El arte, como siempre, de PrinceOfRedrosesdraws
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Espers Libro 1. Camelia.
Capítulo 10
Desde hace más de cuatro semanas, después de que Baran se duerme a las 9 p.m. Camelia comienza su nueva rutina.
Un buen baño y un lavado a conciencia de sus dientes. Una pijama con blusa de manga y con pantalones largos. Entraba a su cuarto con toda su ropa interior puesta, incluido el brassiere. Ella no quería que se dieran malas interpretaciones entre ellos. Sus intenciones estaban claras: eran solamente besos para aumentar su poder. Dentro de poco, ellos irían por Kiva y todo terminaría ahí.
A pesar de eso, Camelia no podía ignorar a Stefano. Él también hacía lo mismo que ella. Su cuerpo estaba completamente cubierto, ni siquiera permitía que ella pegara mucho a él. Stefano la apartaba cada vez que terminaba de besarla. Eso comenzó a decepcionarla y se preocupó por si misma.
No era la primera vez que besaba a alguien, pero era la primera vez que ella se sentía decepcionada cada vez que era alejada. Además, ella notaba todos los movimientos que él hacía y todo en él le gustaba. Él se preocupaba por su ahora desconocida tía, a pesar de eso, ella sabia que quería rescatarla, ya que la mamá de Stefano la amaba y él quería que su mamá fuera feliz y Kiva libre.
A pesar de que él aún amaba a su ex novia, él la besaba, ya que necesitaba de su ayuda para rescatar a Kiva. La ayudaba comprando ropa para ella y para su hijo y a veces lo encontraba checando a su hijo en la madrugada. Procuraba no hacer ruido y a veces le daba a Baran el biberón de la madrugada, lo dormía y se regresaba a dormir.
Él era, además, guapo también. Su aspecto rudo y su mirada intensa le fascinaban. Le encantaba su altura y su cuerpo trabajado. Todo eso aunado a su bello cabello azabache y sus ojos de color jade. Al pensar en como había afectado ella su vida, le dolía.
Solo le había traído problemas. Camelia sabía que era perseguida no sólo por la familia Sauz, sino también por el consejo. Además, aunque él considerara alguna vez tener un noviazgo, no quería que él cargara con un bebé que no era suyo y todos los problemas detrás de ella.
Todo estaba revuelto en su mente, <"Debería dejar de pensar en cosas que ni siquiera van a ser">, pensaba Camelia a menudo.
Stefano observaba con ansias la puerta de su cuarto. Hasta hace poco esa ansiedad no existía, pero cuando comenzó a aparecer ese deseo que fueran las 9 p.m. en su día, lo preocupó un poco.
Él sabía que ella no tenía intenciones ocultas. Ella cubría su exuberante cuerpo de él, pero ni siquiera esa horrible pijama ocultaba sus curvas con totalidad. Podía ver con claridad su pequeña cintura, el contorno de su pechos y su cadera que se movía a un vaivén excitante cuando se aproximaba a él. A pesar todas esas razones, su cuerpo traidor siempre lo hacía responder a esa imagen. A menudo pensaba como quitarle esa horrible pijama y dejarla desnuda frente a él. Normalmente, precisamente esa imagen destellaba en su mente cuando la besaba y la sangre pasaba de su cabeza a la parte media de su cuerpo. Él la apartaba para que no notara su reacción, aunque siempre lo lamentaba después. Ella lo miraba sorprendida y herida. Inmediatamente después se iba sin decir nada.
Un suspiro ruidoso sonaba cada vez que ella se iba. No podía permitirse a si mismo seguirla a la habitación de huéspedes y llevarla de regreso. Él pensaba a menudo que ella quizás no quería que él mostrara sus avances. Quizás la incomodaría. Stefano pensaba que ella acababa de salir de una relación donde fue traicionada por un hombre y que ella probablemente no quería a otro detrás de ella. También pensaba en Baran, pero para él no era ningún problema. Al principio consideraba que él no sería capaz de criar al hijo de Akim Sauz, pero después de tenerlo cerca, él comenzó a tenerle aprecio al bebé. Baran le sonreía cada vez que estaba cerca y se había ganado su corazón, además, el niño no era culpable de la situación.
Lo que siempre lo detenía, independientemente de lo anterior, era el cambio de su propio corazón. Hasta hace nada, él seguía amando profundamente a Yuridia. <¿Por qué desde que Camelia está aquí, mi enlace con Yuri se deshizo? ¿Era mi amor por ella tan poco?>
Stefano se dormía con mucho dolor en la parte media de su cuerpo. Era horrible esa sensación, pero deshacerse de ese dolor jugando con sí mismo no iba a satisfacerle. Él sabía perfectamente lo que su cuerpo deseaba. Era Camelia. Pero era algo que nunca podría tener.
"Maldición". Susurró a si mismo Stefano y se cubrió completamente con la sábana de la cama de su habitación.
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