Las Joyas del Mundo: Capítulo 10 - Invasión

Muy buenas a todos, aquí estoy para actulaizar con un nuevo capitulo de "Las Joyas del Mundo", espero lo disfruten y perdonen el tiempo que de inactividad que tuve xD

Sin más que agregar, feliz lectura.



CAPÍTULO 10: INVASIÓN



Parte 1

Luego de estar una gran cantidad de tiempo blandiendo su espada Iohei por fin había logrado impactar uno de sus golpes a “aquel chico”, sangre comenzó a salir por la parte lateral derecha del torso del enemigo que utilizaba la daga maldita, el mercenario estaba boquiabierto pero no era porque por fin dio al blanco después de mucho esfuerzo sino que era por algo mucho más inverosímil.
Mientras Iohei y “aquel chico” estaban ocupados luchando de algún modo Hotaru había llegado a espaldas del enemigo que se hacía pasar por Hogo y silenciosamente se acercó a él, luego ella con todas sus fuerzas le dio una patada en el lugar más doloroso donde puede recibir un golpe un hombre… entre sus piernas.
                - Jeje- Exclamo la despiadada chica. - Funcionó-
Iohei miraba a la princesa con una cara muy graciosa, “aquel chico” estaba completamente paralizado, la patada de la chica fue suficiente para dejarlo inmóvil además de que fue herido por la espada del mercenario.
                - …- Balbuceo “aquel chico”.
                - T-Tú, ¿Qué fue lo que hiciste?- Preguntó el sorprendido espadachín.
La chica levantó su mano e hizo la señal de la victoria mientras reía alegremente.
                - Solo tuve que evitar utilizar un arma, así que lo patee, ¿Qué te pareció?-
                - E-eso fue increíble- Respondió el chico de negro.
La chica de cabello violeta saltaba levantando sus brazos al escuchar que por fin hizo algo que dejara sin palabras al chico que le gustaba, Iohei seguía sorprendido por la ayuda de la chica que solo estorbaba, pero luego miro a “aquel chico” que había caído al suelo, él ya había dejado de sentir dolor en su entrepierna pero la sangre que salía de su torso se hacía más abundante, “aquel chico” comenzó a hablar entre dientes.
                - Maldita mocosa, no una, sino dos veces- “Aquel chico” se levantó y miró fijamente a Hotaru. - Primero te matare a ti-
La muchacha se asustó, ella solo quería ayudar a Iohei por eso reunió valor y atacó a “aquel chico”, pero ella no pensó que sería su objetivo, la chica comenzó a temblar.
                - Jejeje- Rio “aquel chico”. - No me gusta golpear mujeres pero debo hacer esto rápido, mi tiempo ya se acabó-
“Aquel chico” dio un paso adelante, eso fue suficiente para que la muchacha temblara más fuerte, él quería matarla, ella seria asesinada al igual que lo fue su padre, ella no quería eso, ella no quería morir, pero su miedo desapareció, “aquel chico” mostro una mirada seria, el chico que utilizaba una espada en forma de cruz levantó su brazo poniéndose entre Hotaru y “aquel chico”.
                - ¿Acaso pensaste que te dejaría matar a mi compañera así de fácil?-
Ambos, “aquel chico” y Hotaru clavaron su mirada en Iohei.
                - Ni siquiera muerto te permitiría hacerlo-
Dos reacciones fueron visibles en ese momento, por un lado “aquel chico” estaba completamente frustrado por no poder acabar rápidamente con alguien al que neutralizaba cada ataque que le lanzaba, por el otro Hotaru que estaba inmensamente feliz ya que esta era la primera vez que Iohei la defendía de ese modo.
                - ¡¡¡Maldito!!!-
“Aquel chico” golpeó la tierra tan fuerte que si hubiese habido un temblor nadie lo habría notado la diferencia, a toda velocidad corrió hacia Iohei, el mercenario al ver a su enemigo aproximarse hizo lo mismo, empuñando a Crux corrió hacia “aquel chico”, en menos de un segundo los dos estaban frente a frente, Iohei levantó su espada listo para atacar, “aquel chico” tenía la mirada clavada en la espada en forma de cruz, estaba listo para impactar el arma del espadachín y neutralizar su ataque, pero esta vez no sería igual, esta vez “aquel chico” estaba herido, lo más probable es que no pueda seguir el ritmo del chico de negro, “aquel chico” había decidido que este sería el último ataque, pero Iohei sonrió justo antes de bajar su espada y atacar al impostor.
El mercenario bajó su brazo para atacar al tipo que tenía al frente.
“Aquel chico” no reaccionó, la espada aun no bajaba, su mirada seguía clavada en el arma del mercenario, pero no serviría de nada, Iohei había soltado su espada en el aire y su puño se cerró con toda su fuerza, bajó lo suficiente para estar a la altura de “aquel chico” y conectó un golpe en la cara del enemigo, la fuerza utilizada fue tan grande que parecía que una ráfaga de viento fue disparada de su puño, “aquel chico” era consciente de que este era su final, el fuerte golpe y la herida de su torso eran suficiente para dejarlo fuera de combate, él solo pudo pensar en aquella chica por la que estaba luchando tan insistentemente, el no cumplió su objetivo, él fracaso, todo eso pasó por su mente en ese pequeño instante.
Iohei tenía su puño izquierdo justo en la cara de “aquel chico”, la espada con la que había luchado desde que tenía 10 años estaba flotando en el aire, él puso toda su fuerza en aquel golpe así que pudo percibir como su brazo sintió algo de dolor, todo su peso se cargó sobre la cara del enemigo, “aquel chico” salió disparado hacia atrás impactando con la muralla que estaba en su camino, Iohei perdió el equilibrio y cayó de frente estrellándose con el suelo, por fin había logrado acabar con el impostor que se hacía pasar por Hogo, la espada con forma de cruz aterrizó en el suelo resonando por toda la zona.
- ¡¡Yahoo!!- Comenzó a gritar la chica de cabello violeta mientras giraba con sus manos hacia arriba. - ¡¡Iohei-kun, eres increíble!!-
- No seas tan escandalosa, Hime-
El chico camino hacia Hotaru y se plantó frente a ella, la chica puso sus dos manos atrás y miro al mercenario.
- ...- El joven se sentía incómodo por la forma en que la chica lo miraba. -¿Q-que ocurre?
- No ocurre nada- La chica solo sonreía.
El chico que ya había recogido su preciada espada suspiró y luego le dijo.
- G-gracias... sin tu ayuda no habría descifrado lo de su arma-
La chica trato de guardar silencio pero su alegría era mucha como para permanecer callada.
- ¡¡Yey~!! Iohei-kun me elogió-
El mercenario le hizo una leve sonrisa pero inmediatamente la borró de su rostro y miro hacia donde estaba "aquel chico", Hotaru al ver en la dirección en la que miraba su amigo comprendió la situación y guardó silencio.
Ambos caminaron hacia donde había sido arrojado, justo en el momento que se plantaron frente a "aquel chico" su cuerpo comenzó a emitir una luz, la luz brillo tan intensamente que ambos chicos cerraron sus ojos.
Iohei no lo esperaba, la luz lo cegó, algo estaba pasando, ¿Un ataque de "aquel chico"?, él no podía hacer nada para saberlo, lo único que podía hacer era esperar que la luz atenuara listo para interceptar cualquier tipo de ataque.
- Hime, pase lo que pase no te muevas de ese lugar-
- S-si-
Justo cuando la luz se apagara Iohei lanzaría un ataque y como conocía la ubicación en la cual se encontraba Hotaru podía hacer que la hoja de su arma no la tocase, pero bajo la guardia al desaparecer el fuerte destello, el físico de "aquel chico" había cambiado por completo, su cabello rubio ahora era marrón, su blanca piel ahora tenía un leve tono moreno y sus ojos ya no eran verdes.
- ...- El tipo que había cambiado su apariencia había recuperado la conciencia.
- ¿Así que esta es tu verdadera apariencia?- Remarcó el mercenario.
- Después todo si eras un impostor- Dijo la chica de cabello violeta.
-¿Cómo?...- Hablo "aquel chico". - ¿Cómo notaste que no era el tipo rubio?-
- Yo lo note desde el principio- Exclamó Hotaru.
- Eras la que más tiempo lleva con ese estúpido y fuiste la última en notarlo- Le dijo el chico de negro a la muchacha.
- ¡¡No es cierto!!- Reclamo la chica.
- Incluso Eru lo notó enseguida-
- Eeehhh...- Volvió a reclamar la chica.
- Admítelo solo tú no lo notaste- Volvió a remarcar Iohei.
"Aquel chico" solo miraba la escena que estaban haciendo los dos muchachos, él estaba siendo completamente ignorado así que decidió intervenir.
- Eres muy diferente cuando estas peleando- Dijo "aquel chico" mientras se ponía de pie. - Pero no puedo dejarte viv...-
"Aquel chico" fue interrumpido por un pequeño golpe propinado por la chica que estaba algo molesta por ser la última en darse cuenta de que Hogo era otra persona.
- ¿Por qué quieres matar a mi Iohei-kun?-
- No soy tuyo-
- Estoy obligado a hacerlo- Le respondió "aquel chico".
- Dime la razón- Le insistió Hotaru.
- No me ignoren- Dijo Iohei sin que nadie le prestara atención.
- ...- "Aquel chico" no dijo ni una palabra.
- ¡¡Dilo!!- Gritó Hotaru.
- Es por mi hermana- Dijo tímidamente.
Ni Hotaru ni Iohei esperaban ese tipo de respuesta.
- ¿Qué es lo que quieres decir?- Lo cuestionó el mercenario.
"Aquel chico" estaba algo confuso, no sabía si debía continuar hablando, pero ya no tenía nada que perder ya que su tiempo se había acabado.
- Hace dos años mi hermana contrajo una rara enfermedad, esta hacia que su cuerpo se volviese cada vez más débil, hasta hace unos meses no había un real problema pero ya llego al punto en el que ella no puede ni siquiera levantar su cuerpo, necesito mucho dinero para poder tratarla, es una cantidad absurda y debo conseguirlo en poco tiempo-
Iohei y Hotaru escuchaban con atención.
- Hace tres días una mujer vino a mí y me ofreció la cantidad que necesito para mi hermana, solo debía... matar a Kokuryu-
- ¿Acaso conocías a esa mujer?- Preguntó la princesa.
- No, esa fue la primera vez que la veía, pero ella sabía de mi magia para cambiar mi apariencia así como que utilizo la daga Shadar para luchar-
- Esa mujer sabía exactamente tu estilo de pelea, esa fue la razón por la que te buscó- Remarco Iohei.
- Pero eso ya no tiene importancia, ya pasé mí tiempo límite para matarte-
- ¿Tiempo límite, a que te refieres?- Preguntó el chico de negro.
El chico fue detenido por la mano de Hotaru, ella tomo el brazo del mercenario, el espadachín miro a la chica y noto que esta miraba hacia el cielo con una expresión de sorpresa, Iohei no comprendía que estaba mirando por lo que dirigió su mirada hacia donde la chica estaba viendo, el chico enmudeció por unos segundos.
- ¿Que es esa cosa?-


Parte 2

Dos personas corrían rápidamente por los estrechos callejones de Duru, la impresión que daba esta pareja era como si algo los estuviese siguiendo, aunque este no era el caso, ambos aparentemente corrían sin razón alguna, el hombre que corría un poco por delante de la chica se detuvo súbitamente y observo un arma que estaba fuera de una tienda de armas.
- Tomo prestado esto, lo devolveré- Dijo el hombre mientras tomaba la lanza y corría rápidamente para alcanzar a la chica.
Ambos continuaron corriendo hasta las afueras de la alegre ciudad de Duru, cuando ambos llegaron por un momento se mantuvieron en completo silencio, ellos tenían su mirada fija al cielo, algo que no coincidía con el ambiente.
- ¿Que... que es esa cosa?- Dijo la chica impresionada por lo que estaba presenciando.
- A-acaso, ¿Un barco?- Le respondió el chico.
Lo que estaba en el cielo era una enorme embarcación, un enorme barco se acercaba a la ciudad, era algo que nunca habían visto, encima del barco había un raro círculo con raros símbolos que giraba mientras dejaba una estela color añil.
- Un círculo mágico, ese barco se mantiene en el aire con magia- Murmuro la chica. - ¿Qué clase de persona puede hacer que eso se mantenga flotando?-
Algo familiar estaba dibujado en la vela del barco, algo que les traía muy malos recuerdos, el chico flectó sus piernas, el opto una pose de ataque, la lanza en su mano derecha estaba lista para ser lanzada simulando una ballesta, una luz color blanca comenzó a rodear el arma.
- No te preocupes- Habló el hombre.
El chico uso toda su fuerza y lanzo aquella lanza a toda velocidad directo hacia la enorme embarcación.


Parte 3


- ¿Que hace ese enorme barco en el cielo?- Preguntó anonadada la princesa.
- ...- El mercenario no pudo decir nada.
Lo que estaba frente a sus ojos era una enorme embarcación que se acercaba a la ciudad de Duru, el gran barco tenía un círculo mágico que le permitía flotar en el aire.
- Ese barco le pertenece a la mujer que me contrató para matarte, tenía un tiempo límite para hacerlo, luego de eso mi trato quedaría nulo y ellos mismos vendrían a quitarte la vida- Declaro "aquel chico".
- ¿Pero por qué le pagarían a alguien por matar a Iohei-kun?- Pregunto Hotaru.
- Mira la vela- Le respondió el mercenario.
La vela que llevaba la enorme embarcación era sin dudas el símbolo que tenía tatuado aquel espadachín que expulsaba llamas de fuego por su espada, el símbolo de Zefiro.
- Ese maldito decidió que soy un estorbo para sus planes- Ira fue capaz de notarse en el rostro del chico que vestía de negro. -Si tanto quieres matarme ven por ti mismo-
La chica solo miro al mercenario, ella aun no comprendía cual era la causa de su tremendo odio hacia él, pero ella también tenía cosas que debía aclarar con Zefiro.
- Estoy seguro que solo quieren evitar ser involucrados en estos problemas, por eso juegan con las necesidades de otras personas- Grito el chico de negro.
La chica se acercó hacia "aquel chico" y comenzó a hablarle.
- ¿Cuál es tu nombre?-
"Aquel chico" se sorprendió por la pregunta de la chica que llevaba un enorme listón para atar su cabello, él no tenía intenciones de recibir algún tipo de compasión cuando decidió contarles todo, él no estaba dispuesto a decirle su nombre, pero no pudo negarse a la petición de la chica.
- Sagisha-
- Sagisha-san- Comentó Hotaru. -No te preocupes, nosotros haremos algo por tu hermanita-
La expresión del chico que imito al caballero Hogo fue de extrema sorpresa, nunca pasó por su mente el recibir ayuda de las personas que intentó asesinar.
- Nuevamente te estas metiendo en asuntos que no te importan- Le dijo el mercenario.
- Estas equivocado, claro que me importa, ¿No es así Sagisha-san?- Volvió a decir Hotaru.
El chico estaba sin palabras.
- Has lo que quieras- Dijo el mercenario.
- Ok- Respondió la princesa. - Entonces le daremos todo el oro que tenemos-
La cara de Sagisha volvió a sorprenderse.
- ¡¡Tú!! ¿Qué es lo que piensas hacer con mi oro?- Grito el mercenario mientras miraba de forma amenazante a la chica.
- Pero Iohei-kun, debemos ayudar a los demás-
El chico suspiro, esto ya había ocurrido en el pasado, no importa en la situación en la que se encontraran, Hotaru siempre pensaba en el bienestar de los demás, Iohei sabía que no importaba lo que dijera, ella no cambiaría de opinión.
- Tu- Dijo el chico dirigiéndose a Sagisha. - ¿Cuánto dinero necesitas?-
- Iohei-kun- Dijo Hotaru feliz porque el mercenario había accedido a su petición.
- ¿Por qué... por qué me ayudan?-
El chico que los había intentado asesinar cayó al piso de rodillas, el no esperaba este tipo de ayuda, él estaba completamente devastado por no poder cumplir con su trabajo y no poder darle el dinero a algún médico para que tratase a su hermana menor, pero esta vez los chicos que tenía al frente le estaban dando nuevamente esperanza, él no sabía cómo reaccionar.
Pero la escena fue interrumpida, la enorme embarcación que se aproximaba fue impactada por algo, una especie de destello color blanco lo impactó en un costado y salió cerca del enorme círculo mágico borrando alguno de los signos que este tenía, una explosión fue visible por el lugar por el que el rápido destello colisionó al enorme barco flotante, sin duda era un gran espectáculo y lo más probable es que todos en la ciudad estuviesen viendo a la enorme nave que descendía poco a poco cayendo más allá de las fronteras de Duru.
- Iohei-kun esa luz...- Murmuro la chica.
- Si, definitivamente es ese idiota- Le respondió el mercenario.
Ambos corrieron en dirección a la nave que continuaba cayendo, pero Iohei se detuvo y miro al chico que aún estaba de rodillas.
- Sagisha, no te muevas de aquí -
El chico que había intentado matarlos ya no pudo reprimir sus lágrimas, el chico puso su cabeza en el suelo y comenzó a gritar.
- ¡¡Gracias, Hotaru-san, Iohei-san!!- El chico tomo una pausa mientras seguía llorando. - ¡¡Juro que algún día les devolveré el favor!!-
- Has lo que quieras- Le respondió el chico de negro.
- Nos vemos luego, Sagisha-san- Se despidió la chica.
Ambos corrieron en dirección hacia donde caía la embarcación.


Parte 4

Todo estaba fuera de control, luces rojas eran visibles por todos los pasillos y salas, la mujer que estuvo sentada en todo momento ahora estaba de pie desesperando por entender que había ocurrido.
- Mars-sama, una especie de lanza fue arrojada a la nave e impactó en uno de los motores además de borrar letras del círculo mágico, imposible reparar los daños, ¿Cuáles son sus órdenes?- Grito nervioso uno de los tripulantes de la nave.
- ¡¡Maldición!!- Con su puño golpeó el tablero que tenía al frente. - En el momento que toquemos suelo salgan inmediatamente y acaben con Kokuryu-
La gran embarcación caía mientras ellos hablaban, ya no se podía evitar así que debían actuar lo más rápido posible, todos los tripulantes corrían de un lado al otro, el chico que llevaba una gran tabla de casi tres metros atada a su pecho no quería abrir su boca por temor a la mujer que daba órdenes por el micrófono que tenía al frente.
- Otra válvula explotó-
- Comenzamos a caer más rápido-
- Perdemos balance-
Todos esos comentarios llegaban de diferentes sectores de la nave, la mujer estaba furiosa, ya nada podía incrementar su cólera, hasta que por fin la enorme nave toco tierra, ella tomo aire y de inmediato tocó en micrófono para dar la orden de atacar, pero fue detenida.
- ¡¡Algo entro por el sector oeste de la nave, repito, algo entro por el sector oeste de la nave, estamos bajo ataque!!- Grito uno de los tripulantes.
- ¡¡¿Qué?!!- Grito la mujer mientras se enfurecía nuevamente. - ¡¡¿Quién es el que nos está atacando?!!-
El chico con la tabla atada a su pecho no podía hablar del miedo.
- ¡¡Alguien nos ataca por el este!!- Grito otro de los tripulantes.
La mujer no entendía que estaba ocurriendo, estaba en shock, no sabía quién podría estar atacándolos, nadie debería ser consciente de que ellos se dirigían a Duru, mucho menos poder detener el avance de la nave, solo podía ser obra de la persona la cual había recibido la orden de eliminar, ella entendió la razón por la que el mismo Zefiro consideraba que él debía ser eliminado lo más rápido posible.


Parte 5

Luego de que la nave había tocado suelo, atacaron rápidamente por el lado oeste de la embarcación, la lanza que había sido lanzada había hecho una entrada perfecta para poder entrar y comenzar un ataque desde el interior, sabiendo eso un chico que llevaba su pecho vendado y una muchacha que traía una flor color roja entre su cabello corrían directo a la improvisada entrada.
- ¿No crees que deberíamos reunirnos con Iohei-san y Hotaru-san?- Sugirió Erunalvórima-
- Descuida, no necesitamos a ese idiota y no involucrare a Ojou-sama a este peligro- Le contesto el rubio.
La chica estaba preocupada.
- Pero tu herida- Insistió la chica de largas orejas.
- No te preocupes, hiciste un estupendo trabajo- Le dijo mientras golpeaba su pecho un par de veces.
La chica seguía preocupada, la herida que había recibido fue muy profunda, la pequeña que encontró a Hogo había detenido la hemorragia y la magia curativa había hecho que está cicatrizara más rápido, pero esta podría correr el riesgo de abrirse si él comenzara a moverse bruscamente, ya que en este momento se dirigían a luchar contra la enorme embarcación que le pertenecía a Zefiro él sin dudas esforzaría su cuerpo más de lo recomendado, es por eso la preocupación de la chica. Pero no había tiempo para preocuparse, en este momento ambos acababan de entrar en la nave.
- ¡¡Aquí vamos!!- Grito el chico.
- S-si- La falta de valor se notó en la tímida voz de la chica.
Como el imitador que se hizo pasar por Hogo había roto su lanza y la que le consiguió a aquella tienda de armas había sido lanzada a la nave cuando estaba en el aire corría hacia la tripulación enemiga sin ningún tipo de arma.
- Eru-chan, procura no apartarte de mí-
El rubio caballero desarmado se lanzó hacia los enemigos, como si nunca hubiese necesitado usar su lanza comenzó a pelear con sus manos.
- Es solo un hombre acabemos con él- 
Eran los comentarios que se escuchaban de la tripulación de la enorme embarcación para darse ánimos, pero no era suficiente para enfrentar al caballero desarmado, Hogo había aprendido artes básicas de pelea en el caso de encontrarse en una situación parecida a la que se encontraba ahora, aunque definitivamente era mucho más fuerte con su lanza.
La chica estaba observando como los enemigos volaban de un lado a otro, ella estaba feliz de que todo ese esfuerzo no estuviese repercutiendo en su cuerpo pero no podía sacarse ese gusto de estar siendo inútil en este momento, muchos tipos de armas podían verse que se dirigían hacia el rubio caballero de ojos verdes, espadas, flechas, sables, pero todos eran inútiles contra Hogo que lograba evadir los ataques para luego contraatacar con una patada o un gran puño, pero el caballero no logro deshacerse de todos, un hombre con unas tonfas ataco por la espalda del caballero, era imposible que lograse esquivar el ataque, mucho menos detenerlo, Hogo nunca se percató de que sería atacado por la espalda.
- Eres mío- Grito el hombre al notar que sería imposible que el intruso esquivara su ataque.
Pero este no golpeo a Hogo, el atacante salió disparado hacia un grupo de hombres dispersándolos y arrojándolos al suelo, una pequeña brisa fue detectada por el caballero que no entendía lo que ocurría, la chica que llevaba una flor color roja en su cabello estaba de pie con ambos brazos extendidos tras el caballero, en sus manos era visible una tenue luz verde.
- ¿Eru-chan?- Preguntó el desconcertado chico.
- No te preocupes, yo cuidare tu espalda- Le informó ella.
- No te esfuerces, estoy consciente de toda la energía que gastaste al curar mi herida-
- Si-
Ambos se lanzaron al ataque, derribando a los hombres que venían a defender su nave.
- He visto algo bueno- Dijo de la nada el caballero.
La chica no entendió lo que quiso decir su amigo así que miro en dirección a la que se dirigía Hogo, él iba hacia uno de los hombres que venía en un pelotón de casi 20 hombres, este hombre cargaba con sigo una lanza del estilo que utilizaba Hogo, por fin podría utilizar toda su fuerza.
El chico repelió a los hombres con una patada y luego levanto del piso la lanza por la que se había lanzado al ataque.
- Después de todo me siento más cómodo con una de estas entre mis manos-
La verdadera lucha había comenzado, el caballero podía utilizar toda su fuerza, ráfagas de aire se formaban al instante que el guardia personal de la princesa Hotaru abanicaba su arma, la cantidad de hombres que se lanzaban al ataque disminuía, todos estaban rodeando al caballero pero ninguno se atrevía a entrar al rango de ataque del chico rubio.
- Hogo-san, eres increíble-
Erunalvórima estaba impresionada por la brutal fuerza del chico, después de todo ella no pudo ver a su amigo luchar cuando defendía su tierra.
- ¿En serio crees que soy increíble?- Preguntó el chico algo avergonzado.
- No deberías bajar tu guardia- Le dijo Eru.
- Descuida- El chico apunto al rededor. -Ya los vencí a todos-
- ¡¡Increíble!!- Volvió a exclamar la chica.
- Jejeje- Rió avergonzado el caballero.
- ¿Cómo está tu herida?- Le insistió la chica preocupada.
- No te preocupes por eso-
Hogo tomó de la mano a Eru y la arrastró hacia donde provenían todos los hombres que vencieron, ambos corrieron rápidamente mientras se preguntaban cómo estaban sus dos amigos que se quedaron en la alegre ciudad.


Parte 6

Iohei y Hotaru se encontraban en la parte este de la enorme embarcación, ambos habían llegado luego de que la enorme nave cayera súbitamente a tierra.
- Deberías volver, solo estorbaras- Dijo el mercenario sin quitar su vista del gigantesco barco.
- No me iré, no mientras ustedes arriesgan sus vidas- Declaro la chica de cabello violeta. - ¿Mas importante, como entraremos?-
El chico levantó su mano izquierda empuñando a su querida espada Crux.
- Solo debemos crear nuestra entrada-
- Wow- Murmuro la chica.
En el interior todos corrían hacia el oeste de la nave, la orden que habían recibido era eliminar a los intrusos que atacaban el enorme barco, pero fueron detenidos por un gran estruendo, el grueso casco de la nave había sido destruida creando una nueva entrada, los hombres que aún permanecían en la sala no supieron cómo reaccionar, aunque tampoco tuvieron tiempo ya que uno a uno iban cayendo sin entender que pasaba.
De pie ya dentro de la nave estaba el chico que vestía completamente de negro con su espada apuntando al frente.
- Y así es como haces una puerta- Dijo el chico relajadamente sin darse cuenta que había derrotado a algunos de sus enemigos.
La princesa del erradicado reino de Midgard esta anonadada por la forma en que creo la dichosa "puerta".
- ¿Por qué me miras con esa cara? Debemos continuar y alcanzar a Eru-
- Si, ¿Pero sabes dónde están?- Le pregunto Hotaru mientras corría hacia donde estaba él.
- Claro... que no lo sé- Respondió indiferente.
- Ehhh~- Exclamo ella. - ¿Y cómo sabremos a dónde ir?-
- Nos abriremos paso destruyéndolo todo- Respondió Iohei mientras balanceaba su espada de un lado a otro.
- Eso no está bien, Iohei-kun-
- Descuida, este barco le pertenece al maldito de Zefiro, será como una pequeña venganza- Dijo el chico con una malévola pero a la vez cómica sonrisa en su rostro.
El joven espadachín comenzó a caminar pero se detuvo al notar que la chica que lo acompañaba no lo estaba siguiendo, en su lugar ella tenía una cara seria, como si algo la estuviese molestando, Iohei al notar a su compañera dio unos pasos pero fue detenido por la pregunta que le planteo la chica.
- Iohei-kun- Luego de tomar un poco de aire prosiguió. - ¿Por qué quieres acabar con Zefiro?-
Él no les había contado su razón por lo que entendía su pregunta, la razón por la que Hotaru, Hogo y él comenzaron su viaje era para dar con el paradero del tipo que asesino al padre de Hotaru, así como a todo su pueblo, aquel que poco a poco iba saqueando los pueblos de Midgard, el líder de cierto grupo que ha estado más activo desde que atacaron el Palacio del reino de Hotaru, Zefiro, él sabía que tarde o temprano tendría que contarles la razón por la que quería matar a ese hombre.
- Hime...- Dijo el chico sin saber si debía contarle.
Pero la chica lo miraba fijamente, ella quería saber la razón, Hotaru se lo había preguntado por mucho tiempo ¿Qué es lo que Zefiro le había hecho a Iohei?
- Zefiro...-
El chico no pudo terminar de hablar, muchos hombres se dirigían hacia ellos a toda prisa, claramente con intenciones de pelear, Iohei le dio la espalda a Hotaru y empuño su espada.
- Hime, te lo contare cuando salgamos de aquí-
La chica asintió en silencio.


Entre Escena 1

La pequeña de ocho años que había ayudado a Hogo corría en dirección a la que había ido el caballero y la chica de largas orejas mientras cargaba lo que antes era el arma del joven, ella estaba preocupada por la manera en la que ambos habían salido de su casa, la herida de Hogo había cicatrizado por la magia de la elfo pero no se había recuperado al 100%, ella quería encontrarlos lo más rápido posible y llevar al chico a su casa para que tomase reposo, mientras pensaba es eso llego a las afueras de la ciudad.
- Momo por fin ha llegado-
La chica notó que alguien más se acercaba a la nave que difería completamente con el ambiente.
- ¿Quién eres? Momo nunca te había visto por estos lados-
El hombre que caminaba rumbo al barco estrellado miró sorprendido a la pequeña niña de grandes ojos cristalinos.
- ¿Qué haces aquí? Es muy peligroso-
- Momo está buscando a sus amigos- la pequeña apunto al barco. - Momo cree que están en ese lugar-
- ¿Tus amigos?- Pregunto el hombre.
- Si, Momo piensa que Hogo-oniichan está muy herido para caminar-
- ¿Hogo-oniichan?- Preguntó.
El hombre miro fijamente la enorme nave, una gota de sudor frio recorrió su frente, él estaba decidido, debía entrar inmediatamente.
- No vayas a entrar, es muy peligroso-
- Pero Momo debe...-
La chica fue interrumpida por la mano del hombre que le dio un pequeño golpe en su cabeza, la pequeña que se ocultaba tras esos anteojos solo lo miro.
- No te preocupes, si no hago algo no podré volver a verla a la cara-

La pequeña niña que llevaba un estampado de un durazno en su vestido comprendió que el hombre de cabello castaño era buena persona, aquel hombre la dejó y continúo su camino.



No hay comentarios.:

Publicar un comentario

ÚLTIMOS CAPÍTULOS