Espers Libro 1. Camelia. Capítulo 9.


Vacaciones!!!!! Si!!!

Segundo capítulo del día. Lean :)

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Espers Libro 1. Camelia.

Capítulo 9.




"¿Tenías que decirlo de esa manera Elisa?" Dijo Íker muy molesto. "La chica se desmayó de la impresión, ¿no puedes tener más tacto? Maldita sea Elisa..."

"Lo siento" Le respondió Elisa con la cabeza baja.

"¿Estás seguro que es por eso papá? ¿No se desmayó por falta de poder?" Preguntó Stefano quien sostenía a Baran. Se acababa de despertar.

"No" Respondió Íker sin dejar de mirar severamente a su esposa. "Ella se impresionó con lo que dijo tu mamá".

Stefano suspiró de alivio.

"Ya nos vamos. Vamos por tu hermano a la guardería y le explicaré a tu madre todo el asunto en el camino".

Íker caminó hacia la puerta y su mujer lo siguió.

"Esperen" Stefano detuvo a sus padres y ambos lo voltearon a ver.

"Mamá, ¿podrías cambiar al niño y bañarlo? Se hizo popo". Dijo Stefano con pánico reflejado en su rostro.

Elisa y su padre se rieron y Elisa procedió a bañar al niño en el lavabo de la cocina. Se retiraron media hora después.

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Camelia despertó con el pequeño llanto de su hijo. Lo observó con detenimiento. Estaba recién bañado y olía bien. Stefano estaba sentado en la silla del tocador, mirándola con expresión sombría.

"Estaba preocupado. Tardaste mucho en despertar. Estaba apunto de besarte otra vez". 

Stefano lo dijo con un rostro tan severo que hizo reír a Camelia. El alzó la ceja y al ver que ella estaba bien, le sonrió de vuelta.

"Lo siento. Lo que dijo mamá... " Observó alrededor. "¿Y tus padres?"

"Se fueron hace dos horas. Mi mamá bañó a Baran y le acabo de cambiar el pañal". Se acercó a ambos y miró detenidamente al bebé. "Él probablemente necesita comer, por eso llora".

"Sabes mucho de bebés. No me dijiste que tenías uno".

"Wow, wow, wow, alto ahí. Yo no tengo ningún hijo. Tengo un hermano de cuatro años".

"¿Tienes un hermano tan pequeño?". Ella sonrió.

Él la miró un poco sonrojado, le gustaba la sonrisa de Camelia. "Mi mamá le hace trabajos al consejo y mi papá es médico. Cuando ella se iba, yo pasaba a la guardería por él y lo cuidaba hasta que llegaban mis padres... eso quiere decir que le cambiaba los pañales y todo".

"Me gusta tu familia y me gustaría conocer a tu hermano. ¿Tiene el cabello negro y esos hermosos ojos verdes?"

"Es herencia de la familia de mi mamá. Él los heredó también".

"Eres igualito a tu papá, solamente con otro color de ojos y de cabello".

Él sonrió de verdad. Camelia se sonrojó, tenía una hermosa sonrisa detrás de ese aspecto rudo. Stefano se dio cuenta y caminó nervioso hacia la puerta. 

"Traeré la formula. Mi papá dijo que nada de pecho. Pedí ropa para ti y para Baran por Internet. Llega en tres días. Lo siento, no puedes salir a hacer las compras".

"Disculpa... ¿Stefano?"

Él la enfrentó.

"No tengo ropa interior".

Él se sonrojó y ella comenzó a reír.

"¿Sabes pedir ropa por Internet?"

Ella negó con su cabeza.

"Esto es tan desordenado. Ven a la sala y trae a Baran. Vamos a pedir la ropa. Traeré mi laptop".

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Ray entró a la habitación en silencio. Se encontró con una escena familiar. Camelia, Stefano y Baran se encontraban frente a la laptop en la sala. Los observó por un momento, hasta que ambos se dieron cuenta de su presencia. Stefano lo llamó.
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"¿Qué rayos haces espiando?". Stefano se levantó de la sala y caminó hacia él, que estaba atrás de una pared de la sala.

"Quería ver si la besabas o algo". Lo dijo con una expresión seria.

Stefano se sonrojó y Ray sonrió cínicamente.

"Buenas tardes". Saludó Camelia, apareciendo por atrás de Stefano y con Baran en brazos.

"Hola Camelia. ¿Cómo estás?"

"Mejor, muchas gracias".

El semblante de Ray cambió de repente, para Stefano, no era buena señal.

"¿Qué sucede?"

"Hay alguien afuera de los departamentos espiando. No se ve sospechoso a simple vista, pero lo conozco. Se llama Roberto Férez y es un investigador privado. Mi abuelo los utiliza a menudo y él es uno de ellos. Conoce todo acerca de los ésper. Platiqué con él antes de entrar al departamento.

"Maldita sea". Soltó Stefano.

Camelia se puso pálida.

"Tranquila. Le di dinero. Él es un puto interesado y me dijo en qué andaba".

"No te detengas, habla".

"Esta bien" Soltó un suspiro. "Él dice que lo contrató el hijo de Koldo Sauz".

"¿Sospecha de mí?"

"Carajo Stefano, déjame terminar". 

Ray caminó hacia la sala y Camelia y Stefano lo siguieron. Se sentaron y Ray prosiguió.

"No hay razón para preocuparse. Camelia no debe salir por el momento, es todo. Él y otros fueron enviados para vigilar a todos los éspers de nivel superior que estaban en una lista que Akim les dio. Tus papás están incluidos en la lista y los líderes también. Dice que Akim sospecha más de los líderes, pero como eres el ex novio de su esposa, él te consideró digno de vigilar, es todo".

"Entiendo. De todas maneras, yo ya le había dicho a Camelia que no saliera por el momento".

"Le dije a Reina que viniera a dejar ropa nueva para Camelia y su bebé, ella estaba emocionada. Ella es una visitante habitual, así que no levantará sospecha".

"¿Reina? ¿Es tu novia?" Preguntó Camelia.

"¿Mi novia?" Ray comenzó a reír. "No, mi prometida se llama Navani. Reina es mi hermana".

"Debe ser muy guapa".

"Lo es". Respondió Ray con una sonrisa.

"¿Le dijiste lo de Camelia?" Preguntó Stefano.

"Claro. A ella no le puedo ocultar nada. Ella sabía que tenía un secreto y me llamó a mi celular preocupada, así que la visité antes de venir aquí y le dije todo".

"Esta bien, ¿Te dijo cuando viene?".

Camelia miró detenidamente a Stefano después de su respuesta. Ella estaba temerosa de ser encontrada y tenia sus reservas. Lo miró un poco nerviosa.

"Tranquila Camelia. Ellos son éspers de nivel bajo... pero ellos tienen una conexión. Son gemelos". Dijo Stefano con una sonrisa.

"Ella percibe mis sentimientos y yo los de ella. Cuando sentimos tristeza, felicidad, angustia, nervios, lo podemos sentir. Ella sintió que ocultaba algo y que mis sentimientos habituales cambiaron, así que ella percibió el cambio y me llamó. Ella es digna de confianza. Confiaría a ella mi vida". 

"Yo también". Coincidió Stefano.

Camelia le sonrió. "Discúlpenme por ser desconfiada, pero tengo miedo de ser encontrada y que se lleven a mi hijo".

"Yo estaría igual de paranoico si fuera tú".

"Yo también, así que trataremos de seguir con nuestra rutina diaria. Hoy no fui a la Universidad, pero mañana iré".

"Bien dicho. Yo tampoco fui porque me quedé con Navani durante la mañana" Ray soltó un suspiro. "Reina viene en dos horas. Pedí algo de comer si no les molesta".

"Me muero de hambre". Dijo Camelia

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Se abrió la puerta de la casa y Reina entró cargando unas bolsas de compras. Ella tenía llaves.

"¿Buenas tardes?"

La bella chica de ojos color ocre y cabello negro azulado caminó hacia la cocina. Encontró a Stefano y a una chica en el comedor y a un bebé en los brazos de su hermano. Era una escena sorprendente para ella, dado que a su hermano le daban miedo los bebés. Ella se rió.

"¿Qué estás haciendo con ese bebé Ray? ¿Es el bebé que mencionaste?"

"Sí". Ray caminó hacia ella y le dio al bebé.

Camelia caminó hacia ella y Stefano la siguió. Ambas se examinaron visualmente y se sonrieron.

"Soy Camelia Magallanes. Tu debes ser Reina. Es un gusto. Eres igualita a Ray".

Reina le sonrió. "Tu bebé es hermoso. Me recuerda cierta persona con ese cabello color mostaza... pero tiene esos ojos azules como los tuyos. Es tan lindo. Quiero uno también".

"Supongo que conoces a Akim". Adivinó Camelia.

"Lo siento. Ray y yo tenemos eso en común, decimos las cosas sin pensar".

"No me importa, en verdad".

"Discúlpame... conozco a ese estúpido y conocí a tus primos también. Tu eres hermosa y amable, pero ellos eran... un mil en escala de asqueroso, aunque eran guapos". Stefano y su hermano la miraron con severidad y Reina se dio cuenta que había hablado de más de nuevo. "Perdóname Camelia. No debería hablar así de tu familia fallecida".

Camelia se rió de la torpeza y la lengua suelta de Reina, le parecía graciosa y no se insultó para nada. "De hecho, ellos eran desagradables conmigo también y me decían cosas acerca de... ya sabes".

Reina miró a Camelia y observó detenidamente sus pechos. Camelia asintió con la cabeza y las dos comenzaron a reírse.

"Lo siento. Mi mirada fue ahí. Mi hermano me dijo que no tenías ropa y les traje a ti y a el bebé. Compré ropa interior para ti. Mi hermano dijo que tenías pechos grandes. Espero te quede la ropa que te compré".

"¿Le dijiste eso?" Le susurró Stefano a Ray.

Ray se encogió de hombros.

"Dije algo indiscreto otra vez, ¿cierto?"

Camelia se rió otra vez.

"En las bolsas está la ropa para los dos. Vamos a probarte la ropa".

Ambas se fueron junto con Baran a la habitación de huéspedes y se encerraron. Stefano y Ray se sentaron en los muebles de la sala.

"Necesito apresurarme e ir a rescatar a Kiva. No sé si el haberla dejado fue buena idea. Me remuerde la consciencia".

"Dijiste que ella te lo pidió. ¿Por qué no vas tú por ella?".

"No puedo. Necesito la ayuda de Camelia. Se rumorea que los poderes éspers de la familia de ella consiste en telequinesis y psicoquinesis. Yo podría darle batalla a Koldo e incluso a Akim, pero con su ayuda podría ir más discretamente y si necesito combatir, ella podría ayudarme. Mi regeneración es lenta, así que si soy herido, no puedo recuperarme rápidamente".

"Yo entiendo superficialmente... pero si tu lo dices".

"Ella está débil. Mi papá vino y me advirtió".

"Me dijiste eso del contacto físico. ¿Por qué no lo haces?"

"La besé un poco esta mañana". Le susurró Stefano.

Ray sonrió. "¿Un poco?".

"Sí, solamente le di un beso ligero. Ella se había desvanecido y yo la besé".

"Si quieres apresurarte y sacar a Kiva de la mansión de Koldo, deberías besarla más y si se da, hacer otras cosas más físicas. Aprovecha esta oportunidad de oro. Es un buen pretexto". Se rió un poco, después su expresión cambio. La seriedad volvió. "¿Qué pasa si ella no recibe el poder que me dijiste antes?"

"Mi papá dijo que ella podría morir".

"Mierda. Si tu no quieres, yo me ofrezco".

"Ya te dije, ella te mataría".

"Estoy bromeando. ¿Por qué dudas? No estoy diciéndote que vayas y te acuestes con ella. Son sólo besos".

"Lo sé, es sólo que...".

"Sigues pensando en Yuridia".

Stefano asintió con la cabeza.

"No estás traicionando a nadie. Eres soltero y sin compromisos".

"Lo sé".

"Además, Kiva te está esperando".

Stefano susurró. "Camelia es muy hermosa. No se si pueda controlarme".

"Si ella no quiere sexo, solamente la besas y ya. Ella no parece estar de acuerdo o en desacuerdo".

"Lo sé. Me estoy poniendo nervioso por nada. No es como si ella estuviera muy dispuesta. Ella no ha mencionado nada. Escuchó una plática que tuve con mi papá".

"¿Que le dijiste a tu papá?"

"Que ella es hermosa y que si la beso, probablemente tendré una erección".

"Estúpido. Ella se va a reservar".

"Lo sé, aún no platico con ella sobre eso".

"Necesitan un poco de tiempo a solas para platicar eso. Esta noche saldré un rato a ver a Navani, entonces tú...".

Se escuchó un grito de la habitación de huéspedes.

"¡Ayuda!" Gritó Reina desde la habitación.

Ray y Stefano corrieron y encontraron a Reina sentada en el piso sosteniendo a Camelia. Estaba consciente, pero muy pálida. Baran estaba acostado en la cama.

"Ella estaba viéndose la nueva ropa que le compré en el espejo. Vi como ella palideció y apenas y pude agarrarla para que no se cayera de lleno en el piso". 

"Siento como si me fuera a dormir. Tengo sueño". Lágrimas comenzaron a deslizarse de los ojos de Camelia. "Tengo miedo, no quiero sentirme encerrada en mi cuerpo como esta mañana".

Stefano la miró detenidamente. "Salgan". Dijo sin mirar a nadie más que a Camelia.

Ray ayudó a Camelia a sentarse, recargándola a un lado de la cama. Levantó a su hermana y tomó a Baran de la cama. Los hermanos salieron junto con el bebé y cerraron la puerta de la habitación.

Stefano ayudó a Camelia a ponerse en posición vertical. La sostuvo cerca de él, hasta que quedaron pecho contra pecho. Camelia puso ambas manos en el pecho de Stefano.

"Sé que escuchaste lo que platicamos mi papá y yo".

Camelia asintió.

"No he querido tocar el tema contigo. Sé que tienes tus reservas, pero esto no puede seguir así. Te vas a morir si no lo haces, ¿entiendes?".

"No es por eso que tengo mis reservas" Respondió Camelia. "Tú aún amas a tu ex novia. Yo no quiero traiciones tus sentimientos así. No es tu obligación".

"No hay nadie más con quien puedas hacer esto en estos momentos. Además, ya te dije que mi enlace con ella no existe más".

"Pero..." Camelia respondió con pesar.

"Quiero rescatar a Kiva y tu también, ¿o no?"

Ella volvió a asentir. Lágrimas se deslizaron por los ojos de Camelia. 

Stefano se desesperó. Bajó su rostro cerca del suyo y la besó lentamente.

Camelia se puso de puntitas y rodeó el cuello de Stefano con sus brazos, profundizando el beso.

Capítulo 8                                                   Capítulo 10

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