Mad World - Capítulo 3

Nuevo Capítulo, la historia avanza y las cosas se van complicando.


Capítulo 3: El Monstruo en el Parque

Parte 0

Tamara Rabinovich se miraba fijamente con su usual sonrisa de oreja a oreja. Ella no buscaba imperfecciones en su figura o se arreglaba el cabello. Ella solo se miraba y sonreía, ella simplemente estaba aburrida. Completamente aburrida. No había nada interesante que hacer o algo que llame su atención lo suficiente para salir al mundo exterior. Ella no tenía ningún interés en salir de su rutina de quedarse en casa y hacer nada. Y aunque hubiera algún motivo para salir… Ella simplemente buscaría una forma de volver a casa rápidamente. Mientras se miraba al espejo, ella escucho ruidos en la entrada de su casa. No están golpeando la puerta, sino que se sintió como si estuvieran tirando piedras a sus paredes. Tamara salió de su habitación y bajo las escaleras. Ella camino hasta la puerta y la abrió rápidamente. Tamara vio a un grupo de niños tirando piedras a su puerta y paredes de su casa. Los niños se detuvieron cuando la vieron salir por la puerta. Ella miro a cada uno fijamente y no dejo de sonreír mientras se cruzaba de brazos.

—¿Les puedo ayudar en algo, caballeros? —Ella pregunto y los chicos dejaron caer el resto de las piedras al suelo mientras se alejaban lentamente de Tamara—.

—¡Dijiste que la casa estaba abandonada! —Grito uno de los chicos mientras salía corriendo con el resto siguiéndolo por detrás—.

Tamara soltó una pequeña carcajada mientras los miraba corriendo asustados. Ella entonces se volteo a ver su casa que parecía estar abandonada. La casa de dos pisos hecha de madera con un estilo antiguo estaba dando señales de que podría decaer en cualquier momento, pero eso era por fuera. Por dentro la casa está en completo orden y tan limpio que era imposible de creer. Los cimientos de la casa aún estaban fuertes y no habían señales de que pueda colapsar, la casa solo necesitaba otra mano de pintura y una pequeña “remodelación” en el frente para que este presentable, pero Tamara no estaba entusiasma por eso, ella prefería que su casa de esta sensación de que nadie vive allí. De esa forma evitaría visitas molestas.

Pero claro, eso no evito que reciba la visita de alguien que a primera vista parecía ser decente, pero se ocultaba tras una máscara de mentiras de la cual Tamara vio a través de ella casi al instante.

—Disculpe… —Tamara escucho la voz de un hombre y se dio la vuelta para verlo a los ojos. El hombre llevaba un traje negro impecable, de la mejor marca que el dinero podía comprar. Él tenía ojos azules y de cabello rubio. El hombre sonrió al ver a Tamara a los ojos y ella sabía cuáles eran sus intenciones o al menos lo suponía. Al ser mitad demonio, le daba la ventaja de ver las malas intenciones de la gente y sus secretos, pero no del todo. Parte de sus poderes no están lo suficientemente desarrollados, esa era la desventaja de ser un Hibrido—. ¿Es usted de casualidad Tamara Rabinovich?

—Si, ¿Quién lo pregunta? —Ella ya sabía su nombre, solo fingía no saberlo—

—Mi nombre es Jack Brown. Vengo para ofrecerle una-

—No me interesa —Tamara declino cualquier cosa que Jack estaba por ofrecerle—. ¿Puede irse? Tengo cosas que hacer.

—Pero ni siquiera escucho lo que-

—No me interesa —Tamara siguió insistiendo. Ella quería que se fuera y se lo pidió amablemente—.

—Vengo de parte de alguien que quiere hacer negocios con usted —Dijo Jack, pero Tamara siguió ignorándolo—. ¿No va a decirme nada?

—Ha dicho suficiente. No quiero tener nada que ver con nadie, ahora, si me disculpa debo volver a mi casa —Tamara camino hacia la puerta, solo para detenerse cuando Jack dijo algo en específico—.

—¿Segura? Sería una pena que el gobierno sepa de quién eres en realidad…

Tamara se detuvo frente a la puerta y dejo salir un gran y pesado suspiro. Ella miro a Jack a los ojos y su sonrisa desapareció.

—¿Qué quieres de mí?

—Queremos tu cooperación… —Jack se acercó a Tamara y le dio una tarjeta—. Somos un grupo con un objetivo y queremos que usted sea parte de él.

Tamara vio la tarjeta y lo único que tenía era un logo con la forma de un rombo y un número de teléfono fijo en la esquina inferior izquierda.

—¿Y que pasara si me rehusó ahora sin molestarme en escuchar lo que quieren realmente de mí? Debo suponer que no me dejaran en paz ¿no? —Ella pregunto y Jack sacudió su cabeza en negación—.

—Ven conmigo, alguien quiere hablar personalmente contigo —Jack se alejó de Tamara y camino hasta un auto negro—. Vamos —Dijo el impacientemente. Tamara lo siguió y subió al auto con el—.

Al cabo de casi media hora de viaje, Jack llevo a Tamara hasta el “Parque de la Ciudad” lo cual Tamara no esperaba para nada y no pudo evitar preguntar porque estaban en un parque de diversiones.

—Mi jefe prefiere encontrarse con posibles aliados en lugares llenos de gente. Él está en el último piso de la Torre Espacial, en el restaurante. El té hará una señal cuando te vea —Jack explico le dio una entrada gratis para el parque—. Ve, no lo hagas esperar.

 Tamara salió del auto. Una vez fuera, Jack no fue con ella, en su lugar condujo fuera del estacionamiento y desapareció de su vista. Tamara suspiro y camino hasta el parque. Ella presento su entrada y la dejaron pasar. Esta era su primera vez en el Parque de la Ciudad y lo primero que ella pensó fue en la enorme cantidad de gente que había. La mayoría eran niños arrastrando a sus padres a los juegos mientras que otros eran adolescentes que iban en parejas. Tamara camino hasta la Torre Espacial. Una enorme Torre de aproximadamente 200 metros de altura que cumplía la función de mirador, y recientemente restaurante de lujo. Ella tuvo que hacer la pequeña fila para poder tomar el elevador, no tuvo que esperar mucho por suerte y antes de que se diera cuenta ya estaba en el restaurante. Apenas puso un pie dentro, vio a una mesa en particular con hombres vestidos de negro, posiblemente guardaespaldas, parados cerca de una mujer que estaba terminando su comida. Ella también vestía negro, pero había algo en ella, algo que gritaba “Peligro”. Su cabello gris estaba atado de una manera elegante, pero extraña a la vez. Sus ojos tenían las pupilas blancas, justo como el ojo humano de Tamara. Ella parecía ser realmente joven, no parecía pasar de los 25 años. Ella tenía su labio superior pintado de negro. La mujer vio a Tamara a los ojos y sonrió, extrañamente su sonrisa se parecía a la de ella, una sonrisa de oreja a oreja. Ella saludo a Tamara y señalo al asiento frente a ella. Tamara camino con calma hacia ella y tomo asiento. La mujer puso su plato a un lado y miro fijamente a Tamara. Lo primero que Tamara noto de raro en ella era su mano derecha que se movía sobre la mesa como si tuviera mente propia. La mujer acerco la mano al borde de la mesa y empezó la conversación.



—Es un placer poder verla en persona. He escuchado cosas interesantes sobre usted y déjeme decirle, estoy intrigada —Dijo ella—. Mi nombre no es importante y no voy a aburrirla con detalles aburridos, así que iré directo al grano y apuesto a que usted, mi querida amiga, estará de acuerdo con lo que quiero hacer.

Dijo ella con entusiasmo y felicidad. Su acento era raro para Tamara, no era Argentina, su acento se asemejaba a una mezcla del inglés, francés y ruso. Resultaba tan extraño escucharla que le daba una rara sensación de peligro.

—Somos un grupo que busca realizar ciertas actividades sin que el gobierno se dé cuenta. Sabemos que tú, estás buscando a alguien, o mejor dicho algo. Cualquiera pensaría que la única razón por la que estas en este país es porque estas huyendo, pero no es cierto, no estas huyendo de nadie, no de tu gobierno, ni de cierta gente que no es de fiar… Tu estas buscando algo en específico y creo saber que es ese algo… He aquí el trato, tu nos ayudas y nosotros te entregamos ese “algo” … Lo único que pedimos a cambio son tus servicios y algún que otro… Artefacto que tienes escondido en esa casita tuya —La mujer dijo con una rara sonrisa. Tamara se sorprendió al escucharla hablar sobre lo que esconde en su casa—.

—¿Como sabes sobre eso? —Tamara pregunto seriamente. Esto no le parecía gracioso— Nadie debería saber sobre eso…

Ella miro a su alrededor y vio a la gente en el restaurante levantándose lentamente y alejarse de la mesa cuando la mujer frente a ella chasqueo sus dedos. Ella cruzo sus piernas debajo de la mesa y apoyo sus brazos en la mesa.

—Tengo algo que tú no y se llama información… También poder. Eso fue una pequeña prueba de lo que puedo hacer. No es la gran cosa, solo demuestra que tengo una gran cantidad gente bajo mi poder, cortesía del dinero y mi carisma. Escucha, Rabinovich… Tú y yo podemos beneficiarnos si tan solo te quedas con nosotros por unos cuantos días…

—Aun no me dices exactamente qué quieres de mí y para serte sincera… Puedo ver detrás de esos ojos que estas planeando algo raro.

—… No me importa que me juzgues, solo necesito una respuesta de ti, Si o No

—No —Dijo Tamara y se levantó del asiento—. Y si vas a dar mi información personal a las autoridades, hazlo, no tengo problemas con eso. Encontrare una forma de salir de eso por mi cuenta.
Tamara se fue del lugar y la mujer simple la miro irse. Ella saco un teléfono celular de su bolsillo y marco un numero rápidamente.

—¿Jack? Escucha, Plan B. Sabes que hacer —Ella dijo y colgó la llamada—.

—¿Esta segura que podemos confiar en Jack, Señorita Gaertner? —Pregunto uno de sus guardaespaldas—. Jack no es de confianza.

—Lo se… Solo quiero hacer una prueba.

—¿Qué clase de prueba?

—Le dije que consiga un objeto en específico… Quiero confirmar si las leyendas son ciertas, si lo son, podemos tomar ventaja de eso y deshacernos de Jack en el proceso… No ha sido el mejor aliado… Es un inútil en muchos aspectos.

Parte 1
Abigail estaba sentada frente a Tamara, escuchando su historia. Ella escucho con atención a todo lo que tenía que decir y se quedó callada hasta que hizo una larga pausa.

—Entonces te fuiste del lugar… ¿Qué paso después? —Abigail pregunto con genuina curiosidad—.

—Volví a mi casa a pie y me tomo un rato llegar, no me queje ya que no puedo cansarme como los humanos. En fin, volví y encontré mi casa en un desorden. Dentro encontré a Jack, obviamente fue el quien puso mi casa patas arriba. No sabía exactamente que estaba buscando, pero lo que encontró no creo que era lo que buscaba. Él estaba en un rincón de la sala de estar, aferrándose al fragmento del Rubí como si su vida dependiera de ella. Él no me reconocía, el rubí ya había empezado a corromper su mente y en solo un parpadeo, su cuerpo empezó a cambiar… Termino tomando la forma que hoy viste —Tamara explico, no con detalle, pero lo suficiente para que Abigail pueda saber qué fue lo que paso—.

—¿Cuándo paso esto?

—Ayer —Tamara contesto y Abigail se cruzó de brazos, pensando—.

—Ya veo… Así que los efectos del Rubí son casi inmediatos… Es aterrador con solo pensar en eso.

—No tienes idea… —En ese momento, Dolwen entro con unos papeles en mano y los tiro en la mesa—.

—Bueno, tenemos noticias de la OIP. Ellos accedieron darte lo que quieres, pero… —Dolwen hizo una pequeña pausa que Tamara interrumpió—.

—Siempre hay un pero —Tamara soltó una carcajada—. ¿Cuál es la condición?

—Simple, quieren una auditoria para poder determinar si no eres una amenaza —Dijo Dolwen, un poco disgustado—. Están preocupados por el hecho de que eres mitad demonio, lo único que debes hacer es presentarte ante el presidente de la OIP y la auditoria empezara. Obviamente, nos encargaremos del monstruo primero. Te daré los detalles una vez terminemos con esto. ¿Sabes dónde “Jack” estará?

—Si, es simple —Tamara se levantó de su asiento—. Está a punto de entrar en la fase tres, lo que hará que crezca en tamaño. Todo rastro de humanidad desaparecerá de él. Antes de que eso pase, inconscientemente ira al último lugar que estuvo antes de tomar el Rubí, como si desesperadamente buscara salvar un último rastro de su humanidad al recordar el último lugar que visito —Tamara explico y Abigail recordó lo que Tamara acababa de contar—.

—El estará en el Parque de la Ciudad—Dijo Abigail con seguridad y miro a Tamara por una pequeña aprobación, ella asintió con su usual sonrisa—.

—¿El Parque de Diversiones? Bien, Blackwood, tu, Searfoss y… Rabinovich. Prepárense. Saldrán en 15 minutos, yo me hare cargo de lo demás, ustedes prepárense y diríjanse al estacionamiento, los estará esperando una camioneta de la policía. Irán acompañados de 4 oficiales y nada más. Me asegurare de que se empiece a despegar el lugar. Por suerte ya casi es la hora de cerrar.

—Si, señor —Dijo Abigail con respeto y Tamara solo asintió.
Abigail, Jebediah y Tamara salieron de la habitación y Jebediah se separó para prepararse. Abigail fue a la armería y Tamara la siguió. Abigail aprovecho esta oportunidad para hacerle otras preguntas.

—¿Cómo acabamos con él? —Ella pregunto y Tamara contesto enseguida—

—Solo yo podre hacerlo, solo yo podre matarlo. Lo único que hay que hacer es arrancarle el Rubí. Solo yo puedo tocarlo sin sufrir sus efectos —Tamara explico—. Además, el Rubí cuando se incrusta al cuerpo siempre se mantiene dentro de uno de los órganos vitales.

—Así que… Debe estar en el corazón.

—Correcto… No será muy difícil para mí, pero me confié en el alcantarillado. Así que me asegurare de terminar esto rápido.

—… ¿Crees que la OIP en serio accederá a darte la ciudadanía? No es tan simple y una auditoria con ellos… Es como ir a un juicio que sabes que perderás. Además, si de alguna manera lo consigue, te mantendrán bajo vigilancia extrema. No tendrás libertad. No entiendo porque viniste aquí. Te hubieras quedado en Rusia.

Net, tam skuchno. Vse slishkom schastlivy, krome togo, u menya zdes' nezakonchennyy biznes. Kto-to mne nuzhno nayti. —Ella empezó a hablar en ruso tan rápido que Abigail no tuvo tiempo de procesar una sola palabra u oración que salía de su boca—.

—… ¿Qué? —Pregunto ella nerviosamente— Perdón, no entendí ni una palabra.

—No importa, no hace falta que lo entiendas. Tengo mis razones, como cualquier otro y siempre encuentro la forma de salir de las peores situaciones. Confía en mi cuando te digo que todo lo que hago, lo hago sabiendo que voy a ganar —Tamara sonrió—.

—No me da mucha confianza… Pero si crees que vas a estar bien… Escucha… Gracias por salvarme la vida, siento que te lo debo.

—No me debes nada, Abigail. Solo encarguémonos de Jack así podre volver a casa a dormir.

—Bien… Acompáñame, necesito buscar un par de armas.

Parte 2
El Parque de la Ciudad, un parque de diversiones hecho para personas de todas las edades, estaba preparándose para cerrar sus puertas a estas horas de la noche, pero siempre había gente algo obstinada que trataba de quedarse más tiempo. Lejos de la entrada del parque, había un auto negro, una limosina, dentro, en el asiento trasero estaba la mujer que hablo con Tamara hace un día. Ella miraba la entrada con genuina curiosidad y una sonrisa que podría poner nervioso a cualquiera. No era mentira, su conductor la miraba por el espejo retrovisor y esa sonrisa le daba escalofríos, sumada con la mano derecha que crujía cada vez que movía los dedos violentamente. Sentado a su lado tenía un guardaespaldas y frente a ella había un hombre, vestido también con un traje negro, el cual no podía sabe si era joven o no… Le faltaba la cabeza.

—¿Qué estamos esperando aquí, Señorita Gaertner? —Pregunto el guardaespaldas—

—Solo se paciente, llegara pronto. Mientras tanto… —Ella saco un chicle de su pantalón y se lo ofreció a su guardaespaldas—. ¿Chicle? Es de fresa. Vamos, sé que te gusta la fresa. No te hagas del rogar.

Dijo ella y su guardaespaldas tomo el chicle sin decir otra palabra. Ella saco otro chicle y se lo ofreció al hombre sin cabeza. El tomo el chicle. Se abrió el saco, se desabotono la camisa y revelo una enorme boca llena de dientes en su estómago… Su rostro estaba en su torso.

—Ustedes los Blemias no dejan de sorprenderme —Dijo Gaertner—. Aunque para ser sincera, los Dullahan son más cool...

Ese comentario, por alguna razón, ofendió un poco al Blemias. Gaertner soltó una carcajada y lo tranquilizo.

—Era broma, los Dullahan son cool, pero solo aparecen para matar y es su único propósito en la vida, pero tu especie persevero contra toda adversidad todos estos siglos escondidos de los humanos, eso es admirable —Gaertner miro afuera y sonrió al ver algo golpeando el suelo desde abajo. Algo en la alcantarilla trataba de salir—. Vaya, llego un poco tarde, pero llego. Contemplen chicos… El “Rubí de Tou Krowat”, nuestra nueva arma.

Dijo Gaertner con clara felicidad, el suelo frente a la entrada del parque exploto y del pozo recién creado salió un enorme brazo, casi arácnido, pero humano a la vez. El brazo pertenecía al pequeño cuerpo de un hombre con una desproporcionada cabeza gigante de araña. El monstruo rugió y toda la gente a su alrededor salió corriendo. El monstruo no persiguió a nadie, en su lugar entro al parque, salto las cabinas de la entrada y corrió hacia la Torre Espacial.

—Es exactamente como creí que sería… No solo confirmamos algo hoy, sino que tenemos un puesto libre.

—¿Ese era Jack? —Pregunto el Blemias— Es irreconocible…

—Si, Lo era… Ahora es solo un monstruo que lo único en lo que piensa es en satisfacer al Rubí dentro de él. ¿Tienes algún problema? ¿Jack era amigo tuyo o qué?

—No… Solo tenía curiosidad, era todo.

—Bien… —Gaertner saco su celular y saco una foto del monstruo que salía ser Jack, tratando de escalar la Torre Espacial—. Chofer, terminamos aquí. Llévanos al Bar. Necesito ver a King. Él y yo tenemos que cerrar un trato.

—S-Si, Señora —Dijo el chofer con voz temblorosa, encendió la limosina y condujo fuera del estacionamiento del parque a gran velocidad…

Parte 3
Abigail paro por su oficina, Tamara la siguió de cerca. Ella abrió un casillero y saco dos pistolas (VP9) y una sobaquera doble para su cintura. Ella recargo las pistolas con balas blancas y se las guardo. Ella tomo varias balas y acto seguido cerro el casillero con llave y comenzó a revisar rápidamente unos documentos que estaban en su escritorio. Ella recordó por un momento que Dolwen le había mencionado que estos documentos eran de personas que podrían ser parte de su división. Ella dejo los documentos a un lado y camino hacia la puerta. Ella no quería perder tiempo alguno y se llevó a Tamara hasta el estacionamiento donde una camioneta los estaba esperando con cuatro oficiales, justo como Dolwen dijo. Jebediah había llegado con ellos y sin perder tiempo salieron hacia el parque. El viaje fue silencioso e incómodo ya que Jebediah estaba mirando fijamente a Tamara como si ella fuera un bicho al cual quería pisar completamente, eliminarlo de la existencia. Tamara ignoraba la mirada penetrante de Jebediah y ella se limitaba a mirar por la ventana. Abigail estaba calmada en el exterior, pero por dentro estaba entrando en pánico y se preguntaba si podrá hacer un daño significativo al monstruo esta vez.

Tomo varios minutos antes de que pudieran llegar al parque y para su sorpresa, el lugar estaba lleno de autos, espectadores y camionetas de televisoras, reporteros apuntando al parque mientras miraban a la cámara. Abigail fue la primera en salir de la camioneta y algunos reporteros trataron de hablar con ella, pero los evito y Jebediah los hizo a todos a un lado, sin responder preguntas ni decir nada innecesario.

—¿Qué está pasando? —Pregunto Abigail— ¿Por qué hay tanta gente?

Tamara miro a la gente, apuntando al parque, más específicamente a la Torre. Ella alzo la vista a la Torre y para su sorpresa allí estaba su objetivo… Pero no como lo esperaba.

—Abigail… Mira arriba —Tamara toco a Abigail en el hombro y alzo la vista. Sobre la Torre había un enorme monstruo de casi cuatro metros de altura mirando hacia abajo mientras rugía ferozmente. Era Jack, creció en tamaño rápidamente y de a poco estaba empezando a cambiar físicamente, su cuerpo se estaba volviendo el de una araña. Abigail al ver al enorme monstruo sobre la Torre más alta de la ciudad empezó a sentirse realmente diminuta en comparación a él.



—Bueno… Me siento como una cucaracha frente a él ahora —Ella susurro y Tamara la escucho—.

—Tranquila, será pan comido. Solo distráiganlo y yo me hare cargo de él.

—Olvídalo, me encargare de el —Jebediah se acercó a la entrada y llamo a los cuatro oficiales—. Formen un perímetro. Cuando esa cosa toque el suelo asegúrense de que no escape. Tienen escopetas, úsenlas y disparen le a los ojos, parece funcionar. Abigail, te quedas aquí hasta nuevo aviso. Eres nuestro refuerzo junto a la rara.

—¿A quién le dijiste rara?! —Tamara pregunto ofendida—

—Tú sabes a quien le dije eso… —Jebediah se llevó su PTRD-41 y se adentró en el parque—.

—… ¿Es siempre así?

—Siempre.

Abigail se cruzó de brazos y espero allí unos segundos antes de suspirar molesta. Sin decir nada camino hasta la entrada.

—¿Vas a desobedecerlo? —Pregunto Tamara—

—Él no es mi superior, él no está a cargo de mi división, él ni siquiera es parte de la policía y se le da toda la libertad para operar como se le da la gana. Me canse de él y su actitud. Voy a entrar y tu vienes conmigo.

—Obviamente que iré contigo, todos ustedes van a morir si me quedo aquí de brazos cruzados —Ella dijo con una sonrisa—.

Jebediah entro al parque y posiciono a los oficiales rápidamente. Él se acercó a la torre y apunto al monstruo con su Fusil antitanque. El apunto cuidadosamente y el monstruo rugía hacia el cielo, con su cráneo abierto a la mitad, como si fuera una boca, mientras salía un “labium” similar al de una mosca, mientras tentáculos salían de este. Jebediah puso su dedo en el gatillo y se preparó a disparar. El monstruo, noto su presencia y lo miro fijamente. Jebediah disparo apenas hizo contacto visual con la criatura y la hizo un enorme agujero en el cráneo, haciéndolo caer de la Torre. Jebediah se alejó y vio como el monstruo se desplomaba contra el suelo. Él se acercó lentamente al monstruo, apunto al cuerpo a todo momento. Sin tomar riesgos, disparo de nuevo, pero seguía sin moverse.

—No eres tan duro como aparentas…

El monstruo abrió sus ojos y miro Jebediah con rabia. Carne y piel se extendió a través de sus heridas y las cerraron completamente, sanando como si nunca hubiera sido herido. El monstruo se levantó lentamente y se tomó su tiempo para ponerse de pie. Jebediah vio como el monstruo trataba de demostrar lo resistente que era.

—No me asustas, Imbécil —El recargo el arma mientras se alejaba lentamente de el—. Vas a caer, aquí y ahora.

Jebediah apunto y el monstruo abrió su enorme boca, un tentáculo se lanzó contra él, se enredó al arma y se la llevo a la boca tragándola de un bocado, dejando a Jebediah sin ningún arma. El no pudo procesar rápidamente el claro giro de eventos y el monstruo tomo la ventaja, golpeándolo de lado y mandándolo a volar contra la casa de los espejos cerca de la Torre. El monstruo se arrastró hacia la Casa de los Espejos y estaba a punto de rematar a Jebediah, pero recibió disparos en la espalda. Las balas entraron por los ojos detrás de su cabeza y el monstruo rugió de dolor mientras se daba vuelta para ver a su atacante. Abigail estaba parada en medio de la calle del parque, apuntando al monstruo con sus pistolas, una en cada mano. A su derecha estaba Tamara, sus manos se prendieron fuego.

—¿Lista? —Pregunto Tamara—

—No, no lo estoy. No me entrenaron para esto, ni hay un procedimiento para resolver esto de la mejor manera posible. Solo terminemos con él para poder volver a nuestras casas.

—Con gusto.

Tamara corrió hacia el monstruo mientras Abigail le dispara, con absoluta puntería, a los ojos. El monstruo recibía los disparos y no podía esquivarlos, en comparación al tamaño que tenía hace solo unas horas, ahora era más lento. Abigail dejo de disparar para que Tamara entre en acción.

—¡Tamara!

Ella salto frente al monstruo y lo golpeo directo en la cabeza. La fuerza del golpe fue tan fuerte que su cabeza golpeo el suelo y lo agrieto. Tamara no se detuvo allí. Ella aterrizo en la espalda del monstruo y con sus manos siendo engullidas por el fuego negro enterró sus dedos en la carne del monstruo y le arranco la piel y pedazos de carne. Ella se manchó de sangre, tratando de alcanzar el corazón desde la espalda, mientras más carne cortaba, más se regeneraba. El monstruo trato de ponerse de pie de nuevo, pero Tamara lo golpeo desde la espalda, obligándolo a estar pegado al suelo. Pero el monstruo ya había tenido suficiente. Sus costillas se expandieron y salieron de su cuerpo como si fueran tentáculos. Tamara esquivo parte de los tentáculos mientras trataba de llegar al Rubí. Ella entonces llego a algo sólido, no era el Rubí, era el arma de Jebediah.

Sukin syn! —Ella insulto en ruso mientras tomaba el arma—.

Los tentáculos tomaron a Tamara y la lanzaron fuera del parque. Tamara salió volando y aterrizo en la camioneta en la que llego. El público afuera del parque vio como Tamara aterrizaba con increíble fuerza en el techo de la camioneta. Abigail vio a Tamara saliendo del parque y en medio del aire ella soltó el arma de Jebediah.

—El fusil… —Susurro ella mientras miraba sus pistolas— Claramente le hare más daño con eso…
El fusil había aterrizado a los pies del monstruo, lo que dificultaba la forma de conseguirlo. Abigail siguió disparando contra el monstruo, pero esta vez apunto a varias partes de su cuerpo para llamar su atención. En su cabeza se formuló un plan.

—¡Oye! ¿Tienes hambre? ¿Quieres matar a alguien? Ven por mí, soy presa fácil —Ella grito mientras disparaba, para su sorpresa se quedó sin balas cuando termino de gritarle—. ¡Mierda! Las balas…

Abigail saco más balas, pero le fue imposible recargar. El monstruo corrió hacia ella y Abigail salió corriendo mientras trataba de recargar sus armas. Ella corrió por todo el parque, evadiendo al monstruo, lo cual fue sorprendentemente fácil para ella. Pero se complicó cuando trato de perderlo cerca de la Montaña Rusa. Ella paso por los pilares, pensando que el monstruo no podría pasar y tendría que rodear la Montaña, pero en lugar de eso, rompió los soportes y todo lo que estaba en su camino con tal de alcanzar su objetivo. Abigail vio como la Montaña estaba a punto de caer sobre ella y se preparó para el impacto, pero fue salvada por Tamara en el último momento. Ella, en un parpadeo, cargo a Abigail en sus brazos y la llevo a la seguridad. La montaña cayó sobre el monstruo, aplastándolo y atrapándolo en los escombros.

—¿Estas bien? —Tamara pregunto mientras la llevaba a un lugar despejado—

—… Si —Abigail se tomó su tiempo para contestar ya que todo paso mi rápido para ella y su cerebro trataba de procesar como en un parpadeo fue de un lugar a otro.

—Tranquila, le pasa a todos… Yo me encargare de él. Quédate aquí —Dijo Tamara y desapareció de su vista, solo para volver a aparecer cerca de la montaña.

El monstruo, rehusándose a ser detenido, sale de los escombros y todas sus heridas se regeneraron rápidamente. Tamara inicio otra pelea contra la abominación. Abigail miraba la pelea a lo lejos y tomo sus pistolas y empezó a recargar, pero se detuvo a la mitad cuando se dio cuenta donde estaba parada. Ella estaba cerca de la Casa de los Espejos, ella había dado la vuelta al parque y vio el Fusil tiro en medio de la calle. Sin pensarlo dos veces, corrió hacia él.

Mientras tanto, Tamara esquivaba los ataques del monstruo, eran lentos, pero precisos e increíblemente fuertes. Mientras esquivaba, sus ojos se enfocaron en el pecho del monstruo, vio un pequeño destello rojo dentro de él, mostrando la ubicación del Rubí. Ella, en lugar de esquivar, detuvo las enormes garras del monstruo con su mano derecha y con su mano izquierda, engullida en llamas, golpeo el pecho del monstruo y su mano entro a su cuerpo. El monstruo rugido con tal fuerza que todos los vidrios del parque explotaron. Eso incluyo los vidrios de los autos en el estacionamiento. Tamara ignoro el rugido extrañamente agudo, su ojo izquierdo brillo de un color rojo oscuro y todo su brazo izquierdo se prendió fuego. Ella dejo salir un grito de dolor y tiro su brazo hacia fuera. Ella arranco el Rubí del pecho del monstruo, pero aún seguía conectado a él mediante venas gruesas y nervios que parecías telarañas. El Rubí brillo y carne empezó a formarse alrededor de la mano de Tamara, algo que ella no esperaba. Ella en desesperación soltó el Rubí y dio un salto hacia atrás. Su mano se liberó, pero el Rubí estaba volviendo dentro del monstruo. El monstruo la miro a los ojos y dejo salir una risa particularmente humana y retorcida. Tamara se enojó y estaba a punto de usar otra táctica, una que no quería usar, pero para su sorpresa un sonido aturdidor invadió el lugar y en un instante, un enorme agujero se formó en el pecho del monstruo. Una bala del Fusil antitanque atravesó al monstruo y se incrusto en el Rubí, haciendo que se fracture y explote en pedazos tan pequeños que eran invisibles para el ojo humano… Se volvió polvo.

El monstruo cayo de rodillas y empezó a desintegrarse mientras en silencio miraba a Tamara a los ojos. Ella vio en él, tristeza, seguida de ira y finalmente… Aceptación. Extrañamente, aceptaba su muerte y finalmente desapareció. Tamara, al ver como la criatura rápidamente acepto su muerte, le recordó a un momento en su vida en el que vio a alguien aceptar su inevitable muerte, no de un enemigo… Sino de un ser querido. Abigail, que tenía el Fusil en sus manos, lo soltó y corrió hacia Tamara que ahora se encontraba de rodillas. Su mano izquierda estaba cubierta de sangre y carne que lentamente estaba desintegrándose.

—Dios mío, ¿Estas bien?

—Si… Si, estoy bien… Buena puntería… Aunque casi me das… —Tamara bromeo y volvió a mostrar su sonrisa. Abigail no pudo evitar sonreír también—.

—¿Podría decirse que estamos a mano?

—¿A mano?

—Bueno, tú me salvaste en el alcantarillado y yo te salve ahora, así que…

—No, no, no… Yo no estaba de peligro de muerte aquí… Es más, no me debes una, me debes dos. Salve tu vida dos veces hoy… En las alcantarillas y ahora en la Montaña Rusa… Te falta mucho para pagar esta deuda —Tamara junto sus manos como si planeara algo—. Si quieres pagar tu deuda, tendrás que ser mi mascota y hacer lo que yo diga.

—¡¿Qué?! ¡No, olvídalo! Ni que estuviera tan desesperada. Solo lo dije porque pensé que te estaba pateando el trasero. ¡Nada más!

—Jajajaja, Es muy fácil hacerte enojar.

—Ugh… Estoy empezando a odiarte y… ¡Dios Mio, Jebediah! —Abigail recordó que jebediah había aterrizado en la Casa de los Espejos y corrió para socorrerlo. Tamara se encogió de hombros y fue tras ella… Lo que ellos no sabían era que un pequeño fragmento… Uno muy pequeño, aterrizo en el pasto. Un cuervo, viendo la batalla desde una distancia segura se acercó al pequeño fragmento. Lo tomo con su pico y salió volando hacia un destino desconocido…

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