Hola gente, vengo a traerles un capítulo más de la olvidada :v Bueno no tengo nada más que decir así que ahí lo dejo.
ASTRA
CAPÍTULO 20
Parte 1
Hacia el suroeste de
aquella pequeña villa donde se sucedía el torneo, se encontraba otra de las
ciudades del reino, reconocida por ser una de las que más índices de
exportación comercial tenía, generando por ello un mayor ingreso para el reino
en cuanto a recaudación de impuestos; la ciudad de Efibe.
Tanto en Thrin Theras como
en los dos reinos aledaños, los sectores comerciales eran dominados casi en su
mayoría por las clases sociales más altas. En el reino de Thrin Theras la clase
social más alta tenía dos líneas de sangre:
Las familias Élite, las
cuales estaban formadas por magos casi en su totalidad; y las familias de
línea, formadas por personas sin habilidades mágicas o afines.
En el caso de los
matrimonios entre miembros de la clase Élite y Línea, estos terminaban
convirtiéndose en familias Élite, por lo que en muchas ocasiones los más
interesados en estas uniones eran las familias de línea.
El estatus que poseían las
familias élite era lo más alto que se podía llegar y era algo a lo que muchos
aspiraban, y esta era la mejor manera de hacerlo.
Por supuesto, esto era algo
bastante normal, ya que era aceptado por ambas líneas.
Las grandes familias de
ambas castas poseían grandes dominios territoriales y las mejores y más grandes
edificaciones de las ciudades.
Una de estas era la mansión
de la familia Van Althius, perteneciente a clase de Línea.
En aquel momento se
encontraba siendo decorada por decenas de sirvientes de la familia, tanto
exteriores como interiores eran preparados para lo que podría tratarse de un
evento magno en el que estarían presentes familias importantes de ambas clases.
– Ya no queda mucho
Habían dos figuras
importantes conversando en otra zona exterior de la mansión, uno de ellos era
el general de la orden Neo Génesis, Kai Godo; y este era acompañado por un
miembro de la orden, Romeu Vitalis.
Sin embargo, había algo que
los hacía distintos a lo que comúnmente aparentaban, ahora se encontraban
vestidos de manera casual, ninguno de ellos traía aquel uniforme distintivo de
la orden ni mucho menos los característicos sacos blancos, eran a la vista de
cualquiera, personas ordinarias.
– Todo ha estado avanzando
según lo que se esperaba.
– A este ritmo todo estará
listo esta misma noche, por cierto Kai, sobre el asesinato de anoche en
Cassperor, los miembros heridos de Fénix Negro aseguraron que se trataba de
solo uno, y no de tres asesinos como lo informó Alexei.
– Ahora entiendo, ya tenía
mis dudas... si hubiesen sido tres como lo indicó Alexei, no habrían dejado
vivo a nadie. Conociéndolo, es muy probable que nos esté ocultando algo.
– Eso lo hace aún más
extraño, ¿por qué querría encubrir algo así?
Mientras ambos se
preguntaban sobre el extraño suceso ocurrido la noche anterior y la relación
que tenía con Alexei, una tercera persona aparecía en escena, llegaba
acercándose una esbelta figura cubierta con unas prendas que la hacían lucir
como si se tratase de una modelo. La joven intervino de inmediato en la
conversación.
– ¿Se puede saber de qué
andan chismoseando en horas de trabajo?
Ambos magos fijaron sus
miradas en aquella mujer.
– Ah, Jane... quizá tú te
hayas enterado de algo más.
Jane frunció el ceño ante
el comentario de Romeu, no había entendido a lo que se refería.
– ¿Algo más?, ¿de qué?
– El asesinato de anoche en
Cassperor, parece que no te enteraste...
– ¿....?
– Al parecer, Alexei está
ocultando al culpable.
El rostro de la bella joven
por un momento se deslució cuando escuchó a Romeu decir aquellas palabras.
– Aún no lo podemos
asegurar – comentó Kai, agregando a lo dicho por Romeu –, pero es una opción
importante a considerar para las investigaciones. De ser así...
– ¿Qué tonterías están
hablando? Si hay alguien que muere por matarlos a todos, ese es precisamente
Alexei. ¿Qué clase de orate sería para hacer semejante idiotez? – Jane
respondió con firmeza ante ambos magos.
Ambos se quedaron callados
por un instante, y luego Kai rompió ese breve silencio para responder.
– Puede que tengas razón...
en todo caso eso se verá más adelante.
– Jane – le habló
Romeu
– ¿Eh?
– ¿Acabaron de hacer todo
el trabajo en tu sector?
– Por supuesto, solo por
eso es que he venido.
– Muy bien, acá también
queda muy poco... sería bueno que te fueras adelantando, a Feraldus no se le da
muy bien el manejar la orden en ausencia de Kai.
– Entiendo, los esperaré
allá.
Jane se separó de ambos
magos, alejándose de la mansión, mientras Kai y Romeu mantenían la vista al
frente, hacia la gran edificación.
– Como sea, ahora tenemos
otro asunto más importante en el que pensar.
Hacia el otro extremo de la
mansión, en otro sector donde también se realizaban labores de decorado, podía
notarse a otro miembro de la orden, de igual manera vestía un traje casual,
aparentando ser una persona normal.
El joven mago llamado
Alexei se encontraba observando el avance en los trabajos, pero en aquel
momento recordaba los hechos de la noche anterior en la ciudad de Cassperor.
Le
perdoné, le perdoné la vida... a un bicho... yo, Alexei Van Ewen, hice algo
como eso... ¿qué tanto puede ella...?
Los pensamientos de Alexei
se interrumpieron súbitamente en el momento en que se dio cuenta que alguien
llegaba hacia su posición, su mirada al igual que su postura no cambiaron, pero
sí refirió palabras.
– ¿Qué se supone que estás
haciendo aquí?, deja de perder el tiempo y termina de supervisar tu zona de
trabajo.
– ¿Ehh?, pues mi zona ya está
terminada, por eso es que estoy aquí... no tienes por qué ser tan tosco con tus
palabras, onii-chan.
Una silueta iba
descendiendo lentamente por detrás de Alexei, su bella hermana menor estaba
suspendida en el aire, mientras se abrazaba las piernas.
– Supongo entonces que has
de tener una buena razón para haber venido a incomodarme.
– Pues... de hecho sí,
¿sabes? Parece que Kai se ha dado cuenta de tu pequeña mentira.
La mirada de Alexei, que
estaba puesta al frente en todo momento, cambió de dirección viendo de reojos a
Jayla. Pero la seriedad y tranquilidad en su rostro no habían cambiado en
absoluto.
– De modo que ya lo sabías.
– Por favor, es algo
bastante obvio de deducir, de hecho no entiendo cómo recién están comenzando a
darse cuenta.
– Eres bastante perspicaz,
hermanita.
– Solo es sentido común
Aleki, pero dejando de lado eso... ¿no harás nada?
Para Alexei aquello parecía
no mostrar ningún tipo de preocupación, tanto que lo expresó con una sonrisa
bastante despreocupada.
– ¿Y por qué tendría que
hacer algo?
– ¿Hum?
– El incidente lo causaron
tres personas ¿no?, mientras siga manteniendo mi postura nada se podrá hacer,
es mi palabra contra la de unos pobres guardias de media clase.
– Bueno, puede que tengas
razón pero, sabes que dejarán de darte confianza en cualquier caso.
– ¿Y tú crees que eso me
importa? Cada uno de los 12 miembros de la orden gozamos del libre albedrío en
tanto actuemos bajo el mismo propósito. De modo que puedo hacer lo que me venga
en gana mientras siga la orden de eliminar bichos.
Cuando la bella joven
escuchó aquella respuesta, de inmediato dibujó una traviesa sonrisa en su
rostro, mientras dejaba de flotar quedando de pie detrás de Alexei.
– Bueno tampoco es como si
tuvieras todas las de perder, ya que está esa persona que atestiguó los hechos.
Como sea, tal vez esta vez sí tengamos suerte y tomemos el primer triunfo de
nuestra generación, eso me emociona, ya quiero que comience todo esto fufufu.
Parte
2
La multitud expectante
acompañaba la sorpresiva reacción de Hana ante el pedido inesperado de la
pequeña Aiko. Utilizar el poder de su espada en contra de una niña estaba
posiblemente fuera de su lógica.
– ¿Me estás pidiendo que
use la espada? ¿Por qué?
– Desde que la vi tuve la
impresión de que era una poderosa arma, y he sentido la curiosidad de saber qué
tanto he acertado.
Esta
niña... luce demasiado confiada, ¿tanto poder puede tener? Si es así, no
vacilaré en utilizar toda mi fuerza.
– Aiko...
Hana lucía pensativa,
mientras la gente parecía comenzar a fastidiarse por la demora de la pelea. En
aquel momento un grito la hizo reaccionar.
– ¡Oye!
Diciendo esto, Milo lanzó
la gran espada hacia la posición de Hana; ese acto comenzó a generar murmullos
entre el público, criticando el hecho de que Hana utilice su arma contra Aiko.
Todos en el lugar
comenzaron a ver con malos ojos el enfrentamiento, pero antes de que lo
manifiesten el presentador recalcó que aquello estaba aceptado siempre que no
se atente contra la vida del oponente. Esta aclaración hizo por supuesto calmar
al público.
Hana empuñaba el arma entre
dudas hasta el momento en que escuchó las palabras de Milo.
– Si tanto es su deseo,
hazlo... termínalo de una vez.
Luego de unos instantes
Hana decidió por fin aceptar el pedido de Aiko y dirigió su espada contra ella.
– Está bien, usaré la
espada, y no me contendré
– Bien dicho onee-chan
Ya con algunos minutos
transcurridos desde el inicio de la pelea, Hana finalmente inició su movimiento
y se arrojó contra Aiko.
Hana blandió su espada
contra la posición de la pequeña, pero esta de un salto logró evitarla.
La expresión de la joven se
tornó más seria, apretó con más fuerza el astil de su espada y se arrojó
nuevamente al ataque. Agitó su espada, pero volvió a ser evadida; la espada
golpeó con fuerza el suelo y este se agrietó por el impacto.
– ¿Mmm? – Tras ese golpe,
Milo pareció percatarse de algo.
Hana seguía tratando de
golpear a Aiko, pero ella la seguía esquivando.
Ella
es muy rápida, apenas y logro zafarme de sus ataques.
Aiko pensaba aquello
mientras lograba evadir difícilmente los ataques de Hana.
Viendo que no podía atinar
ninguno de sus ataques, Hana se detuvo y habló con una sonrisa mientras veía a
la pequeña.
– En verdad eres rápida,
pero esto sería más interesante si tú también atacaras.
– Sí, creo que tienes razón,
esta vez tendré que mostrarte mis habilidades.
Separando ligeramente las
piernas mientras las flexionaba, con sus pequeños puños, Aiko tomó su postura
de ataque frente a Hana, que parecía ahora tener un punto más elevado de
concentración.
Finalmente
mostrará su poder, tengo que estar muy despierta a sus movimientos... si tan
solo los hubiese mostrado en su pelea anterior, tendría por lo menos una
lectura previa. Esto será más difícil.
Al mismo tiempo en que ella
dejaba de pensar, Aiko avanzó tan rápido como pudo contra su rival, dispuesta a
ofrecer lo mejor de su fuerza.
– ¡¡¡Hyaaaaaaa!!!
Con un gran grito, Aiko
pegó su mejor golpe, un golpe que para el público presente fue sorpresivamente
detenido por Hana. De hecho, lo impresionante era la tranquilidad con la que
había recibido el golpe con la palma de su mano.
–
.......................................
–
.......................................
No se podía percibir
reacción de algún tipo de entre todos los espectadores, más que un silencio
momentáneo.
– ¿E-Eh?
Hana no entendía lo que
había sucedido, lucía confundida mientras observaba la graciosa expresión de
Aiko, que mantenía apretando los dientes y con gotas de sudor recorriendo su
rostro enrojecido de tanta fuerza.
– Aiko... ¿este fue tu
mejor golpe?
– ¿Eh?
En aquel instante Aiko dio
un brinco hacia atrás alejándose de Hana y replicó de inmediato algo
avergonzada.
– ¿Q-Qué dijiste? ¿Me estás
desafiando? ¡Pues ahora verás!
Una vez más, Aiko se
abalanzó contra Hana y con numerosos golpes trató de lastimarla, pero todos
eran fácilmente bloqueados.
En medio de aquellos golpes
fallidos, Hana hizo un comentario mostrando una expresión de decepción en su
rostro.
– Lo siento Aiko, te llegué
a ver de una manera errada, tal vez creí que podrías ser algo que en realidad
no eres, espero me disculpes por haberte interpretado de esa manera.
– ¿Qué dijiste?
Aiko de inmediato volvió a
alejarse.
– Discúlpame, acabaré con
esto ahora mismo – Hana comenzó a reunir con su espada una pequeña cantidad de
energía mágica mientras se posicionaba.
Creo
que con esto será suficiente
– Te sacaré sin ocasionarte
ningún daño.
Luego de decir estas
palabras, Hana agitó su espada y expulsó una ráfaga de aire contra Aiko.
Pero antes de que esta
pudiese llegar a ella, la pequeña extrañamente esbozó una sonrisa; así, cuando
aquella masa de aire llegó no ocasionó más que una pequeña brisa sobre su
rostro y agitando con mucha ligereza sus rizadas coletas.
–
¿¿Qué??
Hana de inmediato se impresionó después
de ver aquello, aquella ráfaga de aire que había salido con la capacidad de
mandar a volar a cualquier persona ordinaria, simplemente había llegado de la
manera más suave posible hacia Aiko.
Esto debe ser un
error, el ataque perdió toda su fuerza en el camino.
Mientras Hana trataba de explicarse a sí
misma cómo es que Aiko no había recibido ni el más mínimo daño, Milo cocinaba
una posible idea de lo que había podido ocurrir.
Al igual que ambos jóvenes, tanto el
público asistente así como los miembros de Fénix Negro no entendían lo que
había sucedido. Era el caso de Dobre, aún sentado sobre su silla y de brazos
cruzados:
– Claramente pude ver con qué fuerza
salió esa ráfaga de aire, es absurdo que haya desaparecido por completo en esa
corta distancia.
Los miembros acompañantes solo miraban la
escena al igual que el resto de presentes. Mientras, en la plataforma, Aiko le
dirigía la palabra a Hana.
– Parece que tu arma ya no es útil,
onee-chan.
– ¿A qué... te refieres?
– Esta pelea ya está decidida
– ¿¡Qué dices!?
El entrecejo de Hana se contrajo dejando
ver su enfado por esas palabras, lo que hizo que al instante volviera a
posicionar su espada y cargarla de energía, sin esperar volvió a despedir una
nueva ráfaga de aire que parecía aún más fuerte que la primera.
– Esta vez sí lo logrará – comentó Dobre
expectante a la escena.
El resultado terminó siendo el mismo, una
leve brisa que alcanzó a mover sutilmente los rizos de Aiko.
Hana parecía resistirse a lo que estaba
observando y continuó lanzando ataques en un intento desesperado por saber qué
estaba sucediendo.
– Ya te lo dije, esta pelea ya la gané –
volvió a recalcar la pequeña Aiko.
La frustración de Hana en aquel momento
la llevaron a saltar contra Aiko dispuesta a utilizar un ataque físico.
– ¡¡La va a matar!! – Dobre solo atinó a
exclamar.
En un pestañeo, Hana estaba frente a
Aiko. La pequeña parecía haber sido sorprendida.
La gente espectadora, en aquel momento no
pudo reaccionar dada la rapidez del desplazamiento de la atacante. Hana blandió
la espada para golpear con la parte ancha a Aiko y sacarla de la plataforma.
La pequeña levantó su brazo para recibir
el golpe, mientras todos esperaban que aquello podría terminar mal; pero la
espada chocó contra el brazo de la menor y para sorpresa de todos, no la
desplazó ni un centímetro de su posición.
– ¿Qué significa esto? – se preguntó
Dobre mientras se ponía de pie observando la escena.
Hana veía aturdida cómo la pequeña niña había
detenido sin mayores inconvenientes ese ataque.
Aiko no esperó a darle tiempo de
reaccionar y trató de golpear el abdomen de Hana, pero los reflejos de la joven
la hicieron esquivar dando un salto hacia atrás.
Aún las gotas de sudor seguían recorriendo
el rostro de Hana, que no podía explicarse lo que estaba pasando.
Frente a ella, Aiko mostraba una sonrisa
de satisfacción toda vez que iba bajando el brazo con el que había tratado de
golpear a Hana.
Sin embargo, no sería esa la mayor
sorpresa que se llevarían los espectadores. De pronto, Hana comenzó a
tambalearse ligeramente, esto llamó mucho la atención de Milo, que ya venía
tomando con seriedad este enfrentamiento desde antes.
– ¿Eh? ¿Q-Qué me está pasando? De pronto
siento como si me debilitara de manera progresiva, me pesa el cuerpo... ¿por
qué?
Hana dejó caer al suelo su espada
mientras eran notorios sus intentos por mantenerse de pie.
Todo el lugar permanecía en silencio,
aguardando ver el desenlace de este duelo.
Aiko corrió lo más rápido que pudo hacia
Hana, y dando un brinco golpeó con la parte inferior de su mano la nuca de la
joven, el golpe sin embargo fue tan sutil que cualquier luchador ni lo hubiera
sentido.
Pero para Hana fue suficiente, sin oponer
resistencia alguna, cayó al suelo, inconsciente.
El silencio se hizo aún más llamativo,
nadie creía la manera tan fácil en la que Hana había entregado la pelea. En
efecto, la pequeña Aiko había sido la vencedora, tal como lo anunciaba el
hombre que hacía las veces de presentador.
Parte 3
Luego de un cierto tiempo, Hana comenzó a
abrir los ojos, poco a poco hasta despertar completamente, ella se encontraba
recostada en una cama al interior de la cabaña en la que habían pasado la
noche.
– ¿Qué me pasó?
– Quedaste inconsciente – respondió
sentada en una silla al lado de la cama, Ireth –, no recibiste ningún daño de
consideración, solo era cuestión de que descanses.
Ah, es verdad
Hana apretó los puños mientras sostenía
la sábana que la cubría.
– No lo entiendo, ¿cómo pudo pasar?,
estoy completamente segura que no recibí ningún daño, y aun así perdí de la
manera más patética posible.
– Milo dijo haber descubierto la razón –
comentó la joven elfo mientras se ponía de pie.
– ¿Lo... descubrió? ¡Es verdad! La pelea
de Milo... ¿Qué sucedió?
– Precisamente debe estar por comenzar.
No había terminado de escuchar esas
palabras y Hana se puso de pie más que de inmediato.
– Tenemos que ir a verlo.
La joven salió presurosa de la
habitación, seguida por Ireth.
Cuando caminaban hacia el lugar del evento,
la curiosidad que sentía Hana la hizo preguntar.
– ¿Quién será su rival?
– Mmm... no lo sé, tuve que llevarte a la
habitación antes de que termine la segunda ronda.
Sin embargo, no tuvieron que esperar
mucho para saberlo, en cuanto ambas jóvenes llegaron a ubicarse en alguna zona
del lugar, de la que fácilmente se podía visualizar la ya dañada plataforma
rústica, vieron frente a frente a dos figuras conocidas.
A punto estaba de comenzar la primera
semifinal, Milo contra Aiko.
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