déjala —Dijo
Howard y el Hibrido con las cuchillas se alejo de ella. Howard camino hasta
Amara, hasta que estaban los dos cara a cara—. Lo siento, de verdad.
—Aun puedes parar esto. No
hagas nada que empeore la situación... Por favor...
Afuera del Congreso podían
escucharse gritos y disparos. De repente la policía junto a la Gendarmería
entro al lugar y apunto sin dudar a Howard y el resto de su grupo. Amara estaba
justo en el medio. Ella sin perder tiempo levanto las manos y les dijo que no
disparen, pero sus palabras cayeron en oídos sordos cuando el oficial de Gendarmería
disparo al ver que el grupo se preparaba para defenderse. Los ojos de Amara se
abrieron cuando escucho el disparo, ella sintió un inmenso dolor en su pecho.
Miro abajo y vio sangre saliendo de ella. Antes de que pudiera reaccionar o
moverse, otro disparo ocurrió... La bala le dio directo en la cabeza y Amara murió
en el acto...
Morí... Estaba confundida... Asustada... Confundida... Fue un
accidente, me encontraba en medio del desastre, pero ¿cómo no podía estar allí?
Quería evitar otra muerte innecesaria... Por fui yo la que termino muerta...
Que gracioso giro del destino... Nunca creí que mi vida acabaría allí... Me gustaría
decir que acabo allí, me gustaría decir que morí... Pero volví... Y me volví
una marioneta... Manejada por Ella...
Amara abrió sus ojos repentinamente. Los primero que voy fueros
los ojos de alguien más, ella tenía un rostro a tan solo centímetros del suyo.
El rostro pertenecía a una mujer que sonreía viciosamente ante Amara. Sus ojos
eran rojos como la sangre y vestía una enorme túnica blanca. De su cabeza salían
cuernos justo arriba de sus orejas puntiagudas.
—Levántate, Marioneta mía...
—Dijo ella y Amara se levanto contra su voluntad y eso le provoco incertidumbre
y miedo, sin mencionar confusión que eso estuvo presente desde que abrió los
ojos—. Bien, eso es... Eso es... Respondes bien.
—¿Qué...? —Ella pregunto—
¿Do-Donde estoy?
—Vaya, aun conservas tu mente.
No será problema, mientras más tiempo pase empezaras a obedecerme sin necesidad
de que te controle.
—No entiendo... ¿De que estás
hablando?
—... Silencio... —Amara escucho una voz dentro de su cabeza y sintió su
cráneo abriéndose en su nuca. Ella llevo sus manos rápidamente hasta su nuca y sintió
la boca llena de dientes filosos que apareció repentinamente en su nuca— ...
Silencio... —Dijo la boca en su nuca y Amara empezó a gritar. La mujer chasqueo
los dedos y la boca de Amara se cerró inmediatamente—.
—Amara Gaertner... Tu moriste y
yo te traje devuelta para que puedas hacer realidad tus sueños... y los mismos
—La mujer se acerco y miro a Amara detenidamente—. Nuestros objetivos son los
mismos... Tú quieres igualdad para los Críptidos... Yo también... Pero para
lograrlo, necesitas cierto objeto... Cuando lo obtengas, podrás hacer lo que tú
quieras, podrás cumplir todos tus deseos. Todo lo que alguna vez quisiste, el Rubí
te lo dará... Solo necesitas los pedazos y ellos te darán el poder para lograr
tus objetivos...
La mujer saco de su manga un
pequeño fragmento del Rubí de Tou Krowat. Amara lo miro detenidamente y se vio
perdida en su brillo, en su rojo brillante que de a poco empezó a hablarle.
—Yo... Que... que es esto...
—Amara no podía articular su oración, el Rubí estaba atrayéndola, dejándola en
un trance—. Esto... el rubí... puedo lograr la... igualdad entre humanos... y Críptidos...
solo tengo que... tocarlo...
—Eso es, Marioneta... Escucha
su voz, su dulce voz... No tienes miedo, volviste de la muerte, más fuerte que
nunca, sin miedo a nada y el Rubí te escogió para que puedas lograr lo que
quieras... Solo deja que te guie... Hacia los demás fragmentos y hacia la
victoria... Estaré viendo desde las sombras, mi Marioneta... No me decepciones.
Amara agarro el fragmento y
este se hundió se su piel, volviéndose parte de ella. Amara sintió el Rubí
dentro de ella y como parte de su mente se volvía borrosa, el Rubí lentamente
tomo el control de su mente sin que ella se diera cuenta... Amara se volvió un peón
sin darse cuenta... No tuvo oportunidad de defenderse ni de argumentar... Ahora
le pertenecía al Rubí... Y a la mujer de blanco.
Parte 1
Naomi y Makoto caminaron a paso rápido con Wells siendo
"arrastrado" por Naomi. Ella no le daba tiempo ni de quejarse. A los
pocos segundos de irse la luz, fueron atacados por un Necrófago en la oficina
de Wells, Naomi tomo a Wells y ahora trata de sacarlo del lugar para llevarlo a
un lugar seguro. Mientras más se alejaban más escuchaban paredes rompiéndose y
el suelo temblando. Llegaron a las escaleras y bajaron frenéticamente hasta la
planta baja. Mientras bajaban se toparon con una multitud de personas tratando
de bajar también debido a que todo el edificio temblaba, confundiéndolo con un
terremoto. Naomi apretó la mano de Wells para no perderlo entre la multitud.
Todos llegaron a la planta baja, siendo ellos los últimos en la fila vieron
como todos se amontonaban en el vestíbulo. Siempre ante cualquier emergencia se
debía evacuar el edificio, pero los guardias de seguridad no dejaban a nadie
salir, ni siquiera acercarse a la puerta. Uno de los trabajadores del edificio
trato de pasar por encima de seguridad, pero uno de los agentes lo empujo
contra el suelo y le disparo en la pierna. Eso hizo a todos los presentes
entrar en pánico, incluyendo a Wells
—¡¿Que significa esto?! —Grito
Wells, pero no lo suficiente como para que todos lo escuchen—.
—Creo que Amara no está
jugando... Debemos salir de aquí ahora —Naomi tomo a Wells y miro a todas las
direcciones—. La salida de emergencia ¿Dónde está?
—A nuestra derecha... Pero hay
un espacio vacío, si pasamos por ahí nos verán.
—No creo que lo quieran a usted
muerto... Pero nosotros es otro tema —Dijo Makoto y desenvaino su katana—. No
hay necesidad de ir por la puerta de emergencia. Naomi yo me encargo, cuando
termine sacare a esta gente aquí y los llevare a la calle. Ustedes esperen aquí.
Si la pelea varios pisos arriba de nosotros empeora puede que dañe la
integridad del edificio. Es muy posible que el edificio caiga sobre nuestras
cabezas si ese demonio se deja llevar.
—Cierto... Solo ten cuidado y-
—Ya sé, no los voy a matar
—Makoto interrumpió a Naomi—. Lo máximo que hare es infligirles dolor. No me
tomara más de un minuto, tranquila
Makoto le guiño el ojo y sin
nada más que decir se adentro en el mar de personas y en solo unos segundos apareció
frente a la entrada con los guardias custodiando la puerta. Makoto tenía frente
a él al menos 15 guardias y posiblemente más afuera. El hizo crujir su cuello y
los miro a cada uno rápidamente.
—¡Oye! Vuelve con el resto si
no quieres que te meta una bala en la cabeza —Dijo uno de ellos—.
—¡Baja la espada! —Dijo otro
guardia—.
—No, ustedes bajen sus armas.
Si lo hacen y dejan a esta gente salir no tendremos que recurrir a la
violencia, ¿Les parece? —Makoto pregunto y sin vacilar, los guardias le dispararon
con sus armas.
Todas las balas le dieron a él
y solo a él. El tiroteo duro diez segundos, cuando terminaron los guardias se
sorprendieron al ver que Makoto aun seguía de pie, es más, parecía no haberle
importado que le hayan llenado de agujeros. El seguida parado allí
tranquilamente como si lo único que lo hubiera golpeado haya sido una pequeña ráfaga
de viento. Sus heridas cerraron inmediatamente, Makoto cerró su puño izquierdo
con fuerza y cuando la abrió todas las balas que entraron a su cuerpo cayeron
al suelo. Los guardias se desesperaron y procedieron a recargar sus armas, pero
Makoto no les dio tiempo. Tomo su katana y ataco al guardia frente a él. Lo
golpeo con lado sin filo de la katana, el dorso, justo en las manos para que
suelte su arma y rápidamente lo apuñalo en el hombro derecho con cuidado de no
dañar ningún hueso. Makoto veía todo en cámara lenta, sus sentidos se
agudizaron al momento que vio la sangre salir del hombro del guardia. Su Sed de
Sangre estaba por tomar control de el, pero mantuvo su compostura y siguió con
su misión. Los otros 14 guardias apuntaron a él. Makoto pateo al guardia, este cayó
al suelo y su espada se libero de su hombro. Los guardias dispararon contra
Makoto y por suerte el guardia al que había apuñalado cayó al suelo antes de
ser alcanzado por las balas. Makoto recibió todas las balas de nuevo, pero esta
vez se las devolvió a todos ellos. Apenas dejaron de disparar, Makoto arrojo
todas las balas desde sus manos y con precisión les dio a sus objetivos en los
hombros, brazos y piernas. Todos cayeron al suelo y solo el quedo parado en el
medio de todos los caídos. El miro a la multitud y abrió las puertas.
—¡Salgan! ¡No es seguro aquí!
—El dijo y sin perder tiempo todos salieron en forma ordenada y tratando de
mantener la calma. El edificio se sacudió violentamente y se escucho como
varios pisos se estaban derrumbando—. Mierda...
—¿Que está pasando allí arriba?
—Naomi pregunto. En ese momento, David bajo por las escaleras, con un brazo
roto. El corrió hasta la puerta y se reunió con ellos—.
—Mierda, ¿qué te paso?
—Pregunto Makoto—.
—No van a creer lo que acaba de
pasar... —Dijo David y para la sorpresa de todos los presentes en techo se cayó
a pedazos y del humo se podía ver a una criatura cuya forma no podía definirse—.
Abigail cerró sus ojos, ella estaba junto a Tamara apoyada contra
la pared, esperando a que el Necrófago se acerque a ellos. Abigail tomo aire y
lo dejo salir con calma. Inhalo y exhalo. Ella abrió los ojos y sus ojos se
llenaron de determinación y se deshizo de su miedo. El Necrófago destruyo la
pared en la que ellas estaban apoyadas, Abigail se tiro hacia la derecha y
Tamara hacia la izquierda. El Necrófago tomando la forma de una araña gigante
fue contra Abigail. Ella corrió por todo el piso, esquivando sillas, saltando
mesas y tratando de perderlo. El Necrófago destruyo varias de las paredes del
piso, volviendo más difícil su posibilidad de esconderse. Tamara ataco al Necrófago
por detrás. Lo tomo de su exoesqueleto y lo lanzo contra una de las pocas
paredes que aun estaban intactas, solo para romperla en pedazos. Tamara corrió
hacia él, con sus puños engullidos en fuego negro y comenzó a golpearlo
repetidamente en sus enormes ojos arácnidos. El Necrófago se alejo de ella y comenzó
a cambiar de forma rápidamente. Tamara vio como su cuerpo se retorcía
grotescamente para cambiar su fisiología. Ella vio el corazón saliendo de su
cuerpo, cambiando de lugar y sin perder tiempo trato de agarrarlo, pero se movió
tan rápido que le fue imposible. El Necrófago se transformo en una serpiente
gigante, tan grande que rompió las ventanas con su enorme cola y tan grande que
apenas cabía en el piso.
—Tamara, al piso de abajo
¡Ahora! —Abigail grito. El Necrófago se lanzo contra Abigail rápidamente con su
enorme boca abierta. Ella corrió hacia las escaleras y antes de que pudiera ser
alcanzada se tiro bajo las escaleras, cayendo duro contra el suelo del
siguiente piso—.
El Necrófago cambio de forma,
esta vez para perseguir a Abigail sin destruir el edificio. Tamara salto sobre
el apenas vio que cambiaba formas de nuevo. Ella aterrizo en su cabeza en el
momento que su piel y órganos empezaron a retorcerse para moldearse y
rehacerse. Ella vio el corazón, e incluso su cerebro, saliendo del cuerpo
y reentrando. Ella alzo su mano y tomo el corazón. En ese momento la transformación
se detuvo a mitad de proceso. El Necrófago seguía siendo una serpiente, pero
con varios rasgos de insecto y mamífero. Era una mezcla de varios animales.
Tamara trato de arrancarle el corazón, pero el Necrófago se sacudió
violentamente tratando de sacársela de encima para poder transformarse
debidamente. Mientras ella este agarrada de su corazón, el no podía
transformarse debidamente. Abigail, que estaba en el piso de abajo, vio al
final de las escaleras la pelea. Ella tomo su pistola y apunto, tratando de no
darle a Tamara en el proceso. Ella tenía al corazón en la mira, ella estaba por
apretar el gatillo, pero su mano izquierda comenzó a palpitar. El dolor en su
mano se volvió aun más intenso de lo que ya era. Abigail soltó su pistola y se
agarro la mano por el dolor. Sentía como su mano palpitaba con fuerza, como si
tuviera un corazón propio a punto de tener un paro cardiaco. Ella vio su mano,
vendada, manchada de sangre y sin piel, y no pudo evitar notar algo realmente
fuera de la común. Su mano izquierda se estaba moviendo por sí sola. Sus dedos
se movían violentamente, ella quería cerrar su mano pero no podía, ella sentía
el dolor, sentía el movimiento involuntario de su mano, pero no tenia el
control sobre ella.
—Abigail ¿Que estás haciendo?
¡Dispara! —Grito Tamara mientras forcejeaba con el monstruo—.
Abigail trago saliva, tomo su
pistola con su mano derecha, ignoro el dolor y apunto de nuevo. El dolor la
estaba volviendo loca, ella sentía su mano retorciéndose y el dolor, junto con
las palpitaciones, alcanzaron su cabeza. Abigail parpadeo, tenía el corazón en
la mira y disparo sin vacilar. La bala viajo rápidamente en el aire y en un
parpadeo alcanzo a su objetivo. Atravesó el corazón del Necrófago y este rugió
de dolor. Se sacudió aun más violentamente y se saco a Tamara de encima. El Necrófago
tomo múltiple formas mientras el corazón y todos sus órganos cambiaban de lugar
frenéticamente. El monstruo se golpeo la cabeza varias veces contra el suelo, agrietándolo
y antes de que todos pudieran reaccionar, el suelo se rompió debajo de ellos.
Tamara y el Necrófago cayeron, no solo al piso de abajo, sino que rompieron
todos los pisos hasta llegar al vestíbulo. Abigail, quien estaba en las
escaleras, vio como ellos caían y sin pensarlo dos veces bajo las escaleras
para alcanzarlos. En su viaje hacia el vestíbulo se dio cuenta que el dolor y palpitación
en su mano desaparecieron. Ella podía mover su mano izquierda con normalidad
ahora. Ella estaba confundida, asustada también, no sabía que fue lo que le
paso... Pero ese no era el momento para pensar, ella debía actuar.
Parte 3
Thomas estaba teniendo una pelea a puño limpio con un vampiro. El tenía
una fuerza excepcional gracias a su maldición, sin mencionar que todo lo que
tocaba era congelado casi instantáneamente. Thomas nunca pensó que se encontraría
en esta situación, el nunca pensó que ese día estaría peleando contra un
vampiro. Lo único que quería era buscar su medicina, volver a casa y mirar su
serie favorita mientras descansaba en su sillón favorito, desperdiciando otro día
y esperando su inevitable destino. La maldición del Wendigo, una maldición
lenta y dolorosa, una maldición que lentamente lo transforma en un monstruo de
hielo. Nadie lo maldigo, el mismo lo hizo. Fue un error, una desesperación, no había
otra manera. Con tal de vivir más tiempo, el se maldigo a sí mismo y ahora paga
el precio por su acciones. No le importa, acepta el precio y su destino. Pero
lo que no esperaba es que el este allí, peleando para proteger a un hombre que
ni siquiera conoce, peleando por una causa que ni siquiera le importa, peleando
para salvar a gente que bien podría importarle una mierda si viven o no. El no
esperaba salir de casa para terminar allí. Pero extrañamente, sintió algo... el
sentido del deber, tal vez... o era algo más. El se deshizo de esos
pensamientos, no era el momento ni el lugar para andar pensando en lo que podría
estar haciendo ahora y porque estaba en esta situación, lo que debía hacer
ahora era deshacerse de su enemigo... Para eso no se contuvo... El odia a los
vampiros. Thomas cerró su puño y con todas sus fuerzas lo golpeo en el rostro.
Apenas su puño hizo contacto, el rostro del vampiro fue cubierto por un hielo
tan duro y tan frio que congelo parte de su cerebro. Thomas no se detuvo allí,
cada golpe que dio después de eso congelaba aun más. El golpeo al vampiro tan
fuerte y con tanta ferocidad que casi todo su cuerpo fue cubierto en hielo,
volviendo casi una estatua de hielo en medio del pasillo. Las manos de Thomas
se tornaron azul oscuro con sus uñas volviéndose negras. Tomo al vampiro del
hombro y lo golpeo tan fuerte en el estomago que lo rompió en mil pedazos.
Thomas se encontró sosteniendo la mitad superior del cuerpo del vampiro que
eventualmente se cayó a pedazos justo frente a sus ojos.
—... Mierda... Me deje
llevar... —Dijo él mientras respiraba agitadamente—. Carajo... Espero que no me
encarcelen por matar a este hijo de puta...
Thomas se alejo lentamente del cadáver
y volvió hacia las escaleras, pero su viaje fue interrumpido cuando un monstruo
destruyo el techo y cayó hasta el vestíbulo. Thomas abrió los ojos como platos
al ver eso y se acerco al agujero recién hecho, se asomo solo para ver a un
monstruo en el vestíbulo de la planta baja con una forma indescriptible
tratando de recuperarse de la caída.
—¿Que mierda es eso? —Dijo en
voz baja. De las escaleras bajaba Abigail desde los pisos superiores. El vio a
Thomas y lo llamo—.
—¿Qué haces aquí? ¡Debemos
bajar ahora!
—¡¿Qué es eso que acaba de
romper el techo?!
—¡Es el Necrófago!
Parte 4
Tamara aterrizo encima de los escombros, ella ya se habría roto la
espalda, o incluso muerto si fuera humana. Aunque al ser un Hibrido y no un
demonio en su totalidad, siente el dolor como si fuera un humano y era muy
doloroso. Ella se levanto rápidamente y el Necrófago, tomando una forma
indescriptible, extendió su brazo el cual se notaba sus huesos, nervios y músculos.
Su brazo trato de agarra al Tamara pero ella se hizo a un lado y se alejo del
monstruo moribundo. De las escaleras salieron Abigail y Thomas, mientras que
Naomi, Makoto y David se acercaron desde afuera del edificio.
—¡¿Qué carajo es eso?! —Grito
David—.
—El Necrófago —Dijo Abigail
mientras los empujaba a todos hacia una distancia segura. El Necrófago no
estaba atacando, trataba de mantener una forma consistente, pero le era
imposible. Su corazón estaba dañado y a punto de morir—. Le dispare en el corazón,
no creo que sobreviva.
—... Que desastre —Dijo
Thomas—. Esto se fue bien a la mierda.
—No me digas... ¿Ahora qué?
—Pregunto Makoto—.
—Sinceramente... No quiero ni
estar aquí —Dijo Abigail—. Pero tengo obligaciones y... ¡Cuidado!
Abigail empujo a Makoto a un
lado. El Necrófago golpeo sus manos contra el suelo donde estaba Makoto y rugió
con todas sus fuerzas mientras su cabeza tomaba la forma de un dragón y su
cuerpo se volvía una mezcla rara de varios animales. Abigail saco su pistola y
apunto de nuevo al corazón que esta vez estaba completamente expuesto. Ella
jalo del gatillo y no solo el corazón, pero toda el área del pecho del monstruo
exploto, como si un tanque hubiera disparado contra el seguido por un ruido
explosivo que hizo eco en toda la cuadra. Abigail abrió sus ojos completamente
al ver eso, su bala no hizo eso. Fue cuando se dio vuelta que entendió lo que había
pasado... Jebediah Searfoss apareció entre la multitud, apuntando con su
PTRD-41 directo al monstruo. Jalo del gatillo de nuevo y la bala le dio al Necrófago
directo en la cabeza, arrancándosela del cuerpo violentamente mientras sangre
salpicaba por todas las direcciones. Parte de esa sangre se salpico sobre los
pies de Abigail mientras miraba como Jebediah recargaba su fusil antitanque
mientras caminaba calmadamente hacia ellos. Jebediah se detuvo frente al enorme
grupo y dejo salir un suspiro. Estaba claramente molesto de verlo allí,
principalmente a Tamara.
—¿Porque no me sorprende?
—Pregunto el—. Blackwood esta aquí con el Hibrido, para colmo una de las
ultimas Kitsunes en el mundo hace acto de presencia con un vampiro diurno y un
hombre a tan solo un paso de volverse un monstruo de hielo —Jebediah remarco la
condición de Thomas cuando vio que sus manos aun estaban de color azul oscuro—.
Vaya grupito de inútiles, no pueden contra un Necrófago, por eso me llaman.
—¿Quieres pelea? —Pregunto
Tamara con una sonrisa—. Creo que la estas buscando.
—No, solo estoy diciendo lo
obvio de la situación. Ustedes son Críptidos de muy alto nivel y aun así tienen
que retenerse por causar daños colaterales, si el enemigo ya causa un daño
considerable, ¿Porque no atacarlo con la misma fuerza y agresividad?
—... —Tamara guardo silencio,
ella no iba a darle la satisfacción de seguir el pleito—.
—Jebediah, tenemos una situación
aquí y nos vendría muy bien tu ayuda —Dijo Abigail. Jebediah miro la mano
izquierda de Abigail que estaba volviendo a sangrar—.
—No, no necesitan mi ayuda
porque ustedes se irán de aquí. Yo resolveré este problema, ustedes son un
estorbo, sin mencionar que están involucrando a civiles...
—Searfoss —Wells salió de la
multitud de gente que acababa de salir del edificio—. Agradezco que hayas
podido asistir rápidamente para ayudarnos en esta situación y-
—Guárdatelo, no estoy de humor.
Quiero terminar con esto y volver a casa lo más rápido posible. Dame un resumen
de la situación, a que me enfrento, que apoyo hay y que debería esperar.
—Eso va a ser algo difícil de
explicar —Dijo Abigail y Jebediah la tomo de su uniforme, eso hizo que todo el
grupo se altere. Jebediah miro a Abigail directo a los ojos—.
—Simplifícalo entonces... Y no
me hagas repetirlo dos veces... Cuando termines, te iras de aquí, te revisaran
el brazo y volverás a tu aburrido trabajo de oficina, esperando a que te llames
por la incompetencia de la policía... Ahora habla...
—Hablare... Pero no me iré...
—Dijo Abigail, lo cual sorprendió a Jebediah. El se enojo por el simple hecho
de que ella le lleve la contra—. Este sigue siendo mi caso, con Tamara
encontramos al culpable del incidente en el parque, ella busca los demás
fragmentos del Rubí. Naomi tiene uno de esos fragmentos, lo que me lleva a
pensar que es muy probable que ella mande a alguien por el... Pero no sin antes
atacar el Congreso. Jebediah, es mi trabajo y mi deber terminar con esto.
—... ¿Te crees un héroe pero no
lo eres? —Jebediah la soltó lentamente—. ¿Cuándo vas a darte cuenta que las
cosas no se resuelven a tu manera? ¿Debo recordarte la negociación que salió
mal el año pasado? Me culpas por jalar del gatillo, pero fuiste tú quien metió
la pata. Si no pudiste con eso, no podrás con esto, no importa que tan buena
seas, hay cosas que simplemente no puedes hacer. Es la realidad.
—... Aun así lo intentare
—Intentarlo no basta, Imbécil...
Pero como eres del tipo de persona que es demasiado obstinada para hacerte
entrar en razón, haz lo que quieras. Si mueres, no es mi culpa... Ahora dime
exactamente a que nos enfrentamos.
CONTINUARA...
— Capítulo Siguiente
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