Dos capítulos en un día para el blog. Disfruten :)
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Espers Libro 1. Camelia.
Capítulo 8.
Kiva despertó, como siempre, a las 5 a.m.
Yacía desnuda en su cama, solamente cubierta por una sábana.
El Señor Koldo se había retirado de su habitación en algún momento de la madrugada. Ella no se dio cuenta.
Desde su intento de escape, ella perdió las esperanzas. Ya ni siquiera le importaba ser utilizada por Koldo. "Al menos Camelia pudo escapar". Se repetía a si misma. "Si Stefano sabe que estoy aquí, Elisa e Íker lo sabrán tarde o temprano". A pesar de eso, ella sabía que ninguno iría contra los deseos del consejo, por temor a perder su estatus. Ella estaría para siempre en ese lugar.
Soltó un suspiro ruidoso, se levantó de mala gana y se dio un baño. A las 6 a.m. comenzaba su rutina. Se cambió rápidamente y salió de la habitación después de arreglarse un poco.
Iba camino a la cocina, cuando escuchó un coche estacionarse ruidosamente cerca de las puertas de la mansión. Se asomó a la ventana, al igual que los demás sirvientes. Era Akim Sauz, el hijo de Koldo.
Akim vivía a unas horas de la mansión de su padre. Al juzgar por su cara roja del coraje al salir de su porche, él se acababa de enterar de lo sucedido.
El Señor Koldo fue rápidamente a su encuentro. Lo espero en la entrada de la mansión. Akim entró azotando la puerta.
"¿Que carajo pasó?" Se dirigió a su padre molesto. "Dijiste que te harías cargo de Camelia y de mi hijo mientras nacía mi otro hijo y ¿que me encuentro? Camelia escapó con el niño y ni tú ni tus estúpidos sirvientes pudieron detenerla. Ella estaba débil... Por el amor de Dios. Fácilmente la hubieran detenido".
Los sirvientes se formaron en fila a recibirlo (era una regla de la casa) incluida Kiva.
" Tú, ven".
Señaló el Señor Koldo a uno de sus sirvientes. Alejandro era hombre en sus treintas, corpulento y no muy guapo. Estaba casi calvo. Era un ésper de nivel medio. El sirviente se acercó con cautela al lado del Señor de la casa.
"Habla".
"La señorita Camelia no fue hallada en la habitación ni tampoco el bebé. Fui junto con otros tres en su búsqueda. La encontramos afuera. Estaba tratando de escapar junto con Kiva. La señorita me asfixió y los otros dos atraparon a Kiva, pero no pudimos atrapar a la señorita. Ella escapó con el bebé. Un tipo de parka negra se la llevó".
Akim caminó hacia Kiva, la agarró del brazo y la arrastró hasta donde se encontraba su padre y el otro sirviente. "¿Por qué carajo escapó Camelia y quién era el tipo de la parka? Habla".
Kiva meditó un momento. Ella no podía revelar que ella era la razón por la cual había escapado Camelia y mucho menos que Stefano era el de la parka negra. Le dijo lo mismo que le había dicho a Koldo Sauz.
"La señorita Camelia me levantó esa noche. Me dijo que iba a escaparse de la casa y que necesitaba mi ayuda". Ella miró a Koldo y de vuelta a Akim. "Ella dijo que escuchó una plática entre usted y su padre. Nunca dijo de que trataba. La ayudé a agarrar unas cosas y salimos en silencio por la ventana del baño. Después de que salimos me arrepentí y caminé de regreso hacia la mansión, pero la señorita no me siguió. Cuando voltee hacia atrás una vez más, el hombre de la parka se la había llevado". Era un ésper de nivel superior. No sé nada más, lo juro".
"¿Por qué crees que era hombre?" Preguntó Akim.
"Era lógico" Interrumpió el sirviente. "Medía cerca de 1.90 y tenía un cuerpo trabajado. La espalda lo delataba".
Kiva suspiró de alivio. No sabía que responder.
"¿Por qué querías tu huir?". Preguntó Akim a Kiva.
"No creo que ese sea un tema de conversación para todos". Respondió Koldo.
Akim comenzó a reír. "Todos sabemos que te acuestas con esta puta". Se dirigió a Kiva. "Responde".
Kiva estaba avergonzada y muy molesta con Akim. Respiró hondo, no quería que su cara reflejara su sentir. Meditó un momento lo que iba a decir. Por supuesto que no iba a delatar sus deseos de huir de la mansión, la protección del Señor Koldo se iría a la mierda.
"Yo... ya no deseaba ser solo la sirvienta del señor Koldo. Yo lo amo. Él me ha dicho que es imposible, pero mi corazón no escucha. No pude más ese día, cuando la señorita dijo que nos fuéramos pensé: dejaré de ser la sirvienta del Señor y el podrá ser feliz sin mi aquí, importunando su vida familiar. Era mi oportunidad de apartarme de todo este dolor. Lo siento Señor".
"Kiva..." Koldo le extendió la mano. Kiva sonrió internamente, su chantaje emocional había funcionado.
Akim le lanzó una mirada asesina a su padre y apartó la mano que extendió.
"No me importa tu mierda sentimental. Retírate". Le dijo a Kiva.
"Sí señor". Kiva se apartó y suspiró.
"¿La perseguiste con ellos?". Preguntó Akim a su padre.
"Tu hijo dejó el rastro de su presencia. La perseguí con Alejandro y los otros, pero la presencia desapareció no muy lejos de aquí".
"El hombre se llevó a la señorita y al niño en sus brazos y saltó fuera de la mansión". Dijo Alejandro. "Tomé una de las camionetas y la perseguimos con la ayuda del Señor, pero después de unos kilómetros, perdió el rastro y no la pudimos perseguir más":
"Alguien ocultó la presencia de Baran". Continuó Koldo.
"Maldita sea. Bola de inútiles. ¡Vayanse todos de aquí, déjenme a solas con mi padre!".
Los sirvientes, incluida Kiva, desaparecieron de la habitación. Ella decidió entrar a la cocina, para escuchar la conversación de ambos.
"¿Crees que fue el consejo?". Le preguntó Akim a su padre.
"Lo dudo. Ellos querían a Camelia, pero prometieron que el bebé sería nuestro".
"Entonces, ¿Quién es el hombre que vino?". Preguntó el rubio.
"No tengo idea. ¿Sospechas de alguien?"
"Del consejo. Ellos no estaban de acuerdo en que Camelia se quedara conmigo".
"Ya te dije que ellos no fueron... ¿y tu mujer?".
"¿Esa estúpida? No. Ella hace todo lo que yo le digo. Recuerda que cuando me negué a comprometerme porque estaba embarazada, ella rápidamente abortó a ese bebé. Ella esta loca por mi. No lo haría, lo sabría".
"Ella es una buena sospechosa. Si esta loca por ti, ella podría haber pedido que se deshicieran de ellos".
"Pero oíste a tu sirvienta. Camelia salió por su cuenta. ¿Cómo iba a saber ese tipo que ella estaba escapando? ¿No la tenías perfectamente vigilada?".
"Ella no habló con nadie por teléfono. Roger lo corroboró".
"¡Maldita sea! Me largo de aquí. Voy a mover a mis investigadores y voy a perseguir a todos los malditos éspers de nivel superior que conozca". Akim salió a prisa de la mansión, azotando la puerta detrás de él.
El Señor Koldo se fue a su estudio.
Kiva se dirigió a lava trastes de la cocina, meditando lo sucedido. "No debo perder las esperanzas. Camelia es una buena mujer y, aunque no conozco bien al Stefano actual, se veía muy mortificado por dejarme atrás. Ellos volverán. Debo aguantar... ¿La señorita Yuridia abortó? No me lo esperaba".
Camelia llenó el lavavajillas y se dedicó a limpiar el resto de la cocina. Sus esperanzas volvieron inesperadamente gracias a Akim Sauz. "Que irónico". Pensó, mientras una sonrisa iluminaba su rostro.
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